.El mundo sin nosotros resume, por ejemplo, la forma en que las ciudades y hogares se habrían de deteriorar, cuántos artefactos artificiales prevalecerían y cómo evolucionarían las formas de vida restantes. Weisman concluye en que los barrios residenciales pasarían a convertirse en bosques dentro de un período no mayor a 500 años y que los desechos radiactivos, las estatuas de bronce, los plásticos, así como el monte Rushmore, quedarían entre las pruebas más perdurables de la presencia humana en el planeta.