La festividad judía de Janucá celebra la purificación y rededicación del segundo Templo de Jerusalén en el año 165 a.C. tras la victoria de los macabeos sobre el imperio seléucida. Aunque no está prescrita en la Torá, se conmemora durante 8 días como acción de gracias cada 25 de Kislev, el noveno mes del calendario hebreo, encendiendo una vela cada día de la janucá. Tiene un profundo significado espiritual como fiesta de la dedicación, la inauguración y las luces.