2. Lucas 22:24-27
Lc. 22:24-27 Tuvieron además un altercado sobre cuál
de ellos sería el más importante. (25) Jesús les dijo: --
Los reyes de las naciones oprimen a sus súbditos, y los
que ejercen autoridad sobre ellos se llaman a sí
mismos benefactores. (26) No sea así entre usted es.
Al contrario, el mayor debe comportarse como el
menor, y el que manda como el que sirve. (27)
Porque, ¿quién es más importante, el que está a la
mesa o el que sirve? ¿No lo es el que está sentado a la
mesa? Sin embargo, yo estoy entre ustedes como uno
que sirve.
3. Juan 13:1-17
Juan 13:1-17 Se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús
sabía que le había llegado la hora de abandonar este
mundo para volver al Padre. Y habiendo amado a los
suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.*
(2) Llegó la hora de la cena. El diablo ya había incitado
a Judas Iscariote, hijo de Simón, para que traicionara a
Jesús. (3) Sabía Jesús que el Padre había puesto todas
las cosas bajo su dominio, y que había salido de Dios y a
él volvía; (4) así que se levantó de la mesa, se quitó el
manto y se ató una toalla a la cintura. (5) Luego echó
agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a
sus discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a
la cintura.
4. Juan 13:1-17
Juan 13:1-17 (6) Cuando llegó a Simón Pedro, éste le
dijo: --¿Y tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí? (7) --
Ahora no entiendes lo que estoy haciendo --le
respondió Jesús--, pero lo entenderás más tarde. (8) --
¡No! --protestó Pedro--. ¡Jamás me lavarás los pies! --Si
no te los lavo,* no tendrás parte conmigo. (9) --
Entonces, Señor, ¡no sólo los pies sino también las
manos y la cabeza! (10) --El que ya se ha bañado no
necesita lavarse más que los pies --le contestó Jesús--;
pues ya todo su cuerpo está limpio. Y ustedes ya están
limpios, aunque no todos. (11) Jesús sabía quién lo iba
a traicionar, y por eso dijo que no todos estaban
limpios.
5. Juan 13:1-17
Juan 13:1-17
(12) Cuando terminó de lavarles los pies, se puso el
manto y volvió a su lugar. Entonces les dijo: --
¿Entienden lo que he hecho con ustedes? (13) Ustedes
me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy.
(14) Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los
pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a
los otros. (15) Les he puesto e l ejemplo, para que
hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes. (16)
Ciertamente les aseguro que ningún siervo es más que
su amo, y ningún mensajero es más que el que lo envió.
(17) ¿Entienden esto? Dichosos serán si lo ponen en
práctica.
6. • Cristo lavó los pies a sus discípulos para
darles una prueba del gran amor que les
tenía (vs.1 y 2) y (Romanos 8:35-39)
• Nuestra ingratitud contrasta con la
amabilidad del Señor. (Mt 26:8 y Lc. 12:4-5)
7. • Para dejar constancia para todo el mundo
hasta qué punto estaba dispuesto a bajarse
por amor a los suyos
(Salmo 2:11-12 y Juan 1:27)
• Para agotar todos los recursos de su
amabilidad con quienes no son amables con
nosotros. (No todos estaban limpios)
8. • Para dar a entender la diferencia entre la
purificación del alma y la polución del
pecado. (Juan 13:6-11)
• Para mostrar la diferencia teológica entre
“justificación” y “santificación”. (1 Juan 1:9)
• Para darnos el mejor ejemplo como Maestro
y Señor (Vs. 12), y estimular el anhelo de ser
ministrados.
9. • Para que entendiéramos que lo mismo
espera Él de nosotros para que lo hagamos
con los demás.
(Mateo 11:29 y Filipenses 2:12-14).
• Servicio de mutua santificación, y para
ayudar al prójimo (1 Corintios 9:22-24)
• Condescendencia para servir de provecho al
prójimo (Lucas 10:40-41)
10. 5. Aplicación personal
1. Grábese el concepto de que el cliente siempre tiene
la razón.
2. Cuando el cliente esté equivocado, recurra al
consejo anterior.
3. Encuentre la manera de compensar con creces los
inconvenientes de sus clientes.
4. Póngase al alcance de los clientes que quieran
quejarse ante un administrador.
5. Autorice a los empleados para que puedan
resolver las quejas.