El documento resume las enseñanzas bíblicas sobre la muerte y resurrección de Jesús. Explica que Jesús murió en lugar de la humanidad para salvarnos del pecado y la muerte eterna, y que resucitó para interceder por nosotros en el cielo. También destaca que solo la vida sin pecado de Jesús podía sustituir la vida del pecador, y que su sangre derramada en la cruz y su intercesión actual son la base de nuestra salvación.