1. Que es la universidad
Esta es una pregunta obligada especialmente para todo aquel que decida ingresar a esta
institución. Tener una idea clara acerca de su ser y su quehacer nos permite no equivocarnos
en la elección de nuestro camino académico.
Frecuentemente se piensa que, después de haber cursado los estudios de nivel medio
superior, la única opción que tenemos para realizarnos profesionalmente es la universidad,
sin percatarnos que ésta no es sino una alternativa más.
Optar por la universidad nos obliga a saber qué es ella, qué nos ofrece, qué nos exige y a qué
nos comprometemos con ella. Por tal motivo hemos de tener presente que la elección de la
universidad no nos ofrece una formación profesional-técnica; para ello existen otras
instituciones. Tampoco nos asigna un status superior en la sociedad.
Una elección consciente nos obliga a pensar en nuestra capacidad, en nuestras aptitudes y en
nuestros intereses para no errar en nuestra decisión. Si después de pensar en su ser y sus
funciones nos damos cuenta que ella satisface nuestras inquietudes y deseos, entonces
bienvenidos a esta comunidad generadora de pensamiento libre y plural. Si en el transcurso
de nuestra reflexión descubrimos que éste no es nuestro camino, entonces con espíritu sereno
decidamos por la opción que corresponda a nuestras expectativas.
LA UNIVERSIDAD : SU SER Y SU QUEHACER
La universidad es el lugar donde el hombre aprende a pensar y a vivir. Es el lugar donde el
pensamiento se vuelve crítico y permite al hombre decidir consciente, libre y cabalmente. Es
el lugar donde se forma al hombre auténtico. De esta manera, el ser de la Universidad se
encuentra estrechamente vinculado con el ser del hombre, con su formación integral y con su
misión en la sociedad. Es por ello que el humanismo se constituye en función esencial de la
universidad. Pero se trata del humanismo que lleva a pensar al hombre en su ser físico,
psíquico, intelectual, moral y afectivo, al hombre en su totalidad. No se trata de un
<<humanismo>> que se oriente a la enseñanza de las humanidades, sino de un humanismo
como forma de ser, de un humanismo que rescata, promueve y crea valores. En este sentido,
la universidad es esencialmente humanista. Pensar en el ser de la universidad no es un reto
sólo para la razón o para la ciencia, sino principalmente para la vida, pues es la universidad,
universidad para la vida y no sólo para el conocimiento. No se puede confundir a la
universidad con un lugar donde el estudiante se convierta en depósito de conocimientos.
Karl Jaspers pensaba que la universidad era el lugar en donde se profundiza hasta el infinito
el conocimiento, en donde se encuentran, cuestionan y, finalmente, dialogan la diversidad de
las ideas y creencias. La universidad ha de ser la custodia de la verdad y de la ciencia, al
margen de posturas ideológicas. Es la universidad el espacio donde se busca la verdad con
espíritu humanista. Es la universidad el lugar donde el pensamiento plural se encamina en la
búsqueda de la verdad.
La universidad es la institución generadora de pensamiento propio, transformador y con
proyección en orden de la vida social. Es la universidad el espejo del pensamiento libre.
Además, si consideramos que uno de los objetivos fundamentales de la universidad es
resguardar, promover y ejercer el humanismo, como formación integral, entonces su función
trasciende la formación profesional y adquiere una dimensión de servicio social. Este
ejercicio de la universidad debe trascender el campo de lo académico