1. DEMONIOS
La Demonología (del griego δαίμων, Daimon) es la rama de la teología y de la mitología que se encarga
del estudio sistemático de los demonios y sus relaciones, haciendo alusión a sus orígenes y
naturaleza. Los demonios, cuando se le considera como espíritus, pueden pertenecer a cualquiera de
las clases de espíritus reconocidos por el animismo primitivo animismo, es decir, pueden ser
humanos o no humanos, almas o espíritus separables desencarnados que nunca han vivido en un
cuerpo. A este respecto podríamos distinguir varios tipos de demonios:
1. Ángeles caídos en desgracia según la tradición judeocristiana.
2. Almas humanas consideradas como genios o familiares.
3. Aquellos que reciben un culto (culto a los antepasados).
4. Fantasmas y otros aparecidos de carácter maligno.
Los íncubos y súcubos de la Edad Media son a veces considerados como seres espirituales
demoníacos que además pueden dar prueba de su existencia corporal, como sería la
supuesta descendencia (aunque a menudo deformada) entre estas entidades y el ser humano. Cabe
destacar que el carácter maligno de los demonios no es ni mucho menos universal, ya que en algunas
culturas y religiones, se les considera como entes inocuos e inofensivos para el hombre, tal es el caso
de las creencias de los Mpongwe de Gabón y losDayak de Borneo.
La creencia en los demonios se remonta muchos milenios. Ya desde el Zoroastrismo, se enseña que
hay 3.333 demonios, algunas de ellos con responsabilidades específicas en asuntos oscuros como la
guerra, el hambre, las enfermedades, etc. La mayoría de las grandes religiones de la humanidad
hacen referencia en mayor o menor medida de la existencia de los demonios.
Cristianismo: En el Libro de Enoc ya se menciona a los Nephilim como ángeles caídos que tuvieron relaciones
sexuales con mujeres en la Tierra (Epístola de Judas). En la tradición cristiana, los demonios son como
ángeles: Espirituales, inmutables e inmortales. Los demonios no son omniscientes, pero cada uno tiene
un conocimiento específico (a veces en más de una asignatura) y su poder se limita a lo que Dios permite,
así que no son omnipotentes, ni se ha comprobado su habilidad de omnipresencia. También se cree que
los demonios atormentan a las personas durante su vida mediante la posesión (Mateo 17:15-16), o
simplemente por mostrarse ante personas que esto les asusta, o por visiones provocadoras que
pudieran inducir a la gente a pecar o tener miedo. También se cree que los demonios tratan de tentar a
las personas para que abandonen la fe y caigan en la herejía o apostasía. Según la tradición cristiana, los
demonios poseen varios poderes sobrenaturales, entre los que se incluyen: Psicoquinesis, levitación,
adivinación, posesión, telepatía, brujería, xenoglosia y capacidad para lanzar maldiciones, así como
fuerza sobrehumana, el control de los cuatro elementos, control de animales y provocación. Los
demonios utilizan varias combinaciones de estos poderes para hostigar, desmoralizar, confundir y
desorientar a la víctima. Todos estos ataques, así como su efecto o alcance, puede ser anulada por Dios
ya que los demonios se cree que tienen el poder de herir a las personas tanto física como mentalmente,
pero sólo dentro de los límites de lo que Dios va a permitir. Según diversos grimorios
medievales (Malleus maleficarum, 1486), cada uno de los demonios tiene una firma o sello con el que
firman pactos diabólicos. En cuanto a la simbología, la estrella de cinco puntas (pentagrama invertido),
que ha sido utilizado con varios significados en muchas culturas, puede representar a los demonios si
tiene dos de sus puntas hacia arriba y una hacia abajo. La figura de Satán o el diablo ha sido asociada a
diversos animales como la serpiente, la cabra y el dragón. No todos los cristianos creen en la existencia
de los demonios en un sentido literal, existe la opinión de que el lenguaje del Nuevo Testamento en
2. cuanto a los exorcismos es un ejemplo del lenguaje de la época que se empleaba para describir las
curaciones de lo que hoy se clasifica como epilepsia o enfermedades mentales. En cuanto a
los Nefilim ( ), “valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre” (Génesis 6:4),
fueron una de las razones principales para el gran diluvio en tiempos de Noé: “Y el Señor vio que era
mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón
era sólo hacer siempre el mal. Y le pesó al Señor haber hecho al hombre en la tierra, y sintió tristeza en
su corazón. Y el Sseñor dijo: Borraré de la faz de la tierra al hombre que he creado, desde el hombre
hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo, porque me pesa haberlos hecho” (Génesis 6:5-7). Textos
haciendo referencia a los Nefilim después del Diluvio también podemos encontrar: “Cuando Moisés
envió a los espías a la tierra de Canaán, regresaron con la noticia de que allí habitaban
gigantes” (Números 13:33), “Los emitas habitaron en ella antes, pueblo grande y numeroso, y alto como
los hijos de Anac. Por gigantes eran ellos tenidos también, como los hijos de Anac; y los moabitas los
llaman emitas. Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama,
una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, y su
anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre” (Deuteronomio 2:10, 1:11, 3:11), “¿Acaso, siendo
joven (David), no mató a un gigante y extirpó el oprobio del pueblo, cuando lanzó una piedra con la
honda y abatió la arrogancia de Goliat?” (Eclesiástico. 47:4), “Allí nacieron los famosos gigantes de los
primeros tiempos, de gran estatura y expertos en la guerra. Pero no fue a ellos a quienes Dios eligió y
les dio el camino de la ciencia; ellos perecieron por su falta de discernimiento, perecieron por su
insensatez” (Baruc 3:26, 3:27, 3:28), “Así también, al comienzo, cuando murieron los orgullosos
gigantes, la esperanza del mundo se refugió en una balsa (Arca de Noé) que, conducida por tu mano
(Yahwéh), dejó al mundo la semilla de una nueva humanidad”(Sabiduría 14:6).
Oriente Medio: En la mitología de Caldea estaba extendida la creencia de los siete dioses del mal conocidos
como Shedu, espíritus demoníacos de las tormentas que eran representados como híbridos de toro con
alas y hombre, derivados de los Lammasuutilizados como entes protectores de los palacios reales en la
antigua Babilonia. En la mitología e Sumeria, también se hablaba del demonio Asag, un ser tan terrible
que hacía hervir a los peces de los ríos tan sólo con su presencia. En Asiria y gran parte del resto de
Mesopotamia existía la creencia en Pazuzu, el rey de los demonios del viento y las tormentas, aquel que
podía traer plagas y peste. Este demonio es muy conocido por ser mencionado durante la famosa
película de El Exorcista.
Judaísmo: En el Talmud se menciona la existencia de 7.405.926 demonios, divididos en 72 compañías.
Mientras que muchas personas creen hoy que Lucifer y Satán son nombres diferentes para el mismo
ser, no todos los estudiosos aceptan este punto de vista. El uso del nombre “Lucifer” como
identificador del diablo, se deriva de una interpretación particular de Isaías 14:3-20, un pasaje que no se
habla de un ángel caído, sino de la derrota de un determinado rey babilonio, a quien se le da un título
que hace referencia a lo que se denomina la “estrella de día” o “estrella de la mañana” (en latín, Lucifer,
que significa “portador de luz”). En 2 Pedro 1:19 y en otras referencias similares, la misma palabra latina
“Lucifer” se utiliza para referirse a la estrella de la mañana, sin ninguna relación con el diablo. Es sólo
en tiempos posteriores al Nuevo Testamento, en donde la palabra latina “lucifer” empezó a
utilizarse como un nombre para el diablo, tanto en los escritos religiosos como en la ficción,
especialmente cuando se refiere a él antes de su caída del cielo. Los Grigori, Lilith y los Dybbuk, son
también considerados entidades demoníacas en la tradición judía.