esta presentación fue elaborada con el fin comprender que la enseñanza de la existencia de los Ángeles y los demonios va mas allá del dato revelado que se contiene en los Textos Sagrados. Ojalá y sea un material de apoyo para los estudios relacionados a este tema.
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angelologías y demonologías extrabíblicas.pptx
1.
2. La convicción de seres intermedios entre Dios y los hombres es
opinión muy corriente entre todas las religiones .
En general puede decirse que hay una marcada tendencia entre
los pueblos primitivos a admitir la existencia de seres supramundanos
para explicar fenómenos naturales ordinarios o extraordinarios.
Hay religiones que reconocen la intervención de un ser malvado
que transformó el orden bueno inicial y que luego fue sometido.
3. Egipto: rodea a sus divinidades superiores de otras inferiores que
forman su corte. Algunos achu = seres de luz son buenos. La mayor parte
son seres que tienen por misión causar enfermedades al hombre y torturar
en el infierno.
Mesopotamia es abundante sobre todo en demonios. Numerosos
espíritus ejercen un influjo grande en los acontecimientos humanos y actúan
con carácter personal.
Irán conserva a lo largo de sus transformaciones religiosas la fe en
seres intermedios, que tienen semejanza con los ángeles cristianos. Hay un
espíritu malvado Arimán, que se opone al bueno Ahura Mazda
4. Griegos y romanos creen en los genios tutelares de la naturaleza, en
seres misteriosos, que frecuentemente llaman daimon. Hasta los filósofos
introducen en sus sistemas la creencia en estos seres superiores al hombre.
Platón admite el daimon como un ser personal, intermedio entre la
divinidad y el hombre. Son genios tutelares de los individuos, pro- mueven la
virtud y la felicidad, acompañan a los hombres durante toda su vida hasta el
Hades.
Aristóteles admite seres en el cielo no sujetos a pasiones, que lle- van
una vida óptima y eterna. Según su sistema cada cielo es movido por una
inteligencia, que tiene algo de divino, pero que es inferior al motor inmóvil.
5. En la Stoa los demonios juegan un papel muy importante. Son seres intermedios
entre Dios y el hombre. Los demonios ayudan a los hombres con ilustraciones hacia el bien
o les perjudican arrastrándolos hacia el mal.
En esta interpretación religiosa del mal que amenaza al hombre desde el más allá, la
fe en los demonios y en su actividad ocupa un lugar importante [...] La creencia en los
espíritus malignos está amplísimamente difundida y presenta una particular tenacidad.
La filosofía de la religión no puede decidir si a esta creencia responde o no una
auténtica existencia de semejantes seres transempíricos. Puede simplemente dejar
constancia de que esta creencia se halla muy extendida, e incluso tratar de determinar, con
los métodos de la psicología de la religión, a qué tipo de necesidades humanas responde
esta creencia
6. El desarrollo de la angelología dentro del
judaismo no es rectilíneo. No se pierde nunca la
tradición del «ángel de Yahvé», pero bajo el racionalismo
griego se frenó el desarrollo de esta doctrina.
Al tiempo de Jesús admiten la existencia de los
ángeles los fariseos, la niegan los saduceos. Filón admite
ángeles buenos y malos. Josefo conserva las apariciones
de ángeles que se encuentran en los libros santos, pero
llevado del racionalismo griego, a veces las suprime o
les da otra forma.
7. Existe una jerarquía en el mundo angélico constituida por grupos de
tres, diez o incluso más ángeles. Muchos de ellos tienen nombre propio, como
Gabriel, Rafael, Miguel, etc., de acuerdo con la misión que desempeñan.
Los ángeles presiden el movimiento de los astros, los elementos
atmosféricos, las estaciones, los productos de la tierra y custodian al hombre.
La doctrina acerca de los ángeles es parte de la eclesiología de
Qumrán, porque no se concibe una comunidad separada de la comunión
angélica.
8. Número y nombres: La tradición judía retiene la abundancia del libro
de Daniel (7,10) y así representa a Dios rodeado de miles de millares de
servidores, y a la tierra poblada de espíritus.
Entre los rabinos los nombres son los genéricos:
«ángeles del servicio», «ejércitos», «espíritus», «príncipes»,
«los fuertes», «los poderosos». Entre los apócrifos los
nombres son numerosísimos: «hijos de Dios», «ángeles
escogidos», «ángeles de Dios, del Dios de los cielos, de la
gloria de Dios», «los santos del cielo», «los espirituales del
cielo», «sabios por la palabra y el espíritu de vida». Como
nombres propios de arcángeles: Miguel, Gabriel, Rafael,
Uriel, Fanuel, Ramiel, Jeramiel, Praviel, Mamuel, Raguel,
Metatrón.
9. Naturaleza. Se los tiene por seres espirituales. Filón los llama in-
corporales. Es una manera de afirmar su espiritualidad negándoles el
cuerpo. Con el mismo fin se los llama espíritus invisibles, incomprensibles
al hombre, se los describe como fuego, brillantes y gloriosos.
Categorías y fin. Su principal ocupación es formar la corte de Dios
para alabarle y servirle. Se les encomiendan funciones cósmicas: dirigir los
astros, vientos, lluvia, intervenciones en la historia del mundo, asistir a
Dios en su actividad judicial, hacer de guardianes de los pueblos.
10. Otro oficio de los ángeles es revelar los misterios o designios di-
vinos, o cosas ocultas incluso de la naturaleza. Es éste un tema clásico en
los apócrifos. Desempeñan este oficio ángeles de primera línea,
equivalentes a los que la tradición cristiana llama arcángeles.
Es, pues, evidente la creencia en los ángeles entre los judíos, que
encuentran de esta manera la expresión de la providencia divina que vela
por todas las cosas, sin mezclar a Dios en los negocios de este mundo,
pero sin aceptar a los ángeles como mediadores, que necesariamente se
interpongan entre Dios y el hombre como redentores.