1. El tiempo del fin
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EL “TIEMPO DEL FIN”
Y LOS “ÚLTIMOS DÍAS”
EL “TIEMPO DEL FIN”
Y LOS “ÚLTIMOS DÍAS”
HANS LARONDELLE
ANDREWS UNIVERSITY
DIDAJÉ 1, NO. 2 (2013)
BERRIEN SPRINGS, MICHIGAN, EE.UU.
2. 56
El tiempo del fin
y los últimos días
Una característica de la profecía apocalíptica de Daniel requiere
una atención especial, el predeterminado “tiempo del fin” (Dn 8:17, 19;
11:35, 40). El libro de Daniel ha sido cerrado y sellado “hasta el tiempo
del fin” (12:5, 9). ¿Qué significa “el fin”? Por supuesto que esta frase de-
termina el significado de la frase “el tiempo del fin”. Desde la evidencia
interna de los capítulos del libro de Daniel, “el fin” se caracteriza por el
juicio divino sobre el “rey del norte” (11:40, 45), y la liberación final de
los santos, el cual incluye la resurrección de los muertos (12:1, 2) y la del
mismo Daniel “en el fin de los días” (12:13). Esta descripción apocalíptica
de “el fin” es de decisiva importancia para determinar el significado de “el
tiempo del fin”.
El “tiempo del fin” de Daniel no toma su punto de referencia des-
de el primer advenimiento de Jesucristo, pero si del segundo advenimien-
to, como la fundación del reino de Dios y la resurrección de los muertos.
Este punto de orientación cualifica “el tiempo del fin”, de Daniel, como
un tiempo del fin específico, que tiene lugar en un periodo de tiempo
relativamente corto antes del fin.
La frase “el tiempo del fin” se encuentra solamente en el Antiguo
Testamento (AT), exclusivamente en Daniel 8-12, y se dice que comienza
“en el tiempo determinado” (11:35). El comienzo se conecta con la con-
clusión de los tres tiempos y medio simbólicos de gobierno del anticristo
en Daniel 7 (v. 25; véase, también, 12:7). Asimismo, se relaciona con la
conclusión de la profecía de tiempo más larga del libro, en la que contiene
la visión que es sellada hasta el tiempo del fin, los 2300 “días” simbólicos.
Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santua-
rio será purificado […] Vino luego cerca de donde yo estaba; y con
su venida me asombré, y me postré sobre mi rostro. Pero él me dijo:
Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin.
Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque
eso es para el tiempo del fin (Dn 8:14, 17, 19).
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En Daniel 8:26 y 12:4 el mandato celestial se da para sellar la visión
o para cerrar las palabras de la profecía. Ambas visiones, la de Daniel 8 y
la interpretación angelical que se encuentra en Daniel 10-12, se dice per-
tenecer para un “futuro lejano” (8:26) o para “el tiempo del fin”, el cual el
punto culminante es la resurrección de los muertos (12:2, 4). Esto sugiere
fuertemente que la visión de Daniel 8 ocurre paralelamente a la estructura
de Daniel 11-12. Esto es una conclusión importante. Los 2300 días pro-
féticos de Daniel 8:14 debe alcanzar la era mesiánica o escatológica, y se
extiende a la etapa final de la vindicación, el “tiempo del fin” apocalíptico.
Una mayor comprensión de lo predicho por Daniel
Cuando el “tiempo del fin” llegue en la historia, “muchos anda-
rán de un lado a otro en busca de cualquier conocimiento” (12:4, NVI).
El texto original habla de “el” conocimiento, que es, la percepción de los
sabios en la visión de Daniel sobre el verdadero santuario y su restaura-
ción de la adoración del pueblo de Dios (12:3, 9, 10). Al ser adoptadas
en el marco de la orden del ángel para sellar las palabras del pergamino
(12:4), estas “idas y venidas” sugieren fuertemente ojear de aquí para allá
en el libro de Daniel (2 Cr 16:9, Zac 4:10, NVI). Esto expresa el sentido
de “buscar completamente”. El resultado será que “los sabios instruirán a
muchos” (Dn 11:33, NVI). La adoración verdadera a Dios será restaurada
entre todas las naciones del mundo.
En la providencia de Dios, en el tiempo apropiado del plan divi-
no, las profecías simbólicas del libro de Daniel serán entendidas cada vez
más, mientras los eventos predichos se irán llevando a cabo. Esto sucederá
en conformidad con el principio expresado por Jesús: “Y les he dicho esto
ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean” (Jn 14:29, NVI).
Durante el “tiempo del fin”, muchos buscarán intensamente por
el significado de la profecía del tiempo del fin de Daniel: “muchos an-
darán de un lado a otro en busca de cualquier conocimiento” (Dn 12:4,
NVI). Esta frase ha sido muchas veces separada de su contexto y aplicada
en los avances tecnológicos de la ciencia moderna. En su editorial “El
tiempo del fin”, en Señales de los tiempos, 22 de julio de 1880, James White
señaló a Daniel 12:10 para probar que se entiende la interpretación del
libro de Daniel y que “el aumento del conocimiento no se refiere al pro-
4. 58
Hans LaRondelle
greso de los descubrimientos científicos”. Daniel enunció: “Muchos serán
purificados y perfeccionados, y quedarán limpios, pero los malvados se-
guirán en su maldad. Ninguno de ellos entenderá nada, pero los sabios lo
entenderán todo” (12:10, NVI). El foco de los sabios estará en el libro de
Daniel que previamente había sido sellado para el entendimiento huma-
no. El comentario de LeRoy E. Froom, sobre Daniel 12:4, es válido: “Por
supuesto que es una previsión de un gran avivamiento en la exposición
profética que llegó bajo el despertar simultáneo en el siglo XIX, tanto en
el mundo antiguo como el nuevo”.
Esta profecía, del despertar, surgió dramáticamente en América,
a través del trabajo del predicador bautista William Miller de Low Hamp-
ton, Nueva York, entre 1831 y 1844. Su responsabilidad específica era
anunciar el mensaje de que la vuelta de Jesucristo era inminente, siendo
anticipado entre 1843 y 1844. Esta conclusión fue basada mayormente en
el tiempo profético de Daniel 8, el cual asegura que, en “en el tiempo del
fin”, el santuario profanado sería restaurado para el uso legítimo (8:14) a
través del trabajo sacerdotal de reparación y reconciliación con Dios. La-
mentablemente, él identificó esta restauración del santuario, y su verda-
dera adoración a Dios, con el juicio final de la segunda venida de Cristo.
Aún así, la promesa de Daniel, de la gran restauración de la verdadera
adoración en la tierra, fue entendida como “el tiempo del fin”.
Los últimos días en los profetas clásicos
La cuestión puede plantearse, ¿Cómo el apocalíptico “tiempo del
fin” de Daniel se relaciona con la frase “los últimos días”, mencionados 14
veces por los profetas clásicos? ¿Son los dos períodos lo mismo y de este
modo coexisten?
En el tiempo del AT, el término profético “en los últimos días” no
había sido desarrollado un significado técnico. Se traduce correctamente en
las versiones de la Biblia en inglés por “los días siguientes”, “en el futuro” o
“en los días por venir” (Gn 49:1, Nm 24:14, Dt 4:30, 31:29; Is 2:2, Os 3-5; Mi
4:1; Jer 23:20; 30:24; 48:47; 49:39; Ez 38:16; Dn 2:28; 10:14). Algunas versio-
nes son inconsistentes; aun así, algunas veces, traducen la frase hebrea por
“en los días por venir” o “en el futuro”, o en otras veces, “en los últimos días”
(la palabra hebrea para “fin” es qets, Am 8:2; Ez 7:2; Dn 8:19; 11:27).
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Muchos pasajes que usan la frase, no se refieren a la edad cristia-
na; pero, sí al futuro inmediato (Gn 49:1; Nm 24:14) o al exilio asirio-babi-
lónico (Dt 4:30; 31:29; Jer 23:20; 30:24). Aún así, otros pasajes revelan una
cierta concentración en la esperanza mesiánica o en el tiempo por venir
(Is 2:2; Mi 4:1; Os 3:5; Ez 38:16; Dn 8:28; 10:14). En cada caso, el contexto
debe decidir cuál época es la planeada. También, en Daniel, la frase no se
usa como un término técnico fijo para la era cristiana. Daniel 2 lleva un
punto de vista de la completa extensión de la historia desde el tiempo de
Daniel hasta el reino de gloria. La Versión Internacional traduce Daniel
2:28, 44, 45; 10:14, simplemente “los días por venir”, “en el futuro”.
Es necesario reconocer que Daniel se concentra en el tiempo del
fin y en el resultado de la historia futura. Este significado apocalíptico (Dn
2:44; 12:1, 2) es la aplicación intensiva de “los días por venir”. Daniel no
intenta predecir el futuro en general; pero, sí la venida indestructible del
reino de Dios. Para un análisis detallado de los pasajes del AT, tuvimos
como referencia el artículo de John T. Willis en la bibliografía.
Uso del Nuevo Testamento
El Nuevo Testamento da a la expresión “los últimos días”, un sig-
nificado de carácter cristológico. Se vuelve un término técnico para los
mesiánicos en la era cristiana. Los “últimos días” habían empezado con
el primer advenimiento de Cristo y sus reglas mesiánicas (Hch 2:17; Heb
1:2; Stg 5:3; 2 P 3:3). Ellos continúan con el aumento de la tribulación
en la iglesia hasta el segundo advenimiento de Cristo (2 Ti 3:1; 1 Ti 4:1).
Este punto de vista apostólico requiere una modificación de la estructura
escatológica judía.
La era de la antigua alianza llegó a un fin irrevocable con la aoa-
rición de Cristo. La cruz de Cristo significa el fin o “el cumplimiento de
los tiempos” (Heb 9:26). La iglesia apostólica comenzó su existencia sola-
mente después “de la consumación de los siglos” (refiriéndose al tiempo
de la antigua alianza, 1 Co 10:11)
Nuestra conclusión, por lo tanto, es que la expresión “los últimos
días” del NT, se debe definir por la orientación de la primera venida de Cristo.
Los “últimos días” comienzan su tiempo de cumplimiento con la encarnación
del Hijo de Dios, “cuando el tiempo ha venido a su debido tiempo” (Gá 4:4).
6. 60
Hans LaRondelle
La frase “en el último día”, se reserva para señalar los eventos apo-
calípticos de la resurrección de los santos en la venida de Cristo (Jn 6:39,
40, 44, 54; 11:24) y el juicio final de los infieles (Jn 12:48). En este sentido,
Pedro usa la expresión “en el último tiempo” para nuestra futura salva-
ción (1 P 1:5).
La frase “esto es de última hora”, el cual ocurre solamente en Juan
2:18, parece ser usado por Juan para indicar la máxima seriedad de la
apostasía del verdadero evangelio dentro de la iglesia apostólica entre 90
y 100 DC. Juan interpretó la apostasía como una herejía fundamental, el
cual, él reconoce la falsa enseñanza de muchos anticristos (1 Jn 2:18; 4:3).
Esta crisis coloca cada miembro de la iglesia en Asia menor, en la hora
escatológica de decisión. Judas, igualmente, les recordaba a la iglesia de
la predicción apostólica que “en los últimos tiempos” surgirán mofadores
de adentro de la iglesia (Jud 18).
Conclusión
La frase apocalíptica de Daniel “el tiempo del fin”, significa un pe-
ríodo de tiempo específico, predicho solamente por un decreto soberano
de Dios. El “tiempo del fin” constituye la etapa final de la era cristiana,
o de los últimos días, y es determinado solamente por las profecías de
tiempo de Daniel. Aunque ambas expresiones (“tiempo del fin” y “los úl-
timos días”) finalmente se sobreponen, estas no coexisten completamen-
te. Cada una de ellas tiene un punto de comienzo diferente. La profecía
“últimos días” ha comenzado desde el primer advenimiento de Cristo. El
“tiempo del fin” apocalíptico de Daniel comienza solamente después de
un tiempo considerable de la expiración de las profecías. La llegada de “el
tiempo del fin” intensificará, mayormente, la esperanza de la iglesia en
los últimos días. Esto traerá un reavivamiento internacional del estudio
de las profecías, particularmente de Daniel y Apocalipsis (véase Dn 12:4)
El movimiento de renacimiento, predicho por el profeta Daniel,
se consolidará como la reformación final de la iglesia. La aparición del
tiempo del fin es gráficamente imaginada en la experiencia simbólica de
Juan en Apocalipsis 10. Con un juramento solemne, tomado de Daniel
12:7, un poderoso ángel declara que “el tiempo no será más” (Ap 10:6).
Aunque comúnmente traducido que no habrá más “retraso”, una compa-
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ración con el juramento original del ángel en Daniel 12:7 revela que ni el
fin del mundo de la historia ni tampoco el tiempo de prueba están en la
vista; pero, sí el fin del periodo de tiempo de la profecía de Daniel.
El ángel que instruyó a Juan, apareció en el esplendor del Mesías
celestial, “envuelto en una nube, y el arco iris sobre su cabeza. Su rostro
era como el sol, sus piernas como columna de fuego” (Ap 10:1, NRV). De
pie sobre el mar y la tierra, Él anuncia con poder divino y autoridad el
comienzo de los eventos del tiempo del fin. Él rompe el sello del pequeño
libro de Daniel, un hecho sugerido por la celebración de un pergamino
poco abierto en su mano (véase Ap 10:2).
La nueva comprensión proveniente del tiempo del fin profético
de Daniel, se debe proclamar a todas las personas vivientes en las islas y
los continentes de la tierra (véase Ap 10:11). La esencia de la preparación
final del mensaje es fijar lo sucesivo de los tres mensajes de Apocalipsis
14:6-12. La presencia del movimiento de Elías en todo el mundo será la
mayor señal de todos que el fin es eminente: “Mirad, yo os envío al profeta
Elías, antes que venga el grande y terrible día del Señor” (Mal 4:5, NRV).
Bibliografía
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