2. Comienza el primer día de clase, en nuestro caso, desde el momento que recibe el primer material Sigue los principios para el estudio. Trabaja firme y metódicamente. Averigua cual es el propósito de cada parte del curso, es decir, conoce los objetivos generales que persigue cada materia, así como los específicos de cada tema.
3. Cuando llega el examen, los conceptos que han salido en el curso son parte significante y natural de su manera de pensar. Se ha formado la gran panorámica y con ella pueden acudir los detalles nimios. El buen estudiante está preparado para dar una prueba en cualquier momento del ciclo académico, porque ha llevado el ritmo adecuado en cada materia. Es seguro que disminuye el estado de ansiedad, al tener una seguridad en los conocimientos.