El documento describe la encarnación de Jesucristo como Hijo de Dios hecho hombre para salvarnos, manifestarnos el amor de Dios, y hacernos hijos de Dios. Jesús se hizo hombre y murió en la cruz por amor a los hombres para reconciliarnos con Dios.
PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pdf
La encarnación del Hijo de Dios
1.
2. El Hijo de Dios se hizo hombre
Se hizo hombre para salvarnos
Se hizo hombre para manifestarnos el amor de
Dios
Se hizo hombre para hacernos hijos de Dios
Se hizo hombre para ser modelo de santidad
3. La fe en la encarnación del Hijo de Dios es
el signo distintivo de la fe cristiana: "Podréis
conocer en esto el Espíritu de Dios: todo
espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en
carne, es de Dios"
(1 Jn 4, 2).
“En el principio existía el Verbo, y el Verbo
estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios...Y
el Verbo se hizo carne y habitó entre
nosotros, y hemos contemplado su gloria:
gloria como Unigénito del Padre, lleno de
gracia y de verdad” (Jn 1, 1.14)
4. En el Credo
confesamos:
"Por nosotros los hombres
y por nuestra salvación
bajó del cielo, y por obra
del Espíritu Santo se
encarnó de María la
Virgen y se hizo hombre".
Dios no nos abandonó
tras la ruptura de la
amistad con él tras el
pecado de nuestros
primeros padres,
sino que, compadecido de
los hombres, quiso
reconciliarnos con él,
enviando a su propio Hijo
al mundo.
5. El evangelista
San Juan nos
dirá:
“Tanto amó Dios
al mundo, que
entregó a su Hijo
Unigénito, para
que todo el que
crea en él no
perezca, sino
que tenga vida
eterna” (Jn 3,16).
6. Dios nos ha amado
con amor de
sufrimiento, la máxima
expresión del amor:
• “Se humilló a sí
mismo, hecho
obediente hasta la
muerte y una muerte
de cruz” (Flp 2, 8).
7. Dios es Padre.
• Padre por naturaleza
(Abbá, en expresión
hebrea) de su Hijo
Unigénito, Jesucristo;
• pero Padre por su
infinita misericordia de
todos nosotros, sus
hijos de adopción.
8. San Ireneo de Lyon afirmará:
“Porque tal es la razón por la que
el Verbo se hizo hombre, y el
Hijo de Dios, Hijo del hombre:
• Para que el hombre al entrar en
comunión con el Verbo y al recibir así la
filiación divina, se convirtiera en hijo de
Dios”.
9. Las bienaventuranzas son el retrato de la
conducta de Jesús:
• Pobre de espíritu,
• Pacífico,
• Misericordioso,
• Limpio de corazón,
• Perseguido por causa de la justicia, etc.
10. Debemos imitar a Cristo en el
amor de sufrimiento por el
prójimo necesitado.
Él no buscó su propio bien sino
el de los demás.
Por eso, si queremos seguir su ejemplo,
debemos pedirle que nos conceda vivir,
como le pidió una gran discípulo suyo, San
Francisco de Asís:
• “Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado,
como consolar; ser comprendido como comprender;
ser amado; como amar. Porque es dándose como
se recibe, es olvidándose de sí mismo como uno se
encuentra a sí mismo, es perdonando como se es
perdonado, es muriendo como se resucita a la vida
eterna”.
11. Concede, Señor todopoderoso, a los que vivimos
inmersos en la luz de tu Palabra hecha carne, que
resplandezca en nuestras obras la fe que haces brillar en
nuestro espíritu. Por nuestros Señor Jesucristo. Amén.