1. EL AMOR A
DIOS: 1º-2º-3º
MANDAMIENTOS
45
Catequesis sobre la fe
Mons. Esteban
Escudero
Obispo de Palencia
2. Amarás al Señor, tu Dios
Jesús resumió el principal
deber del hombre para con
Dios en estas palabras,
tomadas del Antiguo
Testamento
“Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, con
toda tu alma y con todas
tus fuerzas”
(Mt 22, 37; Dt 6, 4)
Puesto que Dios nos ha
amado primero (1 Jn 4, 10),
ahora el amor a Dios ya no
es sólo un mandamiento
Sino la respuesta al
amor que Dios tiene por
cada uno de nosotros.
3. Regalos de Dios
Dios nos ha creado
Dios nos ha hablado por los profetas
Dios ha enviado a su Hijo al mundo
Dios nos ha prometido su reino
Dios se nos ha revelado como Padre
Dios nos ha perdonado por la cruz de su Hijo
Dios nos ha regalado el don del Espíritu Santo, que
nos hace hijos suyos
•En consecuencia, espera de cada uno de nosotros que le respondamos con
nuestro amor.
•Podemos decir sin equivocarnos que Dios tiene sed de nuestro amor.
Dios nos da la promesa de la vida eterna.
4. Al Señor, tu Dios adorarás
En las tentaciones de Jesús, a la propuesta de
Satanás: “todo esto te daré, si te postras y me
adoras”, Jesús respondió con palabras del
AntiguoTestamento: “Al Señor, tu Dios,
adorarás y a él solo darás culto”
(Mt 4, 10; Dt 6, 13)
Adorar a Dios es reconocerle como Dios, como
Creador y Salvador, Señor y Dueño de todo lo
que existe, como Amor infinito y Misericordioso.
5. Con respeto y sumisión
Adorar a Dios es también
reconocer, con respeto y
sumisión, que nosotros, como
criaturas, sólo existimos por
Dios, que todo lo que somos
se lo debemos a él.
La adoración de Dios se debe
convertir en alabanza y
bendición, como hizo laVirgen
María en el canto del
Magnificat, confesando con
gratitud que él ha hecho cosas
grandes y que su nombre es
santo.
6. El Señor nos enseñó
que “es necesario
orar siempre, sin
desfallecer” (Lc
18,1). Jesús
mismo es el maestro
y modelo perfecto
de oración.
Él pasaba noches
enteras en diálogo
íntimo con su Padre
y enseñó a sus
discípulos a dirigirse
a Dios como Abbá,
como Padre
cariñoso.
Es necesario orar siempre
7. Cómo hay que orar
San Lucas nos ha
transmitido tres
parábolas de Jesús
sobre cómo hay que
orar
La del amigo
inoportuno
(Lc 11, 5-13)
La de la viuda
(Lc 18, 1-8)
La del fariseo y el
publicano (Lc 18, 9-14).
8. La oración puede ser de
alabanza
De acción de gracias
De súplica de perdón
De petición por alguna
necesidad
De intercesión en favor
de otro, etc
Pero en todas sus
formas es hablar con
Dios confiando que él
atiende nuestra súplica.
9. No tomar el nombre de Dios en vano
El nombre de Dios es santo
ya que se refiere al misterio
de Dios mismo y a su realidad
sagrada.
• Por eso debe ser siempre
tratado con deferencia y
respeto.
Si se pronuncia el nombre de
Dios debe de ser siempre
• Para bendecirlo,
• Alabarlo
• Y glorificarlo.
10. Segundo mandamiento
El segundo mandamiento de la Ley de
Dios prohíbe profanar el nombre de
Dios, es decir, todo uso irrespetuoso de
su santo nombre y, por derivación, del
nombre de la Virgen María y de todos
los santos.
La blasfemia es una grave injuria al
nombre de Dios. Es de suyo un pecado
muy grave.
Pero también es blasfemo recurrir al
nombre de Dios para justificar prácticas
criminales, cometer actos de terrorismo
o dar muerte en su nombre.
Las palabras malsonantes que emplean
el nombre de Dios, aunque no tengan
intención de blasfemar, son una falta de
respeto hacia su santo nombre y son,
por lo tanto, pecado contra el segundo
mandamiento
11. Santificarás las fiestas
El tercer mandamiento de
la Ley de Dios nos manda:
“Seis día trabajarás y harás
todos tus trabajos, pero el
día séptimo es día de
descanso para el Señor, tu
Dios.
No harás ningún trabajo”
(Ex 20, 9-10).
Para los cristianos, el día
séptimo es el domingo, el
día de la resurrección del
Señor.
La celebración litúrgica del
domingo cumple con la
obligación de dar culto a
Dios.
12. Testimonio y fidelidad a Cristo
La Eucaristía dominical y la de las
principales fiestas cristianas tiene un
papel principalísimo en la vida de la
Iglesia y en la vida de todo cristiano.
La participación en la celebración de
la Misa es un testimonio de
pertenencia y fidelidad a Cristo y a su
Iglesia.
Los que deliberadamente y sin causa
grave faltan a esta obligación
cometen un pecado grave.
13. Escuchar la palabra de Dios
El lugar habitual para la
celebración del domingo es la
parroquia, donde se reúne la
comunidad para escuchar la
palabra de Dios, ofrecer al
Padre el sacrificio de Cristo y
recibir el cuerpo y la sangre
del Señor.
Cuando falta el sacerdote, se
recomienda vivamente que
los fieles participen en una
celebración de la palabra y
permanezcan un tiempo en
oración.
14. ORACIÓN
Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor,
tuyas son la alabanza, la gloria y el honor; tan
sólo tú eres digno de toda bendición, y nunca
es digno el hombre de hacer de tí mención...
Loado seas por toda criatura, mi Señor. Las
criaturas todas, load a mi Señor. Amén.