El documento habla sobre el Hermano Pablo, un misionero que pasó 21 años en El Salvador y tuvo una amistad cercana con los abuelos del autor. El autor conoció al Hermano Pablo en los años 90 y quedó impresionado por sus sermones. El Hermano Pablo compartió su método para leer la Biblia de forma ordenada, lo cual ayudó mucho al autor a leer la Biblia completa. Cada vez que se encontraron después, el Hermano Pablo recordó con cariño a los abuelos del autor.
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Testimonio del hermano pablo
1. Hermano Pablo, el compositor
Escrito por Noel Navas el enero 30, 2012
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Mis recuerdos del Hermano Pablo.
“El Hermano Pablo nos casó a tu abuelo y a mí”, me dijo mi abuela Isabel. Así me enteré desde adolescente
acerca del vínculo que existió entre mi abuelo Juan Benavides y el Hermano Pablo.
El Hermano Pablo fue misionero en El Salvador durante 21 años desde 1943. Fue durante ese tiempo que mi
abuelo, un pastor de las Asambleas de Dios en la zona oriental, y él se hicieron amigos.
La primera vez que lo oí enseñar fue en una Conferencia Anual de las Asambleas de Dios a mediados de los
´90. Como parte del equipo de alabanza del Templo Cristiano nos invitaron a dirigir la adoración durante las
noches donde el Hermano Pablo predicaría. Recuerdo que cuando nos informaron que estaríamos en dicho
evento y que él enseñaría, pensé: “¡Oh, no! Si él enseña como lo hace en los programas de T.V., seguramente
serán unas conferencias aburridas”.
Yo nunca lo había oído predicar y lo que conocía era por el programa Un Mensaje a la Conciencia que a veces
veía. Yo pensaba que si él enseñaba como lo hacía en el programa sus sermones serían una lista interminable
de anécdotas que nunca acabarían.
Cuál fue mi sorpresa sino que las noches que dirigimos la adoración y luego pasó a predicar, sus sermones no
eran anécdota tras anécdota. No, eran sermones grandiosamente elaborados y cuya profundidad bíblica y
sentido práctico nos cautivaron a todos. Tanto a los más de 700 pastores que se reunían cada noche como al
equipo de alabanza con quienes ministramos.
Por supuesto que el Hermano Pablo relató anécdotas, pero no tomadas de su programa, sino de su propia vida
y ministerio. Al terminar la primera noche yo iba contentísimo hacia mi casa y pensando: “¡Qué gran
predicador este tipo!”
Una de esas noches de Conferencia, como parte de su sermón el Hermano Pablo compartió con los asistentes
su forma personal de estudiar la Biblia. Francamente no recuerdo el título del mensaje, pero durante esos días
yo estaba batallando con encontrar un método personal de lectura bíblica que me ayudara a leerla todos los
días y sin fallar. Para vergüenza mía nunca había leído la Biblia totalmente.
Por eso, cuando el Hermano Pablo comenzó a explicar su forma de leerla, saqué papel y lápiz y tomé nota de
su método. Él dijo:
“Yo leo la Biblia de la siguiente manera. Yo he seccionado los 66 libros de la Biblia en 6 grupos, uno para
cada día de la semana. El lunes leo la sección comprendida entre Génesis y Deuteronomio. Por ejemplo, ese
día leo 3 ó 5 capítulosy al terminar pongo una seña en donde me quedé y retomo la lectura el siguiente lunes
para continuarleyendo lo que comprende esa sección. El martes leo de Josué a Ester y hago lo mismo, leo en
orden la cantidad de capítulosque yo desee y pongo una seña donde me quedé para continuar con mi lectura
de esa sección todos los martes. El miércoles leo Job a Cantares. El jueves Isaías a Malaquías. El viernes
2. Mateo hasta Hechos y el sábado Romanos hasta Apocalipsis. ¿Qué leo el domingo? ¡Nada! ¡Ese día voy a la
iglesia!”
Luego de explicar esto, el Hermano Pablo mencionó que ese método le había ayudado a leerla completa
varias veces en su vida. Que leer de ese modo le daba la sensación de estar leyendo todas las partes de la
Biblia a la vez y de forma ordenada. Dijo que ya no tenía esa horrible sensación de que mientras leía Génesis
tendría que esperar muchos meses hasta llegar a los evangelios. No, él sentía que al leer con ese método podía
leer de todas la partes de la Biblia durante la semana y que no se estaba perdiendo de nada.
También mencionó algo con lo que yo me sentí sumamente identificado. Dijo que el método de lectura de “La
Biblia en un año” no le funcionaba. Debido a que si por alguna razón no leía un par de días, le estresaba la
idea de ponerse al día con todos los capítulos que tenía que leer más los del propio día. Unos años después,
me contó que con su método podía leer la Biblia sin estrés y a su propio ritmo, y que podía leerla completa en
menos 8 meses.
Al terminar la Conferencia decidí adoptar como mío el “Método de lectura bíblica del Hermano Pablo” y me
entregué a la tarea de estudiarla de principio a fin sin detenerme.
¿El resultado? Leí la Biblia en dos ocasiones seguidas de forma consciente y ordenada en menos de 5 años.
¡Lo siento! ¡Yo no soy el Hermano Pablo! Je. Al terminar de hacerlo por segunda vez, decidí obsequiarme
una Biblia Reina Valera 1995 como premio a lo que para mí fue una hazaña. Era 1,999 y como andaba en
Costa Rica me obsequié esa Biblia de estudio.
Yo estaba tan contento por este logro que al saber que el Hermano Pablo visitaría mi iglesia unas semanas
después, decidí acercármele y contarle cómo su método me había ayudado.
Una de las noches que estuvo predicando, el Hermano Pablo pasó por donde yo estaba sentado y aproveché
para saludarle. Le dije que era nieto de Juan Benavides y se le iluminaron los ojos. Además , le conté cómo su
método me había ayudado a leer la Biblia entera y le pedí si podía escribirme algo en mi Biblia nueva. Él
puso:
“Mi hermano Noel, el trasfondo que Dios le dio, sus abuelos y padres, son un ejemplo en fuerza y en
dirección. ¡Lo felicito! Sea SIEMPRE fiel al Señor y al pueblo que lo necesita. Su amigo, Hermano Pablo”.
Volví a ver al Hermano Pablo en un par de ocasiones más, la última fue en Octubre de 2008 en COICOM,
Panamá. En un momento del evento, entre conferencia y conferencia, aproveché para saludarlo. Me volví a
presentar como el nieto de Juan Benavides, sonrió una vez más y conversamos unos 10 minutos. Entre varias
cosas que hablamos me dijo sobre mi abuelo:
“Con Juan viajamos juntos, ministramos juntos, predicamos juntos. Éramos muy amigos, una gran persona.
Cuando supe que murió me dolió en el corazón. No porque murió, sino por la forma que murió, por el
accidente. Su esposa Isabel fue muy cercana a nosotros también. La queremos mucho. Recientemente le
escribí a ella sobre un sueño que yo tuve. En el sueño yo vi a Juan tal y como lo recuerdo… Joven, fuerte,
firme. Me impresionó tanto que le conté a Linda sobre el sueño.Uno sueña muchas cosas, los sueños vienen y
van, pero ese sueño sí tenía significado para mí. El hecho de que él está en el cielo y que bajó para verme y
hablar conmigo, fue muy especial”.
El sueño al que se refirió esa vez, fue uno que él tuvo a mediados de 2008 y que nadie, excepto nuestra
familia, conoció. Unos días después de haber soñado, él intentó comunicarse con mi abuela, que aun vive,
pero como no lo consiguió le escribió a mi tío Juan Benavides, el hijo menor de mi abuelo.
He aquí, y por primera vez, el último email que mi familia recibió del Hermano Pablo en 2008.
“Mi querido hermano Juan:
He querido comunicarme con su querida madre por la razón que usted verá adelante. Como usted sabe yo
tuve el gran privilegio de unir en santo matrimonio a sus padres. Digo ´gran privilegio´ por el
compañerismo, el amor y la gran amistad que nos unió con su querido padre.
Antes de que lea lo que sigue, permítame, hermano Juan, mencionar que Dios, a través de todos los tiempos,
se ha revelado con el humano por medio de sueños. No me refiero a sueños que son el producto de los
muchos frijoles la noche anterior. Me refiero a sueños que uno sabe son diferentes del sueño común. Algunos
ejemplos bíblicosson José hijo de Jacob, Gedeón, Daniel, Salomón y José esposo de María y madre de Jesús.
¡Lo puede corroborar usted mismo en la Biblia!
3. Mi hermano Juan, menciono estos ejemplos porque confirman el hecho de que Dios usa sueños para
comunicarse con el humano. Lo que sigue es algo que me impresionó a mí. Era tan vivo y tan real. Es
primera vez que sueño con un ser que se me aparece desde el cielo.Lo que relato a continuación es mi su eño.
Uno de mis más cercanos amigos cuando vivíamos en El Salvador era Juan Benavides, el esposo de Isabel.
Desde que supe de su trágica muerte en 1,989 no he tenido ninguna relación con los Benavides excepto
cuando la vi a ella y a usted en una iglesia en San Salvador, no hace muchos años.
El caso es que anteanoche, el miércoles 3 de junio, como a las 5 de la mañana, tuve un sueño muy fuerte e
impresionante. Duró sólo unos minutos pero en el sueño se me acercó mi antiguo amigo: Juan Benavides.
Alto, joven y fornido. Vino hacia mí y me dio un abrazo. Mejor dicho: nos abrazamos. Estábamos en un
campo abierto. Hablamos de ´no recuerdo qué´ por un pequeño rato. Recuerdo que le dije: ¿Puedo orar por
ti? Y luego pensé: pero tú vienes del cielo, eres tú quien puedes orar por mí.
Luego él se separó de mí como unos 2 ó 3 metros mientras seguíamos hablando. Se me ocurrió, en el sueño,
querer tomarle una fotografía y él me dijo que podía tomarla pero una foto de él no se vería. Comprendí
entonces que él me visitaba desde el cielo donde habitaba, y que seres celestiales no pueden ser notados en
fotos porque son espíritus. No recuerdo habernos despedido pero con esa última escena desperté.
Quedé fuertemente impresionado. Comenzando con que es primera vez que sueño con alguien que me visita
desde el cielo. Además, fue con alguien a quien amaba muchísimo. Nos llevamos tan bien, nunca tuvimos
diferencia de opinión y siempre nos buscábamos para tener momentos juntos.
Esto, hermano Juan, era lo que yo quería relatarle a su querida madre. Usted puede enseñarle esta carta.
Con eso ella sabrá porque traté de comunicarme con ella.
Su siervo, amigo y hermano:
Hermano Pablo”.
En Marzo de 2008 que lancé La Aventura de Componer comencé a publicar la serie: “Las mejores canciones
de Latinoamérica” que Carlos Rey y Un Mensaje a la Conciencia publicaron en su sitio y que me autorizaron
reproducir en el blog. Desde entonces surgió una amistad con Carlos Rey que sigue hasta hoy.
Como mi abuela Isabel ya me había contado mucho tiempo antes sobre la faceta de compositor del Hermano
Pablo, aproveché para solicitar a la Asociación Evangelística Hermano Pablo más información al respecto y
me proveyeron las partituras originales de algunos de los himnos que él compuso mientras vivió en El
Salvador. Y además, me obsequiaron un DVD que produjeron en homenaje a los 50 años del ministerio.
Para sorpresa mía el video de la canción “Esclavo era yo”, que aparece en el DVD, es una que el Hermano
Pablo me relató cómo la escribió esa vez que conversamos en Panamá. Él me dijo: “Sí, recuerdo que escribí
´Esclavo era yo´ sentado en una hamaca en una aldea de El Salvador. Yo tenía una guitarrita pequeña y
comencé a sonar los acordesy me salió la canción de una sola vez, letra y música. Fueron entre 6 u 8 himnos
que escribí”.
Como usted sabe, el Hermano Pablo pasó a la presencia del Señor el viernes pasado en la madrugada. Por eso,
a continuación comparto con todos el video de la canción “Esclavo era yo” con imágenes alusivas a su vida y
ministerio, y que Carlos Rey y su hijo produjeron y rearreglaron.
Pensar en el Hermano Pablo despierta en mí un afecto muy especial, no solo por la cercanía que tuvo con mis
abuelos y mis tíos, sino por el cariño que siempre me mostró y de paso, por compartirme su método personal
de estudiar la Biblia que tanto me ha ayudado en mi vida devocional.
Cuando pienso en el Hermano Pablo pienso en las palabras del Señor: “De manera que cualquiera que
quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado
en el reino de los cielos; pero cualquiera que los cumpla y los enseñe, éste será llamado grande en el reino
de los cielos” (Mateo 5:19).
Definitivamente él es uno de los grandes del reino.