1. E N V I D I A
Éxodo 20:17
20:17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni
su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
La palabra ENVIDIA viene del Latín “INVIDERE” compuesta de:
“IN”
Poner sobre, Ir hacia, también significa Contra.
“VIDERE”
Mirar o Ver
Se traduce como mirar con malos ojos.
La envidia es el sufrimiento, el pesar, la amargura que siente una persona cuando su prójimo le va
bien en cualquier área de su vida. Es resentimiento o rivalidad por el éxito, logros y ventajas de
alguien más.
GENESIS 26: 12 – 15
26:12 Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo
DIOS.
26:13 El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy
poderoso.
26:14 Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron
envidia.
26:15 Y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham su padre en sus días,
los filisteos los habían cegado y llenado de tierra.
SANTIAGO 3: 16-18
3:16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
3:17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable,
benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
3:18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.
La envidia ha estado presente desde el comienzo de la humanidad, Caín mató a Abel por envidia. Por
que Dios vio con agrado la ofrenda de Abel.
2. GENESIS 4: 5 – 8
4:5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera,
y decayó su semblante.
4:6 Entonces DIOS dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu
semblante?
4:7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta;
con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.
4:8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el
campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.
El envidioso observa detenidamente todo lo que le rodea y siempre encuentra algo deseable que
poseen los demás, aún cuando él también tenga atributos quizás deseables a los ojos de los demás.
Pero el nunca está conforme.
La envidia es un sentimiento de frustración insoportable ante algún bien material o de cualquier
índole de otra persona. Se puede envidiar la situación económica, el estatus social, la belleza, el
talento, el poder, el éxito.
La envidia puede llevar a una persona a estar enfermo para recibir atención y cuidados. La envidia
es tristeza ante el bien ajeno.
La envidia puede sumir a una persona en un odio continuo y convertirla en constante vengador de lo
que cree es justo.
JOB 5: 2
5:2Es cierto que al necio lo mata la ira, Y al codicioso lo consume la envidia.
PROVERVIOS 27: 4
27:4 Cruel es la ira, e impetuoso el furor; Mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?
PROVERVIOS 14: 30
4:30 El corazón apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos.
ECLESIASTES 4: 4
4:4 He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre
contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
ISAIAS 14: 12 – 17
14:12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú
que debilitabas a las naciones.
14:13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios,
levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte;
14:14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
14:15 Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.
14:16 Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel
3. varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos;
14:17 que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos
nunca abrió la cárcel?
El pecado de la envidia se regocija en la desgracia del otro.
La persona que ostenta un cargos suele ser consecuencia del deseo oculto de eliminar a la persona
envidiada.
DAVID Y BETSABÉ
David averigüó que la hermosa muchacha tenía por nombre Betsabé y que estaba casada
con Urías, un oficial de la guardia real; Betsabé se encontraba de visita en palacio y se
marcharía pasados unos días. Sin embargo, David no prestó atención al pecado que
cometía e hizo venir a la preciosa mujer que estaba en la flor de su juventud a su lado,
quien sin mostrar demasiada resistencia fue suya, ardiendo en pasión junto a David, quien
con maestría la consintió en los placeres de la sensualidad.
Poco tiempo después, David y Betsabé siguieron encontrándose hasta que Betsabé le
confesó que estaba embarazada de él. Primero, Betsabé, consciente de su falta, trató de
proteger al rey, diciéndole que podía deshacerse del problema pues conocía a la persona
adecuada a lo que David se negó rotúndamente exclamando "¡Éste es el hijo de un
rey!". Tampoco consintió el sacrificio de ella y rápidamente se dispuso a armar un plan
para resolver el gran problema que tenían entre manos.
Siendo un rey astuto, David pensó que quizás el hacer parecer que ese hijo era del marido
de Betsabé, pondría un fin a la situación. Y así lo intentó, llamando a Urías del frente
en Raba, ciudad que era asediada por las tropas israelitas en el momento. Urías acudió al
llamado del rey y se le fue ofrecida una temporada de paz y descanso de las penurias de la
guerra, sugiriendo maliciosamente que fuera al lado de su mujer y la consintiera como era
debido. Sin embargo, Urías era un soldado en toda la extensión de la palabra, hombre
rudo e insensible, acostumbrado a las carencias de la guerra, a la vida dura y aspera de
quien tiene que esperar el momento de la acción bajo las condiciones más tormentosas y
ponerse en guardia enérgicamente de un momento a otro contra sus enemigos. De esta
manera, Urías no iba con su mujer y prefería quedarse bebiendo en palacio y dormir en el
duro piso. David intentó nuevamente que Urías tocara a su mujer, pero todas las
invitaciones de David caerían en oídos sordos.
El tiempo apremiaba y ante la desesperación y el fracaso de su anterior idea, David toma
un camino oscuro y sangriento: decide eliminar a Urías. Para conseguir su
propósito, David se vale de Joab, general al mando, quien al leer una carta del rey David,
pone a Urías en el punto más peligroso de la batalla y luego lo deja solo, asegurándole la
muerte. Con Urías fuera del camino, David ahora es libre de disfrutar del amor
de Betsabé, con quien se casa y vive feliz por meses, hasta que es confrontado por el
profeta Natán, uno de los pocos hombres que se atrevía a hablar libremente y de frente al
rey David.
NUMEROS 14: 24
4. 14:24 Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de
mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.
Caleb junto con dos millones de Judíos salieron de Egipto después de 400 años de opresión.
Estaban a 12 días del sueño que Dios les había preparado. Empezaron a caminar y en medio del
desierto comenzaron a pelear, a chismear, a criticarse. Y Dios se enojó tanto que dijo “como me
han tentado, me he molestado, se quedarán 40 años en el desierto.
Dante Alighieri imaginó que en el infierno los envidiosos “tiene los ojos cocidos por que disfrutan
de ver caer a otros. Cuando la envidia está en nuestra carne hay que cerrar los ojos del deseo y
abrir los del espíritu, porque con el espíritu vencerá a la carne.
La mejor manera de desterrar la envidia es el ayuno y la oración y pedir por la persona envidiada.
ROMANOS 7: 5 – 7
7:5 Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley
obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.
7:6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos
sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen
viejo de la letra.
7:7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el
pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No
codiciarás.
ROMANOS 13: 12 – 14
13:12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las
tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
13:13 Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en
lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia,
13:14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.
LA ENVIDIA SE PUEDE EVITAR
1.- Cuando deseas el bien a nuestros semejantes.
2.- Estando conforme con lo que tenemos y Dios nos ha dado; sea mucho o sea poco aunque otros
tengan más.
Debemos darle gracias a Dios por que él sabe hasta dónde podemos recibir, hay que dejar la codicia
y la ambición que nos lleva a faltarle al Señor violando sus mandamientos
1CORINTIOS 13: 4
5. 13:4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso,
no se envanece;
Tienes verdadero amor en tu corazón o envidia, no puedes tener las dos cosas. Si has descubierto
que tienes envidia tienes que sacarla de tu corazón.
ROMANOS 13: 12 – 14
13:12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las
tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
13:13 Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en
lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia,
13:14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.
Si hoy tienes envidia, mañana tendrás orgullo. Sólo es cuestión de tiempo y quizás por eso Dios
tiene bendiciones retenidas.
También por envidia Raquel envidiaba a Lea, porque ella tenía hijos. Dios tuvo que sacar la envidia
de su corazón para que Dios la bendijera con un hijo.
GENESIS 30: 1, 17 – 18
30:1 Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a
Jacob: Dame hijos, o si no, me muero.
30:17 Y oyó Dios a Lea; y concibió, y dio a luz el quinto hijo a Jacob.
30:18 Y dijo Lea: Dios me ha dado mi recompensa, por cuanto di mi sierva a mi marido;
por eso llamó su nombre Isacar.
Todos en algún momento tenemos la tentación de envidia a alguien, debemos aprender a manejar la
envidia. Pablo le escribe a los corintios y les dice que no los quiere encontrar envidiando a otro.
2 CORINTIOS 12: 20 – 21
12:20 Pues me temo que cuando llegue, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado de
vosotros cual no queréis; que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, divisiones,
maledicencias, murmuraciones, soberbias, desórdenes;
12:21 que cuando vuelva, me humille Dios entre vosotros, y quizá tenga que llorar por
muchos de los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y
fornicación y lascivia que han cometido.
Por más que cantemos y alabemos podemos tener envidia.
6. Dios tiene bendiciones directamente ligadas al comportamiento. Cuando decimos que Dios te quiere
bendecir, ahí mismo encuentras el deber de comportarte.
GENESIS 20: 1 – 2, 6
20:1 De allí partió Abraham a la tierra del Neguev, y acampó entre Cades y Shur, y habitó
como forastero en Gerar.
20:2 Y dijo Abraham de Sara su mujer: Es mi hermana. Y Abimelec rey de Gerar envió y
tomó a Sara.
20:6 Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho
esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases.