2. Yahvé: ¿Quién es en Realidad?
Como hemos podido ver, que Yahvé es un personaje terrible que
anda eternamente disgustado con los hombres que él mismo
creó; lo cual no deja de ser chistoso, ya que siendo perfecto
pudo habernos hecho buenos a todos y evitarse tantas rabietas.
Sin embargo, prefiere que seamos malos con objeto de tener el
gusto de castigarnos con una saña y un sadismo que harían
palidecer al mismo demonio que se pretende decirnos que no es
él mismo. Sin embargo, con todo lo que hemos podido leer de
“Su Palabra” hasta ahora, nos convence cada día más, que
Yahvé, no es otro que Satanás.
Para muchos, este comportamiento no bastará, y aún así dirán
que este análisis es especulativo. No importa que Yahvé, haga
todo lo que hace un demonio: Ahoga en masa, mata por lluvia de
fuego y azufre a ciudades enteras, aplasta con piedras a los
enemigos de su pueblo (Josue 10: 11, lo que nos indica además
que es un Dios Local), castiga inocentes hasta una cuarta
generación, pasa y manda a pasar por la espada, el cuchillo, las
piedras y toda una serie de plagas y así se la pasa Yahvé en todo
el Viejo Testamento, cometiendo mil injusticias y crueldades para
tratar de gobernar por medio del terror, la matanza y el
exterminio,demostrando ser un Dios sanguinario que goza en
imponer todo a sangre y fuego,haciendo perecer a justos y
pecadores por igual. Promueve abusos a la mujer,incestos,
engaños, usurpación, conspiraciones, proxenetismo,
prostitución, sacrificios humanos, comete crímenes de guerra,
promueve la mala paternidad, siembra odios, instigamiento,
sadismo, cizañas, esclavitud, seducción, violación,racismo,
extorsión, usura, patrocina el crimen por adulterio y apropiación,
trampas,manipula la voluntad, mata inocentes, miente y rompe
sus promesas, pero además, castiga si no le obedecen y si le
obedecen, también castiga. Nada de esto importará, estos
parásitos que viven del terror de nuestra sociedad, siempre
buscarán la excusa de que “Los caminos del Señor son
misteriosos”. Tal es el caso nuevamente de David:
Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a
David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de
3. Judá. Y dijo el rey a Joab, general del ejército que estaba con él:
Recorre ahora todas las tribus de Israel, desde Dan hasta
Beerseba, y haz un censo del pueblo, para que yo sepa el número
de la gente. Joab respondió al rey: Añada Jehová tu Dios al
pueblo cien veces tanto como son, y que lo vea mi señor el rey;
mas ¿por qué se complace en esto mi señor el rey?
Pero la palabra del rey prevaleció sobre Joab y sobre los
capitanes del ejército. Salió, pues, Joab, con los capitanes del
ejército, de delante del rey, para hacer el censo del pueblo de
Israel. Y pasando el Jordán acamparon en Aroer, al sur de la
ciudad que está en medio del valle de Gad y junto a Jazer.
Después fueron a Galaad y a la tierra baja de Hodsi; y de allí a
Danjaán y a los alrededores de Sidón. Fueron luego a la fortaleza
de Tiro, y a todas las ciudades de los heveos y de los cananeos,
y salieron al Neguev de Judá en Beerseba.
Después que hubieron recorrido toda la tierra, volvieron a
Jerusalén al cabo de nueve meses y veinte días. Y Joab dio el
censo del pueblo al rey; y fueron los de Israel ochocientos mil
hombres fuertes que sacaban espada, y los de Judá quinientos
mil hombres. Después que David hubo censado al pueblo, le
pesó en su corazón; y dijo David a Jehová: Yo he pecado
gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, te
ruego que quites el pecado de tu siervo, porque yo he hecho muy
neciamente.
Y por la mañana, cuando David se hubo levantado, vino palabra
de Jehová al profeta Gad, vidente de David, diciendo: Ve y di a
David: Así ha dicho Jehová: Tres cosas te ofrezco; tú escogerás
una de ellas, para que yo la haga. Vino, pues, Gad a David, y se lo
hizo saber, y le dijo: ¿Quieres que te vengan siete años de
hambre en tu tierra? ¿o que huyas tres meses delante de tus
enemigos y que ellos te persigan? ¿o que tres días haya peste en
tu tierra? Piensa ahora, y mira qué responderé al que me ha
enviado.
Entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy; caigamos
ahora en mano de Jehová, porque sus misericordias son
muchas, mas no caiga yo en manos de hombres. Y Jehová envió
la peste sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y
murieron del pueblo, desde Dan hasta Beerseba, setenta mil
hombres. Y cuando el ángel extendió su mano sobre Jerusalén
para destruirla, Jehová se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel
que destruía al pueblo: Basta ahora; detén tu mano. Y el ángel de
Jehová estaba junto a la era de Arauna jebuseo.
4. Y David dijo a Jehová, cuando vio al ángel que destruía al
pueblo: Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron estas ovejas?
Te ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra la casa de mi
padre. Y Gad vino a David aquel día, y le dijo: Sube, y levanta un
altar a Jehová en la era de Arauna jebuseo. Subió David,
conforme al dicho de Gad, según había mandado Jehová; y
Arauna miró, y vio al rey y a sus siervos que venían hacia él.
Saliendo entonces Arauna, se inclinó delante del rey, rostro a
tierra.
Y Arauna dijo: ¿Por qué viene mi señor el rey a su siervo? Y
David respondió: Para comprar de ti la era, a fin de edificar un
altar a Jehová, para que cese la mortandad del pueblo. Y Arauna
dijo a David: Tome y ofrezca mi señor el rey lo que bien le
pareciere; he aquí bueyes para el holocausto, y los trillos y los
yugos de los bueyes para leña. Todo esto, oh rey, Arauna lo da al
rey. Luego dijo Arauna al rey: Jehová tu Dios te sea propicio.
Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré;
porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me
cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por
cincuenta siclos de plata. Y edificó allí David un altar a Jehová, y
sacrificó holocaustos y ofrendas de paz; y Jehová oyó las
súplicas de la tierra, y cesó la plaga en Israel. (2 Samuel 24: 1-25).
Analicemos esto. Dios manda a hacer un censo y por alguna
razón David es el culpable, por lo que pagan los inocentes, aún
cuando todo es incitado por el buen Yahvé. Aún cuando David
cumplió el divino capricho de su Dios, fue castigado.Debe ser
que lo castigaron por no saber contar, ya que nos encontramos
con la deficiencia matemática de los generales de David, y
podemos ver que en Israel se encontraron Ochocientos mil
hombres aptos para la guerra y en Judá se encontraron
quinientos mil más (2 Samuel 24: 9) lo que nos da un total de un
millón, trescientos mil hombres.
Sin embargo, cuando nos vamos a leer 1 Crónicas 21: 5, nos
damos cuenta del porque de la ira de Yahvé, ya que en Israel en
realidad había Un millón cien milhombres y Cuatrocientos
setenta mil, en Judá, para un total de un millón quinientos
setenta mil hombres o sea 270,000 hombres más. Claro, Yahvé
tenía que hacer una masacre, por el pecado capital de no saber
contar o porque David le quería esconder la cifra real. Pero la
abrumadora verdad, precisamente nos la da 1 Crónicas, quien
nos revela con claridad, quien era realmente Yahvé y a quien
realmente estaba sirviendo David al hacer el Censo:
5. Se levantó Satanás contra Israel e incitó a David a que hiciera
censo del Pueblo. (1 Crónicas 21: 1).
¿Hace falta mayor claridad? Ya no se trata de que estemos
deduciendo que por el comportamiento que ha mostrado este
Dios, realmente se trata del Demonio. Ya no es algo que salta a la
vista en sus textos cuando vemos que ahoga en masa, mata por
lluvia de fuego y azufre a ciudades enteras, aplasta con piedras a
los enemigos de su pueblo, castiga inocentes hasta una cuarta
generación, pasa y manda a pasar por la espada, el cuchillo, las
piedras y toda una serie de plagas,cometiendo mil injusticias y
crueldades, promueve abusos a la mujer, incestos, engaños,
conspiraciones, usurpación, proxenetismo, prostitución,
sacrificios humanos, comete crímenes de guerra, promueve la
mala paternidad, siembra odios, instigamiento, sadismo,
esclavitud, seducción, violación, racismo, extorsión,usura,
patrocina el crimen por adulterio y apropiación, trampas,
manipula la voluntad, mata inocentes, miente y rompe sus
promesas, pero además, castiga sino le obedecen y si le
obedecen, también castiga. Ahora se trata de que es su propia
palabra la que lo confiesa. No podemos pensar que esta, como
palabra de Dios está errada ¿Correcto? Es la misma Biblia, la
Palabra Iluminada de Dios y en un libro posterior, la que nos dice
que en realidad Yahvé era SATANÁS y que incitó a David a hacer
el famoso censo, asunto que nos gustaría ver como lo explican
estos parásitos, que quieren vivir del diezmo, del dolor ajeno y
ofreciendo falsas expectativas de salvación. A lo mejor por eso
nunca quería Yahvé dar su nombre.
Lo peor de todo es que su hijo, Jesús, avala todo sin cambiar una
tilde ni una coma y también mintió en cuanto a la supuesta
salvación y su camino para llegar a ella dando mensajes
contradictorios. Pero la ratificación del hecho que Yahvé no es
otro que Satanás, en base a sus actos, la podemos ver en la
sentencia que dio el Nuevo Testamento (la palabra de Junior),
quien nos dice con claridad:
“Por sus obras los conoceréis” (Mateo 7: 15-20)