2024 - PPT - 10 Días de Oración - Orientaciones para uniones y campos - ESP...
Si confesamos...
1. Si Confesamos…: por Jorge Romero Díaz www.slideshare.net/jorgeromerodiaz3
SI CONFESAMOS…
Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
«1 Juan 1:9 BTX3»
En el capítulo uno de la 1 epístola del apóstol Juan, encontramos varios Si condicionales, y este versículo 9 es uno
de ellos, en el v.6 tenemos “Si decimos que tenemos comunión con él…”, en el v.8 “Si decimos que no tenemos
pecado…”. Y en este v.9 tenemos el método de Dios para los creyentes que están tratando con el pecado en sus
propias vidas.
Aquí se nos dice que debemos confesar nuestros pecados, y, ¿qué es lo que quiere decir con esto de confesar
nuestros pecados? Pues bien, el término griego utilizado aquí es omologéo, el cual es un término griego que se
compone de las palabras “hablar” y “lo mismo”, por lo que su traducción es “hablar lo mismo”, ¿y eso qué significa?
Pues es sencillo, cuando Dios dice que no hemos cumplido su voluntad; que pecamos, lo que debemos hacer en
tal caso, es ponernos de Su lado, y reconocer humildemente nuestro pecado después de haber nacido de nuevo,
aquello que hemos hecho fuera de Su voluntad. Estar de acuerdo con Dios cuando nos señala y nos dice que hemos
pecado, tenemos que decir, observándonos a nosotros mismos: “Señor, tienes razón, he pecado”.
Así, yo digo lo mismo que el Señor dice, y confieso mi pecado. Eso es lo que quiere decir si confesamos nuestros
pecados (Fíjese en el PLURAL. Se refiere a acciones específicas de pecado).
Omologéo está en PRESENTE, lo cual implica una acción permanente. La confesión significa:
1. Confesión de pecados específicos.
2. Dejar de cometer pecados específicos.
«El que encubre sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y los abandona alcanzará misericordia.»
Pro_28:13
«Mi pecado te hice saber y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a YHVH, Y Tú mismo
cargaste con la maldad de mi pecado. Selah»
Salmo 32:5 BTX3
Creemos que esa es una declaración que indica una de las grandes necesidades de los cristianos en el presente.
¿Puede recordar cuando fue la última vez que escuchó a un hijo de Dios decir: “He pecado”? Me he equivocado,
¿hice algo malo?” Rara vez se escucha a alguien decir eso.
La vida de un creyente no está marcada por la perfección, pero si por una nueva manera de vivir, que es diferente
a la manera en que el mundo vive, porque tiene una relación diferente con el pecado. Un verdadero cristiano, en
la medida que pasan los años, ve más fallas en su vida que cuando recién se había convertido al Señor, eso es
porque Dios está constantemente trabajando en la vida de Sus hijos.
Cuando hemos reconocido nuestras fallas, Él nos limpia. Eso es lo que nos demuestra lo que sucedió con el hijo
pródigo. Cuando él regresó a su hogar, antes de ser vestido con ropa nueva, él tuvo que lavarse. Usted no va a
pensar que el padre iba a colocar un vestido nuevo sobre un cuerpo tan sucio como el que tenía el hijo al haber
vivido en el chiquero. No, primero él hizo que tomara un buen baño, después le puso un vestido nuevo.
Por supuesto, después de esto, el hijo pródigo no fue donde su padre a decirle: “Papá, creo que me voy de nuevo
a vivir en una provincia alejada y terminar de nuevo en un chiquero”. No, por supuesto que no. Debemos decirle
que cuando usted ha confesado sus pecados a Dios, quiere decir que usted se ha apartado de esos pecados. Si Dios
aborrece el pecado, usted también lo aborrecerá.
No nos confundamos, esta epístola fue escrita a creyentes, la confesión de nuestros pecados al que refiere el apóstol
Juan, es después de ser regenerados, y no la confesión de nuestros pecados antes de serlo, como erróneamente
muchos lo interpretan.