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DICCIONARIO DE
ÉTICA CRISTIANA Y
TEOLOGÍA PASTORAL
3
DICCIONARIO DE
ÉTICA CRISTIANA Y
TEOLOGÍA PASTORAL
4
EDITORIAL CLIE
Galvani, 113
08224 TERRASSA (Barcelona) España
E-mail: libros@clie.es
Web: http://www.clie.es
PUBLICACIONES ANDAMIO ®
C/Alts Forns nº 68, sót. 1º
08038 Barcelona
Tel-Fax 93/432 25 23
E-mail: andamio@andamio-gbu.org
Publicaciones Andamio es la sección editorial de los Grupos Bíblicos Unidos de España (G.B.U.)
Preparado por: David Atkinson y David H. Field
Consultores: Oliver O’Donovan y Arthur F. Holmes
© Universities and Colleges Christian Fellowship, Leicester, England, 1995
All rights reserved
This translation of New Dictionary of Christian Ethics and Pastoral Theology first published in
1995 is published by arrangemente with Inter-Varsity Press, Leicester, United Kindgom
Traducción del inglés: Daniel Menezo
© 2004 Publicaciones Andamio® / Editorial CLIE para esta edición en castellano
Todos los derechos reservados
Clasifíquese: 43 TEOLOGÍA: Ética
CTC: 01-01-0043-15
Referencia: 22.44.06
DICCIONARIO DE ÉTICA CRISTIANA Y TEOLOGÍA PASTORAL
ISBN: 84-8267-414-5
Printed in Colombia
5
Índice
Prefacio.............................................................................................................. 7
Cómo usar este diccionario .......................................................................... 9
Abreviaturas................................................................................................... 11
Lista de colaboradores ................................................................................. 16
Primera parte
1. Dios............................................................................................................ 25
2. El amor ..................................................................................................... 34
3. La justicia y la paz ................................................................................. 42
4. La humanidad ......................................................................................... 49
5. El pecado y la salvación........................................................................ 57
6. Historia de la ética cristiana ................................................................. 65
7. Teología práctica y pastoral .................................................................. 75
8. La ética en el Antiguo Testamento...................................................... 82
9. La ética en el Nuevo Testamento ........................................................ 92
10. El carácter .............................................................................................. 102
11. La sexualidad ........................................................................................ 110
12. El cuidado pastoral, consejería y psicoterapia ............................... 120
13. La vida, la salud y la muerte ............................................................ 131
14. La ética de la asistencia médica ........................................................ 138
15. La ética mundial................................................................................... 147
16. La ética comunitaria ............................................................................ 158
17. La ética económica ............................................................................... 167
18. El razonamiento moral cristiano ....................................................... 176
Segunda parte.............................................................................................. 183
6
7
Prefacio
Mediante su recopilación de artículos sobre la ética cristiana y la teología pastoral, los
editores esperan que este Diccionario constituya un instrumento útil para pastores, obreros
sociales, médicos y asesores que trabajen dentro de un contexto cristiano, así como para
diáconos, líderes de iglesia, maestros, estudiantes de teología y personas interesadas en
estos temas. Hemos intentado, en la medida de lo posible, integrar, dentro de los términos
de cada área, las teologías moral, pastoral y práctica. La toma de decisiones suscita a
menudo preguntas sobre psicología pastoral, temperamento individual, factores sociales
y personales, así como elementos determinantes de diversa índole, psicológica, sociológica,
económica e ideológica. Tras estas cuestiones subyace un trasfondo moral determinado,
centrado en la pregunta básica «¿Qué hay que hacer?»; trasfondo que incluye una serie
de valores, obligaciones y principios morales. A su vez, tras ésta, hallamos un conjunto
de asunciones básicas respecto a cómo es el mundo, y a cómo son las personas; en otras
palabras, una determinada «teología».
Nuestro punto de vista teológico se fundamenta en la convicción esencial de que Dios
se ha dado a conocer en la persona de Jesucristo, su Hijo, y que sigue manifestándose a
nosotros por medio del Espíritu Santo que se mueve en la vida de su iglesia. La Biblia
constituye nuestra guía autoritativa respecto a la manifestación que hace Dios de sí mismo:
es la Palabra de Dios en forma escrita. Las tradiciones propias del pensamiento cristiano,
a través de los siglos, iluminan las variopintas maneras en que Dios ha guiado al ser
humano en la interpretación de la Biblia, en diversos contextos, ayudándole a discernir
su verdad y voluntad. El Espíritu Santo, que nos ha sido concedido para guiarnos a toda
verdad, nos informa y santifica nuestro raciocinio, de manera que con nuestras mentes,
así como con nuestros corazones y almas, podamos hallar formas adecuadas para expresar
nuestro amor por Dios y por el prójimo, así como para manifestar la justicia en todos las
facetas relativas a la raza humana.
Una característica especial de este Diccionario radica en que, en la Primera Parte, hemos
reunido dieciocho artículos «clave». Estos artículos no se encuentran colocados según el
orden alfabético tradicional, sino en un orden teológico (numerados del 1 al 18). Estos
artículos ofrecen una introducción básica a los temas esenciales dentro de la ética cristiana
y la teología pastoral, como si se tratase de un río caudaloso en el que confluyen arroyos
tributarios. Su orden teológico ilustra a las claras nuestro método. Comenzamos, tal y como
debería hacerlo todo pensamiento cristiano, con Dios, analizando luego las implicaciones
de su carácter, su amor y su justicia. Luego centramos nuestra atención en la naturaleza
del agente moral cristiano, y en los temas evangélicos del pecado y la salvación. Tras
realizar un examen general e histórico de la ética cristiana y de la teología práctica y pas-
toral, nos centramos en áreas de interés más específicas. Abordamos en artículos distintos
la ética del Antiguo y del Nuevo Testamento, analizando luego de forma concreta temas
tales como la sexualidad, la ética médica y los asuntos económicos. A modo de conclusión
para estos artículos fundamentales, incluimos un ensayo más amplio, escrito por el Pro-
fesor O’Donovan, que ilustra el método y el sentido de todo razonamiento moral cristiano.
8
Esperamos que estos artículos, cual piedras angulares, puedan utilizarse como un libro
de texto, que ofrezca al lector una amplia panorámica del campo a estudiar, incitándole
al mismo tiempo a examinar temas más específicos y detallados por medio de las refe-
rencias contenidas en las muchas entradas de la Segunda Parte. Por ejemplo, un lector
interesado en la «Ética económica» recibirá información sobre entradas más detalladas
contenidas en la Segunda Parte, relativas a temas como la gestión bancaria, el monetarismo,
las corporaciones multinacionales y los impuestos.
Este Diccionario también puede utilizarse en orden inverso, pasando de lo específico
a lo más general. El lector podrá descubrir, tras leer una entrada de la Segunda Parte
relativa a las segundas nupcias, que le interesa analizar más a fondo las tradiciones
teológicas cristianas relativas a éstas y al divorcio; entonces le remitiremos al artículo clave
introductorio que versa sobre la «Sexualidad», sito en la Primera Parte.
Cuando se debe elegir entre un número finito de artículos, es inevitable que se pro-
duzcan ciertas lagunas. La labor de sopesar el interés de nuestros lectores, contrapesándolo
con la necesidad de reducir este volumen a un tamaño manejable, no ha sido sencilla.
Excepto en el caso justificable de una o dos personas, no hemos incluido artículos biográ-
ficos sobre personas que siguen vivas.
Si bien los editores son conscientes de que algunos usuarios de este Diccionario pre-
fieren la expresión «Two-Thirds World» a la de «Tercer Mundo», esta última se encuentra
tan enraizada en el uso popular (como, por ejemplo, en la frase «ayuda al Tercer Mundo»),
que resultaría difícil, si no imposible, erradicarla de la conciencia pública. Por consiguiente,
han optado por la utilización de la expresión «Tercer Mundo», a pesar de las críticas que
algunos le prodigan.
Estamos muy agradecidos a todos los autores que han contribuido a esta obra con su
experiencia. Hemos recibido una ayuda importantísima del personal editorial de IVP, y
especialmente del Editor de Literatura Teológica, el reverendo David Kingdon, y de Jane
Horner, que ha demostrado ser una coordinadora administrativa muy eficiente para este
proyecto tan ambicioso. Hazel Medcalf ha contribuido con su gran experiencia, y no
pequeña dosis de paciencia, como editora, y el Dr. Philip Hillyer se ha encargado de la
revisión de los datos biográficos y de muchos que no aparecían en las biografías. Jo
Bramwell y Simon Fox han sido lectores de pruebas tremendamente diligentes Nuestros
editores consultivos, los profesores Oliver O’Donovan y Arthur Holmes, nos han ayudado
en gran medida gracias a su sabiduría y acertados consejos.
Esperamos sinceramente que este Diccionario resulte ser un instrumento útil para un
amplio círculo de cristianos, de modo que les ayude en la misión y el ministerio que
conlleva el reino de Dios.
David J. Atkinson
David H. Field
Prefacio
9
Cómo usar este diccionario
Esta introducción ofrece instrucciones para sacar el mejor partido posible al presente
diccionario.
Distribución
Con sólo hojear este diccionario, el lector verá que éste tiene una distribución diferente
a la de otras obras de consulta. En lugar de seguir el orden alfabético normal, está dividido
en dos partes.
La Primera Parte, tal y como explica el Prefacio, está dispuesta siguiendo un orden
teológico, comenzando con DIOS y acabando con EL RAZONAMIENTO MORAL CRIS-
TIANO. Cada uno de los 18 artículos de la Primera Parte ofrece una panorámica razo-
nablemente amplia de un área central dentro de la ética cristiana o la teología pastoral,
e incluimos una lista de entradas en el Índice. De manera que, por ejemplo, si el lector
desea tener un punto de vista general sobre el tema LA HUMANIDAD, debería empezar
leyendo el artículo de la Primera Parte. Una vez concluida la lectura del mismo, encontrará
al final una lista de referencias bajo el encabezado «Véase especialmente». Esto le indica la
existencia de artículos relacionados con el tema, incluidos en la Segunda Parte. Así, en
relación con LA HUMANIDAD, es posible que usted desee estudiar asuntos como LA
ADOLESCENCIA, EL TRABAJO, EL MATRIMONIO, LA JUBILACIÓN y LA MUERTE Y
LA AGONÍA, por mencionar tan sólo una secuencia posible.
La Segunda Parte del diccionario contiene artículos más breves, dispuestos alfabé-
ticamente y que tienen una longitud de entre 250 y 2.000 palabras. En muchas de esas
entradas, hallará referencias que incluyen números contenidos en un recuadro, que hacen
referencia a los primeros 18 artículos de la Primera Parte. Por ejemplo, el artículo sobre
PLANIFICACIÓN FAMILIAR contiene, en la página 905, la referencia «… sexualidad…
(véase 11 )…». Esto remite al lector al decimoprimer artículo de la Primera Parte sobre
el tema de LA SEXUALIDAD.
Referencias
En este diccionario hemos seguido la política editorial de agrupar los temas más breves
considerándolos dentro de un artículo más grande. Por ejemplo, «huelga» se aborda dentro
del artículo sobre MEDIDAS DE PRESIÓN LABORAL, y «cierre de negocio» en el
artículo sobre SINDICATOS. Algunos de los artículos introductorios de la Primera Parte
agrupan también ciertos temas. Por ejemplo, el apartado ASISTENCIA, CONSEJERÍA Y
PSICOTERAPIA PASTORALES aborda un amplio número de materias.
Por consiguiente, las referencias constituyen una parte importante de este diccionario.
En él se utilizan seis posibles métodos:
10
1. Numerosas entradas de una sola línea remiten al lector al título del artículo o
artículos donde se aborda la materia en cuestión. Por ejemplo:
CONSERVACIÓN, véase MEDIO AMBIENTE.
LUTO, véase DUELO; PÉRDIDA DE SERES QUERIDOS.
2. Un asterisco tras una palabra o frase indica que en el artículo con ese encabezamiento
el lector encontrará más información relevante. Es equivalente a la abreviatura q.v.
Debería tener en cuenta que:
a. La forma de la palabra con asterisco no coincidirá siempre exactamente con el
título al que se refiere el asterisco. Por ejemplo: «teleológico*» remitiría al lector
al artículo sobre TELEOLOGÍA, «alcohol*» a ALCOHOLISMO y «adopción*»
a MATERNIDAD ADOPTIVA.
b. En ocasiones, el asterisco hace referencia a dos o más palabras, no sólo a la
palabra que acompaña. Así, «reino de Dios*» le remite al artículo EL REINO DE
DIOS, no a «Dios», y «Tomás de Aquino*» a la entrada TOMÁS DE AQUINO,
no a «Aquino».
3. Una referencia entre paréntesis, incluida en el cuerpo de un artículo, como «(véase
consecuencialismo)» es explicativa por sí misma.
4. Una referencia que incluya un número recuadrado le remite a uno de los 18 artículos
básicos de la Primera Parte. Por ejemplo, «(véase 2)» o «(véase Amor 2)», remite al
lector al segundo artículo de la Primera Parte, titulado EL AMOR.
5. Las referencias al final de los 18 artículos de la Primera Parte llevan como encabe-
zado «Véase especialmente». Éstas hacen referencia a las entradas de la Segunda Parte,
aunque, sólo ocasionalmente, puedan remitir al lector también a otro artículo
introductorio que posea una relevancia especial.
6. Las referencias al final de las entradas en la Segunda Parte están tituladas «Ver
también». Éstas, por lo general, hacen referencia a otras entradas contenidas en la
Segunda Parte, y a veces a uno de los artículos introductorios de la Primera.
Abreviaturas
En las páginas 11-15 se incluye una lista de las abreviaturas utilizadas en el presente
diccionario.
La autoría de las entradas
Los autores de las diversas entradas se indican mediante sus iniciales colocadas al final
de cada entrada. En las páginas 16-22 se incluye una lista completa de todos los colabo-
radores, según el orden alfabético de sus iniciales, no sus apellidos.
Bibliografías
En la mayoría de las entradas hemos incluido algunas pautas para análisis ulteriores;
en ocasiones, en el mismo cuerpo del artículo, pero, en la mayoría de los casos, en la
bibliografía del final. Las obras incluidas en la lista bibliográfica pueden incluir estudios
que siguen una línea de pensamiento distinta a la del escritor de la entrada. Dentro de
los artículos biográficos, las obras del autor de la entrada se colocan al principio, seguidas
de cualquier otro estudio pertinente.
Versiones de la Biblia
Las citas de la Biblia se toman de la Versión Reina-Valera, a menos que se especifique
de otro modo.
Cómo usar este diccionario
11
Abreviaturas
1. Libros y revistas
ACPAN
Association of Christians in Planning and
Architecture Newsletter, publicada por UCCF
(Leicester, 1983-)
ACW
Ancient Christian Writers (Westminster, MD, y
Londres, etc., 1946-)
AJP
American Journal of Psychiatry (Washington,
DC, 1844-)
AJS
American Joumal of Sociology (Chicago, IL,
1895-)
AJSMF
Australian Journal of Sex, Marriage and Family
(Concord, NSW, 1980-)
AJTP
American Journal of Theology and Philosophy
(West Lafayette, IN, 1980-)
Anv
Anvil (Bristol, 1984-)
ASR
American Sociological Review (Washington, DC,
1936-)
AV
Authorized (King James’) Versión, 1611
BCP
Book of Common Prayer
BDCE
Baker’s Dictionary of Christian Ethics, ed. C. F.
H. Henry (Grand Rapids y Glasgow, 1973)
BMJ
British Medical Journal
(Londres, 1832-)
CC
Carer and Counsellor (originariamente The
Christian Counsellor; Farnham, 1991-)
CD
Church Dogmatics, Karl Barth, 4 vols. en 13 +
Vol. índice (ET, Edimburgo, 1936-81)
CDP
A Critical Dictionary of Psychoanalysis, C. Ry-
croft (Londres, 1968)
CH
Church History (Scottdale, PA, etc., 1932-)
Con
Contact (Edimburgo, 1960-)
CQR
Church Quarterly Review (Londres, 1875-1968)
Crim
Criminology (Columbus, OH, 1963-)
CT
Christianity Today (Washington, 1956-)
CTJ
Calvin Theological Journal (Grand Rapids, 1966-)
DCE
A Dictionary of Christian Ethics, ed. J. Mac-
quarrie (Londres y Philadelphia, 1967)
DCS
A Dictionary of Christian Spirituality, ed. G. S.
Wakefield (Londres, 1983) = The Westminster
Dictionary of Christian Spirituality (Philadel-
phia, 1983)
DME
Dictionary of Medical Ethics, ed. A. S. Duncan,
G. R. Dunstan y R. B. Welbourn (Londres,
1981)
DPC
A Dictionary of Pastoral Care, ed. A. V.
Campbell (Londres y Nueva York, 1987)
DPCC
A Dictionary of Pastoral Care and Counselling,
ed. R. J. Hunter (Nashville, TN, 1990)
Abreviaturas
12
DSp
Dictionnaire de spiritualité, ed.
M. Viller etal. (París, 1937-)
DSt
Death Studies (Nueva York, 1977-)
DTC
Dictionnaire de théologie catholique, ed. A.
Vacant et al., 15 vols. (París, 1903-50)
EBio
Encyclopedia of Bioethics, ed. W. Reich, 4 vols.
(Nueva York, 1968)
ECJ
Encyclopedia of Crime and Justice, ed. S. Kadish
(Nueva York, 1983)
EcR
Ecumenical Review (Ginebra, 1948-)
EP
Encyclopedia of Philosophy, ed.
P. Edwards, 8 vols. (Nueva York, 1967)
ER
The Encyclopedia of Religion, ed. M. Eliade, 16
vols. (Londres y Nueva York, 1987)
ERE
Encyclopaedia of Religión and Ethics, ed. J.
Hastings, 13 vols. (Edimburgo, 1908-26)
Eth
Ethics (Chicago, 1890-)
FP
Faith and Philosophy Wilmore, KY, 1984-)
FT
Faith and Thought (London, 1866-)
HS
Handbook of Sociology, ed. N. J. Smelser
(Newbury Park, CA, 1988)
IDB
The Interpreter’s Dictionary of the Bible, ed. G.
A. Buttrick, 4 vols. (Nueva York y Nashville,
TN, 1962)
IESS
International Encyclopedia of the Social Sciences,
ed. D. E. Sills, 17 vols. (Nueva York, 1968)
ILR
International Labour Review (Ginebra, 1921-)
Int
Interpretation (Richmond, VA, 1947-)
Inter
Interchange (Surrey Hills, NSW, 1967-)
ISBE
International Standard Bible Encyclopedia, ed. J.
Orr, 5 vols. (Chicago,2
1930); nueva edición,
ed. G. W. Bromiley (Grand Rapids, 1979-)
ISM
In the Service of Medicine, ahora Journal of the
Christian Medical Fellowship (Londres, 1952-)
ISQ
International Studies Quarterly (Stoneham, MA,
1957-)
JAP
Journal of Analytical Psychology (Londres,
1955-)
JB
Jerusalem Bible, 1966
JBP
The New Testament in Modern English, J. B.
Phillips (Collins, 1958)
JCH
Journal of Christian Healing (Narberth, PN,
1979-)
JCP
Journal of Consulting Psychology, ahora Journal
of Consulting and Clinical Psychology (Washing-
ton, DC, 1968-)
JETS
Journal of the Evangelical Theological Society
(Wheaton, IL,1969-)
JFCJ
Juvenile and Family Court Journal (Reno, NV,
1949-)
JJS
Journal of Jewish Studies (Oxford, 1948-)
JPalC
Journal of Palliative Care (Toronto, 1985-)
Abreviaturas
13
JPC
Journal of Pastoral Care (Decatur, GA,1948-)
JPCo
Journal of Pastoral Counselling (New Rochelle,
NY, 1966-)
JPP
Journal of Pastoral Practice (Laverock, PA,
1978-)
JPT
Journal of Psychology and Theology (La Mirada,
CA, 1973-)
JR
Journal of Religion (Chicago, 1921-)
JSOT
Journal for the Study of the Old Testament
(Sheffield, 1976-)
JSSR
Journal for the Scientific Study of Religion
(Wetteren, etc., 1961-)
JTS
Journal of Theological Studies (Oxford, 1899-)
JTSA
Journal of Theology for Southern África (Bra-
amfontein, 1972-)
LCC
Library of Christian Classics, 26 vols. (Londres
y Philadelphia, 1953-70)
MI
Medicine International (Oxford, 1981-; n.s.
1984-)
Miss
Missiology (Denver, CO, etc., 1953-)
NASB
New American Standard Bible, 1963
NCE
New Catholic Encyclopedia, ed. W. J. McDonald,
17 vols. (Nueva York,1967-79)
NDCE
A New Dictionary of Christian Ethics, ed. J. Mac-
quarrie y J. F. Childress (Londres, 1986)
NDT
New Dictionary of Theology (Leicester y Dow-
ners Grove, IL, 1988)
NEJM
New England Journal of Medicine (Waltham,
MA, 1812-)
NIDNTT
The New International Dictionary of New Testa-
ment Theology, ed. C. Brown, 3 vols. (Exeter Y
Grand Rapids, 1975-86)
NIV
New International Version of theBible, 1973, 1978,
1984
NovT
Novum Testamentum (Leiden, 1956-)
NPNF
A Select Library of Nicene and Post-Nicene
Fathers of the Christian Church, 1ª serie, ed. P.
Schaff, 14 vols. (Nueva York, 1886-90);
2ªserie, ed. H. Wace y P. Schaff, 14 vols.
(Nueva York, 1890-1900); nueva ed. (Grand
Rapids, 1980)
NRSV
New Revised Standard Version, 1989
OED
Oxford English Dictionary (Oxford,2
1989)
PalM
Palliative Medicine (London, 1987-)
PP
Pastoral Psychology (Nueva York, 1950-)
Psy
Psychiatry (New York, 1937-)
PsyM
Psychological Medicine (Cambridge, 1970-)
PTR
Princeton Theological Review (Philadelphia,
1903-29)
REB
Revised English Bible, 1989
Abreviaturas
14
RRR
Review of Religious Research (Washington, DC,
etc., 1959/60-)
RSV
Revised Standard Version,
NT 1946, 2
1971; OT 1952
SJT
Scottish Journal of Theology (Edimburgo, etc.,
1948-)
STh
Summa Theologiae, Tomás de Aquino, 60 vols.
+ vol. índice (1265-73; ET, Londres y Nueva
York, 1964-81)
TDNT
Theological Dictionary of the New Testament, ed.
G. W. Bromiley, 10 vols. (Grand Rapids, 1964-
1976), ET de Theologisches Wörterbuch zum
Neuen Testament, ed. G. Kittell y G. Friedrich
(Stuttgart, 1932-1974)
TDOT
Theological Dictionary of the Old Testament, ed.
G. J. Botterweck y H. Ringgren (Grand
Rapids, 1974-); ET de Theologische Wörterbuch
zum Alten Testament
TE
Theological Ethics, H. Thielicke, vol. 1 (2
1958;
ET resumida, Philadelphia, 1966, y London,
1968); vol. 2 (2
1959; ET resumida, Philadelphia
y Londres, 1969); y ed. de 3-vols. (Grand
Rapids, 1978)
Th
Theology (Londres, 1920-)
Them
Themelios (Lausanne, 1962-74; n. s. Londres,
etc., 1975-)
ThW
Third Way (New Malden, 1977-)
TOS
The Other Side (Philadelphia, 1965-)
Tr
Transformation (Exeter, 1984-)
TrInJ
Trinity Journal (Deerfield, IL, 1971-78; n. s. 1980-)
TWOT
Theological Wordbook of the Old Testament, ed.
R. Laird Harris et al., 2 vols. (Chicago, 1980)
TynB
Tyndale Bulletin (Londres, etc., 1956-)
VE
Vox Evangelica (London, etc., 1962-)
VTSupp
Vetus Testamentum Supplements (Leiden, 1953-)
WTJ
Westminster Theological Journal
(Philadelphia, 1938-)
Abreviaturas
2. Libros bíblicos
Libros del Antiguo Testamento
Gn., Éx., Lv., Nm., Dt., Jos., Jue., Rt., 1 S., 2
S., 1 R., 2 R., 1 Cr., 2 Cr., Esd., Neh., Est., Job,
Sal., Pr., Ec., Cnt., Is., Jer., Lm., Ez., Dn., Os.,
Jl., Am., Abd., Jon., Mi., Nah., Hab., Sof.,
Hag., Zac., Mal.
Libros del Nuevo Testamento
Mt., Mr., Lc., Jn., Hch., Ro., 1 Co., 2 Co.,
Gá., Ef., Fil., Col., 1 Ts., 2 Ts., 1 Ti., 2 Ti., Tit.,
Flm., He., Stg., 1 P., 2 P., 1 Jn., 2 Jn., 3 Jn.,
Jud., Ap.
15 Abreviaturas
3. Abreviaturas generales
ad. loc. ad locum (lat.), en el lugar
al. alemán
Árab. árabe
Aram. arameo
AT Antiguo Testamento
c. circa (lat.), aproximadamente
CD Compendio de ética
cf. confer (lat.), comparar
cap(s). capítulo(s)
col(s). columna(s)
DC Diccionario de Controversia
DTI Diccionario teológico ilustrado
Ecles. Eclesiástico (apócrifo)
ed(s). editor(es)
ET traducción inglesa
et al. et alii (lat.), y otros
EVV versiones inglesas
fl. flourit (lat.), floreció
fr. Francés
gal. galés
gr. Griego
heb. Hebreo
ibíd. Ibídem (lat.), la misma obra
íd. ídem (lat.), el mismo autor
ing. inglés
it. Italiano
lat. latín
lit. Literalmente
loc. cit. loco citato (lat.), en el lugar ya
citado
LXX Septuaginta (versión gr. del AT)
m. muerto
Mac. Macabeos (apócrifo)
mg. margen
MS(MSS) manuscrito(s)
n. nacido
n. s. nueva serie
NT Nuevo Testamento
op. cit. opere citato (lat.), en la obra
antes citada
par. y paralelo(s)
p.ej. por ejemplo
1QS Regla de la Comunidad (Texto de
Qumran)
reim. Reimpreso
s.(ss.) y los siguientes (versículos, etc.)
s. f. sin fecha
sir. sirio
tr. traducido, traducción
v.(vv.) versículo(s)
viz. Videlicit (lat.), a saber
vol.(s) volumen, volúmenes
16
Lista de colaboradores
A. B. A. Brown, B. A., M. Ed., profesor y escritor
independiente.
A. B. C. A. B. Cramp, B. A., .A., Ph. D., Fellow
de Emmanuel College, Cambridge.
A. C. A. Chaplin, M. Phil., escritor indepen-
diente.
A. C. B. A. C. Berry, M.B., B. S., Ph. D., Consultor
de Genética Clínica, Guy’s Hospital, Londres.
A. C. P. S. A. C. P. Sims, M. A., M. D., R. C.
Psych., F. R. C. P. E., Profesor de Psichiatría, Uni-
versidad de Leeds.
A. C. T. A. C. Thiselton, B. D., M. Th., Ph. D.,
D. D., Profesor de Teología cristiana y Director
del Departmento de Teología, Universidad de
Nottingham.
A. D. V. A. D. Verhey, B. D., Ph. D., Profesor
Evert J. y Hattie E. Blekkink de Religión, Hope
College, Holland, Michigan.
A. E. McG. A. E. McGrath, M.A., D. Phil., B. D.,
Profesor investigador en Teología, Universidad
of Oxford; Profesor investigador de Teología Sis-
temática, Regent College, Vancouver; Profesor
de Teología Histórica y Sistemática, Wycliffe
Hall, Oxford.
A. F. H. A. F. Holmes, B. A., M. A., Ph. D.,
Profesor de Filosofía, Wheaton College, Whea-
ton, Illinois.
A. F. K. A. F. Kreider, B. A., M. A., Ph. D., Teó-
logo residente, Northern Baptist College,
Manchester.
A. G. V. A. G. Vos, B. A., M. A., Ph. D., Profesor
de Filosofía, Universidad Western Kentucky,
Bowling Green, Kentucky.
A. H. A. C. E. A. H. A. Crum Ewing, B. A., M.
Th, artista y grabador autónomo.
A. J. H. A. J. Hartropp, B. Sc., Ph. D., ordenando
anglicano en el Oak Hill Theological College,
Londres; ex-profesor de Economía Financiera,
Brunel University, Uxbridge, Middlesex.
A. J. T. A. J. Townsend, M. B., B. S., M. R. C. S.,
L. R. C. P., consejero psicodinámico; Deán de
Ministros en Empleos Seculares, Diócesis de
Southwark; coadjutor honorario.
A. J. W. A. J. Wing, M. A., D. M., F. R. C. P.,
Médico consultor, St Thomas’Hospital, Lon-
dres.
A. N. S. L. A. N. S.Lane, M. A., B. D., Prof. Senior
de Doctrina cristiana, London Bible College.
A. O. I. A. O. Igenoza, B. A., Ph. D., Profesor Se-
nior de Estudios Bíblicos, Director del Depar-
tmento de Estudios religiosos, y Vicedeán, Facul-
tad de Arte, Universidad Obafemi Awolowo, Ile-
Ife, Nigeria.
A. P. F. A. P. Foster, B. Sc., B. V. S c., Cert. S. A.
D., M. R. C. V. S., Miembro de la Cats’ Protection
League, Escuela de veterinaria de la Universidad
de Bristol.
A. P. P. A. P. Parkinson, Pastor de la iglesia
bautista reformada de Leeds; Presidente de
Caring for Life, Leeds.
A. R. W. D. A. R. Wingfield Digby, B. A., Cert.
Theol., Director de Christians in Sport, Oxford.
A. S. A. Storkey, M. Sc., M. A., Dip. Ed., Ph. D.,
Profesor de Sociología, Oak Hill Theo-logical
College, Londres.
B. A. C. B. A. Clouse, B. A., M. A., Ph. D.,
Profesor de Psicología Educativa y escolar, In-
diana State University, Terre Haute, Indiana.
B. B. B. Batson, B. A., M. A., Ph. D., Coordinador
de la Colección Especial sobre Shakespeare
(Shakespeare y la tradición cristiana) Wheaton
College; ex-profesor y presidente del Departa-
mento de Inglés, Wheaton College, Wheaton,
Illinois.
B. H. B. Harris, B. Sc., M. B., B. S., F. R. C. Psych.,
D. P. M., Profesor Senior, Facultad de Medicina
de la Universidad de Gales, Cardiff.
B. K. W. B. K. Waltke, A. B., Th. M., Th. D., Ph.
D., Profesor Marshall Sheppard de Estudios Bí-
blicos, Regent College, Vancouver.
B. L. S. B. L. Shelley, B. A., M. D., Ph. D., Profesor
Senior de Historia de la Iglesia, Denver Se-
minary, Denver, Colorado.
B. S. B. Stanley, M.A., Ph.D., Profesor de His-
toria de la Iglesia, Trinity College, Bristol.
B. T. A. B. T. Adeney, B. A., B. D., Ph. D., Pro-
fesor de Ética y Estudios Transculturales, Pro-
grama de postgrado de Religión y Sociedad,
Satya Wacana Christian University, Salatiga,
Java, Indonesia.
B. W. R. B. W. Reynolds, B. A., M. A., Ph. D.,
Professor of History, Asbury College, Wilmore,
Kentucky.
C. A. B. C. A. Brown, B. D., M. A., Ph. D., S. Th.,
Decano Académico, Spurgeon’s College, Lon-
dres.
C. E. H. C. E. Hart, B. A., M. A., M. Th., M. Phil.,
Profesor de Teología Práctica, St John’s College,
Nottingham.
C. F. A. C. F. Allison, B. A., M. Div., D. Phil.,
exobispo de South Carolina.
C. F. G. C. F. Green, F. C. I. B., F. B. I. M., F. L.
C. M., ex-Director y Director del Grupo de
Diputados, National Westminster Bank.
C. G. K. C. G. Kruse, B. D., M. Phil., Ph. D.,
Profesor Senior, Ridley College, Universidad de
Melbourne.
C. H. S. C. H. Sherlock, B. A., Th. L., M. A., B.
D., Th. D., Prof. Senior, Ridley Coll., Melbourne.
C. J. H. H. C. J. H. Hingley, M. A., Capellán,
Whitestone School, Bulawayo, Zimbabwe.
C. J. H. W. C. J. H. Wright, M. A., Ph. D., Di-
rector, All Nations Christian College, Ware,
Hertfordshire.
17
C. M. N. S. C. M. N. Sugden, M.A., M. Phil., Ph.
D., Director Oxford Centre for Mission Studies.
C. P. C. Partee, A. B., M.A., B. D., Ph. D., P. C.
Profesor Rossin de Historia de la Iglesia, Semi-
nario Teológico de Pittsburgh.
C. S. E. C. S. Evans, B. A., Ph. D., Profesor de
Filosofía y Director, Biblioteca Howard and
Edna Hong Kierkegaard, St Olaf College,
Northfield, Minnesota.
C. Y. C. Yeats, M. A., M. Th., M. B. A., Solway
Fellow y Capellán, University College, Durham.
D. A. L. D. A. Lyon, B. Sc., Ph.D., Profesor y
Director de Sociología, Queen’s University,
Kingston, Ontario.
D. A. N. F. D. A. N. Fergusson, B. Sc., M. B., B.
S., M. R. C. G. P., Secretario General, Christian
Medical Fellowship, Londres.
D. A. S. D. A. Stone, M. A., B. M., B. Ch., Vicario
de St Jude’s Church, South Kensington, Londres.
D. A. W. D. A. Westberg, B. A., M. A., M. Div.,
D. Phil., Profesor adjunto, Departmento de Estu-
dios Religiosos, Universidad de Virginia, Char-
lottesville, Virginia.
D. B. F. D. B. Fletcher, B. A., M. A., Ph. D., Pro-
fesor Asociado de Filosofía, Wheaton College,
Wheaton, Illinois; Profesor adjunto de Bioética,
Trinity Evangelical Divinity School, Deerfield,
Illinois.
D. B. G. D. B. Garlington, B. A., M. Div., Th. M.,
Ph. D., Profesor de Nuevo Testamento, Semina-
rio bautista de Toronto.
D. B. W. D. B. Winter, B. A., Sacerdote en activo,
Ducklington, Oxfordshire; exdirector de Reli-
gious Broadcasting, BBC, Londres.
D. C. S. D. C. Spanner, B. Sc., Ph. D., D. Sc., F.
Inst. Biol., Profesor Emérito de Biofísica Vegetal,
Bedford College, Universidad de Londres; mi-
nistro anglicano sin sueldo.
D. D. B. D. D. Burke, B. Sc., M. Phil., Ministro
de la Knighton Evangelical Free Church,
Leicester.
D. F. W. D. F. Wright, M. A., Profesor Senior de
Historia Eclesial, New College, Universidad de
Edimburgo.
D. G. B. D. G. Bloesch, B. A., B. D., Ph. D.,
Profesor Emérito de Teología, Seminario Teoló-
gico de la Universidad de Dubuque, Dubuque,
Iowa.
D. G. J. D. G. Jones, B. Sc., M. B., B. S., D. Sc.,
Profesor de Anatomía y Biología Estructural,
Universidad de Otago, Dunedin, N. Zelanda.
D. H. F. D. H. Field. B. A., Director de Ministerio
Profesional, Church Pastoral Aid Society,
Warwick; ex-Vicedirector y Profesor de Ética
Cristiana, Oak Hill College, Londres.
D. J. A. D. J. Atkinson, B. Sc., M.L itt., Ph. D.,
M. A., Rector honorario del Canon de la catedral
de Southwark, Londres; ex-Fellow del Corpus
Christi College, Oxford.
D. J. E. A. D. J. E. Attwood, M. A., B. A., Ph. D.,
Jefe de estudios, Trinity Theological College,
Bristol.
D. J. P. D. J. Pullinger, B. A., M. Sc., Ph. D.,
Director de Productos Electrónicos, Instituto de
Física, Edimburgo.
D. J. T. D. J. Tidball, B. A., B. D., Ph. D., Director
del Depto. Misionero, Unión Bautista de Gran
Bretaña, Didcot, Oxfordshire.
D. L. M. D. L. Mathieson, B. A., LL. B., B. C. L.,
LL. D., Q. C., ex-Profesor de Derecho, Victoria
University of Wellington, N. Zelanda.
D. L. O. D. L. Okholm, B. A., M. Div., M. A., Th.
M., Ph. D., Profesor asociado de Teología,
Wheaton College, Wheaton, Illinois.
D. L. P. D. L. Parkyn, B. A., M. Div., Ph. D., Pro-
fesor de Estudios Religiosos, Messiah College,
Grantham, Pennsylvania.
D. M. C. D. M. Cansdale, M. Sc., Jefe de policía
asociado, central de Hertfordshire.
D. P. K. D. P. Kingdon, M. A., B. D., Editor de
libros teológicos, Inter-Varsity Press, Reino Uni-
do; Ex-director del Irish Baptist College, Belfast.
D. P. N. D. P. Negus, LL. B., Socio Senior de Ellis-
Fermor and Negus, Solicitors, Nottingham.
D. R. D. Ratzsch., B. A., M. A., Ph. D., Profesor
de Filosofía, Calvin College, Grand Rapids,
Michigan.
D. R. G. D. R. Groothuis, B. S., M. A., Ph. D.,
Profesor adjunto de Filosofía de la Religión y la
Ética, Denver Seminary, Denver, Colorado.
D. R. L. P. D. R. L. Poner, B. A., A. L. A., autor
y editor independiente.
D. R. S. D. R. Shell, B. Sc., M. A., Profesor Senior
de Ciencias Políticas, Universidad de Bristol.
D. W. A. D. W. Augsburger, B. D., Ph. D., Prof.
de Asistencia y Consejería Pastorales, Seminario
Teológico Fuller, Pasadena, California.
D. W. Be. D. W. Bebbington, M. A., Ph. D., F. R.
Hist. S., Profesor adjunto de Historia, Universi-
dad de Stirling.
D. W. Br. Dale W. Brown, A. B., B. D., Ph. D.,
Profesor Emérito de Teología y Director de Estu-
dios sobre la Paz, Seminario Teológico Bethany,
Oak Brook, Illinois.
D. W. Bro. David W. Brown, M. A., M. A., Ph.
D., Profesor Van Mildert de Teología, Univ. de
Durham; Canónigo de la catedral de Durham.
D. W. G. D. W. Gill, B. A., M. A., Ph. D., Profesor
de Ética Aplicada, North Park College, Chicago.
D. W. P. D. W. Parish, M. C. I. T., Director de
Desarrollo de Instalaciones, British Airways.
D. W. V. D. W. Vere, M. D., F. R. C. P., F. F. P.
M., Profesor de Terapéutica, Universidad de
Londres; Médico consultor, Royal London Hos-
pital.
D. W. V. N. D. W. Van Ness, LL. M., J. D., B. A.,
Profesor ayudante invitado, Escuela Mercy de
Derecho de la Universidad de Detroit.
Lista de colaboradores
18
E. D. C. E. D. Cook, B. A., M. A., Ph. D., M. A.,
Director, Whitefield Institute; Fellow
y Capellán, Green College, Oxford.
E. J. M. E. J. Muskus, B. Sc., Dip. Th., Tutor en
Teología Contemporánea, Evangelical Theolo-
gical College of Wales, Bridgend, Mid
Glamorgan.
E. M. B. G. E. M. B. Green, M. A., M. A., B. D.,
D. D., Asesor de Evangelismo para los Arzobis-
pos de Canterbury y York.
E. M. S. E. M. Smith, B. A., Administrador Pas-
toral Senior, Caring for Life, Leeds.
E. R. M. E. R. Moberly, M. A., D. Phil., Director
de Educación y Terapia Psicosexuales, BCM
International, Upper Darby, Pennsylvania.
F. C. Sir Frederick Catherwood, M. A., F. C. A.,
Presidente de la Alianza Evangélica; ex-miem-
bro del Parlamento Europeo.
F. L. F. Lyall, M. A., LL. B., LL. M., Ph. D., Decano
de la Facultad de Derecho, Universidad de
Aberdeen.
F. S. F. Schäfer, B. A., B. A., M. A., D. Phil.,
pscólogo; oficial de Chief Human Resources,
Oficina sudafricana de Correos.
F. V. W. F. V. Waddieton, B. Sc., B. D., Decano
Académico, Bible College de Glasgow.
F. W. B. F. W. Bridger, M. A., Dip. Th., Ph. D.,
Vicario de Woodthorpe, Nottingham; Profesor
Asociado en St John’s College, Nottingham.
G. A. C. G. A. Colé, B. A., B. D., M. Th., Th. D.,
Directorl del Ridley College, Universidad de
Melbourne, Australia.
G. B. McG. G. B. McGuinness, B. Sc., M. Sc.,
G.M.E.C., Ministro Asociado, Christ Church,
Chilwell, con St Barnabas, Inham Nook,
Nottingham.
G. C. M. G. C. Meilaender Jr, B. A., M. Div., Ph.
D., Profesor de Religión, Oberlin College,
Oberlin, Ohio.
G. D. G. Davies, M. B., B. S., F. R. C. Psych., M.
Phil., D. P. M., ex-psiquiatra consultor, King’s
College Hospital y Maudsley Hospital, Londres.
G. D. S. G. D. Skinner, T. Cert., D. A. S. E. (R.
E.), M. Phil., Profesor de Educación, Centre for
Ethnic Studies in Education, Universidad de
Manchester.
G. H. T. G. H. Tweiftree, B. A., M. A., Ph. D.,
Ministro de la iglesia Unitaria de Australia,
Adelaide.
G. J. J. G. J. Jenkins, B. A., B. A., Coajutor de St
Luke’s Church, West Norwood, Londres.
G. J. P. G. J. Pigott, B. D., M. Phil., Vicario de
St Paul’s, Wilford Hill, West Bridgford,
Nottingham.
G. J. W. G. J. Wenham, M. A., Ph. D., Prof. Senior
de Estudios Religiosos, Cheltenham y Glouces-
ter College of Higher Education, Cheltenham.
G. K. S. G. K. Smith, LEng., M. LElect. E., M.
LHosp. E., Doctorando, De Montfort University,
Leicester.
G. L. B. G. L. Bray, B. A., D. Litt., Profesor de
Estudios Anglicanos, Beeson Divinity School,
Samford University, Birmingham, Alabama.
G. O. S. G. O. Stone, M. A., M. A., P. G. C. E.,
Cert. TheoL, Rector de equipo, Bucknall Team
Ministry, Stoke-on-Trent.
G. R. C. G. R. Collins, B. A., M. A., Ph. D.,
Director ejecutivo, American Association of
Christian Counseling.
G. S. G. Smith, Oficial investigador, unidad de
Aston Charities Community Involvement,
Newham.
G. S. F. G. S. Forsier, M. A., Dip. Soc. Anth.,
Rector de Northenden, Manchester; Coordina-
dor sindical del Grupo Editorial para los Estu-
dios Éticos Grove.
G. S. T. G. S.Tomlin, M. A., M. Á., Tutor, Wycliffe
Hall, Oxford; Capellán, Jesus College, Oxford.
G. W. G. G. W. Grogan, B. D., M. Th., Director
Emérito, Glasgow Bible College.
H. A. G. B. H. A. G. Blocher, B. D., D. D., Pro-
fesor de Teología Sistemática y Decano de la
Faculté Libre de Théologie Evangélique, Vaux-
sur-Seine, Francia.
H. C. H. H. C. Hendry, B. A., P. G. C. E., M. A.,
Profesor de Consejería y Religiones del mundo,
Oak Hill Theological College, Londres.
H. H. D. H. H. Davis, B.A., Ph. D., Profesor de
Sociología, Universidad de Kent en Canterbury.
H. K. J. H. K. Jacobsen, B. A., M. A., Ph. D.,
Ministro, Northwest Covenant Church, Mt
Prospect, Illinois; Profesor adjunto, North Park
College, Chicago.
I. D. B. I. D. Bunting, M. A., M. Th., Director
diocesano de Ordenandos, Diócesis de South-
weil, Nottingham.
I. H. M. I. H. Marshall, B. A., B. D., M. A., Ph.
D., Profesor de Exégesis del Nuevo Testamento,
Universidad de Aberdeen.
I. R. D. I. R. Davis, Dip. Arch. R. I. B. A., F. R.
G. S., Ph. D., Director, Oxford Centre for Disaster
Studies.
I. R. W. I. R.WaIlace, M. Sc., M. Sc., Conferen-
ciante, Agricultural Extensión and Rural Deve-
lopment Department, Universidad de Reading.
J. A. H. F. J. A. H. Francis, B. Sc., M. A., C. Q.
S. W., psicoterapeuta y escritor independiente.
J. A. M. J. A. Mathisen, M. A., Ph. D., Profesor
de Sociología, Wheaton College, Wheaton,
Illinois.
J. A. R. J. A. Ross, B. A., B. A., M. Phil., Ministro
asociado, Trinity Baptist Church, Bexteyheath,
Kent; profesor visitante, Spurgeon’s College,
Londres.
J. A. T. J. A. Temple, B. Sc., Ph. D., A. E. P.,
Director de gestión de grupos, Plessey Tellumat
SA Ltd, South África.
J. A. V. J. A. Vale, M. D., F. R. C. P., F. F. O. M.,
F. A. A. C.T., Director, National Poisons
Lista de colaboradores
19
Information Service (Birmingham Centre), West
Midlands Poisons Unit, Dudley Road Hospital,
Birmingham.
J. B. G. J. B. Green, B. S., M. Th., Ph. D., Profesor
asociado de Nuevo Testamento, American Bap-
tist Seminary of the West and Graduate Theo-
logical Union, Berkeley, California.
J. B. W. J. B. Webster, M. A., Ph. D., Profesor de
Teología Sistemática, Wycliffe College, Universi-
dad de Toronto.
J. C. D. J. C. Doggett, C. B. E., Barrister (Middie
Temple); abogado; ex-procurador asistente,
Inland Revenue.
J. D. H. J. D. Healey, H. N. C., LL. B., L. R. P.
S., Director de Marketing, Anthony Collins
Solicitors, Birmingham.
J. D. M. J. D. Masón, B. A., Ph. D., Prof. de
Economía, Gordon College, Wenham, Mas-
sachusetts.
J. E. J. Evans, B. Sc., Ph. D., D. Sc., F. LC. For.,
Jefe de investigación, Forestry Commission; Di-
rector de TEAR Fund, Teddington, Middlesex.
J. E. H. J. E. Haré, B. A., Ph. D., Profesor, De-
partmento de Filosofía, Calvin College, Grand
Rapids, Michigan.
J. G. C. J. G. Child, B. A., B. D., M. Th., Ministro
de Christ Church, La Lucia, Durban, South
África.
J. G. McC. J. G. McConville, B. D., M. A., Ph. D.,
Profesor de Antiguo Testamento, Wycliffe Hall,
Oxford.
J. H. C. J. H. Court, B. A., Ph. D., F. B. Ps. S.,
C. Psychol. Dip. Clin. Hyp., Profesor de Psicolo-
gía y Director, Psychological Center, Graduate
School of Psychology, Fuller Theological Semi-
nary, Pasadena, California.
J. H. G. J. H. Gillespie, B. A., Ph. D., Dip. Th.,
Porfesor Senior de francés, Universidad de
Ulster.
J. H. O. J. H. Olthuis, B. A., B. D., Ph. D., Miem-
bro Senior de Teología Filosófica, Institute for
Christian Studies, Toronto; psicoterapeuta en
consulta privada.
J. H. S. J. H. Saühamer, Th. M., M. A., Ph. D.,
Profesor asociado de Antiguo Testamento,
Trinity Evangelical Divinity School, Deerfield,
Illinois.
J. I. P. J. I. Packer, M. A., D. Phil., Sangwoo
Profesor Youtong Chee de Teología, Regent
College, Vancouver.
J. K. C. J. K. Cundy, M. A., procurador en con-
sulta privada.
J. M. S. J. M. Sentamu, B. A., LL. B., M. A., Ph.
D., Vicario de Holy Trinity y St Matthias, Tulse
Hill, Londres.
J. M. V. B. J. M. V. Blanshard, M. A., F. I. F. S.
T., Profesor de Ciencia Alimentaria y Decano de
la Facultad de CienciasAgrícolas y Alimentarias,
Universidad de Nottingham.
J. N. D. A. Sir Norman Anderson, O. B. E., M.
A., LL. D., D. D., F. B. A., Q. C., Profesor Emérito
de Derecho Oriental, Universidad de Londres;
ex-Director del Institute of Advanced Legal
Studies.
J. N. H. J. N. Hall, B. A., M. Sc., Ph. D., F. B. Ps.
S., Psicólogo consultor clínico y Profesor de Psi-
cología Clínica, Wameford Hospital, Oxford.
J. P. C. J. P. Chaplin, B. A., M. Phil., Ph. D., Tutor
de Ciencias Políticas, Plater College, Oxford.
J. R. G. J. R. Guy, B. A., M. S. W., ex-Director
adjunto, Central Council for Education and
Training in Social Work, Londres.
J. R. McG. J. R. McGrath, M. A., M. PhiL, Di-
rector de Psicología clínica, Rivermead Reha-
bilitation Centre, Oxford.
J. R. P. J. R. Peck, B. D., A. L. B. C., Ministro de
la Earl Soham Baptist Church, Suffolk; Trabaja-
dor Senior de Proyectos, College House,
Cambridge.
J. S. E. J. S. Escobar, B. A., M. A., Ph. D., Profesor
Thornley B. Wood de Misiones en el Eastern
Baptist Theological Seminary, Philadelphia; Pro-
fesor visitante, Orlando E. Costas School of
Missiology, Lima, Perú.
J. W. G. J. W. Gladwin, M. A., Dip. Theol., Rector
de Sheffield.
K. E. Y. K. E. Yandell, B. A., M. A., Ph. D., Pro-
fesor de Filosofía y Estudios del Sur de Asia,
Universidad de Wisconsin, Madison, Wisconsin.
K. F. K. Ferdinando, B. A., M. A., Ph. D., Pro-
fesor del Institut Supérieur Théologique de
Bunia, Zaire.
K. G. E. K. G. Elzinga, B. A., M. A., Ph. D.,
Profesor de Economía, Universidad de Virginia,
Charlottesville, Virginia.
L. B. K. L. B. Keeble, J. P., B. D., M.T h., Ministro,
Hilihead Baptist Church, Glasgow; ex-Tutor y Dir.
de Estudios Pastorales, Regent’s Park College.
L. E. A. G. L. E. A. Gladwin, M. A., C. Q. S. W.,
consultor independiente de trabajo social; ex-
Director de Trabajo Social, London Diocesan
Board of Social Responsibility.
L. H. O. L. H. Osborn, B. D., M. Sc., Ph. D.,
Fellow de Templeton, Ridley Hall, Cambridge.
L. M.-Y. C.-J. L. M.-Y. Cheung-Judge, B. Sc., M.
A., Ph. D., Director de Formación en Calidad e
Igualdad y Servicios de Consultoría, Oxford.
L. R. L. Ryken, B. A., Ph. D., Profesor de inglés,
Wheaton College, Wheaton, Illinois.
M. A. B. M. A. Bourdeaux, B. D., M. A., Director,
Keston Instítute, Oxford.
M. A. J. M. A. Jeeves, C. B. E., M. A., Ph. D., Hon.
D. Sc., C. Psychol., F. B. Ps. S., F. R. S. E., Profesor
Investigador Honorario, Escuela de Psicología,
Univ. de St Andrews, St Andrews, Fife.
M. A. N. M. A. Noli, B. A., M. A., Ph. D., Profesor
McManis de Pensamiento Cristiano, Wheaton
College, Wheaton, Illinois.
Lista de colaboradores
20
M. A. R. M. A. Reid, B. A., M. Div., Ph. D.,
Profesor de Filosofía y presidente, Dept. de Filo-
sofía, Gordon College, Wenham, Massachusetts.
M. A. S. M. A. Swann, M. D., D. C. H., Oficial
Senior clínico de Medicina, Belfast.
McC. Profesor Lord McColl, M. S., F. R. C. S.,
F. A. C. S., F. R. C. S. E., Presidente, Departmento
de Cirugía de las Escuelas Unidas Médica y
Dental Schools de los hospitales St Thomas’ y
Guy, Londres.
M. C. G. M. C. Griffiths, M. A., D. D., Ministro,
International Fellowship of Evangelical Stu-
dents; ex-profesor de Estudios Misioneros,
Regent College, Vancouver.
M. C.-J. M. Chave-Jones, Dip. Soc. Sci., ex-
psicoterapeuta en práctica privada, y fundador
de Care and Counsel, Londres.
M. D. J. M. D. Jenkins, M. A., M. A., ex-Director
de Área Central, Prison Service, Reino Unido.
M. E. A. M. E. Alsford, B. A., Ph. D., Profesor
Senior de Teología, Universidad de Greenwich,
Londres.
M. F. G. M. F. Goldsmith, M. A., Profesor y
Representante Internacional, All Nations Chris-
tian College, Ware, Hertfordshire.
M. G. B. M. G. Barker, M. B., Ch. B., F. R. C. P.
Ed., F. R. C. Psych., D. P. M., Psiquiatra consultor
y director de Medicina, Heath House Priory
Hospital, Bristol.
M. G. G. S. M. G. G. Schiuter, B. A., Ph. D.,
Director del Jubilee Centre y la Keep Sunday
Special Campaign, Cambridge.
M. J. B. M. J. BarteLB. A., M. Div., Ph. D. candi-
dato al Princeton Theological Seminary, Prince-
ton, New Jersey.
M. J. D. M. J. Dowling, B. A., B. D., M. Th., Ph.
D., Tutor de Historia Eclesial y Teología Histó-
rica, Irish Baptist College, Belfast.
M. J. E. M. J. Evans, B. Ed., B. A., M. Phil.,
Profesor de Estudios sobre el Antiguo Testamen-
to, London Bible College.
M. J. H. A. M. J. H. Allison, M. A., Miembro del
Parlamento y Comisionado de Second Church
Estates, Londres.
M. J. M. M. J. Moss, S. R. N., C. Q. S. W., Director,
Residential Care Services for Oider People, So-
cial Services Department, London Borough of
Richmond-upon-Thames.
M. J. N.-A. M. J. Nazir-Ali, M. Litt., Ph. D.,
Obispo de Rochester; ex-Secretario General,
Church Missionary Society, Londres.
M. K. B. M. K. Batchelor, B. A., escritor autónomo.
M. M. M. Moynagh, M. A., Ph. D., Rector de
equipo, Wicton, Taunton, Somerset.
M. P. C. M. P. Cosgrove, M. S., Ph. D., Prof. de
Psicología, Taylor University, Upland, Indiana.
M. S. L. M. S. Langley, B. D., M. A., Ph. D., H.
Dip. Ed., F. R. A. L, Director de Formación, Dió-
cesis de Carlisle, y Director del Carlisle Diocesan
Training Institute.
M. T. N. M. T. Nelson, B. A., M. A., Ph. D.,
Profesor asociado de Filosofía, Hampden-
Sydney College, Hampden-Sydney, Virginia.
N. J. B. N. J. Biggar, B. A., M. A., Ph. D., Master
en Estudios Cristianos, Capellán y Fellow, Oriel
College, Oxford; Profesor de Ética Cristiana,
Wycliffe Hall, Oxford.
N. J. S. N. J. Smith, B. A., B. D., D. Th., Profesor
en la Universidad de Sudáfrica; Pastor de una
iglesia holandesa reformada, para gente de color,
en Pretoria, Sudáfrica.
N. L. G. N. L. Geisler, B. A., M. A., Th. B., Ph.
D., Decano, Southern Evangelical Seminary,
Charlotte, Carolina del Norte.
N. M. de S. C. N. M. de S. Cameron, B. D., M.
A., Ph. D., Decano asociado de Programas docto-
rales académicos y presidente del Depto. del de
Teología Sistemática, Trinity Evangelical Divi-
nity School, Deerfield, Illinois.
N. P. H. N. P. Harvey, M. A., S. T. L., escritor y
conferenciante independiente sobre teología
moral; ex-profesor de Ética Cristiana en el
Queen’s College, Birmingham, y Profesor de
Teología Moral en la abadía de Downside.
N. P. W. N. P. Wolterstorff, Ph. D., Profesor Noah
Porter de Teología Filosófica, Universidad de
Yale, New Haven, Connecticut.
O. M. T. O’D. O. M. T. O’Donovan, M. A., D.
Phil., Profesor Regius de Teología Moral y Pas-
toral, Universidad de Oxford; Canónigo de
Christ Church, Oxford.
O. R. B. O. R. Barclay, M. A., Ph. D., ex-Secretario
General de las Universidades y colegios univer-
sitarios de Christian Fellowship, Leicester.
P. A. H. P. A. Hicks, B. D., M. A., Ph. D., Profesor
y Director de Ministerio, London Bible College.
P. A. M. P. A. Marshall, B. Sc., M. Sc., M. A., M.
Phil., Ph. D., Fellow Senior en Teoría Política,
Institute for Christian Studies, Toronto, Ontario.
P. A. Mi. P. A. Mickey, B. A., B. D., Ph. D., ex-
Profesor asociado de Teología Pastoral, Duke
University Divinity School, Durham, North
Carolina.
P. D. H. P. D. Hill, B. A., Ministro de la
Pantygwydr Baptist Church, Swansea; Capellán
bautista del Swansea University College.
P. D. McK. P. D. McKenzie, LL. M., B. D., Pro-
curador y Presidente de la New Zealand
Securities Commission.
P. D. W. P. D. Woodbridge, B. A., Ph. D., Tutor
de Estudios Bíblicos, Oak Hill Theological
College, Londres.
P. E. H. P. E. Hodgson. M. A., D. Sc., Ph. D., A.
R. C. S., D. I. C., C. Phys., F. Inst. P., Fellow in-
vest. Senior, Corpus Christi College, Oxford; Di-
rector del Grupo Teórico de Física Nuclear,
Depto. de Física, Universidad de Oxford.
P. F. S. P. F. Sims, M. B., B. Ch., F. R. C. S., M.
R. C. O. G., obstetra y ginecólogo consultor, Hex-
ham General Hospital, Northumberland.
Lista de colaboradores
21
P. H. P. Helm, M. A., Profesor de Historia y
Filosofía de la Religión, King’s College, Londres.
P. H. de V. P. H. deVries,B. A., M. A., Ph. D.,
Sillón de Ética, King’s College, Nueva York;
Presidente del Intemational Research Institute
on Values Changes.
P. H. L. P. H. Lewis, Pastor Sénior, Cornerstone
Evangelical Church, Nottingham.
P. J. C. P. J. Clarke, B. A., Capellán Sénior en el
Mildmay Mission Hospital (Hospicio para enfer-
mos de SIDA), Londres.
P. J. H. A. P. J. H. Adam. B. D., M. Th., Ph. D.,
Vicario de St Jude’s, Carlton, Melbourne, Aus-
tralia.
P. M. C. P. M. Clifford, B. A., B. D., D. Phil.,
Profesor, Magdalen College, Oxford.
P. M. F. P. M. Fackler, A. B., M. A., M. A., Ph.
D., Profesor asociado y presidente, Departmento
de Comunicaciones, Wheaton College,
Wheaton, Illinois.
P. N. H. P. N. Hillyer, B. D., Ph. D., autor y editor
teológico independiente; ex-profesor de Teolo-
gía, Bishop’s College, Calcuta.
P. N. P. P. N. Palmer, D. Comm., Profesor en el
Departamento de Administración de empresas,
Universidad de Sudáfrica, Pretoria.
P. T. P. Toon, M. A., B. D., M. Th., D. Phil.,
Profesor de Teología, Philadelphia Theological
Seminary.
P. W. T. P. W. Timms, M. R. C. Psych., Profesor
Senior de Psiquiatría Comunitaria, Escuelas
Médicas y Odontológicas Unidas de los hospi-
tales St Thomas y Guy, Londres.
R. A. B., R. A. Burridge, M. A., Ph. D., Decano
de King’s College, Londres.
R. A. Hig. R. A. Higginson, M. A., Dip. Th., Cert.
Ed., Ph. D., Profesor de Ética Cristiana y Direc-
tor de la fundación Ridley Hall Foundation,
Ridley Hall, Cambridge.
R. A. Hin. R. A. Hiñes, B. Sc., M. Th., Ph. D.,
Profesor de Adoración Cristiana, Oak Hill Theo-
logical College, Londres; Vicedirector, North
Thames Ministerial Training Course, Londres.
R. A. R. R. A. Russell, B. A., M. A., M. A., M.
Ed., P. G. C. E., Dip. H. E. Theol., Vicario de
Widcombe, Bath; Director de la Unidad de Estu-
dios Cristianos, Widcombe, Bath.
R. C. B. R. C. Baldwin, B. Sc., B. M., M. R. C.
P., M. R. C. Psych., Consultor de Psiquiatría para
la Tercera Edad, Manchester Royal Infirmary.
R. C. C. R. C. Chewning, B. S., M. B. A., Ph. D.,
Profesor Chavanne de Ética Cristiana en los
Negocios, Baylor University, Waco, Texas.
R. C. M. R. C. Macaulay, B. D., M.A., miembro
de la L’Abri Fellowship.
R. C. R. R. C. Roberts, B. A., B. D., M. A., Ph.
D., Profesor de Filosofía y Estudios Psicológicos,
Wheaton College, Wheaton, Illinois.
R. E. N. O. R. E. N. Oake, LL. B., Jefe de policía,
Isle of Man Constability.
R. E. P. R. E. Parker, B. A., M. Th., Director
adjunto, Acorn Christian Healing Trust, Bordon,
Hampshire.
R. F. R. Fowke, M. B., B. Ch., M. R. C. Psych.,
D. P. M., D. P. A., Psiquiatra consultor.
R. F. H. R. F. Hurding, M. A., M. B. B. Chir., D.
R. C. O. G., consejero, psicoterapeuta, médico
jubilado; conferenciante visitante sobre Estudios
Pastorales, Trinity College, Bristol.
R. G. C. R. G. Clouse, B. A., B. D., M. A., Ph. D.,
Profesor de Historia, Indiana State University,
Terre Haute, Indiana; Ministro de la First
Brethren Church, Clay City, Indiana.
R. G. T. R. G. Twycross, M. A., D. M., F. R. C.
P., Conferenciante clínico Macmillan de Medici-
na Paliativa, Universidad de Oxford.
R. J. B. R. J. Bauckham, M. A., Ph. D., Profesor
de Estudios sobre el Nuevo Testamento, Univer-
sidad de St Andrews, Fife.
R. J. Sh. R. J. Sheehan, B.D., Ministro, Welwyn
Evangelical Church, Welwyn, Hertfordshire.
R. J. Si. R. J. Sider, B. D., M. A., Ph. D., Presidente
de Evangelicals for Social Action, EE.UU.; Prof.
de Teología y Cultura, Eastern Baptist Theolo-
gical Seminary, Philadelphia, Pennsylvania.
R. J. So. R. J. Song, B. A., M. A., D. Phil., Tutor
de Ética, St John’s College, Durham.
R. J. T. R. J. Toyn, LL.B., Juez del Tribunal Supe-
rior (jubilado).
R. J. W. R. J. Whiteley, B. A., M. A., estudiante de
Teología, Ridley College, Melbourne, Australia.
R. K. McC. R. K. McCloughry, B. Sc., M. Sc.,
Director de la Kingdom Trust, Nottingham; Pro-
fesor de Ética Social en St John’s College,
Nottingham.
R. L. P. R. L. Purtill, B. A., M. A., Ph. D., Profesor
de Filosofía, Western Washington University,
Bellingham, Washington.
R. L. S. R. L. Sturch, M. A., D. Phil., Rector de
Islip, Oxfordshire.
R. M. H. R. M. Hanson, B. A., M. Phil., ex-
Investigador Honorario y Fellow, Departmento
de Psiquiatría, University de Leeds.
R. P. L. R. P. Loy, A. B., M. A., Profesor de
Ciencias Políticas, Taylor University, Upland, In-
diana.
R. P. M. El difunto R. P. Moss, B. Sc., Ph. D., Dip.
en Ciencias de la Tierra, últimamente Profesor
investigadoe en Ecología Humana, University
de Salford.
R. S. A. R. S. Anderson, B. S., B. D., Ph. D.,
Profesor de Teología y Ministerio, Fuller
Theological Seminary, Pasadena, California.
R. T. F. R. T. Forster, M. A., Líder, Ichthus
Christian Fellowship, Forest Hill, Londres.
R. V. R. Vincent, B. Sc., M. D., F. R. C. P., A. K.
C., F. E. S. C., Cardiólogo consultor, Royal Sus-
sex County Hospital, Brighton, East Sussex;
Profesor de Medicina, Universidad de Sussex,
Brighton.
Lista de colaboradores
22
R. W. G. R. W. Green, B. A., Miembro del equipo
Springboard Team (la Iniciativa Arzobispal para
la Década del Evangelismo).
R. W. H. R. W. Heinze, B. S., M. A., Ph. D.,
Decano de colegio universitario, Oak Hill Theo-
logical College, Londres.
S. D. S. Dex, B. A., M. Sc., Ph. D., secundado por
la Universidad de Keele para el Profesorado in-
vestigador en la Universidad de Essex, ESRC
Centre for Micro-Social Change
S. E. Al. S. E. Alsford, B. A., Ph. D., Profesor
Sénior de Teología, Universidad de Greenwich,
Londres.
S. E. At. S. E. Atkinson, B. Sc., A. K. C., Profe-
sor de escuela primaria y conferenciante sobre
educación.
S. L. J. S. L. Jones, B. A., M. A., Ph. D., Profesor
y presidente, Departmento de Psicología,
Wheaton College, Wheaton, Illinois.
S. M. S. Motyer, M. A., M. Litt., Ph. D., Profesor,
London Bible College.
S. N. W. S. N. Williams, M. A., Ph. D., ex-
Profesor de Teología, United Theological College,
Aberystwyth, Dyfed.
S. S. H. S. S. Harakas, B. A. Th., B. D., Th. D.,
Arzobispo Iakovos Profesor de Teología Orto-
doxa, Holy Cross Greek Orthodox School of
Theology, Brookline, Massachusetts.
S. W. S. Webley, M. A., Director, British-North
American Research Association, Londres.
T. A. D. T. A. Dearborn, B. A., M. T. S., Th. M.,
Ph. D., Director Ejecutivo de la Seattle Associa-
tion for Theological Education y Profesor adjun-
to de Teología Práctica, Fuller Seminary, Pasa-
dena, California, y Regent College, Vancouver.
T. D. T. Dean, Productor Sénior, Programas Re-
ligiosos, BBC World Service; ex-Editor, Third
Way.
T. D. K. T. D. Kennedy, B. A., Ph. D., Profesor
asociado de Filosofía, Valparaíso University,
Valparaíso, Indiana.
T. E. C. H. Sir Timothy Hoare, M. A., M. A.,
Director, Career Plan Ltd, Londres.
T. E. E. G. T. E. E. Goodacre, B. Sc., M. B. B. S.,
F. R. C. S., Consultor de cirugía plástica y
reconstructiva; Radcliffe Infirmary, Oxford.
T. J. Ch. T. J. Chester, B. D., Oficial de Asuntos
Públicos, TEAR Fund, Teddington, Middlesex.
T. J. Co. T. J. Cooling, B. A., Dip. Th., M. A., Ph.
D., Oficial de proyectos, Association of Christian
Teachers, Nottingham.
T. O. K. T. O. Kay, A. B., M. A., Ph. D., Profesor
asociado de Historia, y Coordinador de los Es-
tudios interdisciplinarios y generales, Wheaton
College, Wheaton, Illinois.
T. O. W. T. O. Walker, M. A., Arcediano de
Nottingham.
T. R. A. T. R. Albin, B. A., M. A., Instructor de
Formación Espiritual Cristiana, Universidad de
Dubuque Theological Seminary, Dubuque,
Iowa.
V. G. V. Griffiths, B. A., M. A., P. G. C. E., ex-
profesor temporero, Regent College, Vancouver.
V. K. S. V. K. Samuel, B. Sc. B. D., M. Litt., D. D.,
Director ejecutivo, International Fellowship of
Evangelical Mission Theologians, Oxford.
V. M. S. V. M. Sinton, M. A. Cert. Ed. Dip. H. E.
Theol., Director de Estudios
Pastorales, Wycliffe Hall, Oxford.
W. A. S. W. A. Strange, B. A., B. A. D. Phil.,
Vicario de Llandeilo Fawr, Dyfed.
W. F. S. W. F. Storrar, M. A., B. D., Ph. D., Profe-
sor de Teología Práctica, Departamento de Teo-
logía y Estudios Religiosos, Universidad de
Aberdeen.
W. J. D. W. J. Dumbrell, B. A., M. A., B. D., M.
Th., Th. D., Director de estudios de posgrado,
Moore Theological College, Newtown, New
South Wales.
W. R. W. Riggans, B. D., M. A., Ph. D., Director
general, Church’s Ministry Among the Jews, St
Albans.
Z. G. L. Z. G. Lindblade, B. A., M. A., Ph. D.,
Profesor de Sociología, Wheaton College,
Wheaton, Illinois.
Lista de colaboradores
23
PRIMERA PARTE
24
25
La teología moral cristiana (véase El
razonamiento moral cristiano 18 ) y la
teología pastoral (véase Teología práctica y
pastoral 7 ) están decisivamente conforma-
das por las convicciones cristianas acerca de
la naturaleza de Dios. El determinante fun-
damental de nuestra comprensión de los
actos cristianos (morales y pastorales) es, y
debe ser, el evangelio de Dios, proclamado
y encarnado en Jesucristo*. El llamamiento
del evangelio se transmite por medio de
una comunidad de agentes influidos por su
confesión del don redentor que hizo Dios
de sí mismo mediante la vida, muerte y
resurrección* de Jesús, y de la presencia de
éste en el Espíritu Santo*. La teología moral
y la pastoral reflexionan sobre los hechos de
la comunidad de propagadores del evange-
lio, a la luz de su origen y conjunto de dog-
mas cuya fuente última es Dios.
1. Consideraciones históricas
La teología cristiana tradicional está de
acuerdo con la definición introductoria, en
el sentido de que, por lo general, no trata
las cuestiones morales o pastorales sin tener
en cuenta su exposición del contenido doc-
trinal del cristianismo. Tales cuestiones sólo
se abordan desde un punto de vista relati-
vamente independiente en obras de exhor-
tación ética (a menudo dentro de un contex-
to catequístico, bien cuando se tratan pun-
tos en debate (como la conveniencia de
que los cristianos asistieran a los Juegos
Griegos en la antigüedad o formen parte del
ejército en nuestra época), o bien en obras
polémicas escritas para rebatir a paganos o
herejes, en las cuales suelen tener promi-
nencia las cuestiones éticas. De forma simi-
lar, la teología escolástica considera que los
puntos éticos y prácticos forman parte inte-
gral de sus Summae o Sentencias (si bien en
el período escolástico abundaron los co-
mentarios de la Ética de Aristóteles*). Los
1
Dios
maestros reformadores prosiguieron con
esta integración de doctrina y moral, como
vemos en el relato que hizo Juan Calvino*
de los actos cristianos durante el curso de
su exposición acerca de la obra santifica-
dora de Cristo y del Espíritu. La escolástica
protestante del siglo XVII actuó de un modo
ligeramente distinto: la tendencia fue dejar
a un lado la visión más amplia del relato
bíblico acerca de la relación entre Dios y los
hombres, favoreciendo en su lugar la com-
prensión formal de la revelación divina co-
mo una serie de proposiciones doctrinales
o morales; partiendo de éstas se deducen
recomendaciones aplicables a los actos hu-
manos mediante un método casuístico*
derivado en gran parte de la lógica aristo-
télica (que disfrutó de una renovada popu-
laridad en las academias protestantes euro-
peas). Así, el teólogo de Basilea Wollebius
(1586-1629), en el Libro II de su Compendium
Theologiae Christianae (trad. En W. Beards-
lee, ed., Reformed Dogmatics, Oxford y Nue-
va York, 1965), esboza la teología moral y
pastoral exponiendo el Decálogo* (interpre-
tado como «preceptos») de tal modo que
considera a Dios «el legislador celestial»
(II.xi.1). Esto va unido a un concepto de la
práctica pastoral como aplicación extendida
de los principios propios de la conducta
cristiana, derivados, por deducción lógica,
del texto bíblico. Si bien este método cons-
tituyó a menudo una manera de articular
buena parte de la sabiduría bíblica y prác-
tica (especialmente en escritores ingleses
como Richard Baxter* o John Owen (1616-
1683), su formalismo amenazaba con redu-
cir las dimensiones trinitaria y cristológica
de la enseñanza cristiana acerca de Dios a
un mero esquema dogmático abstracto.
Es debatible el hecho de que esta inter-
pretación de la relación entre Dios y los ac-
tos humanos, como la que existe entre pre-
cepto y obediencia, preparase el camino
26
para la afirmación que hizo Immanuel
Kant*, quien sostenía que un buen acto
moral nunca puede observar una ley exte-
rior a sí mismo (p.ej., un mandato divino),
dado que el yo moral es esencialmente
autónomo. Para Kant, hablar de la ley o la
gracia divina, etc., corrompe nuestro senti-
do de nosotros mismos como agentes mo-
rales, cuya libertad de determinismos exter-
nos es esencial para la atribución de la res-
ponsabilidad. La crítica inmensamente sutil
que hizo Kant de la «heteronomia» divina
ha conformado en gran medida el debate y
la crítica sobre la teología moral cristiana en
la Era Moderna. Podemos percibir esto en
la crítica persistente del potencial que tiene
el concepto de obedecer* la voluntad de
Dios, alienador a nivel político y psicológi-
co, tal y como se manifiesta en el ateísmo-
protesta de Ludwig Feuerbach (1084-1172),
Karl Marx*, Friedrich Nietzsche* y Sig-
mund Freud*. Siguiendo una vena ligera-
mente distinta, los éticos analíticos de me-
diados del siglo XX argumentaron, podero-
samente, a favor de la independencia de la
moral respecto a los compromisos religio-
sos (véase la colección representativa de
esta postura en Ian Ramsey, ed., Christian
Ethics and Contemporary Philosophy, Londres,
1966). En nuestro siglo, y dentro de la teo-
logía pastoral, podemos detectar un desa-
rrollo paralelo en la marcada preferencia
(sobre todo en el protestantismo norteame-
ricano) por el análisis científico social, antes
que teológico, de la situación pastoral, y el
gusto por los modelos clínicos y terapéuti-
cos de la asistencia pastoral (véase El cuida-
do pastoral, consejería y psicoterapia 12 ),
relegando a menudo el contenido teológico
de la actividad pastoral a ulteriores «re-
flexiones teológicas».
Sin embargo, algunas obras más recien-
tes que abordan el tema de la teología moral
y pastoral, muestran un considerable inte-
rés por la reintegración de tales disciplinas
a la doctrina cristiana, en especial a la doc-
trina de Dios. Un ejemplo importante de
esto es la obra de Karl Barth*, cuya monu-
mental Church Dogmatics constituye el in-
tento más significativo, desde la Reforma,
de convertir la ética en un componente
esencial de la exposición de la doctrina cris-
tiana. El fundamento dogmático sobre el
que trabaja Barth en este proyecto es su
forma de comprender el pacto*, según el
cual Dios elige ser Dios desde toda la eter-
nidad, manteniendo con la humanidad una
relación de agencia recíproca, en la que la
acción de la gracia divina* provoca la con-
siguiente gratitud del ser humano. Am-
pliando los conceptos de Barth (y, en algu-
nos casos, criticando su aparentemente in-
adecuada psicología moral), hay quien pro-
pone un análisis de los actos humanos en
términos de las convicciones que tiene el
agente sobre Dios y el mundo, sobre todo
cuando éstas se encuentran imbricadas en
narraciones que conforman la identidad del
agente moral (véanse las obras de Stanley
Hauerwas en la Bibliografía). Siguiendo un
rumbo bastante diferente, otros (como T.
Rendtorff, en Ethics 1, ET, Philadelphia,
1986, y J. Gustafson) continúan sosteniendo
la independencia de la ética respecto al dog-
ma, y encuadrando la teología moral cristia-
na con las ciencias humanísticas y sociales,
como elemento contributivo de su análisis
particular de la realidad humana. Esos di-
versos enfoques del contenido teológico de
la teología moral y pastoral reflejan, a me-
nudo, la relación única que tiene el cristia-
nismo con su entorno cultural. Los que ven
una correlación significativa entre la fe y su
contexto enfatizan la necesidad de integrar
los conocimientos seculares y la doctrina
cristiana; otros, que no desean renunciar a
un contenido teológico importante, tienden
a oponerse a las tendencias o modelos de
conocimiento culturales, que más prevale-
cen hoy día, basándose en el hecho de que
la fe cristiana en Dios propone una visión
de la realidad radicalmente distinta.
2. La doctrina cristiana sobre Dios
a. Padre, Hijo y Espíritu. La doctrina
cristiana acerca de Dios es la doctrina de la
Trinidad. Este punto queda a menudo en-
sombrecido por el análisis que se hace de
cuestiones acerca de «Dios» (como p.ej. las
pruebas de su existencia) aislado de cues-
tiones relativas a la Trinidad; este proceso
da pie a que la doctrina trinitaria quede re-
1 Dios
27
ducida a una versión particular de ideas
teístas más amplias, lo cual impide conside-
rar la enseñanza trinitaria como la forma
distintivamente cristiana de conceptuar a
Dios. Aunque en ocasiones se considera
fruto de especulaciones metafísicas inco-
rrectas, es mejor entender la doctrina de la
Trinidad como el intento de reconstruir la
imagen de Dios como creador, redentor y
perfeccionador de todas las cosas, sobre la
base del don que Dios hizo de sí mismo en
la persona de Jesucristo. La doctrina de la
Trinidad condensa el relato escritural de los
actos y el ser de Dios, así como la experien-
cia eclesial de la salvación (véase El pecado
y la salvación 5 ), proveyendo un análisis
sobre la identidad divina como sujeto y
agente de tales actos.
Las Escrituras no manifiestan una doc-
trina trinitaria explícita, si bien existen fór-
mulas y líneas argumentales (sobre todo en
las epístolas de Juan en el NT) de las que
puede derivarse el concepto central de esta
doctrina. Las categorías trinitarias son una
implicación de la confesión cristiana prima-
ria que dice que Jesús, como ser humano
contingente, es Señor; es decir, que es quien
encarna la presencia universal y la eficien-
cia del designio salvífico de Dios. La con-
fesión del señorío de Cristo le atribuye una
importancia más allá de lo provisional, par-
cial o local: como Señor, constituye el marco
de referencia más amplio posible, dentro
del cual se conocen y juzgan todas las cosas.
Su persona y su obra, especialmente su
muerte y resurrección, reordenan la rela-
ción entre la creación* global y Dios, de un
modo tan radical y enteramente eficiente
que sólo se le puede atribuir un carácter
divino. De aquí que Jesús ocupe el lugar
absoluto, o sea, no relativo, que característi-
camente ocupa Dios, siendo objeto, en el NT
y demás lugares, de unas expresiones ver-
bales que están reservadas en exclusiva
para Dios.
Esta confesión nos lleva claramente a
una reconstrucción del concepto de Dios,
dado que se pone un gran énfasis en el len-
guaje usado y en los conceptos transmiti-
dos, mediante esta relación de lo trascen-
dente (Dios) con lo contingente (Jesús). Esto
no conlleva ineluctablemente una identifi-
cación de «Dios» y «Jesús» hasta el punto de
que ambos términos resulten intercambia-
bles (aunque algunos pasajes de escritores
antiguos como Ignacio de Antioquía, c. 35–
c. 107, se acercaron bastante a esto). Según
el pensamiento patrístico desarrollado, la
doctrina de Dios incorpora asertos sobre la
distinción, dentro de la Trinidad, entre Pa-
dre e Hijo. Esta distinción está relacionada
con otra ulterior: la existente, dentro de la
teología de la encarnación, entre la huma-
nidad y la divinidad de Cristo. Esta segun-
da distinción enraíza al hombre Jesús en el
ser de Dios, mientras, al mismo tiempo,
evita la adscripción literal e injustificable de
la historia de Jesús a Dios, y afirma las dos
«naturalezas» presentes en el «personaje» o
sujeto histórico, Jesús de Nazaret. La dife-
renciación entre Padre e Hijo se caracteriza-
ba por la extraña idea del «engendramien-
to» o «generación» del Hijo por parte del
Padre. Este término identifica al Padre co-
mo el origen absoluto o el propósito funda-
cional, que cumple su voluntad eterna en
relación al Hijo, quien es distinto y deri-
vativo del Padre, pero (en contra de lo que
decía Arrio, c. 250–c. 336), en ningún senti-
do posterior o subordinado a Él. Tras estas
distinciones subyace la intención principal
y soteriológica de retener la divinidad de
Cristo como agente de la salvación, sin
menoscabar la libertad o globalidad del ser
divino. El lenguaje trinitario consigue este
objetivo considerando la relación entre Je-
sús y el Padre como la encarnación de una
«relación» intrínseca que se da dentro del
propio ser de Dios.
La doctrina se ve completada por las
afirmaciones sobre la divinidad del Espíri-
tu, que radican en la comprensión del poder
radicalmente creativo de Cristo presente
como Espíritu en la experiencia cristiana
de la regeneración. Dado que el Espíritu es
quien efectúa la unión con Cristo, así como
la adopción de la iglesia en la vida divina,
el ser y la mediación del Espíritu son tam-
bién divinos. Según la tradición occidental,
esta tercera distinción trinitaria ha gozado
de unos cimientos menos sólidos (en parte
debido al inmenso énfasis depositado sobre
Dios 1
28
la cristología, y en parte a la interpretación
que hizo Agustín* de las «personas» de la
Trinidad como «relaciones sustanciales», un
concepto que enfatizaba la unión antes que
la diferenciación). En Oriente se ha dado
una teología del Espíritu, más ricamente
desarrollada, que ha fomentado una com-
prensión más pluralista de la Trinidad.
Por consiguiente, la idea fundamental
de la doctrina trinitaria sostiene que el sig-
nificado cristiano del término «Dios» queda
establecido en la historia de Jesucristo, en-
tendido como la encarnación de la voluntad
salvadora de Dios, su actividad y su ser, y
presente y activa en el Espíritu. Definido de
tal guisa, Dios no es un único ser no dife-
renciado, sino intrínsicamente relacional; la
unidad esencial de Dios consiste en la «re-
lación» de las «personas» del Padre, Hijo y
Espíritu (no hay que pasar por alto la fuerza
metafórica de «relación» y «persona»). En
un sentido crucial, esta relación intratri-
nitaria es el fundamento de la relación que
existe entre Dios como creador, redentor y
perfeccionador, con todo lo que existe fuera
de él. De aquí que el lenguaje trinitario
interprete los actos de Dios respecto a su
creación como una expresión de su propio
ser, y no tanto como actos externos realiza-
dos mediante agentes intermediarios.
La doctrina de la Trinidad es, por tanto,
un elemento esencial para la reflexión cris-
tiana sobre la ética y la práctica pastoral.
Como plasmación de la identidad divina, la
doctrina de la Trinidad también establece
las pautas fundamentales para el punto de
vista cristiano sobre el mundo tal y como es,
y sobre la manera en que los agentes huma-
nos deben comportarse en él. Tanto el cam-
po moral como el agente moral deben cons-
truirse a partir de la manifestación que Dios
hace de sí mismo como creador, redentor y
santificador. Así, desde un punto de vista
trinitario, el mundo se considera algo crea-
do por, relacionado con, e incondicional-
mente deudor a Dios Padre, persona de la
cual se deriva el orden ético y funcional del
mundo. Más adelante, se verá el mundo
como inmerso en y transfigurado por la ac-
tividad redentora del Hijo, en quien el pro-
pósito original de la creación se renueva y
consuma. Por último, como la esfera en la
que opera el Espíritu, la creación (y, sobre
todo, la iglesia* como nueva creación) se
considerarán una realidad en proceso de
transformación, por medio de su reorien-
tación hacia los propósitos de Dios, quien
las capacitará para servirle de una forma
renovada.
b. Los atributos de Dios. El léxico rela-
tivo a los atributos de Dios intenta carac-
terizarle como ese ser particular que se ma-
nifiesta a sí mismo. El sujeto de tales
atributos (Dios) define los predicados, y es
necesario estar siempre alerta para evitar
que influyan en este concepto los remanen-
tes extraídos de contextos humanos. Los
atributos divinos han sido clasificados de
muchas maneras distintas, cada una de las
cuales tiene un mayor o menor grado de
complejidad. La mayoría de ellas funcionan
basándose en una distinción esencial entre
aquellos atributos que manifiestan la liber-
tad absoluta de Dios y aquellos otros que
expresan el amor incondicional divino.
Como ser libre, Dios es la fuente perfecta de
su propio ser, poseyendo aseidad (lit. «de sí
mismo»), no sometido a determinación al-
guna de cualquier realidad fuera de sí mis-
mo (de aquí que sea «impasible»); a la hora
de conformar sus intenciones y actos,
irresolubles en cualquier estadio anterior,
Dios está gobernado únicamente por su
propia voluntad. En este sentido, la relación
entre Dios y la creación es una de gracia, tan
sólo el fruto del modo en que él dispone de
sí mismo, una relación en la cual retiene sus
absolutas majestad, soberanía, gloria y san-
tidad. Dada su libertad, Dios trasciende las
condiciones existenciales de los seres crea-
dos, tales como el tiempo, el espacio y la
contingencia; de este modo, Dios es eterno,
inmutable, omnipresente y omnipotente.
Sin embargo, esta trascendencia no implica
que Dios esté aislado de toda contingencia
o sea incapaz de asumir libremente tales
condiciones cuando el Verbo se hace carne.
Por encima de todo, la libertad de Dios no
se puede concebir como una ausencia total
de limitaciones, sino más bien como la liber-
tad en la que como Padre, Hijo y Espíritu,
elige, crea, sustenta, redime y santifica a su
1 Dios
29
creación. La libertad divina es una libertad
para amar; su soberanía es su invicto domi-
nio a favor de su creación; su santidad es su
poder para santificar; su justicia es el acto
mediante el cual defiende su causa (y, por
ende, la de sus criaturas) frente al caos del
pecado; su gloria se manifiesta en el modo
en que la comparte con la humanidad; su
unidad como Dios trino queda explícita en
su establecimiento de la comunión consigo
mismo, mediante la creación y elección de
la humanidad según una fórmula pactual.
Así, los atributos de Dios no describen una
realidad divina anterior a la manifestación
salvífica que Dios hizo de sí mismo, sino
que apuntan a sus actos voluntarios en la
creación y el pacto sellado mediante Cristo
Jesús, como elementos esenciales de su ser.
3. Dios,
la ética y la teología pastoral
a. Dios, el credo y la acción. Un elemen-
to fundamental de la convicción cristiana
acerca de la realidad es el aserto de que
«Dios existe». En consecuencia, cualquier
proposición sobre los actos cristianos mora-
les y pastorales ha de serlo, al mismo tiem-
po, de Dios y de sus obras: la teología moral
y la pastoral son modos dentro de la doc-
trina de Dios. No podemos aislar la agenda
cristiana, sin que ésta no se vea perjudicada,
de la credenda cristiana relativa al carácter y
los propósitos de Dios. De este modo, la
reflexión sobre la obra cristiana se funda-
menta en el credo básico de la comunidad
cristiana. Esta estructura dogmática se
manifiesta a través de una serie de activida-
des, propias de un credo, cúlticas y prácti-
cas, pero, sobre todo, en la Escritura, que
proporciona la base normativa y crítica de
la identidad cristiana, tal y como la confor-
ma la actividad creadora y redentora del
Dios trino. Las creencias cristianas, expresa-
das de tal modo, hacen que los creyentes
cristianos adopten cierto modo de entender
el mundo y a sí mismos. Este credo carac-
teriza el campo dentro del cual tienen lugar
las prácticas morales y pastorales, y al mis-
mo tiempo a los agentes dentro de ese cam-
po, sobre todo en referencia a las conviccio-
nes básicas acerca de Dios. Por consiguien-
te, creer en Dios, si bien constituye una re-
ferencia primaria y objetiva a la realidad
trascendente de su Persona, también inclu-
ye ciertos aspectos que tienen que ver con
el ser humano como tal y que le son intrín-
secos: describe el mundo en el que actúan
los agentes cristianos, prescribe las pautas
morales y fomenta o prohíbe determinadas
prácticas, hábitos y estructuras de delibera-
ción y acción (veáse D. D. Evans, The Logic
of Self-Involvement, Londres, 1963). El con-
cepto de la relación que hay entre la creen-
cia en Dios y la acción moral debe trascen-
der el modelo formal precepto-obediencia,
definiendo las conexiones entre la estructu-
ra dogmática, la comprensión de uno mis-
mo y la práctica.
b. El campo de acción. La doctrina cris-
tiana de Dios se traduce en una compren-
sión particular de la realidad. Esta com-
prensión no es meramente «teísta» en un
sentido genérico, sino más bien una forma
de entender la realidad como la esfera de la
acción creadora y redentora de Dios. Sobre
todo, la forma que tiene el cristianismo de
entender la realidad queda especificada en
la resurrección de Jesús de entre los muer-
tos, como anticipo de la recreación de todas
las cosas. Su resurrección, y la participación
que, por medio de la gracia, tiene en ella el
pueblo de Dios mediante el poder del Espí-
ritu, constituyen la «nueva creación» que es
determinante de la propia naturaleza de la
creación. Basándonos en la resurrección de
Jesús, podemos considerar que la creación
se halla en un proceso de transformación,
cuyo objetivo es la perfección gloriosa (Ro.
8:19-23). La «novedad» de esta creación im-
plica que su transfiguración escatológica no
es la plasmación de posibilidades latentes,
sino una alteración completa de la creación,
de tal modo que pueda alcanzar su consu-
mación al convertirse en lo que Dios pro-
yecta que sea.
Este proceso escatológico constituye el
orden de la realidad como creación. El orden
de la creación no viene determinado, pri-
mariamente, por referencia a su orden pri-
migenio «en el principio», sino por su re-
dención a través de Cristo, en quien se
cumple su verdadero propósito. Así, el or-
Dios 1
30
den moral de la creación (su sentido u or-
denación como esfera de la actividad huma-
na) es un proyecto consumado de Dios, y
constituye su regalo. Esto quiere decir, en
primer lugar, que existe un orden moral: la
realidad no es un mero proceso aleatorio.
En segundo lugar, conlleva que el orden
moral se descubre mediante actos de obe-
diencia, no tanto por la imposición de agen-
tes autónomos. En este punto la fe cristiana
discrepa de los dogmas existencialistas
(véase Ética existencialista*) acerca del va-
lor moral como creación pura de la volun-
tad humana; también se separa de la com-
prensión exclusivamente tecnológica de la
realidad, que sostiene que ésta carece de
más orden que el que le atribuyen los pro-
pósitos humanos. Por consiguiente, cuando
deliberamos sobre el estatus del feto huma-
no, por ejemplo, la doctrina cristiana de
Dios se opone a los intentos de definir (y
por tanto circunscribir) ese estatus median-
te la sola referencia al proyecto de vida de
cada uno de los dos progenitores. También,
al abordar los temas ecológicos relativos a
la utilización de la naturaleza, la doctrina
de Dios nos impedirá delimitar el significa-
do de la naturaleza como la mera materia
bruta destinada a la administración huma-
na. Por tanto, un elemento intrínseco a las
afirmaciones cristianas acerca de Dios es la
aseveración de que el agente humano no es
el origen del orden moral, sino más bien el
mediador de un orden establecido mediante
los actos trascendentes de Dios (véase T. F.
Torrance, Divine and Contingent Order,
Oxford, 1981, pp. 128-142).
Como realidad en proceso de transfor-
mación hacia su meta escatológica, la nueva
creación existe como antítesis al antiguo
orden del pecado y de la muerte*, que ha
quedado definitivamente desbancado me-
diante la obra de Dios en Cristo. En conse-
cuencia, la teología cristiana entiende el
campo de la actividad humana como uno
en el que el desorden, la injusticia y la opo-
sición a los designios de Dios ya han que-
dado «despojados» (Col. 2:15), y en el que
se halla firmemente establecido el triunfo
de los propósitos divinos. Esto limita el
alcance de la actividad cristiana y, al mismo
tiempo, la dota de una forma específica. La
acción cristiana está limitada en el sentido
de que el triunfo del nuevo orden de Dios
no necesita de la actividad humana para
completarse, activarse o ponerse por obra,
dado que ya está asegurado en Cristo y es
efectivo mediante el Espíritu. Sin embargo,
esto no quiere decir que la actividad cristia-
na sea superflua, sino que deriva su poder
generador (así como su estructura defi-
nitoria) de la actividad del propio Dios, en
la que se ve incluida por su gracia, y en la
que existe como testimonio humilde y pro-
visional, pero verdadero. Además, esto exi-
ge de nuevo un conjunto distinto de cate-
gorías según las cuales construir ese campo
moral, interpretando el mundo, su historia
y la actividad humana en ésta como ele-
mentos en correspondencia u oposición al
reino venidero de Cristo, el del buen orden
divino. El gobierno de Dios en Cristo (en el
que participa la comunidad de los creyen-
tes, por gracia, al estar «sentados… en los
lugares celestiales en Cristo», Ef. 2:6) cons-
tituye el contexto en el que debemos inter-
pretar toda realidad. Y esto es extensivo
también al área de la actividad moral. «La
iglesia precede al mundo a nivel epistemio-
lógico» (J. H. Yoder, The Priestly Kingdom,
Notre Dame, IN, 1984, p. 10).
c. El agente. La mediación humana del
orden moral de la realidad no se limita a la
percepción intelectual del mismo; más bien
tiene que ver con la disposición obediente
del yo moral en todos sus hábitos, prácticas
y modos de existencia, tanto individuales
como sociales, frente al gobierno salvador
de Dios en Cristo. En consecuencia, la doc-
trina cristiana de Dios proporciona una
comprensión específica del yo*, y deriva su
existencia de la respuesta a y responsabili-
dad ante Dios. En términos formales, esto
significa que el punto de vista cristiano
sobre el yo moral se interesará menos que
algunos estilos de filosofía moral por los
actos particulares, la voluntad o el proceso
de deliberación; en cambio, se centrará en
las convicciones sobre la realidad que se
expresan y transmiten en el estilo de vida
del agente, para el cual son fundamentales
las convicciones acerca de Dios.
1 Dios
31
La implicación primaria que tiene la
doctrina cristiana de Dios sobre la com-
prensión del agente humano es que los
seres humanos son criaturas de la gracia
divina. Discrepando con el énfasis insis-
tente, nacido en la Ilustración*, sobre la
dinámica de la autocreación como elemen-
to básico de la personalidad moral, la teo-
logía cristiana considera el ser interior
como algo esencialmente dependiente de
la palabra y obra creadora y redentora de
Dios. De aquí que la fe* y la gratitud sean
fundamentales para la definición del agen-
te humano: la fe, en su sentido más amplio,
como apertura, receptividad a y confianza
en la determinación divina, y la gratitud
como la orientación de la vida activa de la
persona hacia la gracia y la bondad divi-
nas. Dentro del contexto de la redención,
este énfasis en la pasividad como algo
adecuado para la humanidad se expresa
en términos de la centralidad que tienen
los actos divinos de la justificación* y la
santificación*, como elementos primarios
para la psicología moral del creyente. Tan-
to la justificación como la santificación se
enraízan profundamente en la creencia tri-
nitaria: en la eterna voluntad salvadora del
Padre, la obra reconciliadora del Hijo y el
convencimiento subjetivo que provoca el
Espíritu de esta reconciliación*. El efecto
que tiene este proceso de convertir tales
conceptos soteriológicos en algo básico
para la definición del ser humano es el de
restar importancia a los actos humanos a la
hora de evaluar el valor de la humanidad.
La obra humana no es el origen de la jus-
tificación (aceptación según el juicio divi-
no) ni de la santidad; en cambio, tales actos
son medios por los cuales la persona en
Cristo corresponde a la obra previa de
Dios, es decir, la renovación del ser. Esto
separa claramente la antropología cristia-
na de esa derivación de la tradición mar-
xista (expresada a menudo en la ética de al-
gunas teologías contemporáneas sobre la
justicia y la liberación; véase la Teología de
la liberación*) según la cual la actividad
humana es el punto donde se constituye la
realidad como algo dotado de propósito
(véase G. Lukacs, The Ontology of Social
Being 3: Labour, ET, Londres, 1980). La doc-
trina cristiana de Dios libera al agente hu-
mano de la responsabilidad por la creación
de un sentido y orden moral últimos, o del
establecimiento y mantenimiento finales
de la identidad de la persona (dado que tal
identidad queda fijada por el proceso di-
vino de la elección, el llamamiento y la
glorificación).
No obstante, dado que, como criatura de
la gracia, el ser humano queda restaurado
al pacto que rompió el pecado, él o ella
vuelve a entrar en la esfera de la obligación
pactual. La gracia es teleológica: su fin no
es únicamente la erradicación del pecado,
sino la evocación de una vida de actos de
obediencia, en conformidad con la volun-
tad de Dios. La pasividad fundamental de
la criatura humana se ve así complementa-
da por una actividad no menos fundamen-
tal, como copartícipe del pacto establecido
por gracia. Como colaborador en este pacto,
el agente moral existe bajo el mandato de
Dios, Señor del pacto.
El término «mandamiento» exige una
definición precisa, para evitar que se inter-
prete como mera tiranía cuyo origen está en
un poder absoluto y superior. Los manda-
mientos absolutos de Dios, como mandatos
del Creador y Redentor, son expresión de
los amantes propósitos divinos para sus
criaturas; su objetivo no es el menoscabo o
la esclavitud de la persona, sino su libera-
ción para desarrollarse dentro del buen
orden del pacto. Por tanto, la «ley» (en el
sentido de mandamiento divino) es una
forma de la gracia, y da testimonio de la
mutualidad del pacto, en el que la agencia
divina exige como respuesta determinados
patrones de actividad humana (véase C. H.
Dodd, Gospel and Law, Cambridge, 1951 y
Barth, CD II/2). El mandamiento de Dios,
al ser mandamiento de Dios, exige una
obediencia sin reservas. Sin embargo, esto
no conlleva un rechazo absoluto de la de-
liberación moral; antes bien, implica añadir
un nuevo matiz al significado de la misma.
La deliberación no es el sometimiento vo-
luntario de los mandatos divinos al juicio
humano: en este sentido es perfectamente
correcto el concepto que expone Dietrich
Dios 1
32
Bonhoeffer* sobre este punto, presentando
la esencia del pecado humano por medio de
la imagen del «fariseo», que establece la
ordenación de toda la vida en torno a su
persona, como baremo de discriminación
moral (véase Ethics, de este autor, pp. 16ss.).
Propiamente dicha, la deliberación es el or-
denamiento consciente del ser humano, que
ofrece su confiada aceptación y compromi-
so con el mandamiento de Dios, conside-
rándolo su máximo bien.
La elección que hace Dios de colabora-
dores humanos mediante su pacto, conse-
guida en la persona de Jesucristo (Ef. 1:5, 11,
12), constituye así la fuente de la obligación
moral*. La obra de Dios en Cristo conforma
también específicamente la vida humana
en obediencia a Dios. Ésta es la fuerza que
destila la expresión «imitación de Cristo».
Imitar a Cristo no supone hacerlo como un
esclavo, sin entenderlo, o anular la distinción
esencial entre la obra consumada de Cristo
y los actos éticos cristianos. La imitación es
consecuencia de la obra redentora de Dios,
no su continuación ni la puesta en práctica
de su efectividad. Se trata, pues, de imagi-
nar a Jesús como modelo de la agencia mo-
ral humana, cuyo seguimiento conlleva tan-
to la conformidad previa con Cristo, hecha
por el Espíritu, como la rigurosa demarca-
ción de la distancia entre las obras de Cristo
y las realizadas por el creyente. Las perso-
nas llegan a existir a imagen de Dios como
«analogías» de la humanidad de Jesús. En
consecuencia, la teología moral y pastoral
se interesará por la virtud humana*, no
como un conjunto inmanente de cualidades
o una teleología natural inherente al ser
humano, sino como el fruto del Espíritu: la
participación en el proceso pascual de la
muerte y resurrección de Cristo.
4. Conclusión
El destino de la teología moral y pastoral
cristiana descansa, en gran medida, sobre
su capacidad de articular su propio campo
específico (que, en última instancia, signifi-
ca la doctrina de Dios, expresada en catego-
rías cristológicas y trinitarias). Únicamente
sobre ese fundamento tiene posibilidades
de seguir su propia vocación, porque tanto
en su contenido como en su método está
determinada (como toda la teología cristia-
na) por la referencia al primer mandamien-
to, manifestado de forma suprema en el
Verbo hecho carne.
Bibliografía
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1 Dios
33
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Richmond, VA, 1962).
J. B. W.
Dios 1

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  • 1. 1 DICCIONARIO DE ÉTICA CRISTIANA Y TEOLOGÍA PASTORAL
  • 2. 3 DICCIONARIO DE ÉTICA CRISTIANA Y TEOLOGÍA PASTORAL
  • 3. 4 EDITORIAL CLIE Galvani, 113 08224 TERRASSA (Barcelona) España E-mail: libros@clie.es Web: http://www.clie.es PUBLICACIONES ANDAMIO ® C/Alts Forns nº 68, sót. 1º 08038 Barcelona Tel-Fax 93/432 25 23 E-mail: andamio@andamio-gbu.org Publicaciones Andamio es la sección editorial de los Grupos Bíblicos Unidos de España (G.B.U.) Preparado por: David Atkinson y David H. Field Consultores: Oliver O’Donovan y Arthur F. Holmes © Universities and Colleges Christian Fellowship, Leicester, England, 1995 All rights reserved This translation of New Dictionary of Christian Ethics and Pastoral Theology first published in 1995 is published by arrangemente with Inter-Varsity Press, Leicester, United Kindgom Traducción del inglés: Daniel Menezo © 2004 Publicaciones Andamio® / Editorial CLIE para esta edición en castellano Todos los derechos reservados Clasifíquese: 43 TEOLOGÍA: Ética CTC: 01-01-0043-15 Referencia: 22.44.06 DICCIONARIO DE ÉTICA CRISTIANA Y TEOLOGÍA PASTORAL ISBN: 84-8267-414-5 Printed in Colombia
  • 4. 5 Índice Prefacio.............................................................................................................. 7 Cómo usar este diccionario .......................................................................... 9 Abreviaturas................................................................................................... 11 Lista de colaboradores ................................................................................. 16 Primera parte 1. Dios............................................................................................................ 25 2. El amor ..................................................................................................... 34 3. La justicia y la paz ................................................................................. 42 4. La humanidad ......................................................................................... 49 5. El pecado y la salvación........................................................................ 57 6. Historia de la ética cristiana ................................................................. 65 7. Teología práctica y pastoral .................................................................. 75 8. La ética en el Antiguo Testamento...................................................... 82 9. La ética en el Nuevo Testamento ........................................................ 92 10. El carácter .............................................................................................. 102 11. La sexualidad ........................................................................................ 110 12. El cuidado pastoral, consejería y psicoterapia ............................... 120 13. La vida, la salud y la muerte ............................................................ 131 14. La ética de la asistencia médica ........................................................ 138 15. La ética mundial................................................................................... 147 16. La ética comunitaria ............................................................................ 158 17. La ética económica ............................................................................... 167 18. El razonamiento moral cristiano ....................................................... 176 Segunda parte.............................................................................................. 183
  • 5. 6
  • 6. 7 Prefacio Mediante su recopilación de artículos sobre la ética cristiana y la teología pastoral, los editores esperan que este Diccionario constituya un instrumento útil para pastores, obreros sociales, médicos y asesores que trabajen dentro de un contexto cristiano, así como para diáconos, líderes de iglesia, maestros, estudiantes de teología y personas interesadas en estos temas. Hemos intentado, en la medida de lo posible, integrar, dentro de los términos de cada área, las teologías moral, pastoral y práctica. La toma de decisiones suscita a menudo preguntas sobre psicología pastoral, temperamento individual, factores sociales y personales, así como elementos determinantes de diversa índole, psicológica, sociológica, económica e ideológica. Tras estas cuestiones subyace un trasfondo moral determinado, centrado en la pregunta básica «¿Qué hay que hacer?»; trasfondo que incluye una serie de valores, obligaciones y principios morales. A su vez, tras ésta, hallamos un conjunto de asunciones básicas respecto a cómo es el mundo, y a cómo son las personas; en otras palabras, una determinada «teología». Nuestro punto de vista teológico se fundamenta en la convicción esencial de que Dios se ha dado a conocer en la persona de Jesucristo, su Hijo, y que sigue manifestándose a nosotros por medio del Espíritu Santo que se mueve en la vida de su iglesia. La Biblia constituye nuestra guía autoritativa respecto a la manifestación que hace Dios de sí mismo: es la Palabra de Dios en forma escrita. Las tradiciones propias del pensamiento cristiano, a través de los siglos, iluminan las variopintas maneras en que Dios ha guiado al ser humano en la interpretación de la Biblia, en diversos contextos, ayudándole a discernir su verdad y voluntad. El Espíritu Santo, que nos ha sido concedido para guiarnos a toda verdad, nos informa y santifica nuestro raciocinio, de manera que con nuestras mentes, así como con nuestros corazones y almas, podamos hallar formas adecuadas para expresar nuestro amor por Dios y por el prójimo, así como para manifestar la justicia en todos las facetas relativas a la raza humana. Una característica especial de este Diccionario radica en que, en la Primera Parte, hemos reunido dieciocho artículos «clave». Estos artículos no se encuentran colocados según el orden alfabético tradicional, sino en un orden teológico (numerados del 1 al 18). Estos artículos ofrecen una introducción básica a los temas esenciales dentro de la ética cristiana y la teología pastoral, como si se tratase de un río caudaloso en el que confluyen arroyos tributarios. Su orden teológico ilustra a las claras nuestro método. Comenzamos, tal y como debería hacerlo todo pensamiento cristiano, con Dios, analizando luego las implicaciones de su carácter, su amor y su justicia. Luego centramos nuestra atención en la naturaleza del agente moral cristiano, y en los temas evangélicos del pecado y la salvación. Tras realizar un examen general e histórico de la ética cristiana y de la teología práctica y pas- toral, nos centramos en áreas de interés más específicas. Abordamos en artículos distintos la ética del Antiguo y del Nuevo Testamento, analizando luego de forma concreta temas tales como la sexualidad, la ética médica y los asuntos económicos. A modo de conclusión para estos artículos fundamentales, incluimos un ensayo más amplio, escrito por el Pro- fesor O’Donovan, que ilustra el método y el sentido de todo razonamiento moral cristiano.
  • 7. 8 Esperamos que estos artículos, cual piedras angulares, puedan utilizarse como un libro de texto, que ofrezca al lector una amplia panorámica del campo a estudiar, incitándole al mismo tiempo a examinar temas más específicos y detallados por medio de las refe- rencias contenidas en las muchas entradas de la Segunda Parte. Por ejemplo, un lector interesado en la «Ética económica» recibirá información sobre entradas más detalladas contenidas en la Segunda Parte, relativas a temas como la gestión bancaria, el monetarismo, las corporaciones multinacionales y los impuestos. Este Diccionario también puede utilizarse en orden inverso, pasando de lo específico a lo más general. El lector podrá descubrir, tras leer una entrada de la Segunda Parte relativa a las segundas nupcias, que le interesa analizar más a fondo las tradiciones teológicas cristianas relativas a éstas y al divorcio; entonces le remitiremos al artículo clave introductorio que versa sobre la «Sexualidad», sito en la Primera Parte. Cuando se debe elegir entre un número finito de artículos, es inevitable que se pro- duzcan ciertas lagunas. La labor de sopesar el interés de nuestros lectores, contrapesándolo con la necesidad de reducir este volumen a un tamaño manejable, no ha sido sencilla. Excepto en el caso justificable de una o dos personas, no hemos incluido artículos biográ- ficos sobre personas que siguen vivas. Si bien los editores son conscientes de que algunos usuarios de este Diccionario pre- fieren la expresión «Two-Thirds World» a la de «Tercer Mundo», esta última se encuentra tan enraizada en el uso popular (como, por ejemplo, en la frase «ayuda al Tercer Mundo»), que resultaría difícil, si no imposible, erradicarla de la conciencia pública. Por consiguiente, han optado por la utilización de la expresión «Tercer Mundo», a pesar de las críticas que algunos le prodigan. Estamos muy agradecidos a todos los autores que han contribuido a esta obra con su experiencia. Hemos recibido una ayuda importantísima del personal editorial de IVP, y especialmente del Editor de Literatura Teológica, el reverendo David Kingdon, y de Jane Horner, que ha demostrado ser una coordinadora administrativa muy eficiente para este proyecto tan ambicioso. Hazel Medcalf ha contribuido con su gran experiencia, y no pequeña dosis de paciencia, como editora, y el Dr. Philip Hillyer se ha encargado de la revisión de los datos biográficos y de muchos que no aparecían en las biografías. Jo Bramwell y Simon Fox han sido lectores de pruebas tremendamente diligentes Nuestros editores consultivos, los profesores Oliver O’Donovan y Arthur Holmes, nos han ayudado en gran medida gracias a su sabiduría y acertados consejos. Esperamos sinceramente que este Diccionario resulte ser un instrumento útil para un amplio círculo de cristianos, de modo que les ayude en la misión y el ministerio que conlleva el reino de Dios. David J. Atkinson David H. Field Prefacio
  • 8. 9 Cómo usar este diccionario Esta introducción ofrece instrucciones para sacar el mejor partido posible al presente diccionario. Distribución Con sólo hojear este diccionario, el lector verá que éste tiene una distribución diferente a la de otras obras de consulta. En lugar de seguir el orden alfabético normal, está dividido en dos partes. La Primera Parte, tal y como explica el Prefacio, está dispuesta siguiendo un orden teológico, comenzando con DIOS y acabando con EL RAZONAMIENTO MORAL CRIS- TIANO. Cada uno de los 18 artículos de la Primera Parte ofrece una panorámica razo- nablemente amplia de un área central dentro de la ética cristiana o la teología pastoral, e incluimos una lista de entradas en el Índice. De manera que, por ejemplo, si el lector desea tener un punto de vista general sobre el tema LA HUMANIDAD, debería empezar leyendo el artículo de la Primera Parte. Una vez concluida la lectura del mismo, encontrará al final una lista de referencias bajo el encabezado «Véase especialmente». Esto le indica la existencia de artículos relacionados con el tema, incluidos en la Segunda Parte. Así, en relación con LA HUMANIDAD, es posible que usted desee estudiar asuntos como LA ADOLESCENCIA, EL TRABAJO, EL MATRIMONIO, LA JUBILACIÓN y LA MUERTE Y LA AGONÍA, por mencionar tan sólo una secuencia posible. La Segunda Parte del diccionario contiene artículos más breves, dispuestos alfabé- ticamente y que tienen una longitud de entre 250 y 2.000 palabras. En muchas de esas entradas, hallará referencias que incluyen números contenidos en un recuadro, que hacen referencia a los primeros 18 artículos de la Primera Parte. Por ejemplo, el artículo sobre PLANIFICACIÓN FAMILIAR contiene, en la página 905, la referencia «… sexualidad… (véase 11 )…». Esto remite al lector al decimoprimer artículo de la Primera Parte sobre el tema de LA SEXUALIDAD. Referencias En este diccionario hemos seguido la política editorial de agrupar los temas más breves considerándolos dentro de un artículo más grande. Por ejemplo, «huelga» se aborda dentro del artículo sobre MEDIDAS DE PRESIÓN LABORAL, y «cierre de negocio» en el artículo sobre SINDICATOS. Algunos de los artículos introductorios de la Primera Parte agrupan también ciertos temas. Por ejemplo, el apartado ASISTENCIA, CONSEJERÍA Y PSICOTERAPIA PASTORALES aborda un amplio número de materias. Por consiguiente, las referencias constituyen una parte importante de este diccionario. En él se utilizan seis posibles métodos:
  • 9. 10 1. Numerosas entradas de una sola línea remiten al lector al título del artículo o artículos donde se aborda la materia en cuestión. Por ejemplo: CONSERVACIÓN, véase MEDIO AMBIENTE. LUTO, véase DUELO; PÉRDIDA DE SERES QUERIDOS. 2. Un asterisco tras una palabra o frase indica que en el artículo con ese encabezamiento el lector encontrará más información relevante. Es equivalente a la abreviatura q.v. Debería tener en cuenta que: a. La forma de la palabra con asterisco no coincidirá siempre exactamente con el título al que se refiere el asterisco. Por ejemplo: «teleológico*» remitiría al lector al artículo sobre TELEOLOGÍA, «alcohol*» a ALCOHOLISMO y «adopción*» a MATERNIDAD ADOPTIVA. b. En ocasiones, el asterisco hace referencia a dos o más palabras, no sólo a la palabra que acompaña. Así, «reino de Dios*» le remite al artículo EL REINO DE DIOS, no a «Dios», y «Tomás de Aquino*» a la entrada TOMÁS DE AQUINO, no a «Aquino». 3. Una referencia entre paréntesis, incluida en el cuerpo de un artículo, como «(véase consecuencialismo)» es explicativa por sí misma. 4. Una referencia que incluya un número recuadrado le remite a uno de los 18 artículos básicos de la Primera Parte. Por ejemplo, «(véase 2)» o «(véase Amor 2)», remite al lector al segundo artículo de la Primera Parte, titulado EL AMOR. 5. Las referencias al final de los 18 artículos de la Primera Parte llevan como encabe- zado «Véase especialmente». Éstas hacen referencia a las entradas de la Segunda Parte, aunque, sólo ocasionalmente, puedan remitir al lector también a otro artículo introductorio que posea una relevancia especial. 6. Las referencias al final de las entradas en la Segunda Parte están tituladas «Ver también». Éstas, por lo general, hacen referencia a otras entradas contenidas en la Segunda Parte, y a veces a uno de los artículos introductorios de la Primera. Abreviaturas En las páginas 11-15 se incluye una lista de las abreviaturas utilizadas en el presente diccionario. La autoría de las entradas Los autores de las diversas entradas se indican mediante sus iniciales colocadas al final de cada entrada. En las páginas 16-22 se incluye una lista completa de todos los colabo- radores, según el orden alfabético de sus iniciales, no sus apellidos. Bibliografías En la mayoría de las entradas hemos incluido algunas pautas para análisis ulteriores; en ocasiones, en el mismo cuerpo del artículo, pero, en la mayoría de los casos, en la bibliografía del final. Las obras incluidas en la lista bibliográfica pueden incluir estudios que siguen una línea de pensamiento distinta a la del escritor de la entrada. Dentro de los artículos biográficos, las obras del autor de la entrada se colocan al principio, seguidas de cualquier otro estudio pertinente. Versiones de la Biblia Las citas de la Biblia se toman de la Versión Reina-Valera, a menos que se especifique de otro modo. Cómo usar este diccionario
  • 10. 11 Abreviaturas 1. Libros y revistas ACPAN Association of Christians in Planning and Architecture Newsletter, publicada por UCCF (Leicester, 1983-) ACW Ancient Christian Writers (Westminster, MD, y Londres, etc., 1946-) AJP American Journal of Psychiatry (Washington, DC, 1844-) AJS American Joumal of Sociology (Chicago, IL, 1895-) AJSMF Australian Journal of Sex, Marriage and Family (Concord, NSW, 1980-) AJTP American Journal of Theology and Philosophy (West Lafayette, IN, 1980-) Anv Anvil (Bristol, 1984-) ASR American Sociological Review (Washington, DC, 1936-) AV Authorized (King James’) Versión, 1611 BCP Book of Common Prayer BDCE Baker’s Dictionary of Christian Ethics, ed. C. F. H. Henry (Grand Rapids y Glasgow, 1973) BMJ British Medical Journal (Londres, 1832-) CC Carer and Counsellor (originariamente The Christian Counsellor; Farnham, 1991-) CD Church Dogmatics, Karl Barth, 4 vols. en 13 + Vol. índice (ET, Edimburgo, 1936-81) CDP A Critical Dictionary of Psychoanalysis, C. Ry- croft (Londres, 1968) CH Church History (Scottdale, PA, etc., 1932-) Con Contact (Edimburgo, 1960-) CQR Church Quarterly Review (Londres, 1875-1968) Crim Criminology (Columbus, OH, 1963-) CT Christianity Today (Washington, 1956-) CTJ Calvin Theological Journal (Grand Rapids, 1966-) DCE A Dictionary of Christian Ethics, ed. J. Mac- quarrie (Londres y Philadelphia, 1967) DCS A Dictionary of Christian Spirituality, ed. G. S. Wakefield (Londres, 1983) = The Westminster Dictionary of Christian Spirituality (Philadel- phia, 1983) DME Dictionary of Medical Ethics, ed. A. S. Duncan, G. R. Dunstan y R. B. Welbourn (Londres, 1981) DPC A Dictionary of Pastoral Care, ed. A. V. Campbell (Londres y Nueva York, 1987) DPCC A Dictionary of Pastoral Care and Counselling, ed. R. J. Hunter (Nashville, TN, 1990) Abreviaturas
  • 11. 12 DSp Dictionnaire de spiritualité, ed. M. Viller etal. (París, 1937-) DSt Death Studies (Nueva York, 1977-) DTC Dictionnaire de théologie catholique, ed. A. Vacant et al., 15 vols. (París, 1903-50) EBio Encyclopedia of Bioethics, ed. W. Reich, 4 vols. (Nueva York, 1968) ECJ Encyclopedia of Crime and Justice, ed. S. Kadish (Nueva York, 1983) EcR Ecumenical Review (Ginebra, 1948-) EP Encyclopedia of Philosophy, ed. P. Edwards, 8 vols. (Nueva York, 1967) ER The Encyclopedia of Religion, ed. M. Eliade, 16 vols. (Londres y Nueva York, 1987) ERE Encyclopaedia of Religión and Ethics, ed. J. Hastings, 13 vols. (Edimburgo, 1908-26) Eth Ethics (Chicago, 1890-) FP Faith and Philosophy Wilmore, KY, 1984-) FT Faith and Thought (London, 1866-) HS Handbook of Sociology, ed. N. J. Smelser (Newbury Park, CA, 1988) IDB The Interpreter’s Dictionary of the Bible, ed. G. A. Buttrick, 4 vols. (Nueva York y Nashville, TN, 1962) IESS International Encyclopedia of the Social Sciences, ed. D. E. Sills, 17 vols. (Nueva York, 1968) ILR International Labour Review (Ginebra, 1921-) Int Interpretation (Richmond, VA, 1947-) Inter Interchange (Surrey Hills, NSW, 1967-) ISBE International Standard Bible Encyclopedia, ed. J. Orr, 5 vols. (Chicago,2 1930); nueva edición, ed. G. W. Bromiley (Grand Rapids, 1979-) ISM In the Service of Medicine, ahora Journal of the Christian Medical Fellowship (Londres, 1952-) ISQ International Studies Quarterly (Stoneham, MA, 1957-) JAP Journal of Analytical Psychology (Londres, 1955-) JB Jerusalem Bible, 1966 JBP The New Testament in Modern English, J. B. Phillips (Collins, 1958) JCH Journal of Christian Healing (Narberth, PN, 1979-) JCP Journal of Consulting Psychology, ahora Journal of Consulting and Clinical Psychology (Washing- ton, DC, 1968-) JETS Journal of the Evangelical Theological Society (Wheaton, IL,1969-) JFCJ Juvenile and Family Court Journal (Reno, NV, 1949-) JJS Journal of Jewish Studies (Oxford, 1948-) JPalC Journal of Palliative Care (Toronto, 1985-) Abreviaturas
  • 12. 13 JPC Journal of Pastoral Care (Decatur, GA,1948-) JPCo Journal of Pastoral Counselling (New Rochelle, NY, 1966-) JPP Journal of Pastoral Practice (Laverock, PA, 1978-) JPT Journal of Psychology and Theology (La Mirada, CA, 1973-) JR Journal of Religion (Chicago, 1921-) JSOT Journal for the Study of the Old Testament (Sheffield, 1976-) JSSR Journal for the Scientific Study of Religion (Wetteren, etc., 1961-) JTS Journal of Theological Studies (Oxford, 1899-) JTSA Journal of Theology for Southern África (Bra- amfontein, 1972-) LCC Library of Christian Classics, 26 vols. (Londres y Philadelphia, 1953-70) MI Medicine International (Oxford, 1981-; n.s. 1984-) Miss Missiology (Denver, CO, etc., 1953-) NASB New American Standard Bible, 1963 NCE New Catholic Encyclopedia, ed. W. J. McDonald, 17 vols. (Nueva York,1967-79) NDCE A New Dictionary of Christian Ethics, ed. J. Mac- quarrie y J. F. Childress (Londres, 1986) NDT New Dictionary of Theology (Leicester y Dow- ners Grove, IL, 1988) NEJM New England Journal of Medicine (Waltham, MA, 1812-) NIDNTT The New International Dictionary of New Testa- ment Theology, ed. C. Brown, 3 vols. (Exeter Y Grand Rapids, 1975-86) NIV New International Version of theBible, 1973, 1978, 1984 NovT Novum Testamentum (Leiden, 1956-) NPNF A Select Library of Nicene and Post-Nicene Fathers of the Christian Church, 1ª serie, ed. P. Schaff, 14 vols. (Nueva York, 1886-90); 2ªserie, ed. H. Wace y P. Schaff, 14 vols. (Nueva York, 1890-1900); nueva ed. (Grand Rapids, 1980) NRSV New Revised Standard Version, 1989 OED Oxford English Dictionary (Oxford,2 1989) PalM Palliative Medicine (London, 1987-) PP Pastoral Psychology (Nueva York, 1950-) Psy Psychiatry (New York, 1937-) PsyM Psychological Medicine (Cambridge, 1970-) PTR Princeton Theological Review (Philadelphia, 1903-29) REB Revised English Bible, 1989 Abreviaturas
  • 13. 14 RRR Review of Religious Research (Washington, DC, etc., 1959/60-) RSV Revised Standard Version, NT 1946, 2 1971; OT 1952 SJT Scottish Journal of Theology (Edimburgo, etc., 1948-) STh Summa Theologiae, Tomás de Aquino, 60 vols. + vol. índice (1265-73; ET, Londres y Nueva York, 1964-81) TDNT Theological Dictionary of the New Testament, ed. G. W. Bromiley, 10 vols. (Grand Rapids, 1964- 1976), ET de Theologisches Wörterbuch zum Neuen Testament, ed. G. Kittell y G. Friedrich (Stuttgart, 1932-1974) TDOT Theological Dictionary of the Old Testament, ed. G. J. Botterweck y H. Ringgren (Grand Rapids, 1974-); ET de Theologische Wörterbuch zum Alten Testament TE Theological Ethics, H. Thielicke, vol. 1 (2 1958; ET resumida, Philadelphia, 1966, y London, 1968); vol. 2 (2 1959; ET resumida, Philadelphia y Londres, 1969); y ed. de 3-vols. (Grand Rapids, 1978) Th Theology (Londres, 1920-) Them Themelios (Lausanne, 1962-74; n. s. Londres, etc., 1975-) ThW Third Way (New Malden, 1977-) TOS The Other Side (Philadelphia, 1965-) Tr Transformation (Exeter, 1984-) TrInJ Trinity Journal (Deerfield, IL, 1971-78; n. s. 1980-) TWOT Theological Wordbook of the Old Testament, ed. R. Laird Harris et al., 2 vols. (Chicago, 1980) TynB Tyndale Bulletin (Londres, etc., 1956-) VE Vox Evangelica (London, etc., 1962-) VTSupp Vetus Testamentum Supplements (Leiden, 1953-) WTJ Westminster Theological Journal (Philadelphia, 1938-) Abreviaturas 2. Libros bíblicos Libros del Antiguo Testamento Gn., Éx., Lv., Nm., Dt., Jos., Jue., Rt., 1 S., 2 S., 1 R., 2 R., 1 Cr., 2 Cr., Esd., Neh., Est., Job, Sal., Pr., Ec., Cnt., Is., Jer., Lm., Ez., Dn., Os., Jl., Am., Abd., Jon., Mi., Nah., Hab., Sof., Hag., Zac., Mal. Libros del Nuevo Testamento Mt., Mr., Lc., Jn., Hch., Ro., 1 Co., 2 Co., Gá., Ef., Fil., Col., 1 Ts., 2 Ts., 1 Ti., 2 Ti., Tit., Flm., He., Stg., 1 P., 2 P., 1 Jn., 2 Jn., 3 Jn., Jud., Ap.
  • 14. 15 Abreviaturas 3. Abreviaturas generales ad. loc. ad locum (lat.), en el lugar al. alemán Árab. árabe Aram. arameo AT Antiguo Testamento c. circa (lat.), aproximadamente CD Compendio de ética cf. confer (lat.), comparar cap(s). capítulo(s) col(s). columna(s) DC Diccionario de Controversia DTI Diccionario teológico ilustrado Ecles. Eclesiástico (apócrifo) ed(s). editor(es) ET traducción inglesa et al. et alii (lat.), y otros EVV versiones inglesas fl. flourit (lat.), floreció fr. Francés gal. galés gr. Griego heb. Hebreo ibíd. Ibídem (lat.), la misma obra íd. ídem (lat.), el mismo autor ing. inglés it. Italiano lat. latín lit. Literalmente loc. cit. loco citato (lat.), en el lugar ya citado LXX Septuaginta (versión gr. del AT) m. muerto Mac. Macabeos (apócrifo) mg. margen MS(MSS) manuscrito(s) n. nacido n. s. nueva serie NT Nuevo Testamento op. cit. opere citato (lat.), en la obra antes citada par. y paralelo(s) p.ej. por ejemplo 1QS Regla de la Comunidad (Texto de Qumran) reim. Reimpreso s.(ss.) y los siguientes (versículos, etc.) s. f. sin fecha sir. sirio tr. traducido, traducción v.(vv.) versículo(s) viz. Videlicit (lat.), a saber vol.(s) volumen, volúmenes
  • 15. 16 Lista de colaboradores A. B. A. Brown, B. A., M. Ed., profesor y escritor independiente. A. B. C. A. B. Cramp, B. A., .A., Ph. D., Fellow de Emmanuel College, Cambridge. A. C. A. Chaplin, M. Phil., escritor indepen- diente. A. C. B. A. C. Berry, M.B., B. S., Ph. D., Consultor de Genética Clínica, Guy’s Hospital, Londres. A. C. P. S. A. C. P. Sims, M. A., M. D., R. C. Psych., F. R. C. P. E., Profesor de Psichiatría, Uni- versidad de Leeds. A. C. T. A. C. Thiselton, B. D., M. Th., Ph. D., D. D., Profesor de Teología cristiana y Director del Departmento de Teología, Universidad de Nottingham. A. D. V. A. D. Verhey, B. D., Ph. D., Profesor Evert J. y Hattie E. Blekkink de Religión, Hope College, Holland, Michigan. A. E. McG. A. E. McGrath, M.A., D. Phil., B. D., Profesor investigador en Teología, Universidad of Oxford; Profesor investigador de Teología Sis- temática, Regent College, Vancouver; Profesor de Teología Histórica y Sistemática, Wycliffe Hall, Oxford. A. F. H. A. F. Holmes, B. A., M. A., Ph. D., Profesor de Filosofía, Wheaton College, Whea- ton, Illinois. A. F. K. A. F. Kreider, B. A., M. A., Ph. D., Teó- logo residente, Northern Baptist College, Manchester. A. G. V. A. G. Vos, B. A., M. A., Ph. D., Profesor de Filosofía, Universidad Western Kentucky, Bowling Green, Kentucky. A. H. A. C. E. A. H. A. Crum Ewing, B. A., M. Th, artista y grabador autónomo. A. J. H. A. J. Hartropp, B. Sc., Ph. D., ordenando anglicano en el Oak Hill Theological College, Londres; ex-profesor de Economía Financiera, Brunel University, Uxbridge, Middlesex. A. J. T. A. J. Townsend, M. B., B. S., M. R. C. S., L. R. C. P., consejero psicodinámico; Deán de Ministros en Empleos Seculares, Diócesis de Southwark; coadjutor honorario. A. J. W. A. J. Wing, M. A., D. M., F. R. C. P., Médico consultor, St Thomas’Hospital, Lon- dres. A. N. S. L. A. N. S.Lane, M. A., B. D., Prof. Senior de Doctrina cristiana, London Bible College. A. O. I. A. O. Igenoza, B. A., Ph. D., Profesor Se- nior de Estudios Bíblicos, Director del Depar- tmento de Estudios religiosos, y Vicedeán, Facul- tad de Arte, Universidad Obafemi Awolowo, Ile- Ife, Nigeria. A. P. F. A. P. Foster, B. Sc., B. V. S c., Cert. S. A. D., M. R. C. V. S., Miembro de la Cats’ Protection League, Escuela de veterinaria de la Universidad de Bristol. A. P. P. A. P. Parkinson, Pastor de la iglesia bautista reformada de Leeds; Presidente de Caring for Life, Leeds. A. R. W. D. A. R. Wingfield Digby, B. A., Cert. Theol., Director de Christians in Sport, Oxford. A. S. A. Storkey, M. Sc., M. A., Dip. Ed., Ph. D., Profesor de Sociología, Oak Hill Theo-logical College, Londres. B. A. C. B. A. Clouse, B. A., M. A., Ph. D., Profesor de Psicología Educativa y escolar, In- diana State University, Terre Haute, Indiana. B. B. B. Batson, B. A., M. A., Ph. D., Coordinador de la Colección Especial sobre Shakespeare (Shakespeare y la tradición cristiana) Wheaton College; ex-profesor y presidente del Departa- mento de Inglés, Wheaton College, Wheaton, Illinois. B. H. B. Harris, B. Sc., M. B., B. S., F. R. C. Psych., D. P. M., Profesor Senior, Facultad de Medicina de la Universidad de Gales, Cardiff. B. K. W. B. K. Waltke, A. B., Th. M., Th. D., Ph. D., Profesor Marshall Sheppard de Estudios Bí- blicos, Regent College, Vancouver. B. L. S. B. L. Shelley, B. A., M. D., Ph. D., Profesor Senior de Historia de la Iglesia, Denver Se- minary, Denver, Colorado. B. S. B. Stanley, M.A., Ph.D., Profesor de His- toria de la Iglesia, Trinity College, Bristol. B. T. A. B. T. Adeney, B. A., B. D., Ph. D., Pro- fesor de Ética y Estudios Transculturales, Pro- grama de postgrado de Religión y Sociedad, Satya Wacana Christian University, Salatiga, Java, Indonesia. B. W. R. B. W. Reynolds, B. A., M. A., Ph. D., Professor of History, Asbury College, Wilmore, Kentucky. C. A. B. C. A. Brown, B. D., M. A., Ph. D., S. Th., Decano Académico, Spurgeon’s College, Lon- dres. C. E. H. C. E. Hart, B. A., M. A., M. Th., M. Phil., Profesor de Teología Práctica, St John’s College, Nottingham. C. F. A. C. F. Allison, B. A., M. Div., D. Phil., exobispo de South Carolina. C. F. G. C. F. Green, F. C. I. B., F. B. I. M., F. L. C. M., ex-Director y Director del Grupo de Diputados, National Westminster Bank. C. G. K. C. G. Kruse, B. D., M. Phil., Ph. D., Profesor Senior, Ridley College, Universidad de Melbourne. C. H. S. C. H. Sherlock, B. A., Th. L., M. A., B. D., Th. D., Prof. Senior, Ridley Coll., Melbourne. C. J. H. H. C. J. H. Hingley, M. A., Capellán, Whitestone School, Bulawayo, Zimbabwe. C. J. H. W. C. J. H. Wright, M. A., Ph. D., Di- rector, All Nations Christian College, Ware, Hertfordshire.
  • 16. 17 C. M. N. S. C. M. N. Sugden, M.A., M. Phil., Ph. D., Director Oxford Centre for Mission Studies. C. P. C. Partee, A. B., M.A., B. D., Ph. D., P. C. Profesor Rossin de Historia de la Iglesia, Semi- nario Teológico de Pittsburgh. C. S. E. C. S. Evans, B. A., Ph. D., Profesor de Filosofía y Director, Biblioteca Howard and Edna Hong Kierkegaard, St Olaf College, Northfield, Minnesota. C. Y. C. Yeats, M. A., M. Th., M. B. A., Solway Fellow y Capellán, University College, Durham. D. A. L. D. A. Lyon, B. Sc., Ph.D., Profesor y Director de Sociología, Queen’s University, Kingston, Ontario. D. A. N. F. D. A. N. Fergusson, B. Sc., M. B., B. S., M. R. C. G. P., Secretario General, Christian Medical Fellowship, Londres. D. A. S. D. A. Stone, M. A., B. M., B. Ch., Vicario de St Jude’s Church, South Kensington, Londres. D. A. W. D. A. Westberg, B. A., M. A., M. Div., D. Phil., Profesor adjunto, Departmento de Estu- dios Religiosos, Universidad de Virginia, Char- lottesville, Virginia. D. B. F. D. B. Fletcher, B. A., M. A., Ph. D., Pro- fesor Asociado de Filosofía, Wheaton College, Wheaton, Illinois; Profesor adjunto de Bioética, Trinity Evangelical Divinity School, Deerfield, Illinois. D. B. G. D. B. Garlington, B. A., M. Div., Th. M., Ph. D., Profesor de Nuevo Testamento, Semina- rio bautista de Toronto. D. B. W. D. B. Winter, B. A., Sacerdote en activo, Ducklington, Oxfordshire; exdirector de Reli- gious Broadcasting, BBC, Londres. D. C. S. D. C. Spanner, B. Sc., Ph. D., D. Sc., F. Inst. Biol., Profesor Emérito de Biofísica Vegetal, Bedford College, Universidad de Londres; mi- nistro anglicano sin sueldo. D. D. B. D. D. Burke, B. Sc., M. Phil., Ministro de la Knighton Evangelical Free Church, Leicester. D. F. W. D. F. Wright, M. A., Profesor Senior de Historia Eclesial, New College, Universidad de Edimburgo. D. G. B. D. G. Bloesch, B. A., B. D., Ph. D., Profesor Emérito de Teología, Seminario Teoló- gico de la Universidad de Dubuque, Dubuque, Iowa. D. G. J. D. G. Jones, B. Sc., M. B., B. S., D. Sc., Profesor de Anatomía y Biología Estructural, Universidad de Otago, Dunedin, N. Zelanda. D. H. F. D. H. Field. B. A., Director de Ministerio Profesional, Church Pastoral Aid Society, Warwick; ex-Vicedirector y Profesor de Ética Cristiana, Oak Hill College, Londres. D. J. A. D. J. Atkinson, B. Sc., M.L itt., Ph. D., M. A., Rector honorario del Canon de la catedral de Southwark, Londres; ex-Fellow del Corpus Christi College, Oxford. D. J. E. A. D. J. E. Attwood, M. A., B. A., Ph. D., Jefe de estudios, Trinity Theological College, Bristol. D. J. P. D. J. Pullinger, B. A., M. Sc., Ph. D., Director de Productos Electrónicos, Instituto de Física, Edimburgo. D. J. T. D. J. Tidball, B. A., B. D., Ph. D., Director del Depto. Misionero, Unión Bautista de Gran Bretaña, Didcot, Oxfordshire. D. L. M. D. L. Mathieson, B. A., LL. B., B. C. L., LL. D., Q. C., ex-Profesor de Derecho, Victoria University of Wellington, N. Zelanda. D. L. O. D. L. Okholm, B. A., M. Div., M. A., Th. M., Ph. D., Profesor asociado de Teología, Wheaton College, Wheaton, Illinois. D. L. P. D. L. Parkyn, B. A., M. Div., Ph. D., Pro- fesor de Estudios Religiosos, Messiah College, Grantham, Pennsylvania. D. M. C. D. M. Cansdale, M. Sc., Jefe de policía asociado, central de Hertfordshire. D. P. K. D. P. Kingdon, M. A., B. D., Editor de libros teológicos, Inter-Varsity Press, Reino Uni- do; Ex-director del Irish Baptist College, Belfast. D. P. N. D. P. Negus, LL. B., Socio Senior de Ellis- Fermor and Negus, Solicitors, Nottingham. D. R. D. Ratzsch., B. A., M. A., Ph. D., Profesor de Filosofía, Calvin College, Grand Rapids, Michigan. D. R. G. D. R. Groothuis, B. S., M. A., Ph. D., Profesor adjunto de Filosofía de la Religión y la Ética, Denver Seminary, Denver, Colorado. D. R. L. P. D. R. L. Poner, B. A., A. L. A., autor y editor independiente. D. R. S. D. R. Shell, B. Sc., M. A., Profesor Senior de Ciencias Políticas, Universidad de Bristol. D. W. A. D. W. Augsburger, B. D., Ph. D., Prof. de Asistencia y Consejería Pastorales, Seminario Teológico Fuller, Pasadena, California. D. W. Be. D. W. Bebbington, M. A., Ph. D., F. R. Hist. S., Profesor adjunto de Historia, Universi- dad de Stirling. D. W. Br. Dale W. Brown, A. B., B. D., Ph. D., Profesor Emérito de Teología y Director de Estu- dios sobre la Paz, Seminario Teológico Bethany, Oak Brook, Illinois. D. W. Bro. David W. Brown, M. A., M. A., Ph. D., Profesor Van Mildert de Teología, Univ. de Durham; Canónigo de la catedral de Durham. D. W. G. D. W. Gill, B. A., M. A., Ph. D., Profesor de Ética Aplicada, North Park College, Chicago. D. W. P. D. W. Parish, M. C. I. T., Director de Desarrollo de Instalaciones, British Airways. D. W. V. D. W. Vere, M. D., F. R. C. P., F. F. P. M., Profesor de Terapéutica, Universidad de Londres; Médico consultor, Royal London Hos- pital. D. W. V. N. D. W. Van Ness, LL. M., J. D., B. A., Profesor ayudante invitado, Escuela Mercy de Derecho de la Universidad de Detroit. Lista de colaboradores
  • 17. 18 E. D. C. E. D. Cook, B. A., M. A., Ph. D., M. A., Director, Whitefield Institute; Fellow y Capellán, Green College, Oxford. E. J. M. E. J. Muskus, B. Sc., Dip. Th., Tutor en Teología Contemporánea, Evangelical Theolo- gical College of Wales, Bridgend, Mid Glamorgan. E. M. B. G. E. M. B. Green, M. A., M. A., B. D., D. D., Asesor de Evangelismo para los Arzobis- pos de Canterbury y York. E. M. S. E. M. Smith, B. A., Administrador Pas- toral Senior, Caring for Life, Leeds. E. R. M. E. R. Moberly, M. A., D. Phil., Director de Educación y Terapia Psicosexuales, BCM International, Upper Darby, Pennsylvania. F. C. Sir Frederick Catherwood, M. A., F. C. A., Presidente de la Alianza Evangélica; ex-miem- bro del Parlamento Europeo. F. L. F. Lyall, M. A., LL. B., LL. M., Ph. D., Decano de la Facultad de Derecho, Universidad de Aberdeen. F. S. F. Schäfer, B. A., B. A., M. A., D. Phil., pscólogo; oficial de Chief Human Resources, Oficina sudafricana de Correos. F. V. W. F. V. Waddieton, B. Sc., B. D., Decano Académico, Bible College de Glasgow. F. W. B. F. W. Bridger, M. A., Dip. Th., Ph. D., Vicario de Woodthorpe, Nottingham; Profesor Asociado en St John’s College, Nottingham. G. A. C. G. A. Colé, B. A., B. D., M. Th., Th. D., Directorl del Ridley College, Universidad de Melbourne, Australia. G. B. McG. G. B. McGuinness, B. Sc., M. Sc., G.M.E.C., Ministro Asociado, Christ Church, Chilwell, con St Barnabas, Inham Nook, Nottingham. G. C. M. G. C. Meilaender Jr, B. A., M. Div., Ph. D., Profesor de Religión, Oberlin College, Oberlin, Ohio. G. D. G. Davies, M. B., B. S., F. R. C. Psych., M. Phil., D. P. M., ex-psiquiatra consultor, King’s College Hospital y Maudsley Hospital, Londres. G. D. S. G. D. Skinner, T. Cert., D. A. S. E. (R. E.), M. Phil., Profesor de Educación, Centre for Ethnic Studies in Education, Universidad de Manchester. G. H. T. G. H. Tweiftree, B. A., M. A., Ph. D., Ministro de la iglesia Unitaria de Australia, Adelaide. G. J. J. G. J. Jenkins, B. A., B. A., Coajutor de St Luke’s Church, West Norwood, Londres. G. J. P. G. J. Pigott, B. D., M. Phil., Vicario de St Paul’s, Wilford Hill, West Bridgford, Nottingham. G. J. W. G. J. Wenham, M. A., Ph. D., Prof. Senior de Estudios Religiosos, Cheltenham y Glouces- ter College of Higher Education, Cheltenham. G. K. S. G. K. Smith, LEng., M. LElect. E., M. LHosp. E., Doctorando, De Montfort University, Leicester. G. L. B. G. L. Bray, B. A., D. Litt., Profesor de Estudios Anglicanos, Beeson Divinity School, Samford University, Birmingham, Alabama. G. O. S. G. O. Stone, M. A., M. A., P. G. C. E., Cert. TheoL, Rector de equipo, Bucknall Team Ministry, Stoke-on-Trent. G. R. C. G. R. Collins, B. A., M. A., Ph. D., Director ejecutivo, American Association of Christian Counseling. G. S. G. Smith, Oficial investigador, unidad de Aston Charities Community Involvement, Newham. G. S. F. G. S. Forsier, M. A., Dip. Soc. Anth., Rector de Northenden, Manchester; Coordina- dor sindical del Grupo Editorial para los Estu- dios Éticos Grove. G. S. T. G. S.Tomlin, M. A., M. Á., Tutor, Wycliffe Hall, Oxford; Capellán, Jesus College, Oxford. G. W. G. G. W. Grogan, B. D., M. Th., Director Emérito, Glasgow Bible College. H. A. G. B. H. A. G. Blocher, B. D., D. D., Pro- fesor de Teología Sistemática y Decano de la Faculté Libre de Théologie Evangélique, Vaux- sur-Seine, Francia. H. C. H. H. C. Hendry, B. A., P. G. C. E., M. A., Profesor de Consejería y Religiones del mundo, Oak Hill Theological College, Londres. H. H. D. H. H. Davis, B.A., Ph. D., Profesor de Sociología, Universidad de Kent en Canterbury. H. K. J. H. K. Jacobsen, B. A., M. A., Ph. D., Ministro, Northwest Covenant Church, Mt Prospect, Illinois; Profesor adjunto, North Park College, Chicago. I. D. B. I. D. Bunting, M. A., M. Th., Director diocesano de Ordenandos, Diócesis de South- weil, Nottingham. I. H. M. I. H. Marshall, B. A., B. D., M. A., Ph. D., Profesor de Exégesis del Nuevo Testamento, Universidad de Aberdeen. I. R. D. I. R. Davis, Dip. Arch. R. I. B. A., F. R. G. S., Ph. D., Director, Oxford Centre for Disaster Studies. I. R. W. I. R.WaIlace, M. Sc., M. Sc., Conferen- ciante, Agricultural Extensión and Rural Deve- lopment Department, Universidad de Reading. J. A. H. F. J. A. H. Francis, B. Sc., M. A., C. Q. S. W., psicoterapeuta y escritor independiente. J. A. M. J. A. Mathisen, M. A., Ph. D., Profesor de Sociología, Wheaton College, Wheaton, Illinois. J. A. R. J. A. Ross, B. A., B. A., M. Phil., Ministro asociado, Trinity Baptist Church, Bexteyheath, Kent; profesor visitante, Spurgeon’s College, Londres. J. A. T. J. A. Temple, B. Sc., Ph. D., A. E. P., Director de gestión de grupos, Plessey Tellumat SA Ltd, South África. J. A. V. J. A. Vale, M. D., F. R. C. P., F. F. O. M., F. A. A. C.T., Director, National Poisons Lista de colaboradores
  • 18. 19 Information Service (Birmingham Centre), West Midlands Poisons Unit, Dudley Road Hospital, Birmingham. J. B. G. J. B. Green, B. S., M. Th., Ph. D., Profesor asociado de Nuevo Testamento, American Bap- tist Seminary of the West and Graduate Theo- logical Union, Berkeley, California. J. B. W. J. B. Webster, M. A., Ph. D., Profesor de Teología Sistemática, Wycliffe College, Universi- dad de Toronto. J. C. D. J. C. Doggett, C. B. E., Barrister (Middie Temple); abogado; ex-procurador asistente, Inland Revenue. J. D. H. J. D. Healey, H. N. C., LL. B., L. R. P. S., Director de Marketing, Anthony Collins Solicitors, Birmingham. J. D. M. J. D. Masón, B. A., Ph. D., Prof. de Economía, Gordon College, Wenham, Mas- sachusetts. J. E. J. Evans, B. Sc., Ph. D., D. Sc., F. LC. For., Jefe de investigación, Forestry Commission; Di- rector de TEAR Fund, Teddington, Middlesex. J. E. H. J. E. Haré, B. A., Ph. D., Profesor, De- partmento de Filosofía, Calvin College, Grand Rapids, Michigan. J. G. C. J. G. Child, B. A., B. D., M. Th., Ministro de Christ Church, La Lucia, Durban, South África. J. G. McC. J. G. McConville, B. D., M. A., Ph. D., Profesor de Antiguo Testamento, Wycliffe Hall, Oxford. J. H. C. J. H. Court, B. A., Ph. D., F. B. Ps. S., C. Psychol. Dip. Clin. Hyp., Profesor de Psicolo- gía y Director, Psychological Center, Graduate School of Psychology, Fuller Theological Semi- nary, Pasadena, California. J. H. G. J. H. Gillespie, B. A., Ph. D., Dip. Th., Porfesor Senior de francés, Universidad de Ulster. J. H. O. J. H. Olthuis, B. A., B. D., Ph. D., Miem- bro Senior de Teología Filosófica, Institute for Christian Studies, Toronto; psicoterapeuta en consulta privada. J. H. S. J. H. Saühamer, Th. M., M. A., Ph. D., Profesor asociado de Antiguo Testamento, Trinity Evangelical Divinity School, Deerfield, Illinois. J. I. P. J. I. Packer, M. A., D. Phil., Sangwoo Profesor Youtong Chee de Teología, Regent College, Vancouver. J. K. C. J. K. Cundy, M. A., procurador en con- sulta privada. J. M. S. J. M. Sentamu, B. A., LL. B., M. A., Ph. D., Vicario de Holy Trinity y St Matthias, Tulse Hill, Londres. J. M. V. B. J. M. V. Blanshard, M. A., F. I. F. S. T., Profesor de Ciencia Alimentaria y Decano de la Facultad de CienciasAgrícolas y Alimentarias, Universidad de Nottingham. J. N. D. A. Sir Norman Anderson, O. B. E., M. A., LL. D., D. D., F. B. A., Q. C., Profesor Emérito de Derecho Oriental, Universidad de Londres; ex-Director del Institute of Advanced Legal Studies. J. N. H. J. N. Hall, B. A., M. Sc., Ph. D., F. B. Ps. S., Psicólogo consultor clínico y Profesor de Psi- cología Clínica, Wameford Hospital, Oxford. J. P. C. J. P. Chaplin, B. A., M. Phil., Ph. D., Tutor de Ciencias Políticas, Plater College, Oxford. J. R. G. J. R. Guy, B. A., M. S. W., ex-Director adjunto, Central Council for Education and Training in Social Work, Londres. J. R. McG. J. R. McGrath, M. A., M. PhiL, Di- rector de Psicología clínica, Rivermead Reha- bilitation Centre, Oxford. J. R. P. J. R. Peck, B. D., A. L. B. C., Ministro de la Earl Soham Baptist Church, Suffolk; Trabaja- dor Senior de Proyectos, College House, Cambridge. J. S. E. J. S. Escobar, B. A., M. A., Ph. D., Profesor Thornley B. Wood de Misiones en el Eastern Baptist Theological Seminary, Philadelphia; Pro- fesor visitante, Orlando E. Costas School of Missiology, Lima, Perú. J. W. G. J. W. Gladwin, M. A., Dip. Theol., Rector de Sheffield. K. E. Y. K. E. Yandell, B. A., M. A., Ph. D., Pro- fesor de Filosofía y Estudios del Sur de Asia, Universidad de Wisconsin, Madison, Wisconsin. K. F. K. Ferdinando, B. A., M. A., Ph. D., Pro- fesor del Institut Supérieur Théologique de Bunia, Zaire. K. G. E. K. G. Elzinga, B. A., M. A., Ph. D., Profesor de Economía, Universidad de Virginia, Charlottesville, Virginia. L. B. K. L. B. Keeble, J. P., B. D., M.T h., Ministro, Hilihead Baptist Church, Glasgow; ex-Tutor y Dir. de Estudios Pastorales, Regent’s Park College. L. E. A. G. L. E. A. Gladwin, M. A., C. Q. S. W., consultor independiente de trabajo social; ex- Director de Trabajo Social, London Diocesan Board of Social Responsibility. L. H. O. L. H. Osborn, B. D., M. Sc., Ph. D., Fellow de Templeton, Ridley Hall, Cambridge. L. M.-Y. C.-J. L. M.-Y. Cheung-Judge, B. Sc., M. A., Ph. D., Director de Formación en Calidad e Igualdad y Servicios de Consultoría, Oxford. L. R. L. Ryken, B. A., Ph. D., Profesor de inglés, Wheaton College, Wheaton, Illinois. M. A. B. M. A. Bourdeaux, B. D., M. A., Director, Keston Instítute, Oxford. M. A. J. M. A. Jeeves, C. B. E., M. A., Ph. D., Hon. D. Sc., C. Psychol., F. B. Ps. S., F. R. S. E., Profesor Investigador Honorario, Escuela de Psicología, Univ. de St Andrews, St Andrews, Fife. M. A. N. M. A. Noli, B. A., M. A., Ph. D., Profesor McManis de Pensamiento Cristiano, Wheaton College, Wheaton, Illinois. Lista de colaboradores
  • 19. 20 M. A. R. M. A. Reid, B. A., M. Div., Ph. D., Profesor de Filosofía y presidente, Dept. de Filo- sofía, Gordon College, Wenham, Massachusetts. M. A. S. M. A. Swann, M. D., D. C. H., Oficial Senior clínico de Medicina, Belfast. McC. Profesor Lord McColl, M. S., F. R. C. S., F. A. C. S., F. R. C. S. E., Presidente, Departmento de Cirugía de las Escuelas Unidas Médica y Dental Schools de los hospitales St Thomas’ y Guy, Londres. M. C. G. M. C. Griffiths, M. A., D. D., Ministro, International Fellowship of Evangelical Stu- dents; ex-profesor de Estudios Misioneros, Regent College, Vancouver. M. C.-J. M. Chave-Jones, Dip. Soc. Sci., ex- psicoterapeuta en práctica privada, y fundador de Care and Counsel, Londres. M. D. J. M. D. Jenkins, M. A., M. A., ex-Director de Área Central, Prison Service, Reino Unido. M. E. A. M. E. Alsford, B. A., Ph. D., Profesor Senior de Teología, Universidad de Greenwich, Londres. M. F. G. M. F. Goldsmith, M. A., Profesor y Representante Internacional, All Nations Chris- tian College, Ware, Hertfordshire. M. G. B. M. G. Barker, M. B., Ch. B., F. R. C. P. Ed., F. R. C. Psych., D. P. M., Psiquiatra consultor y director de Medicina, Heath House Priory Hospital, Bristol. M. G. G. S. M. G. G. Schiuter, B. A., Ph. D., Director del Jubilee Centre y la Keep Sunday Special Campaign, Cambridge. M. J. B. M. J. BarteLB. A., M. Div., Ph. D. candi- dato al Princeton Theological Seminary, Prince- ton, New Jersey. M. J. D. M. J. Dowling, B. A., B. D., M. Th., Ph. D., Tutor de Historia Eclesial y Teología Histó- rica, Irish Baptist College, Belfast. M. J. E. M. J. Evans, B. Ed., B. A., M. Phil., Profesor de Estudios sobre el Antiguo Testamen- to, London Bible College. M. J. H. A. M. J. H. Allison, M. A., Miembro del Parlamento y Comisionado de Second Church Estates, Londres. M. J. M. M. J. Moss, S. R. N., C. Q. S. W., Director, Residential Care Services for Oider People, So- cial Services Department, London Borough of Richmond-upon-Thames. M. J. N.-A. M. J. Nazir-Ali, M. Litt., Ph. D., Obispo de Rochester; ex-Secretario General, Church Missionary Society, Londres. M. K. B. M. K. Batchelor, B. A., escritor autónomo. M. M. M. Moynagh, M. A., Ph. D., Rector de equipo, Wicton, Taunton, Somerset. M. P. C. M. P. Cosgrove, M. S., Ph. D., Prof. de Psicología, Taylor University, Upland, Indiana. M. S. L. M. S. Langley, B. D., M. A., Ph. D., H. Dip. Ed., F. R. A. L, Director de Formación, Dió- cesis de Carlisle, y Director del Carlisle Diocesan Training Institute. M. T. N. M. T. Nelson, B. A., M. A., Ph. D., Profesor asociado de Filosofía, Hampden- Sydney College, Hampden-Sydney, Virginia. N. J. B. N. J. Biggar, B. A., M. A., Ph. D., Master en Estudios Cristianos, Capellán y Fellow, Oriel College, Oxford; Profesor de Ética Cristiana, Wycliffe Hall, Oxford. N. J. S. N. J. Smith, B. A., B. D., D. Th., Profesor en la Universidad de Sudáfrica; Pastor de una iglesia holandesa reformada, para gente de color, en Pretoria, Sudáfrica. N. L. G. N. L. Geisler, B. A., M. A., Th. B., Ph. D., Decano, Southern Evangelical Seminary, Charlotte, Carolina del Norte. N. M. de S. C. N. M. de S. Cameron, B. D., M. A., Ph. D., Decano asociado de Programas docto- rales académicos y presidente del Depto. del de Teología Sistemática, Trinity Evangelical Divi- nity School, Deerfield, Illinois. N. P. H. N. P. Harvey, M. A., S. T. L., escritor y conferenciante independiente sobre teología moral; ex-profesor de Ética Cristiana en el Queen’s College, Birmingham, y Profesor de Teología Moral en la abadía de Downside. N. P. W. N. P. Wolterstorff, Ph. D., Profesor Noah Porter de Teología Filosófica, Universidad de Yale, New Haven, Connecticut. O. M. T. O’D. O. M. T. O’Donovan, M. A., D. Phil., Profesor Regius de Teología Moral y Pas- toral, Universidad de Oxford; Canónigo de Christ Church, Oxford. O. R. B. O. R. Barclay, M. A., Ph. D., ex-Secretario General de las Universidades y colegios univer- sitarios de Christian Fellowship, Leicester. P. A. H. P. A. Hicks, B. D., M. A., Ph. D., Profesor y Director de Ministerio, London Bible College. P. A. M. P. A. Marshall, B. Sc., M. Sc., M. A., M. Phil., Ph. D., Fellow Senior en Teoría Política, Institute for Christian Studies, Toronto, Ontario. P. A. Mi. P. A. Mickey, B. A., B. D., Ph. D., ex- Profesor asociado de Teología Pastoral, Duke University Divinity School, Durham, North Carolina. P. D. H. P. D. Hill, B. A., Ministro de la Pantygwydr Baptist Church, Swansea; Capellán bautista del Swansea University College. P. D. McK. P. D. McKenzie, LL. M., B. D., Pro- curador y Presidente de la New Zealand Securities Commission. P. D. W. P. D. Woodbridge, B. A., Ph. D., Tutor de Estudios Bíblicos, Oak Hill Theological College, Londres. P. E. H. P. E. Hodgson. M. A., D. Sc., Ph. D., A. R. C. S., D. I. C., C. Phys., F. Inst. P., Fellow in- vest. Senior, Corpus Christi College, Oxford; Di- rector del Grupo Teórico de Física Nuclear, Depto. de Física, Universidad de Oxford. P. F. S. P. F. Sims, M. B., B. Ch., F. R. C. S., M. R. C. O. G., obstetra y ginecólogo consultor, Hex- ham General Hospital, Northumberland. Lista de colaboradores
  • 20. 21 P. H. P. Helm, M. A., Profesor de Historia y Filosofía de la Religión, King’s College, Londres. P. H. de V. P. H. deVries,B. A., M. A., Ph. D., Sillón de Ética, King’s College, Nueva York; Presidente del Intemational Research Institute on Values Changes. P. H. L. P. H. Lewis, Pastor Sénior, Cornerstone Evangelical Church, Nottingham. P. J. C. P. J. Clarke, B. A., Capellán Sénior en el Mildmay Mission Hospital (Hospicio para enfer- mos de SIDA), Londres. P. J. H. A. P. J. H. Adam. B. D., M. Th., Ph. D., Vicario de St Jude’s, Carlton, Melbourne, Aus- tralia. P. M. C. P. M. Clifford, B. A., B. D., D. Phil., Profesor, Magdalen College, Oxford. P. M. F. P. M. Fackler, A. B., M. A., M. A., Ph. D., Profesor asociado y presidente, Departmento de Comunicaciones, Wheaton College, Wheaton, Illinois. P. N. H. P. N. Hillyer, B. D., Ph. D., autor y editor teológico independiente; ex-profesor de Teolo- gía, Bishop’s College, Calcuta. P. N. P. P. N. Palmer, D. Comm., Profesor en el Departamento de Administración de empresas, Universidad de Sudáfrica, Pretoria. P. T. P. Toon, M. A., B. D., M. Th., D. Phil., Profesor de Teología, Philadelphia Theological Seminary. P. W. T. P. W. Timms, M. R. C. Psych., Profesor Senior de Psiquiatría Comunitaria, Escuelas Médicas y Odontológicas Unidas de los hospi- tales St Thomas y Guy, Londres. R. A. B., R. A. Burridge, M. A., Ph. D., Decano de King’s College, Londres. R. A. Hig. R. A. Higginson, M. A., Dip. Th., Cert. Ed., Ph. D., Profesor de Ética Cristiana y Direc- tor de la fundación Ridley Hall Foundation, Ridley Hall, Cambridge. R. A. Hin. R. A. Hiñes, B. Sc., M. Th., Ph. D., Profesor de Adoración Cristiana, Oak Hill Theo- logical College, Londres; Vicedirector, North Thames Ministerial Training Course, Londres. R. A. R. R. A. Russell, B. A., M. A., M. A., M. Ed., P. G. C. E., Dip. H. E. Theol., Vicario de Widcombe, Bath; Director de la Unidad de Estu- dios Cristianos, Widcombe, Bath. R. C. B. R. C. Baldwin, B. Sc., B. M., M. R. C. P., M. R. C. Psych., Consultor de Psiquiatría para la Tercera Edad, Manchester Royal Infirmary. R. C. C. R. C. Chewning, B. S., M. B. A., Ph. D., Profesor Chavanne de Ética Cristiana en los Negocios, Baylor University, Waco, Texas. R. C. M. R. C. Macaulay, B. D., M.A., miembro de la L’Abri Fellowship. R. C. R. R. C. Roberts, B. A., B. D., M. A., Ph. D., Profesor de Filosofía y Estudios Psicológicos, Wheaton College, Wheaton, Illinois. R. E. N. O. R. E. N. Oake, LL. B., Jefe de policía, Isle of Man Constability. R. E. P. R. E. Parker, B. A., M. Th., Director adjunto, Acorn Christian Healing Trust, Bordon, Hampshire. R. F. R. Fowke, M. B., B. Ch., M. R. C. Psych., D. P. M., D. P. A., Psiquiatra consultor. R. F. H. R. F. Hurding, M. A., M. B. B. Chir., D. R. C. O. G., consejero, psicoterapeuta, médico jubilado; conferenciante visitante sobre Estudios Pastorales, Trinity College, Bristol. R. G. C. R. G. Clouse, B. A., B. D., M. A., Ph. D., Profesor de Historia, Indiana State University, Terre Haute, Indiana; Ministro de la First Brethren Church, Clay City, Indiana. R. G. T. R. G. Twycross, M. A., D. M., F. R. C. P., Conferenciante clínico Macmillan de Medici- na Paliativa, Universidad de Oxford. R. J. B. R. J. Bauckham, M. A., Ph. D., Profesor de Estudios sobre el Nuevo Testamento, Univer- sidad de St Andrews, Fife. R. J. Sh. R. J. Sheehan, B.D., Ministro, Welwyn Evangelical Church, Welwyn, Hertfordshire. R. J. Si. R. J. Sider, B. D., M. A., Ph. D., Presidente de Evangelicals for Social Action, EE.UU.; Prof. de Teología y Cultura, Eastern Baptist Theolo- gical Seminary, Philadelphia, Pennsylvania. R. J. So. R. J. Song, B. A., M. A., D. Phil., Tutor de Ética, St John’s College, Durham. R. J. T. R. J. Toyn, LL.B., Juez del Tribunal Supe- rior (jubilado). R. J. W. R. J. Whiteley, B. A., M. A., estudiante de Teología, Ridley College, Melbourne, Australia. R. K. McC. R. K. McCloughry, B. Sc., M. Sc., Director de la Kingdom Trust, Nottingham; Pro- fesor de Ética Social en St John’s College, Nottingham. R. L. P. R. L. Purtill, B. A., M. A., Ph. D., Profesor de Filosofía, Western Washington University, Bellingham, Washington. R. L. S. R. L. Sturch, M. A., D. Phil., Rector de Islip, Oxfordshire. R. M. H. R. M. Hanson, B. A., M. Phil., ex- Investigador Honorario y Fellow, Departmento de Psiquiatría, University de Leeds. R. P. L. R. P. Loy, A. B., M. A., Profesor de Ciencias Políticas, Taylor University, Upland, In- diana. R. P. M. El difunto R. P. Moss, B. Sc., Ph. D., Dip. en Ciencias de la Tierra, últimamente Profesor investigadoe en Ecología Humana, University de Salford. R. S. A. R. S. Anderson, B. S., B. D., Ph. D., Profesor de Teología y Ministerio, Fuller Theological Seminary, Pasadena, California. R. T. F. R. T. Forster, M. A., Líder, Ichthus Christian Fellowship, Forest Hill, Londres. R. V. R. Vincent, B. Sc., M. D., F. R. C. P., A. K. C., F. E. S. C., Cardiólogo consultor, Royal Sus- sex County Hospital, Brighton, East Sussex; Profesor de Medicina, Universidad de Sussex, Brighton. Lista de colaboradores
  • 21. 22 R. W. G. R. W. Green, B. A., Miembro del equipo Springboard Team (la Iniciativa Arzobispal para la Década del Evangelismo). R. W. H. R. W. Heinze, B. S., M. A., Ph. D., Decano de colegio universitario, Oak Hill Theo- logical College, Londres. S. D. S. Dex, B. A., M. Sc., Ph. D., secundado por la Universidad de Keele para el Profesorado in- vestigador en la Universidad de Essex, ESRC Centre for Micro-Social Change S. E. Al. S. E. Alsford, B. A., Ph. D., Profesor Sénior de Teología, Universidad de Greenwich, Londres. S. E. At. S. E. Atkinson, B. Sc., A. K. C., Profe- sor de escuela primaria y conferenciante sobre educación. S. L. J. S. L. Jones, B. A., M. A., Ph. D., Profesor y presidente, Departmento de Psicología, Wheaton College, Wheaton, Illinois. S. M. S. Motyer, M. A., M. Litt., Ph. D., Profesor, London Bible College. S. N. W. S. N. Williams, M. A., Ph. D., ex- Profesor de Teología, United Theological College, Aberystwyth, Dyfed. S. S. H. S. S. Harakas, B. A. Th., B. D., Th. D., Arzobispo Iakovos Profesor de Teología Orto- doxa, Holy Cross Greek Orthodox School of Theology, Brookline, Massachusetts. S. W. S. Webley, M. A., Director, British-North American Research Association, Londres. T. A. D. T. A. Dearborn, B. A., M. T. S., Th. M., Ph. D., Director Ejecutivo de la Seattle Associa- tion for Theological Education y Profesor adjun- to de Teología Práctica, Fuller Seminary, Pasa- dena, California, y Regent College, Vancouver. T. D. T. Dean, Productor Sénior, Programas Re- ligiosos, BBC World Service; ex-Editor, Third Way. T. D. K. T. D. Kennedy, B. A., Ph. D., Profesor asociado de Filosofía, Valparaíso University, Valparaíso, Indiana. T. E. C. H. Sir Timothy Hoare, M. A., M. A., Director, Career Plan Ltd, Londres. T. E. E. G. T. E. E. Goodacre, B. Sc., M. B. B. S., F. R. C. S., Consultor de cirugía plástica y reconstructiva; Radcliffe Infirmary, Oxford. T. J. Ch. T. J. Chester, B. D., Oficial de Asuntos Públicos, TEAR Fund, Teddington, Middlesex. T. J. Co. T. J. Cooling, B. A., Dip. Th., M. A., Ph. D., Oficial de proyectos, Association of Christian Teachers, Nottingham. T. O. K. T. O. Kay, A. B., M. A., Ph. D., Profesor asociado de Historia, y Coordinador de los Es- tudios interdisciplinarios y generales, Wheaton College, Wheaton, Illinois. T. O. W. T. O. Walker, M. A., Arcediano de Nottingham. T. R. A. T. R. Albin, B. A., M. A., Instructor de Formación Espiritual Cristiana, Universidad de Dubuque Theological Seminary, Dubuque, Iowa. V. G. V. Griffiths, B. A., M. A., P. G. C. E., ex- profesor temporero, Regent College, Vancouver. V. K. S. V. K. Samuel, B. Sc. B. D., M. Litt., D. D., Director ejecutivo, International Fellowship of Evangelical Mission Theologians, Oxford. V. M. S. V. M. Sinton, M. A. Cert. Ed. Dip. H. E. Theol., Director de Estudios Pastorales, Wycliffe Hall, Oxford. W. A. S. W. A. Strange, B. A., B. A. D. Phil., Vicario de Llandeilo Fawr, Dyfed. W. F. S. W. F. Storrar, M. A., B. D., Ph. D., Profe- sor de Teología Práctica, Departamento de Teo- logía y Estudios Religiosos, Universidad de Aberdeen. W. J. D. W. J. Dumbrell, B. A., M. A., B. D., M. Th., Th. D., Director de estudios de posgrado, Moore Theological College, Newtown, New South Wales. W. R. W. Riggans, B. D., M. A., Ph. D., Director general, Church’s Ministry Among the Jews, St Albans. Z. G. L. Z. G. Lindblade, B. A., M. A., Ph. D., Profesor de Sociología, Wheaton College, Wheaton, Illinois. Lista de colaboradores
  • 23. 24
  • 24. 25 La teología moral cristiana (véase El razonamiento moral cristiano 18 ) y la teología pastoral (véase Teología práctica y pastoral 7 ) están decisivamente conforma- das por las convicciones cristianas acerca de la naturaleza de Dios. El determinante fun- damental de nuestra comprensión de los actos cristianos (morales y pastorales) es, y debe ser, el evangelio de Dios, proclamado y encarnado en Jesucristo*. El llamamiento del evangelio se transmite por medio de una comunidad de agentes influidos por su confesión del don redentor que hizo Dios de sí mismo mediante la vida, muerte y resurrección* de Jesús, y de la presencia de éste en el Espíritu Santo*. La teología moral y la pastoral reflexionan sobre los hechos de la comunidad de propagadores del evange- lio, a la luz de su origen y conjunto de dog- mas cuya fuente última es Dios. 1. Consideraciones históricas La teología cristiana tradicional está de acuerdo con la definición introductoria, en el sentido de que, por lo general, no trata las cuestiones morales o pastorales sin tener en cuenta su exposición del contenido doc- trinal del cristianismo. Tales cuestiones sólo se abordan desde un punto de vista relati- vamente independiente en obras de exhor- tación ética (a menudo dentro de un contex- to catequístico, bien cuando se tratan pun- tos en debate (como la conveniencia de que los cristianos asistieran a los Juegos Griegos en la antigüedad o formen parte del ejército en nuestra época), o bien en obras polémicas escritas para rebatir a paganos o herejes, en las cuales suelen tener promi- nencia las cuestiones éticas. De forma simi- lar, la teología escolástica considera que los puntos éticos y prácticos forman parte inte- gral de sus Summae o Sentencias (si bien en el período escolástico abundaron los co- mentarios de la Ética de Aristóteles*). Los 1 Dios maestros reformadores prosiguieron con esta integración de doctrina y moral, como vemos en el relato que hizo Juan Calvino* de los actos cristianos durante el curso de su exposición acerca de la obra santifica- dora de Cristo y del Espíritu. La escolástica protestante del siglo XVII actuó de un modo ligeramente distinto: la tendencia fue dejar a un lado la visión más amplia del relato bíblico acerca de la relación entre Dios y los hombres, favoreciendo en su lugar la com- prensión formal de la revelación divina co- mo una serie de proposiciones doctrinales o morales; partiendo de éstas se deducen recomendaciones aplicables a los actos hu- manos mediante un método casuístico* derivado en gran parte de la lógica aristo- télica (que disfrutó de una renovada popu- laridad en las academias protestantes euro- peas). Así, el teólogo de Basilea Wollebius (1586-1629), en el Libro II de su Compendium Theologiae Christianae (trad. En W. Beards- lee, ed., Reformed Dogmatics, Oxford y Nue- va York, 1965), esboza la teología moral y pastoral exponiendo el Decálogo* (interpre- tado como «preceptos») de tal modo que considera a Dios «el legislador celestial» (II.xi.1). Esto va unido a un concepto de la práctica pastoral como aplicación extendida de los principios propios de la conducta cristiana, derivados, por deducción lógica, del texto bíblico. Si bien este método cons- tituyó a menudo una manera de articular buena parte de la sabiduría bíblica y prác- tica (especialmente en escritores ingleses como Richard Baxter* o John Owen (1616- 1683), su formalismo amenazaba con redu- cir las dimensiones trinitaria y cristológica de la enseñanza cristiana acerca de Dios a un mero esquema dogmático abstracto. Es debatible el hecho de que esta inter- pretación de la relación entre Dios y los ac- tos humanos, como la que existe entre pre- cepto y obediencia, preparase el camino
  • 25. 26 para la afirmación que hizo Immanuel Kant*, quien sostenía que un buen acto moral nunca puede observar una ley exte- rior a sí mismo (p.ej., un mandato divino), dado que el yo moral es esencialmente autónomo. Para Kant, hablar de la ley o la gracia divina, etc., corrompe nuestro senti- do de nosotros mismos como agentes mo- rales, cuya libertad de determinismos exter- nos es esencial para la atribución de la res- ponsabilidad. La crítica inmensamente sutil que hizo Kant de la «heteronomia» divina ha conformado en gran medida el debate y la crítica sobre la teología moral cristiana en la Era Moderna. Podemos percibir esto en la crítica persistente del potencial que tiene el concepto de obedecer* la voluntad de Dios, alienador a nivel político y psicológi- co, tal y como se manifiesta en el ateísmo- protesta de Ludwig Feuerbach (1084-1172), Karl Marx*, Friedrich Nietzsche* y Sig- mund Freud*. Siguiendo una vena ligera- mente distinta, los éticos analíticos de me- diados del siglo XX argumentaron, podero- samente, a favor de la independencia de la moral respecto a los compromisos religio- sos (véase la colección representativa de esta postura en Ian Ramsey, ed., Christian Ethics and Contemporary Philosophy, Londres, 1966). En nuestro siglo, y dentro de la teo- logía pastoral, podemos detectar un desa- rrollo paralelo en la marcada preferencia (sobre todo en el protestantismo norteame- ricano) por el análisis científico social, antes que teológico, de la situación pastoral, y el gusto por los modelos clínicos y terapéuti- cos de la asistencia pastoral (véase El cuida- do pastoral, consejería y psicoterapia 12 ), relegando a menudo el contenido teológico de la actividad pastoral a ulteriores «re- flexiones teológicas». Sin embargo, algunas obras más recien- tes que abordan el tema de la teología moral y pastoral, muestran un considerable inte- rés por la reintegración de tales disciplinas a la doctrina cristiana, en especial a la doc- trina de Dios. Un ejemplo importante de esto es la obra de Karl Barth*, cuya monu- mental Church Dogmatics constituye el in- tento más significativo, desde la Reforma, de convertir la ética en un componente esencial de la exposición de la doctrina cris- tiana. El fundamento dogmático sobre el que trabaja Barth en este proyecto es su forma de comprender el pacto*, según el cual Dios elige ser Dios desde toda la eter- nidad, manteniendo con la humanidad una relación de agencia recíproca, en la que la acción de la gracia divina* provoca la con- siguiente gratitud del ser humano. Am- pliando los conceptos de Barth (y, en algu- nos casos, criticando su aparentemente in- adecuada psicología moral), hay quien pro- pone un análisis de los actos humanos en términos de las convicciones que tiene el agente sobre Dios y el mundo, sobre todo cuando éstas se encuentran imbricadas en narraciones que conforman la identidad del agente moral (véanse las obras de Stanley Hauerwas en la Bibliografía). Siguiendo un rumbo bastante diferente, otros (como T. Rendtorff, en Ethics 1, ET, Philadelphia, 1986, y J. Gustafson) continúan sosteniendo la independencia de la ética respecto al dog- ma, y encuadrando la teología moral cristia- na con las ciencias humanísticas y sociales, como elemento contributivo de su análisis particular de la realidad humana. Esos di- versos enfoques del contenido teológico de la teología moral y pastoral reflejan, a me- nudo, la relación única que tiene el cristia- nismo con su entorno cultural. Los que ven una correlación significativa entre la fe y su contexto enfatizan la necesidad de integrar los conocimientos seculares y la doctrina cristiana; otros, que no desean renunciar a un contenido teológico importante, tienden a oponerse a las tendencias o modelos de conocimiento culturales, que más prevale- cen hoy día, basándose en el hecho de que la fe cristiana en Dios propone una visión de la realidad radicalmente distinta. 2. La doctrina cristiana sobre Dios a. Padre, Hijo y Espíritu. La doctrina cristiana acerca de Dios es la doctrina de la Trinidad. Este punto queda a menudo en- sombrecido por el análisis que se hace de cuestiones acerca de «Dios» (como p.ej. las pruebas de su existencia) aislado de cues- tiones relativas a la Trinidad; este proceso da pie a que la doctrina trinitaria quede re- 1 Dios
  • 26. 27 ducida a una versión particular de ideas teístas más amplias, lo cual impide conside- rar la enseñanza trinitaria como la forma distintivamente cristiana de conceptuar a Dios. Aunque en ocasiones se considera fruto de especulaciones metafísicas inco- rrectas, es mejor entender la doctrina de la Trinidad como el intento de reconstruir la imagen de Dios como creador, redentor y perfeccionador de todas las cosas, sobre la base del don que Dios hizo de sí mismo en la persona de Jesucristo. La doctrina de la Trinidad condensa el relato escritural de los actos y el ser de Dios, así como la experien- cia eclesial de la salvación (véase El pecado y la salvación 5 ), proveyendo un análisis sobre la identidad divina como sujeto y agente de tales actos. Las Escrituras no manifiestan una doc- trina trinitaria explícita, si bien existen fór- mulas y líneas argumentales (sobre todo en las epístolas de Juan en el NT) de las que puede derivarse el concepto central de esta doctrina. Las categorías trinitarias son una implicación de la confesión cristiana prima- ria que dice que Jesús, como ser humano contingente, es Señor; es decir, que es quien encarna la presencia universal y la eficien- cia del designio salvífico de Dios. La con- fesión del señorío de Cristo le atribuye una importancia más allá de lo provisional, par- cial o local: como Señor, constituye el marco de referencia más amplio posible, dentro del cual se conocen y juzgan todas las cosas. Su persona y su obra, especialmente su muerte y resurrección, reordenan la rela- ción entre la creación* global y Dios, de un modo tan radical y enteramente eficiente que sólo se le puede atribuir un carácter divino. De aquí que Jesús ocupe el lugar absoluto, o sea, no relativo, que característi- camente ocupa Dios, siendo objeto, en el NT y demás lugares, de unas expresiones ver- bales que están reservadas en exclusiva para Dios. Esta confesión nos lleva claramente a una reconstrucción del concepto de Dios, dado que se pone un gran énfasis en el len- guaje usado y en los conceptos transmiti- dos, mediante esta relación de lo trascen- dente (Dios) con lo contingente (Jesús). Esto no conlleva ineluctablemente una identifi- cación de «Dios» y «Jesús» hasta el punto de que ambos términos resulten intercambia- bles (aunque algunos pasajes de escritores antiguos como Ignacio de Antioquía, c. 35– c. 107, se acercaron bastante a esto). Según el pensamiento patrístico desarrollado, la doctrina de Dios incorpora asertos sobre la distinción, dentro de la Trinidad, entre Pa- dre e Hijo. Esta distinción está relacionada con otra ulterior: la existente, dentro de la teología de la encarnación, entre la huma- nidad y la divinidad de Cristo. Esta segun- da distinción enraíza al hombre Jesús en el ser de Dios, mientras, al mismo tiempo, evita la adscripción literal e injustificable de la historia de Jesús a Dios, y afirma las dos «naturalezas» presentes en el «personaje» o sujeto histórico, Jesús de Nazaret. La dife- renciación entre Padre e Hijo se caracteriza- ba por la extraña idea del «engendramien- to» o «generación» del Hijo por parte del Padre. Este término identifica al Padre co- mo el origen absoluto o el propósito funda- cional, que cumple su voluntad eterna en relación al Hijo, quien es distinto y deri- vativo del Padre, pero (en contra de lo que decía Arrio, c. 250–c. 336), en ningún senti- do posterior o subordinado a Él. Tras estas distinciones subyace la intención principal y soteriológica de retener la divinidad de Cristo como agente de la salvación, sin menoscabar la libertad o globalidad del ser divino. El lenguaje trinitario consigue este objetivo considerando la relación entre Je- sús y el Padre como la encarnación de una «relación» intrínseca que se da dentro del propio ser de Dios. La doctrina se ve completada por las afirmaciones sobre la divinidad del Espíri- tu, que radican en la comprensión del poder radicalmente creativo de Cristo presente como Espíritu en la experiencia cristiana de la regeneración. Dado que el Espíritu es quien efectúa la unión con Cristo, así como la adopción de la iglesia en la vida divina, el ser y la mediación del Espíritu son tam- bién divinos. Según la tradición occidental, esta tercera distinción trinitaria ha gozado de unos cimientos menos sólidos (en parte debido al inmenso énfasis depositado sobre Dios 1
  • 27. 28 la cristología, y en parte a la interpretación que hizo Agustín* de las «personas» de la Trinidad como «relaciones sustanciales», un concepto que enfatizaba la unión antes que la diferenciación). En Oriente se ha dado una teología del Espíritu, más ricamente desarrollada, que ha fomentado una com- prensión más pluralista de la Trinidad. Por consiguiente, la idea fundamental de la doctrina trinitaria sostiene que el sig- nificado cristiano del término «Dios» queda establecido en la historia de Jesucristo, en- tendido como la encarnación de la voluntad salvadora de Dios, su actividad y su ser, y presente y activa en el Espíritu. Definido de tal guisa, Dios no es un único ser no dife- renciado, sino intrínsicamente relacional; la unidad esencial de Dios consiste en la «re- lación» de las «personas» del Padre, Hijo y Espíritu (no hay que pasar por alto la fuerza metafórica de «relación» y «persona»). En un sentido crucial, esta relación intratri- nitaria es el fundamento de la relación que existe entre Dios como creador, redentor y perfeccionador, con todo lo que existe fuera de él. De aquí que el lenguaje trinitario interprete los actos de Dios respecto a su creación como una expresión de su propio ser, y no tanto como actos externos realiza- dos mediante agentes intermediarios. La doctrina de la Trinidad es, por tanto, un elemento esencial para la reflexión cris- tiana sobre la ética y la práctica pastoral. Como plasmación de la identidad divina, la doctrina de la Trinidad también establece las pautas fundamentales para el punto de vista cristiano sobre el mundo tal y como es, y sobre la manera en que los agentes huma- nos deben comportarse en él. Tanto el cam- po moral como el agente moral deben cons- truirse a partir de la manifestación que Dios hace de sí mismo como creador, redentor y santificador. Así, desde un punto de vista trinitario, el mundo se considera algo crea- do por, relacionado con, e incondicional- mente deudor a Dios Padre, persona de la cual se deriva el orden ético y funcional del mundo. Más adelante, se verá el mundo como inmerso en y transfigurado por la ac- tividad redentora del Hijo, en quien el pro- pósito original de la creación se renueva y consuma. Por último, como la esfera en la que opera el Espíritu, la creación (y, sobre todo, la iglesia* como nueva creación) se considerarán una realidad en proceso de transformación, por medio de su reorien- tación hacia los propósitos de Dios, quien las capacitará para servirle de una forma renovada. b. Los atributos de Dios. El léxico rela- tivo a los atributos de Dios intenta carac- terizarle como ese ser particular que se ma- nifiesta a sí mismo. El sujeto de tales atributos (Dios) define los predicados, y es necesario estar siempre alerta para evitar que influyan en este concepto los remanen- tes extraídos de contextos humanos. Los atributos divinos han sido clasificados de muchas maneras distintas, cada una de las cuales tiene un mayor o menor grado de complejidad. La mayoría de ellas funcionan basándose en una distinción esencial entre aquellos atributos que manifiestan la liber- tad absoluta de Dios y aquellos otros que expresan el amor incondicional divino. Como ser libre, Dios es la fuente perfecta de su propio ser, poseyendo aseidad (lit. «de sí mismo»), no sometido a determinación al- guna de cualquier realidad fuera de sí mis- mo (de aquí que sea «impasible»); a la hora de conformar sus intenciones y actos, irresolubles en cualquier estadio anterior, Dios está gobernado únicamente por su propia voluntad. En este sentido, la relación entre Dios y la creación es una de gracia, tan sólo el fruto del modo en que él dispone de sí mismo, una relación en la cual retiene sus absolutas majestad, soberanía, gloria y san- tidad. Dada su libertad, Dios trasciende las condiciones existenciales de los seres crea- dos, tales como el tiempo, el espacio y la contingencia; de este modo, Dios es eterno, inmutable, omnipresente y omnipotente. Sin embargo, esta trascendencia no implica que Dios esté aislado de toda contingencia o sea incapaz de asumir libremente tales condiciones cuando el Verbo se hace carne. Por encima de todo, la libertad de Dios no se puede concebir como una ausencia total de limitaciones, sino más bien como la liber- tad en la que como Padre, Hijo y Espíritu, elige, crea, sustenta, redime y santifica a su 1 Dios
  • 28. 29 creación. La libertad divina es una libertad para amar; su soberanía es su invicto domi- nio a favor de su creación; su santidad es su poder para santificar; su justicia es el acto mediante el cual defiende su causa (y, por ende, la de sus criaturas) frente al caos del pecado; su gloria se manifiesta en el modo en que la comparte con la humanidad; su unidad como Dios trino queda explícita en su establecimiento de la comunión consigo mismo, mediante la creación y elección de la humanidad según una fórmula pactual. Así, los atributos de Dios no describen una realidad divina anterior a la manifestación salvífica que Dios hizo de sí mismo, sino que apuntan a sus actos voluntarios en la creación y el pacto sellado mediante Cristo Jesús, como elementos esenciales de su ser. 3. Dios, la ética y la teología pastoral a. Dios, el credo y la acción. Un elemen- to fundamental de la convicción cristiana acerca de la realidad es el aserto de que «Dios existe». En consecuencia, cualquier proposición sobre los actos cristianos mora- les y pastorales ha de serlo, al mismo tiem- po, de Dios y de sus obras: la teología moral y la pastoral son modos dentro de la doc- trina de Dios. No podemos aislar la agenda cristiana, sin que ésta no se vea perjudicada, de la credenda cristiana relativa al carácter y los propósitos de Dios. De este modo, la reflexión sobre la obra cristiana se funda- menta en el credo básico de la comunidad cristiana. Esta estructura dogmática se manifiesta a través de una serie de activida- des, propias de un credo, cúlticas y prácti- cas, pero, sobre todo, en la Escritura, que proporciona la base normativa y crítica de la identidad cristiana, tal y como la confor- ma la actividad creadora y redentora del Dios trino. Las creencias cristianas, expresa- das de tal modo, hacen que los creyentes cristianos adopten cierto modo de entender el mundo y a sí mismos. Este credo carac- teriza el campo dentro del cual tienen lugar las prácticas morales y pastorales, y al mis- mo tiempo a los agentes dentro de ese cam- po, sobre todo en referencia a las conviccio- nes básicas acerca de Dios. Por consiguien- te, creer en Dios, si bien constituye una re- ferencia primaria y objetiva a la realidad trascendente de su Persona, también inclu- ye ciertos aspectos que tienen que ver con el ser humano como tal y que le son intrín- secos: describe el mundo en el que actúan los agentes cristianos, prescribe las pautas morales y fomenta o prohíbe determinadas prácticas, hábitos y estructuras de delibera- ción y acción (veáse D. D. Evans, The Logic of Self-Involvement, Londres, 1963). El con- cepto de la relación que hay entre la creen- cia en Dios y la acción moral debe trascen- der el modelo formal precepto-obediencia, definiendo las conexiones entre la estructu- ra dogmática, la comprensión de uno mis- mo y la práctica. b. El campo de acción. La doctrina cris- tiana de Dios se traduce en una compren- sión particular de la realidad. Esta com- prensión no es meramente «teísta» en un sentido genérico, sino más bien una forma de entender la realidad como la esfera de la acción creadora y redentora de Dios. Sobre todo, la forma que tiene el cristianismo de entender la realidad queda especificada en la resurrección de Jesús de entre los muer- tos, como anticipo de la recreación de todas las cosas. Su resurrección, y la participación que, por medio de la gracia, tiene en ella el pueblo de Dios mediante el poder del Espí- ritu, constituyen la «nueva creación» que es determinante de la propia naturaleza de la creación. Basándonos en la resurrección de Jesús, podemos considerar que la creación se halla en un proceso de transformación, cuyo objetivo es la perfección gloriosa (Ro. 8:19-23). La «novedad» de esta creación im- plica que su transfiguración escatológica no es la plasmación de posibilidades latentes, sino una alteración completa de la creación, de tal modo que pueda alcanzar su consu- mación al convertirse en lo que Dios pro- yecta que sea. Este proceso escatológico constituye el orden de la realidad como creación. El orden de la creación no viene determinado, pri- mariamente, por referencia a su orden pri- migenio «en el principio», sino por su re- dención a través de Cristo, en quien se cumple su verdadero propósito. Así, el or- Dios 1
  • 29. 30 den moral de la creación (su sentido u or- denación como esfera de la actividad huma- na) es un proyecto consumado de Dios, y constituye su regalo. Esto quiere decir, en primer lugar, que existe un orden moral: la realidad no es un mero proceso aleatorio. En segundo lugar, conlleva que el orden moral se descubre mediante actos de obe- diencia, no tanto por la imposición de agen- tes autónomos. En este punto la fe cristiana discrepa de los dogmas existencialistas (véase Ética existencialista*) acerca del va- lor moral como creación pura de la volun- tad humana; también se separa de la com- prensión exclusivamente tecnológica de la realidad, que sostiene que ésta carece de más orden que el que le atribuyen los pro- pósitos humanos. Por consiguiente, cuando deliberamos sobre el estatus del feto huma- no, por ejemplo, la doctrina cristiana de Dios se opone a los intentos de definir (y por tanto circunscribir) ese estatus median- te la sola referencia al proyecto de vida de cada uno de los dos progenitores. También, al abordar los temas ecológicos relativos a la utilización de la naturaleza, la doctrina de Dios nos impedirá delimitar el significa- do de la naturaleza como la mera materia bruta destinada a la administración huma- na. Por tanto, un elemento intrínseco a las afirmaciones cristianas acerca de Dios es la aseveración de que el agente humano no es el origen del orden moral, sino más bien el mediador de un orden establecido mediante los actos trascendentes de Dios (véase T. F. Torrance, Divine and Contingent Order, Oxford, 1981, pp. 128-142). Como realidad en proceso de transfor- mación hacia su meta escatológica, la nueva creación existe como antítesis al antiguo orden del pecado y de la muerte*, que ha quedado definitivamente desbancado me- diante la obra de Dios en Cristo. En conse- cuencia, la teología cristiana entiende el campo de la actividad humana como uno en el que el desorden, la injusticia y la opo- sición a los designios de Dios ya han que- dado «despojados» (Col. 2:15), y en el que se halla firmemente establecido el triunfo de los propósitos divinos. Esto limita el alcance de la actividad cristiana y, al mismo tiempo, la dota de una forma específica. La acción cristiana está limitada en el sentido de que el triunfo del nuevo orden de Dios no necesita de la actividad humana para completarse, activarse o ponerse por obra, dado que ya está asegurado en Cristo y es efectivo mediante el Espíritu. Sin embargo, esto no quiere decir que la actividad cristia- na sea superflua, sino que deriva su poder generador (así como su estructura defi- nitoria) de la actividad del propio Dios, en la que se ve incluida por su gracia, y en la que existe como testimonio humilde y pro- visional, pero verdadero. Además, esto exi- ge de nuevo un conjunto distinto de cate- gorías según las cuales construir ese campo moral, interpretando el mundo, su historia y la actividad humana en ésta como ele- mentos en correspondencia u oposición al reino venidero de Cristo, el del buen orden divino. El gobierno de Dios en Cristo (en el que participa la comunidad de los creyen- tes, por gracia, al estar «sentados… en los lugares celestiales en Cristo», Ef. 2:6) cons- tituye el contexto en el que debemos inter- pretar toda realidad. Y esto es extensivo también al área de la actividad moral. «La iglesia precede al mundo a nivel epistemio- lógico» (J. H. Yoder, The Priestly Kingdom, Notre Dame, IN, 1984, p. 10). c. El agente. La mediación humana del orden moral de la realidad no se limita a la percepción intelectual del mismo; más bien tiene que ver con la disposición obediente del yo moral en todos sus hábitos, prácticas y modos de existencia, tanto individuales como sociales, frente al gobierno salvador de Dios en Cristo. En consecuencia, la doc- trina cristiana de Dios proporciona una comprensión específica del yo*, y deriva su existencia de la respuesta a y responsabili- dad ante Dios. En términos formales, esto significa que el punto de vista cristiano sobre el yo moral se interesará menos que algunos estilos de filosofía moral por los actos particulares, la voluntad o el proceso de deliberación; en cambio, se centrará en las convicciones sobre la realidad que se expresan y transmiten en el estilo de vida del agente, para el cual son fundamentales las convicciones acerca de Dios. 1 Dios
  • 30. 31 La implicación primaria que tiene la doctrina cristiana de Dios sobre la com- prensión del agente humano es que los seres humanos son criaturas de la gracia divina. Discrepando con el énfasis insis- tente, nacido en la Ilustración*, sobre la dinámica de la autocreación como elemen- to básico de la personalidad moral, la teo- logía cristiana considera el ser interior como algo esencialmente dependiente de la palabra y obra creadora y redentora de Dios. De aquí que la fe* y la gratitud sean fundamentales para la definición del agen- te humano: la fe, en su sentido más amplio, como apertura, receptividad a y confianza en la determinación divina, y la gratitud como la orientación de la vida activa de la persona hacia la gracia y la bondad divi- nas. Dentro del contexto de la redención, este énfasis en la pasividad como algo adecuado para la humanidad se expresa en términos de la centralidad que tienen los actos divinos de la justificación* y la santificación*, como elementos primarios para la psicología moral del creyente. Tan- to la justificación como la santificación se enraízan profundamente en la creencia tri- nitaria: en la eterna voluntad salvadora del Padre, la obra reconciliadora del Hijo y el convencimiento subjetivo que provoca el Espíritu de esta reconciliación*. El efecto que tiene este proceso de convertir tales conceptos soteriológicos en algo básico para la definición del ser humano es el de restar importancia a los actos humanos a la hora de evaluar el valor de la humanidad. La obra humana no es el origen de la jus- tificación (aceptación según el juicio divi- no) ni de la santidad; en cambio, tales actos son medios por los cuales la persona en Cristo corresponde a la obra previa de Dios, es decir, la renovación del ser. Esto separa claramente la antropología cristia- na de esa derivación de la tradición mar- xista (expresada a menudo en la ética de al- gunas teologías contemporáneas sobre la justicia y la liberación; véase la Teología de la liberación*) según la cual la actividad humana es el punto donde se constituye la realidad como algo dotado de propósito (véase G. Lukacs, The Ontology of Social Being 3: Labour, ET, Londres, 1980). La doc- trina cristiana de Dios libera al agente hu- mano de la responsabilidad por la creación de un sentido y orden moral últimos, o del establecimiento y mantenimiento finales de la identidad de la persona (dado que tal identidad queda fijada por el proceso di- vino de la elección, el llamamiento y la glorificación). No obstante, dado que, como criatura de la gracia, el ser humano queda restaurado al pacto que rompió el pecado, él o ella vuelve a entrar en la esfera de la obligación pactual. La gracia es teleológica: su fin no es únicamente la erradicación del pecado, sino la evocación de una vida de actos de obediencia, en conformidad con la volun- tad de Dios. La pasividad fundamental de la criatura humana se ve así complementa- da por una actividad no menos fundamen- tal, como copartícipe del pacto establecido por gracia. Como colaborador en este pacto, el agente moral existe bajo el mandato de Dios, Señor del pacto. El término «mandamiento» exige una definición precisa, para evitar que se inter- prete como mera tiranía cuyo origen está en un poder absoluto y superior. Los manda- mientos absolutos de Dios, como mandatos del Creador y Redentor, son expresión de los amantes propósitos divinos para sus criaturas; su objetivo no es el menoscabo o la esclavitud de la persona, sino su libera- ción para desarrollarse dentro del buen orden del pacto. Por tanto, la «ley» (en el sentido de mandamiento divino) es una forma de la gracia, y da testimonio de la mutualidad del pacto, en el que la agencia divina exige como respuesta determinados patrones de actividad humana (véase C. H. Dodd, Gospel and Law, Cambridge, 1951 y Barth, CD II/2). El mandamiento de Dios, al ser mandamiento de Dios, exige una obediencia sin reservas. Sin embargo, esto no conlleva un rechazo absoluto de la de- liberación moral; antes bien, implica añadir un nuevo matiz al significado de la misma. La deliberación no es el sometimiento vo- luntario de los mandatos divinos al juicio humano: en este sentido es perfectamente correcto el concepto que expone Dietrich Dios 1
  • 31. 32 Bonhoeffer* sobre este punto, presentando la esencia del pecado humano por medio de la imagen del «fariseo», que establece la ordenación de toda la vida en torno a su persona, como baremo de discriminación moral (véase Ethics, de este autor, pp. 16ss.). Propiamente dicha, la deliberación es el or- denamiento consciente del ser humano, que ofrece su confiada aceptación y compromi- so con el mandamiento de Dios, conside- rándolo su máximo bien. La elección que hace Dios de colabora- dores humanos mediante su pacto, conse- guida en la persona de Jesucristo (Ef. 1:5, 11, 12), constituye así la fuente de la obligación moral*. La obra de Dios en Cristo conforma también específicamente la vida humana en obediencia a Dios. Ésta es la fuerza que destila la expresión «imitación de Cristo». Imitar a Cristo no supone hacerlo como un esclavo, sin entenderlo, o anular la distinción esencial entre la obra consumada de Cristo y los actos éticos cristianos. La imitación es consecuencia de la obra redentora de Dios, no su continuación ni la puesta en práctica de su efectividad. Se trata, pues, de imagi- nar a Jesús como modelo de la agencia mo- ral humana, cuyo seguimiento conlleva tan- to la conformidad previa con Cristo, hecha por el Espíritu, como la rigurosa demarca- ción de la distancia entre las obras de Cristo y las realizadas por el creyente. Las perso- nas llegan a existir a imagen de Dios como «analogías» de la humanidad de Jesús. En consecuencia, la teología moral y pastoral se interesará por la virtud humana*, no como un conjunto inmanente de cualidades o una teleología natural inherente al ser humano, sino como el fruto del Espíritu: la participación en el proceso pascual de la muerte y resurrección de Cristo. 4. Conclusión El destino de la teología moral y pastoral cristiana descansa, en gran medida, sobre su capacidad de articular su propio campo específico (que, en última instancia, signifi- ca la doctrina de Dios, expresada en catego- rías cristológicas y trinitarias). Únicamente sobre ese fundamento tiene posibilidades de seguir su propia vocación, porque tanto en su contenido como en su método está determinada (como toda la teología cristia- na) por la referencia al primer mandamien- to, manifestado de forma suprema en el Verbo hecho carne. Bibliografía Sobre la doctrina de Dios y la Trinidad: L. Clavell, El nombre propio de Dios (EUNSA, Navarra, 1980); Edmund J. Fortman, Teología de Dios (Sal Terrae, Santander, 1969); Fisher Humphreys, La naturaleza de Dios (CBP, El Paso); Hans Jonas, Pensar sobre Dios y otros ensayos (Herder, Barcelona, 1998); Eberhard Jüngel, Dios como misterio del mundo (Sígue- me, Salamanca, 1984); Walter Kasper, El Dios de Jesucristo (Sígueme, Salamanca, 1990, 3ª ed.); Jürgen Moltmann, Dios en la creación (Sígueme, Salamanca, 1987); Agustín, Trata- do sobre la santísima Trinidad (BAC, Madrid, 1948); Leonardo Boff, La Trinidad, la sociedad y la liberación (Paulinas, Madrid, 1986); Bru- no Forte, Teología de la Historia (Sígueme, Salamanca, 1995); Eberhard Jüngel, La doc- trina de la Trinidad (Caribe, Miami, 1980); F. Lacueva, Un Dios en tres Personas (CLIE, Terrassa, 1974); íd., Curso práctico de Teología bíblica (CLIE, Terrassa, 1998); íd., Un estudio de la Trinidad (CLIE, 1990); Jürgen Molt- mann, Trinidad y Reino de Dios (Sígueme, Salamanca, 1986, 2ª ed.); Stuart Olyott, Los tres son uno (Ed. Peregrino, Ciudad Real, 1987); Tomás de Aquino, Suma teológica I: Tratado sobre la santísima Trinidad (BAC, Madrid, 1953); F. Shaeffer, El día que está ahí (CLIE, Terrassa, 2004); A. W. Wain- wright, La Trinidad en el NT (Secretariado Trinitario, Salamanca, 1976). Otros idiomas: K. Barth, CD I/1; H. Berkhof, Christian Faith (ET, Grand Rapids, 1979); C. Braaten y J. Renson, Christian Dogmatics 1 (Philadelphia, 1984); E. Jüngel, The Doctrine of the Trinity (ET, Edimburgo y Grand Rapids, 1976); W. Kasper, The God of Jesus Christ (ET, Nueva York, 1983; Londres, 1984); J. N. D. Kelly, Early Christian Doctrines (Londres,5 1977); K. Rahner, The Trinity (ET, Nueva York, 1970); T. F. Torrance, The Trinitarian Faith (Edimburgo, 1988); O. Weber, Foundations of Dogmatics 1 (Grand Rapids, 1981). 1 Dios
  • 32. 33 Sobre teología moral: K. Barth, CD II/2, III/4, IV/4; D. Bonhoeffer, Ethics (ET, Lon- dres,2 1971); J. Gustafson, Theology and Ethics (Chicago y Oxford, 1981); S. Hauer- was, The Peaceable Kingdom (Notre Dame, IN, 1983; Londres, 1984); íd., Against the Na- tions (Minneapolis, MN, 1985); J. W. Mc Clendon, Systematic Theology 1: Ethics (Nashville, TN, 1986); O. O’Donovan, Re- surrection and Moral Order (Leicester y Grand Rapids,2 1994); H. Thielicke, TE. Sobre teología pastoral: Michael Griffiths, Redescubrimiento de Dios (Vida, Miami, 1987); D. James Kennedy, El Dios de las gran- des sorpresas (CLIE, Terrassa, 1977); Jürgen Moltmann, Experiencia de Dios (Sígueme, Salamanca 1986); J. I. Packer, Conociendo a Dios (CLIE, Terrassa 1985): Peter Toon, El Dios siempre presente (Vida, Miami 1982). Otros idiomas: D. Browning (ed.), Prac- tical Theology (Nueva York, 1983); L. Mudge y J. Poling (eds.), Formation and Reflection (Philadelphia, 1987); T. Oden, Pastoral Theo- logy (San Francisco, 1983); M. Thornton, The Function of Theology (Londres, 1960); E. Thurneysen, A Theology of Pastoral Care (ET, Richmond, VA, 1962). J. B. W. Dios 1