El documento argumenta que la educación es un arte. Los maestros, al igual que los artistas, transforman la materia prima (los niños) a través de un proceso. Un buen maestro requiere preparación intelectual y humana para formar y moldear a los estudiantes y ayudarlos a desarrollar su humanidad. La labor del maestro consiste en forjar la personalidad de los estudiantes para que puedan vivir satisfechos en sociedad. Un buen maestro piensa reflexivamente sobre los elementos necesarios para educar y los combina de
1. EDUCAR ES UN ARTE
Por José Sana Merma
¿Educar es un arte?. Creo que si lo es, porque de la misma manera en la que un artista
transforma a partir de materia prima en una obra de arte, los maestros por siglos han tenido entre
sus manos la materia prima de la humanidad que es la niñez. Así mismo el producir dicho arte
no es labor inmediata sino un proceso, que en todos los casos lleva toda la vida; y que también
atraviesa por dificultades por las que a veces no se obtiene un producto de calidad; siendo las
escuelas comparables a fábricas o centros de formación, armado y modelado que operan a fin
de obtener ese hombre listo para salir a la sociedad. Así pues el maestro de escuela viene a ser
el agente en el cual se invierte para que produzcan hombres de bien.
Concebir la Educación comoarte implica que no todos pueden ejercerla al punto de llegar a tener
una obra maestra como producto. Implica además de entender la labor del educador como un
oficio bien realizado o una pasión manifiesta. Y para ello requiere esfuerzo, conocimiento y
concepciones claras acordes con el material que trabajamos; o sea, preparación, no solo
intelectual, sino, humana. Es así que los maestros de escuela buscan formar, armar y modelar
hombres y ayudar a desplegar la humanidad en ellos.
La labor educativa consiste, en esencia, en forjar la personalidad, cultivar a los jóvenes para la
vida en sociedad. (Daisaku, 1998), pero no solamente la vida en sociedad sino que esto tiene
que tener correspondencia con la satisfacción consigo mismo porque el propósito fundamental
de la educación es llevar al hombre a su perfección y a la felicidad de saberse realizado como
persona. (Corts, 2002, p. 92). Estas palabras forjar y cultivar aluden a oficios como el herrero y
el agricultor, e implican la noción de un gran esfuerzo para llevar a una obra a que sea perfecta;
por ello no se puede no pensar en el esfuerzo que implica el ejercer el oficio de educador, el cual
trabaja forjando y cultivando seres humanos.
Sin embargo, así entre los rasgos de un maestro que quiere ser más que un artista de oficio,
capaz pensar reflexivamente los elementos necesarios para educar a alguien, para luego
combinarlos y utilizarlos. (von Hartmann, 2016), es también importante la pasión del artista, que
en este casoes el docente. Este rasgo que bien puede no voluntario, puede ser motivado durante
la formación del discente. Para que luego pueda dar a luz no solo personas correctas sino
geniales, porque como Zamora (2012) sugiere: “Sucede que aquel hombre era un artista, veía
cosas que otros no ven. Así el maestro”.