Cuadradito quiere jugar con sus amigos redondos dentro de la casa grande, pero no puede entrar debido a su forma cuadrada. Intenta varias formas de cambiar su forma sin éxito y se entristece. Sus amigos redondos planean durante mucho tiempo hasta darse cuenta que no es Cuadradito quien debe cambiar, sino la puerta redonda. Recortan cuatro esquinas pequeñas de la puerta para que Cuadradito pueda entrar y jugar con todos.

1. Por cuatro esquinitas de nada.
Jérôme Ruillier
Editorial Juventud

2. Cuadradito juega con sus amigos.

3. ¡Ring! Es hora de entrar en la casa grande.

4. ¡Pero Cuadradito no puede entrar!
No es redondo como la puerta.

5. Cuadradito está triste.

6. Le gustaría mucho entrar en la casa grande.

7. Entonces, se alarga,
se tuerce,

8. se pone cabeza abajo,
se dobla.
Pero sigue sin poder entrar.

9. - ¡Sé redondo! – le dicen los Redonditos.
Cuadradito lo intenta con todas sus fuerzas.

10. -¡Te lo tienes que creer! – dicen los Redonditos.
-Soy redondo, soy redondo, soy redondo...
-repite Cuadradito.
¡Pero no hay nada que hacer!

11. -¡Pues te tendremos que cortar las esquinas!
-dicen los Redonditos.

12. -¡Oh, no! –dice Cuadradito-. ¡Me dolería mucho!

13. ¿Qué podemos hacer?

14. Cuadradito es diferente.
Nunca será redondo.

15. Los Redonditos
se reúnen en la sala grande.
Hablan durante
mucho, mucho tiempo.

16. Hasta que
comprenden
que no es
cuadradito
el que tiene
que cambiar.

17. ¡Es la puerta!

18. Entonces, recortan cuatro esquinitas,
cuatro esquinitas de nada…

19. que permiten a Cuadradito
entrar en la casa grande…

20. … junto a todos los Redonditos.