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Editores Generales
Daniel Carro
José Tomás Poe
Rubén O. Zorzoli
Editores Especiales
Antiguo Testamento: Dionisio Ortiz
Nuevo Testamento: Antonio Estrada
Ayudas Prácticas: James Giles
Artículos Generales: Jorge E. Díaz
Diagramación: Exequiel San Martín A.
PREFACIO GENERAL
Desde hace muchos años, la Editorial Mundo Hispano ha tenido el deseo de publicar un comentario original
en castellano sobre toda la Biblia. Varios intentos y planes se han hecho y, por fin, en la providencia divina, se
ve ese deseo ahora hecho realidad.
El propósito del Comentario es guiar al lector en su estudio del texto bíblico de tal manera que pueda usarlo
para el mejoramiento de su propia vida como también para el ministerio de proclamar y enseñar la palabra de
Dios en el contexto de una congregación cristiana local, y con miras a su aplicación práctica.
El Comentario Bíblico Mundo Hispano consta de veinticuatro tomos y abarca los sesenta y seis libros de la
Santa Biblia.
Aproximadamente ciento cincuenta autores han participado en la redacción del Comentario. Entre ellos se
encuentran profesores, pastores y otros líderes y estudiosos de la Palabra, todos profundamente comprometidos
con la Biblia misma y con la obra evangélica en el mundo hispano. Provienen de diversos países y agrupaciones
evangélicas; y han sido seleccionados por su dedicación a la verdad bíblica y por su voluntad de participar en un
esfuerzo mancomunado para el bien de todo el pueblo de Dios. La carátula de cada tomo lleva una lista de los
editores, y la contratapa de cada volumen identifica a los autores de los materiales incluidos en ese tomo
particular.
El trasfondo general del Comentario incluye toda la experiencia de nuestra editorial en la publicación de
materiales para estudio bíblico desde el año 1890, año cuando se fundó la revista El Expositor Bíblico. Incluye
también los intereses expresados en el seno de la Junta Directiva, los anhelos del equipo editorial de la Editorial
Mundo Hispano y las ideas recopiladas a través de un cuestionario con respuestas de unas doscientas personas
de variados trasfondos y países latinoamericanos. Específicamente, el proyecto nació de un Taller Consultivo
convocado por Editorial Mundo Hispano en septiembre de 1986.
Proyectamos el Comentario Bíblico Mundo Hispano convencidos de la inspiración divina de la Biblia y de
su autoridad normativa para todo asunto de fe y práctica. Reconocemos la necesidad de un comentario bíblico
que surja del ambiente hispanoamericano y que hable al hombre de hoy.
El Comentario pretende ser:
* crítico, exegético y claro;
* una herramienta sencilla para profundizar en el estudio de la Biblia;
* apto para uso privado y en el ministerio público;
* una exposición del auténtico significado de la Biblia;
* útil para aplicación en la iglesia;
* contextualizado al mundo hispanoamericano;
* un instrumento que lleve a una nueva lectura del texto bíblico y a una comprensión más dinámica de
él;
* un comentario que glorifique a Dios y edifique a su pueblo;
* un comentario práctico sobre toda la Biblia.
El Comentario Bíblico Mundo Hispano se dirige principalmente a personas que tienen la responsabilidad de
ministrar la Palabra de Dios en una congregación cristiana local. Esto incluye a los pastores, predicadores y
maestros de clases bíblicas.
Ciertas características del Comentario y algunas explicaciones de su metodología son pertinentes en este
punto.
El texto bíblico que se publica (con sus propias notas —señaladas en el texto con un asterisco, *,— y títulos
de sección) es el de La Santa Biblia: Versión Reina-Valera Actualizada. Las razones para esta selección son
múltiples: Desde su publicación parcial (El Evangelio de Juan, 1982; el Nuevo Testamento, 1986), y luego la
publicación completa de la Biblia en 1989, ha ganado elogios por estudios bíblicos serios. El Dr. Cecilio
Arrastía la ha llamado ―un buen instrumento de trabajo‖. El Lic. Alberto F. Roldán la cataloga como ―una
valiosísima herramienta para la labor pastoral en el mundo de habla hispana‖. Dice: ―Conservando la belleza
proverbial de la Reina-Valera clásica, esta nueva revisión actualiza magníficamente el texto, aclara —por medio
de notas— los principales problemas de transmisión… Constituye una valiosísima herramienta para la labor
pastoral en el mundo de habla hispana‖. Aun algunos que han sido reticentes para animar su uso en los cultos
públicos (por no ser la traducción de uso más generalizado) han reconocido su gran valor como ―una Biblia de
estudio‖. Su uso en el Comentario sirve como otro ángulo para arrojar nueva luz sobre el Texto Sagrado. Si
usted ya posee y utiliza esta Biblia, su uso en el Comentario seguramente le complacerá; será como encontrar
un ya conocido amigo en la tarea hermenéutica. Y si usted hasta ahora la llega a conocer y usar, es su
oportunidad de trabajar con un nuevo amigo en la labor que nos une: comprender y comunicar las verdades
divinas. En todo caso, creemos que esta característica del Comentario será una novedad que guste, ayude y abra
nuevos caminos de entendimiento bíblico. La RVA aguanta el análisis como una fiel y honesta presentación de
la Palabra de Dios. Recomendamos una nueva lectura de la Introducción a la Biblia RVA que es donde se
aclaran su historia, su meta, su metodología y algunos de sus usos particulares (por ejemplo, el de letra cursiva
para señalar citas directas tomadas de Escrituras más antiguas).
Los demás elementos del Comentario están organizados en un formato que creemos dinámico y moderno
para atraer la lectura y facilitar la comprensión. En cada tomo hay un artículo general. Tiene cierta afinidad
con el volumen en que aparece, sin dejar de tener un valor general para toda la obra. Una lista de ellos aparece
luego de este Prefacio.
Para cada libro hay una introducción y un bosquejo, preparados por el redactor de la exposición, que
sirven como puentes de primera referencia para llegar al texto bíblico mismo y a la exposición de él. La
exposición y exégesis forma el elemento más extenso en cada tomo. Se desarrollan conforme al bosquejo y
fluyen de página a página, en relación con los trozos del texto bíblico que se van publicando fraccionadamente.
Las ayudas prácticas, que incluyen ilustraciones, anécdotas, semilleros homiléticos, verdades prácticas,
versículos sobresalientes, fotos, mapas y materiales semejantes, acompañan a la exposición pero siempre
encerradas en recuadros que se han de leer como unidades.
Las abreviaturas son las que se encuentran y se usan en La Biblia Reina-Valera Actualizada.
Recomendamos que se consulte la página de Contenido y la Tabla de Abreviaturas y Siglas que aparece en casi
todas las Biblias RVA.
Por varias razones hemos optado por no usar letras griegas y hebreas en las palabras citadas de los idiomas
originales (griego para el Nuevo Testamento, y hebreo y arameo para el Antiguo Testamento). El lector las
encontrará ―transliteradas‖, es decir, puestas en sus equivalencias aproximadas usando letras latinas. El
resultado es algo que todos los lectores, hayan cursado estudios en los idiomas originales o no, pueden
pronunciar ―en castellano‖. Las equivalencias usadas para las palabras griegas (Nuevo Testamento) siguen las
establecidas por el doctor Jorge Parker, en su obra Léxico-Concordancia del Nuevo Testamento en Griego y
Español, publicada por Editorial Mundo Hispano. Las usadas para las palabras hebreas (Antiguo Testamento)
siguen básicamente las equivalencias de letras establecidas por el profesor Moisés Chávez en su obra Hebreo
Bíblico, también publicada por Editorial Mundo Hispano. Al lado de cada palabra transliterada, el lector
encontrará un número, a veces en tipo romano normal, a veces en tipo bastardilla (letra cursiva), son números
del sistema ―Strong‖, desarrollado por el doctor James Strong (1822–94), erudito estadounidense que compiló
una de las concordancias bíblicas más completas de su tiempo y considerada la obra definitiva sobre el tema.
Los números en tipo romano normal señalan que son palabras del Antiguo Testamento. Generalmente uno
puede usar el mismo número y encontrar la palabra (en su orden numérico) en el Diccionario de Hebreo
Bíblico, por Moisés Chávez, o en otras obras de consulta que usan este sistema numérico para identificar el
vocabulario hebreo del Antiguo Testamento. Si el número está en bastardilla (letra cursiva), significa que
pertenece al vocabulario griego del Nuevo Testamento. En estos casos uno puede encontrar más información
acerca de la palabra en el referido Léxico-Concordancia… del doctor Parker, como también en la Nueva
Concordancia Greco-Española del Nuevo Testamento, compilada por Hugo M. Petter, el Nuevo Léxico Griego-
Español del Nuevo Testamento, por McKibben, Stockwell y Rivas, u otras obras que usan este sistema
numérico para identificar el vocabulario griego del Nuevo Testamento. Creemos sinceramente que el lector que
se tome el tiempo para utilizar estos números enriquecerá su estudio de palabras bíblicas y quedará sorprendido
de los resultados.
Estamos seguros de que todos estos elementos y su feliz combinación en páginas hábilmente diseñadas con
diferentes tipos de letra y también con ilustraciones, fotos y mapas harán que el Comentario Bíblico Mundo
Hispano rápida y fácilmente llegue a ser una de sus herramientas predilectas para ayudarle a cumplir bien con la
tarea de predicar o enseñar la Palabra eterna de nuestro Dios vez tras vez.
Este es el deseo y la oración de todos los que hemos tenido alguna parte en la elaboración y publicación
del Comentario. Ha sido una labor de equipo, fruto de esfuerzos mancomunados, respuesta a sentidas
necesidades de parte del pueblo de Dios en nuestro mundo hispano. Que sea un vehículo que el Señor en su
infinita misericordia, sabiduría y gracia pueda bendecir en las manos y ante los ojos de usted, y de muchos otros
también.
Los Editores
Editorial Mundo Hispano
Lista de Artículos Generales
Tomo 1: Principios de interpretación de la Biblia
Tomo 2: Autoridad e inspiración de la Biblia
Tomo 3: La ley (Torah)
Tomo 4: La arqueología y la Biblia
Tomo 5: La geografía de la Biblia
Tomo 6: El texto de la Biblia
Tomo 7: Los idiomas de la Biblia
Tomo 8: La adoración y la música en la Biblia
Tomo 9: Géneros literarios del Antiguo Testamento
Tomo 10: Teología del Antiguo Testamento
Tomo 11: Instituciones del Antiguo Testamento
Tomo 12: Historia general de Israel
Tomo 13: El mensaje del Antiguo Testamento para la iglesia de hoy
Tomo 14: El período intertestamentario
Tomo 15: El mundo grecorromano del primer siglo
Tomo 16: La vida y las enseñanzas de Jesús
Tomo 17: Teología del Nuevo Testamento
Tomo 18: La iglesia en el Nuevo Testamento
Tomo 19: La vida y las enseñanzas de Pablo
Tomo 20: El desarrollo de la ética en la Biblia
Tomo 21: La literatura del Nuevo Testamentov
Tomo 22: El ministerio en el Nuevo Testamento
Tomo 23: El cumplimiento del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento
Tomo 24: La literatura apocalíptica
EL MUNDO GRECORROMANO DEL PRIMER SIGLO
Mario Martínez
La era del Nuevo Testamento comienza con el nacimiento de Jesús en Palestina, la cual estaba ocupada por
Roma y donde gobernaba Herodes el Grande. Herodes murió mientras Jesús y sus padres se refugiaban en
Egipto. Cuando regresaron encontraron que Arquelao presidía sobre Judea. Siendo advertidos de no permanecer
en Judea, la familia regresó a Nazaret en Galilea, donde Antipas era el tetrarca. El ambiente es muy diferente al
del Antiguo Testamento. Es un mundo dominado por dos grandes potencias: Roma, con su poderío militar y
social, y Grecia, con su gran influencia en la cultura de su tiempo. El mundo del primer siglo es, sin duda, un
mundo grecorromano.
En Nazaret, ―Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres‖ (Luc. 2:52). Él
también aprendió el oficio de su padre (albañil o carpintero) y probablemente haya participado de la misma
educación e instrucción religiosa como los otros hombres en la sociedad judía de la pequeña aldea de Nazaret.
El nacimiento de Jesús y el posterior surgimiento y esparcimiento de la iglesia cristiana hacen surgir dos
preguntas: ¿Cómo era la vida en el mundo grecorromano del siglo primero de la era cristiana? ¿Qué
caracterizaba al judaísmo durante la época del nacimiento de Jesús?
BAJO EL GOBIERNO ROMANO Y LA CULTURA GRIEGA
Los eventos del NT y la composición de los documentos que llegaron a ser nuestro NT se llevaron a cabo
durante la época cuando Roma gobernaba el mundo y Grecia tenía gran influencia en la cultura. Consideremos
brevemente varios elementos del mundo grecorromano que merecen atención.
Política y sociedad romanas
Durante la época de los eventos que fueron registrados en el N.T., César Augusto (31 a. de J.C.–14 d. de
J.C.) y sus sucesores gobernaron sobre Israel a través de la familia de los Herodes. Sin embargo, en la provincia
de Judea en el año 6 d. de J.C., los romanos gobernaron más directamente a través de un sistema de
procuradores, incluyendo a Poncio Pilato (26–37 d. de J.C.).
En algunas partes de su imperio Roma gobernó por medio de procuradores, pero en otras áreas gobernó a
través de reyes-clientes, como lo había sido Herodes el Grande. Aunque los reyes-clientes gozaban de cierta
autonomía, los emperadores romanos podían removerlos a discreción. El seleccionar gobernadores que debían
sus posiciones a Roma aseguraba su lealtad y un constante fluir de impuestos para Roma. Estos gobernantes
locales sabían que el factor más importante para asegurar su éxito era servir bien a los intereses de Roma.
El sistema judicial romano y sus tribunales locales venían con el gobierno romano. Aunque la justicia era
importante, a menudo esta se inclinaba a favor de los ricos y estaba diseñada para preservar sus posiciones.
Pablo se presentó ante el procónsul romano Galión en Corinto (ver Hech. 18:12–17).
Roma también empleaba un gran contingente de soldados para mantener la paz por todo el vasto imperio.
Los impuestos locales proveían el sostén para estas fuerzas armadas y para todas las otras labores
gubernamentales. Miembros locales de una clase élite colectaban los impuestos para Roma (ver Luc. 19:2),
causando que estos cobradores de impuestos fueran odiados por sus conciudadanos. La gente local pagaba
impuestos personales en base a un censo (ver Luc. 2:2; Mat. 17:25), al igual que impuestos de propiedad y
muchos otros impuestos indirectos (como en el transporte de mercancía). Por supuesto, los judíos también
pagaban impuestos religiosos, tales como los requeridos para operar el templo, y diezmos sobre el producto de
la tierra para tener los fondos necesarios para el sacerdocio. Estos impuestos eran una tremenda carga sobre la
gente y a menudo causaban disturbios e inclusive rebelión.
Religión grecorromana
Una palabra describe la religión en el mundo romano: diversidad. De acuerdo con la mitología griega, el
dios Zeus presidía sobre un panteón de dioses. Los romanos adoptaron los dioses griegos, pero les dieron sus
propios nombres: por ejemplo, Júpiter para Zeus y Venus para Afrodita. Con el surgimiento de los emperadores
romanos, la religión imperial se transformó a sí misma. El emperador actuaba como el sacerdote principal
(pontifex maximus) ante los dioses. Al morir el emperador Augusto, el senado romano le otorgó la posición
divina (y a subsecuentes emperadores que servían bien a Roma). Algunos emperadores inclusive reclamaron la
condición de divinos mientras estaban vivos: Calígula, Nerón y Domiciano. Los cristianos que rehusaron adorar
a Domiciano como divino fueron severamente perseguidos.
Además del culto de Roma, muchas regiones practicaban localmente sus propias religiones. Por supuesto, el
judaísmo era una de ellas. Por otro lado, muchas religiones griegas, egipcias y orientales de misterio
proliferaron en el imperio. Florecieron muchos otros cultos locales: Eleusis, Mitra, Isis, Dionisio y Cibeles, para
mencionar unos pocos. La magia y la superstición, que se habían expandido en el imperio, requerían de
conjuros y fórmulas especiales, exorcismo y otros ritos para aplacar a los dioses y obtener el éxito.
El sincretismo —la combinación de elementos de una gran variedad de doctrinas religiosas— prácticamente
era un requisito para que la gente sobreviviera. Un ciudadano del Imperio romano podía adorar una deidad local
para asegurar una buena cosecha, honrar al César como Señor y practicar un rito supersticioso para curar alguna
enfermedad.
Los descubrimientos arqueológicos confirman la variedad de dioses domésticos y amuletos (los cuales
supuestamente daban suerte) que utilizaba la gente para abrirse paso en el mundo. Hacia fines del siglo primero
de la era cristiana empezó a tomar forma un movimiento religioso que con el tiempo llegó a conocerse como
gnosticismo. Dicho movimiento combinaba varios elementos de las religiones orientales y occidentales. Los
gnósticos enfatizaban la separación de lo material y lo espiritual, lo cual llevó a la gente a tratar con el mundo
físico en una de dos maneras: algunos gnósticos se convirtieron en ascéticos (absteniéndose de los placeres
mundanos), intentando controlar los apetitos de la carne y llevar una vida santa; otros se convirtieron en
sensualistas, decidiendo que debido a que la materia es mala y no sobrevive a la muerte, ellos podían libremente
complacer sus apetitos carnales.
Paralelamente a estas opciones religiosas, la gente intelectual en el mundo del siglo primero podía alinearse
con una de las escuelas filosóficas. Los principales ejemplos en el siglo I de la era cristiana eran:
Estoicismo (ver Hech. 17:18). Esta filosofía proclamaba que no existe ningún dios ni inmortalidad
personal; vivimos en un universo sin propósito. Los estoicos practicaban un credo de
autosuficiencia, libertad y sumisión (o apatía).
Platonismo. Esta filosofía proclamaba que existen los arquetipos o modelos, pero no en ninguna realidad
material sino solo como ideas universales. Todas las cosas del mundo son réplicas imperfectas de sus
formas perfectas, esas ideas imperecederas que se encuentran fuera del espacio y del tiempo.
Epicureísmo (ver Hech. 17:18). En contraste con el platonismo, los epicúreos consideraban la realidad
como completamente material. Eran hedonistas que vivían para el placer bajo el lema: ―Sin temor de
dios, sin temor a la muerte; lo bueno [placer] puede lograrse; lo malo [dolor] puede soportarse‖.
Cínicos. Estos ascéticos actuaban en contra de las costumbres sociales, rechazando el placer y buscando
el deshonor para obtener la firmeza. Sus metas eran la apatía, la simpleza y la libertad.
Escépticos. Esta filosofía aseguraba que no hay nada que sea más probable que otra cosa y que para
cualquier argumento existe otro argumento en contra.
Pitagóricos. Quienes seguían esta manera de pensar estaban interesados en los números, el ascetismo y
la filosofía como religiones. Ellos creían que el mundo material era malo (una creencia adoptada por
los gnósticos).
Aunque existían estas filosofías, la gente más común vivía bajo la esclavitud de la superstición y el
sincretismo. Por supuesto, podemos observar que el cristianismo entró a un mundo religioso complejo,
pluralista y confuso, ¡muy parecido al nuestro!
Cultura y sociedad en el siglo primero
Aunque las prácticas y patrones culturales eran singulares en cada cultura o subcultura, los habitantes del
siglo primero compartían ciertos valores. Al leer la Biblia podemos ver cómo cada uno de estos valores salía a
la superficie en diferentes épocas. Podemos presentar cuatro pinceladas generales para describir estos valores
compartidos.
1. Pureza. La gente del siglo primero se esmeraba por mantener la pureza ritual, la santidad y lo sagrado.
Evitaban el contacto con todo aquello que pudiera causar corrupción y contaminación. Cuando se
contaminaban, como inevitablemente sucedía, se sometían a diversos rituales para obtener nuevamente la
pureza.
2. Honor. En una cultura ―basada en la vergüenza‖ la gente se esforzaba de manera extrema para evitar
quedar mal o hacer que otros quedaran mal. La comunidad era más importante que el individuo. De la misma
manera, dado que la conducta individual afectaba al grupo, la gente controlaba su conducta para no ocasionarle
vergüenza a su familia o comunidad. La práctica de esta cultura privaba al individuo de todos los derechos y
posibilidades inherentes.
3. Patrocinio y reciprocidad. Una persona era patrocinador (alguien que cuidaba de otros), cliente (alguien
que era responsable ante un patrocinador), o agente (alguien que se encargaba de los arreglos). Estas relaciones
requerían gracia, lealtad y confianza de todas las partes. En la cultura existía una cantidad de riqueza fija.
Algunos la tenían, pero la mayoría no. Para que el sistema funcionara, la gente sabía cuál era su lugar y
operaban dentro de la estructura establecida.
4. La familia. La familia de una persona —trazada en una genealogía y dependiente de la reputación del
padre— establecía su posición en la sociedad. Las normas familiares determinaban cómo la gente trataba a los
otros miembros de la familia y a los de afuera. Estos arreglos también preparaban el escenario para el llamado
―parentesco ficticio‖, el hecho de otorgarle a la gente un título familiar y tratarla como si realmente tuviera la
relación implícita en el título. Por ejemplo, los seguidores de Jesús se denominaban entre sí como hermanos y
hermanas, implicando deberes y privilegios como miembros de una familia.
EL JUDAÍSMO EN EL SIGLO PRIMERO
Comenzando con Alejandro el Grande y continuando con los poderes que gobernaron a Israel en los siglos
subsiguientes, el judaísmo del siglo primero estaba definitivamente helenizado (influenciado por la cultura y los
valores griegos). Aun cuando los judíos se resistieron, inevitablemente adoptaron muchos de estos elementos
foráneos. Los judíos tradujeron la Biblia al griego (LXX), pero retuvieron el arameo como el idioma común
para comunicarse y el hebreo como el idioma religioso. Fuera de Palestina la gente hablaba griego, y en
Palestina los judíos por lo general hablaban griego para relacionarse con sus vecinos gentiles.
Bajo la ocupación romana de Israel y otras tierras se introdujo el latín para funciones oficiales, pero nunca
se popularizó de manera significativa. Para mantener su religión, los judíos resistieron fuertemente las
incursiones del helenismo y otras presiones culturales, como lo demuestran la resistencia macabea y la revuelta
de los zelotes (en 68–70 d. de J.C.). Veamos brevemente varias de las características del judaísmo.
La dispersión de los judíos
El comentario de Lucas acerca de los lugares de donde procedían los judíos en su peregrinaje a Jerusalén
para la fiesta del Pentecostés subraya la extensión de la Diáspora o Dispersión (ver Hech. 2:9–11). Los judíos
residían en estos lugares remotos por diferentes razones.
El pueblo sufrió varios exilios o deportaciones después de que su tierra fuera conquistada por fuerzas
extranjeras. Algunos judíos salieron del país voluntariamente debido a las dificultades o conflictos en Israel. En
varias ocasiones, muchos judíos se mudaron a Egipto. Alejandro el Grande y los seléucidas (reyes sirios)
también reubicaron a grupos de judíos durante su ocupación del territorio. Durante el gobierno de los macabeos,
los judíos fueron animados a establecerse en otros lugares, particularmente en Roma.
En cuanto al cristianismo se refiere, la dispersión de los judíos previa al siglo primero dio como resultado
dos importantes dinámicas:
1. El pueblo de Dios vivía en muchos de los centros importantes del mundo de esa época. Algunos
estimados sugieren que entre 4 y 4,5 millones de judíos vivían fuera de Palestina para ese entonces.
2. Estas comunidades judías, y las sinagogas que comúnmente surgían, formaron los plantíos donde se
sembró el mensaje del evangelio cristiano.
La sinagoga
Aunque no se sabe a ciencia cierta el origen de la sinagoga, sabemos que la idea de una casa de adoración
judía surgió durante el período del exilio y posteriormente. Inclusive después de la reconstrucción del templo en
Jerusalén la sinagoga había llegado a ser una institución permanente del judaísmo, muy seguramente en la
Diáspora pero también dentro de Israel. Toda ciudad o aldea donde habitaran por lo menos diez judíos varones
adultos tenía una sinagoga.
Inicialmente, sinagoga se refería a una asamblea de gente; con el tiempo llegó a referirse al lugar donde se
reunían los adoradores. Una inscripción en una sinagoga del primer siglo y comentarios por el historiador judío
Josefo (en su obra Contra Apión 2.175) indican que las funciones centrales de una sinagoga eran la lectura de la
Ley y el estudio de los mandamientos. El relato de Jesús leyendo del rollo de Isaías en Lucas 4:16–22 confirma
estas funciones, subrayando la lectura e instrucción en base a la Ley o los Profetas (ver Hech. 13:13–16).
Al desarrollarse la institución, un culto típico incluía algunos o todos los elementos siguientes: invitación a
la adoración, incluyendo la invocación y la lectura del Salmo 95; Shema (ver Deut. 6:4) y lectura del Decálogo
(los Diez Mandamientos); repetición de las Dieciocho Bendiciones; lectura de la Torah; lectura de los Profetas o
Escritos; un sermón; y la bendición.
Además de los hombres y las mujeres (separados durante el culto), las sinagogas del siglo primero de la era
cristiana probablemente incluían una categoría de gentiles conocidos como ―temerosos de Dios‖. Estos gentiles
fueron atraídos a la fe judaica a causa de su monoteísmo y altos principios éticos y morales, pero aún no se
habían convertido completamente al judaísmo por medio de la circuncisión. Varias fuentes judías se refieren a
esta clase como convertidos incompletos (por ejemplo, Josefo, Filón, varias inscripciones, e inclusive el filósofo
pagano Epícteto). El NT menciona a Cornelio, un importante gentil temeroso de Dios que llegó a ser uno de los
seguidores de Jesús como resultado de la predicación de Pedro (ver Hech. 10–11).
La sinagoga contribuyó a la sobrevivencia del judaísmo; el ―llamado a mantenerse unidos‖ de los judíos
fieles durante los exilios mantuvo vivas las tradiciones y prácticas. La dispersión de las sinagogas por todo el
mundo romano plantó y preservó el judaísmo sobre una extensa área, sin importar qué problemas políticos
ocurrieran en la misma tierra de Israel. Inclusive la destrucción final del templo en 70 d. de J.C. y la expulsión
de los judíos de Israel no extinguió el judaísmo, ya que localmente los judíos continuaron reuniéndose en las
sinagogas por todo el mundo conocido.
MARCOS
Exposición: Fernando Méndez
Ayudas prácticas: Roberto Gama
INTRODUCCIÓN
En los medios cristianos antiguos, Marcos no fue muy valorado aunque contaba con el prestigio de Pedro,
sobre todo porque no es un Evangelio tan completo como lo son Mateo y Lucas. Anterior al 69 d. de J.C., el
Evangelio de Marcos está dirigido a los cristianos de origen pagano. A lo largo de todo el texto está presente la
pregunta: ¿Quién es Jesús? El escritor responde desde el inicio con la declaración: Jesús es el Cristo (Mesías)
esperado por los hebreos y el Hijo de Dios (Mar. 1:1). Esta propuesta inicial viene comprobada en el curso de
los subsiguientes versículos y capítulos, introduciendo al lector a las acciones de Jesús, en particular las muchas
curaciones y su disposición de acoger a los pecadores, a través de los cuales va descubriendo progresivamente
el misterio de su persona: siervo sufriente e Hijo de Dios. Marcos es el Evangelio del primer anuncio y un
recorrido obligado del creyente que quiere llegar a la fe plena en Jesús y compartir su vida. Marcos es el
Evangelio del sendero que el discípulo estará caminando detrás del Maestro.
EL AUTOR DEL EVANGELIO
Marcos, al igual que Mateo y Lucas, es una obra en la cual no se da a conocer el nombre del autor. Sin
embargo, no hay grandes dudas en cuanto a que el autor sea Marcos. Esto se debe a la evidencia externa que
atestigua desde muy temprano que Juan Marcos es el autor.
Eusebio, el historiador (275–339 d. de J.C.) cita a Papías (110 d. de J.C.), uno de los padres de la Iglesia,
quien afirmaba que fue el apóstol Juan quien dijo que Marcos fue el ―intérprete de Pedro‖. Papías era Obispo de
Hierápolis y se refiere a este Evangelio en su obra ―Exégesis de los oráculos de Jesús‖, en unos fragmentos que
se recogen en la ―Historia Eclesiástica‖ de Eusebio de Cesarea (siglo IV). El fragmento de la obra de Papías que
nos interesa dice lo siguiente:
―Y el Presbítero dijo también esto: Marcos, como intérprete de Pedro, escribió con exactitud, aunque sin
orden, todo lo que recordaba de los dichos y hechos de Jesús. Él personalmente no había oído al Señor
ni había sido discípulo suyo, sino que posteriormente había sido compañero de Pedro, como ya dije. El
apóstol había adaptado su enseñanza a las necesidades (de los oyentes), pero sin intención de componer
un relato ordenado de las palabras del Señor. Así, pues, Marcos, no se equivocó al poner por escrito las
cosas tal como las recordaba, porque su única preocupación fue no omitir ni falsear nada de lo que había
oído‖.
El primer asunto que sobresale es qué significa ―intérprete‖. Posiblemente era que Pedro fue la principal
fuente para la escritura. Por otro lado, es evidente que Marcos puso los eventos de acuerdo a los conceptos que
quería transmitir, de acuerdo a su teología. Marcos organizó su material en forma creativa respondiendo a las
necesidades de su auditorio. En los primeros años del cristianismo fue incuestionable que Marcos fue el autor de
este Evangelio.
Juan Marcos está perfectamente identificado (Hech. 12:12), fue el compañero de Pablo en el primer viaje
misionero (Hech. 13:5). Más tarde, por una aparente deserción de Marcos, y luego de un desacuerdo de Pablo y
Bernabé, viajó solo con Bernabé (Hech. 15:37–41). En los días finales de Pablo, Marcos fue reclamado como
una persona útil (2 Tim. 4:11). Según la tradición, Marcos tenía problemas con sus manos y sirvió como una
especie de secretario.
RECEPTORES
El Evangelio de Marcos está dirigido a los cristianos de origen pagano. El uso de palabras arameas con la
traducción (Mar. 3:17; 5:41; 7:34; 14:36) y de tradiciones judías (Mar. 7:3, 4) con explicación, implica una
audiencia gentil. Usa equivalentes latinos para explicar expresiones griegas (Mar. 12:42; 15:6), todo esto señala
la posibilidad de que fue escrito para gentiles.
FECHA
El Evangelio de Marcos probablemente fue escrito entre los años 60 y 70 d. de J.C., eso es, a solo 30 años
después de la muerte de Cristo. Esto lo colocaría en la época de la muerte de Pablo y de Pedro, que creemos
ocurrieron alrededor del año 64 d. de J.C., poco tiempo antes de que los ejércitos romanos destruyeran a
Jerusalén en el 70 d. de J.C. Esta fecha previa al año 70 encajaría mejor con lo que los cristianos primitivos
decían del Evangelio, como también con lo que dice el mismo Evangelio. Por ejemplo, en Marcos 13 Jesús
profetizó la caída de Jerusalén, pero no hay indicio en el texto de que la profecía se hubiese cumplido para el
tiempo de Marcos.
PROPÓSITO DEL EVANGELIO
Marcos da la impresión de que su Evangelio tenía más de un propósito en su escritura. Los más
sobresalientes son:
1. Hacer que las buenas nuevas fueran accesibles a los gentiles. Roma era una ciudad gentil, aunque allí
también vivían muchos judíos atraídos por el comercio y los negocios. Considerando la carta de Pablo a los
cristianos de Roma, a la iglesia pertenecían tanto gentiles como judíos y, en ocasiones, los sentimientos mutuos
a veces eran tirantes. Un Evangelio escrito para una iglesia ―mixta‖ así tendría que explicar cuidadosamente las
palabras y costumbres judías, para que los lectores no judíos pudieran comprenderlo. Esto es lo que hace
Marcos y en ese sentido es un Evangelio para los no judíos, los gentiles y los de afuera. Esto también explica
por qué Marcos no cita tanto el AT como lo hace Mateo Los cristianos gentiles de Marcos no habrían conocido
el AT tanto como los cristianos judíos, ni tampoco hubieran tenido el mismo interés en ello.
Marcos parece haber sido escrito con un propósito misionero, el de esparcir las buenas nuevas a los de
afuera: el mundo no judío. Naturalmente, tenía el propósito de la enseñanza también (todos los Evangelios
fueron escritos parcialmente para que los cristianos que ya creían en Jesús conocieran más acerca de él; ver Luc.
1:4). Sin embargo, si recordamos este impulso misionero del Evangelio de Marcos, servirá de ayuda para
explicar muchas cosas. Por ejemplo, revela otra razón para que Marcos evite el uso de palabras ―propias‖ del
judaísmo. También explica por qué omite mucho de lo que es verdad y valioso para poder concentrarse en lo
que él considera de vital importancia para sus lectores.
En todo esto podemos aprender mucho de Marcos en nuestro día. El hecho de que él se identificara con los
lectores a quienes procuraba alcanzar resulta admirable cuando recordamos que él era tan judío como Mateo.
¿Habría aprendido, cuando era un ―aprendiz de misionero‖ con Pablo, a contextualizarse con los de ―afuera‖
para poder ganar a estos para Cristo? (1 Cor. 9:20). Esta es una lección que los cristianos de este día debemos
aprender también: no usar el idioma de los de ―adentro‖ ya que es solo confusión para los de ―afuera‖.
2. Para animar a los que contemplan la persecución. Siendo Roma la capital imperial y, por lo tanto,
estando directamente bajo el ojo del gobierno central, era el lugar donde propiamente podría ocurrir la
persecución. Sabemos, tanto por el NT (Hech. 18:2) como por la historia romana, que los judíos habían sido
objeto de persecución aún antes de que se persiguiera a los cristianos. También sabemos, por escritos romanos,
de la gran persecución de los cristianos en Roma bajo Nerón, 64 d. de J.C. Muchos cristianos, probablemente
incluyendo a Pablo y a Pedro, murieron por su fe en esa ocasión.
El Evangelio de Marcos, con su fondo en Roma, parece haber sido escrito para preparar a los cristianos,
estuviesen en Roma o en alguna otra parte, para persecuciones futuras. Lo consigue hablando de los
sufrimientos de Cristo y cómo él había predicho sufrimientos similares para sus seguidores. En otras palabras,
fue escrito para animar a una iglesia en minoría ubicada en un ambiente hostil, por lo que nos habla a nosotros y
anima a muchos en nuestro día.
3. Para defender la fe. Marcos, como escritor, podría describirse como un apologista de la fe cristiana. Al
igual que Lucas en Hechos él quería demostrar que los cristianos eran buenos ciudadanos del Imperio romano,
no revolucionarios, y que cualquier funcionario romano de buena fe podría darse cuenta enseguida, al igual que
la gente término medio, y no cegados por el prejuicio. Marcos aclara que en el caso de Jesús, la acusación de
que él era un rebelde en contra de Roma fue inventada y completamente falsa. Marcos quería aclarar la
verdadera naturaleza del cristianismo y quitar ideas falsas que podrían impedir la evangelización.
Esta es una tarea importante ante la iglesia de hoy, tanto en países donde coexisten otras grandes religiones
(y los cristianos a veces corren peligro por parte de los líderes religiosos ―fundamentalistas‖) y en países
llamados supuestamente ―cristianos‖, donde hay ignorancia e indiferencia paganas.
4. Para explicar la importancia de la cruz. Marcos está deseoso de evitar no solo el malentendido político,
sino también el religioso, que era un impedimento mucho más serio al procurar predicar el evangelio, su tarea
primordial. Él aclara que la muerte de Jesús no fue un accidente trágico, sino parte del plan de Dios desde el
principio, y que no solo lo sabía Jesús, sino que se lo dijo a sus discípulos. Es cierto que Marcos demuestra que
los discípulos estuvieron ciegos a todo esto hasta después de la muerte y resurrección de Jesús, pero es otro
tema. Marcos, en contraste con Pablo, no da detalles excepto en dos o tres lugares de por qué Jesús tuvo que
morir. Sin embargo, declara que la cruz estaba incluida en el plan original de Dios para la salvación, a pesar de
que no cita tanto del AT, como otros escritores de Evangelios, para respaldar este hecho.
Además, el camino que Dios tenía para establecer su gobierno sobre la tierra involucraría la muerte del
Mesías, su elegido. Era un plan escondido y misterioso, y ninguno más que Jesús lo había visto desde el
principio. También parece ser el significado de la frase ―el misterio del reino de Dios‖ en Marcos 4:11. Aun las
personas que admiraban a Jesús como un obrador de milagros o, aun como un profeta, no podían ver todo esto.
Que Dios hubiese escogido hacer llegar su reino por medio de la muerte vergonzosa de su siervo escogido, era
una gran piedra de tropiezo tanto para judíos como gentiles que oían la prédica de la iglesia primitiva. Hoy en
día sigue siendo un problema para algunos. Por ejemplo, los musulmanes ven como una gran piedra de tropiezo
el que Dios hubiese permitido que un hombre tan bueno, y en realidad un profeta tal, tuviera que sufrir una
muerte tan horrible.
Marcos declara en su Evangelio que Jesús no solo era un buen hombre, o aun un profeta: era el Hijo de
Dios. Lo comprueba, no relatando el nacimiento virginal (que debe haber sido de su conocimiento), sino que
demostró cómo Dios mismo proclamó a Jesús como su Hijo en su bautismo y más tarde en la transfiguración.
Jesús nunca dijo a nadie directamente que él era el Hijo de Dios; no lo admitió públicamente hasta su juicio
ante el sumo sacerdote. El silencio de Jesús es lo que denominamos el ―secreto mesiánico‖; él esperó hasta que
Dios lo revelara a otros; p. ej. Pedro llegó a darse cuenta de que Jesús era el Mesías y lo reconoció como tal,
pero la idea de que fuera un Mesías sufriente seguía muy alejada de su mente (Mat. 8:29). Jesús admitió el título
cuando se le otorgaba a él, pero no que dicho testimonio fuera dado por un demonio.
Parte de la razón que tuvo Jesús para no revelar su verdadera identidad era porque no quería ser conocido
como un mero obrador de milagros. Esta podrá ser una palabra de precaución para nosotros en nuestros días que
en medio de épocas de renovación espiritual en la que todos nos regocijamos, podemos correr algunos peligros.
Jesús veía su tarea, por otro lado, como la de presentar las buenas nuevas acerca de Dios y su reino, por lo que
deseaba que las personas sanadas no divulgaran el hecho de su sanidad.
También así se explica por qué se retiraba súbitamente de las multitudes cuando corría el peligro de que su
misión se transformara en una mera ―campaña de sanidad‖ y nada más.
El secreto se supo con claridad ante la cruz. Para Marcos, las palabras del centurión romano (Mar. 15:39)
fueron una confesión de que Jesús era el Hijo de Dios, fuera lo que fuere lo que el centurión quiso decir en
aquel momento. La segunda prueba fue la tumba vacía y el mensaje del ángel en la mañana de la resurrección:
el Hijo de Dios había conquistado la muerte y su identidad no tendría que seguir siendo un secreto.
BOSQUEJO DEL EVANGELIO DE MARCOS
I. PRÓLOGO, 1:1–15
1. Presentación, 1:1
2. Ministerio de Juan el Bautista, 1:2–8
3. El bautismo de Jesús, 1:9–11
4. La tentación de Jesús, 1:12, 13
5. Jesús comienza su ministerio, 1:14, 15
II. MINISTERIO DE JESÚS, 1:16–8:21
1. Autoridad de Jesús, 1:16–45
(1) Jesús llama a los primeros discípulos, 1:16–20
(2) El endemoniado de Capernaúm, 1:21–28
(3) Jesús sana a la suegra de Pedro, 1:29–34
(4) Jesús predica en Galilea, 1:35–39
(5) Jesús sana a un leproso, 1:40–45
2. Controversias, 2:1–3:6
(1) Jesús sana a un paralítico, 2:1–12
(2) El llamamiento de Leví, 2:13–17
(3) Preguntas sobre el ayuno, 2:18–22
(4) Jesús: Señor del sábado, 2:23–28
(5) El hombre de la mano paralizada, 3:1–6
3. Las multitudes siguen a Jesús, 3:7–12
4. Respuestas a Jesús, 3:13–35
(1) Elección de los doce apóstoles, 3:13–19
(2) Por quién echa Jesús fuera demonios, 3:20–30
(3) La familia de Jesús, 3:31–35
5. Parábolas del reino de Dios, 4:1–34
(1) Parábola del sembrador, 4:1–9
(2) La parábola del sembrador explicada, 4:10–20
(3) Parábola de la lámpara y la medida, 4:21–25
(4) Parábola del crecimiento de la semilla, 4:26–29
(5) Parábola del grano de mostaza, 4:30–34
6. Milagros de Jesús, 4:35–5:43
(1) Jesús calma la tempestad, 4:35–41
(2) Jesús sana a un endemoniado, 5:1–20
(3) Jesús sana a una mujer, 5:21–34
(4) Jesús resucita a la hija de Jairo, 5:35–43
7. Jesús es rechazado en Nazaret, 6:1–6
8. La misión de los doce, 6:7–13
9. La muerte de Juan el Bautista, 6:14–29
10. Milagros junto al mar, 6:30–56
(1) Jesús alimenta a cinco mil, 6:30–44
(2) Jesús camina sobre el agua, 6:45–52
(3) Jesús sana a muchos en Genesaret, 6:53–56
11. Lo que contamina al hombre, 7:1–23
12. Misión a pueblos vecinos, 7:24–8:10
(1) La fe de una mujer extranjera, 7:24–30
(2) Jesús sana a un sordo y tartamudo, 7:31–37
(3) Jesús alimenta a cuatro mil, 8:1–10
13. Incomprensión hacia Jesús, 8:11–21
(1) Los fariseos piden una señal, 8:11–13
(2) La levadura de los fariseos, 8:14–21
III. CAMINO A JERUSALÉN, 8:22–10:52
1. Jesús sana a un ciego en Betsaida, 8:22–26
2. Identidad de Jesús, 8:27–9:13
(1) La confesión de Pedro, 8:27–30
(2) Jesús anuncia su muerte y su victoria, 8:31–33
(3) Condiciones para seguir a Jesús, 8:34–9:1
(4) La transfiguración, 9:2–13
3. Jesús sana a un muchacho, 9:14–29
4. Enseñando sobre el reino, 9:30–50
(1) Jesús vuelve a anunciar su muerte, 9:30–32
(2) Quién es el más importante, 9:33–37
(3) Quién está de nuestra parte, 9:38–41
(4) Ocasiones de caer, 9:42–50
5. Valores del reino, 10:1–31
(1) Una pregunta acerca del divorcio, 10:1–12
(2) Jesús bendice a los niños, 10:13–16
(3) Jesús y el joven rico, 10:17–22
(4) El peligro de las riquezas, 10:23–31
6. Seguimiento a la cruz, 10:32–45
(1) Jesús anuncia su muerte y victoria, 10:32–34
(2) Petición de los hijos de Zebedeo, 10:35–45
7. Jesús sana al ciego Bartimeo, 10:46–52
IV. JESÚS CULMINA SU MINISTERIO EN JERUSALÉN, 11:1–13:37
1. Cuestión de autoridad, 11:1–33
(1) La entrada triunfal en Jerusalén, 11:1–11
(2) Jesús y la higuera sin fruto, 11:12–14
(3) Jesús purifica el templo, 11:15–19
(4) Lección de la higuera seca, 11:20–26
(5) La autoridad de Jesús, 11:27–33
2. Enfrentamientos con las autoridades en Jerusalén, 12:1–44
(1) Parábola de los labradores malvados, 12:1–12
(2) Pregunta sobre el tributo al César, 12:13–17
(3) Preguntas acerca de la resurrección, 12:18–27
(4) El gran mandamiento, 12:28–34
(5) Jesús, hijo y Señor de David, 12:35–37
(6) Jesús denuncia a los escribas, 12:38–40
(7) La ofrenda de la viuda pobre, 12:41–44
3. Señales y exhortaciones sobre el fin de la era presente, 13:1–37
(1) La inminente destrucción del templo, 13:1–3
(2) Señales que anticipan el fin, 13:3–13
(3) La abominación desoladora, 13:14–20
(4) Falsos cristos y falsos profetas, 13:21–23
(5) La venida del Hijo del Hombre, 13:24–37
V. PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS, 14:1–15:47
Conflictos que conducen a la muerte
(1) Acuerdo para matar a Jesús, 14:1, 2
(2) Jesús es ungido en Betania, 14:3–9
(3) Judas ofrece traicionar a Jesús, 14:10, 11
(4) Preparativos para la Pascua, 14:12–16
(5) Jesús anuncia la traición de Judas, 14:17–21
(6) La Cena del Señor, 14:22–26
(7) Jesús predice la negación de Pedro, 14:27–31
(8) Angustia de Jesús en Getsemaní, 14:32–42
(9) Arresto de Jesús, 14:43–52
(10) Jesús ante el Sanedrín, 14:53–65
(11) Pedro niega a Jesús, 14:66–72
(12) Jesús ante Pilato, 15:1–15
(13) Los soldados se burlan de Jesús, 15:16–20
(14) La crucifixión de Jesús, 15:21–32
(15) La muerte de Jesús, 15:33–41
(16) Jesús es sepultado, 15:42–47
VI. RESURRECCIÓN DE JESÚS, 16:1–8 (9–20)
(1) La resurrección de Jesús, 16:1–8
(2) Una conclusión del Evangelio, 16:9–20
MARCOS
TEXTO, EXPOSICIÓN Y AYUDAS PRÁCTICAS
I. PRÓLOGO, 1:1–15
1. Presentación, 1:1
Marcos inicia su obra con la expresión: El principio, que cumple una triple función. En primer lugar, alude a
la sección inaugural de la obra, el prólogo del Evangelio, en el que se adelantan los contenidos temáticos de
todo el escrito. En segundo lugar, es también el comienzo del Evangelio de Marcos en su globalidad, puesto que
los temas presentados serán lugar común en el desarrollo de la obra completa. En tercer lugar, es principio del
evangelio de Jesús en relación a su paso por este mundo; la historia continúa en la vida de la iglesia tras la
resurrección.
La expresión elegida para iniciar este Evangelio es habitual, si bien en formas distintas, en los demás
Evangelios canónicos. Mateo 1:1 habla del ―libro de la genealogía (origen, principio) de Jesucristo‖. Incluso
Lucas, aunque de manera más difusa, legitima su relato sobre el testimonio de aquellos que ―desde el principio
fueron testigos oculares y ministros de la palabra‖ (1:2). Juan, en su prólogo teológico, inicia su testimonio
subrayando la unión del Verbo con Dios (1:1). El elemento y objetivo común de todos ellos es el de
fundamentar el origen de los relatos evangélicos en la realidad de Jesús. La realidad del reino de Dios tiene su
principio en la persona de Jesús, situándole en el principio mismo de todas las cosas.
El nombre ―Jesús‖, que proviene del hebreo Yeshúa, era un nombre muy frecuente entre los judíos del siglo
I. De hecho, cuatro de los doce sumo sacerdotes que conocemos durante ese tiempo llevaron ese nombre. Era
habitual acompañar el nombre con alguna característica del individuo, como por ejemplo su lugar de
procedencia, por ejemplo: ―Jesús de Nazaret‖. Sin embargo, Marcos hace alusión clara al rol que Jesús
desempeña como Mesías. Es importante destacar que aunque en nuestra traducción castellana aparece el
nombre compuesto Jesucristo, en el que Cristo funciona como nombre, su función en el texto es el de título,
Jesús el Cristo.
Marcos define su texto como evangelio (euanguélion2098
), el anuncio de algo bueno, que en el contexto
pagano se refería al anuncio del nacimiento de un hijo al emperador o de una victoria militar. La Septuaginta
(LXX) relaciona habitualmente este término con el anuncio de la restauración de Israel y la venida del reino de
Dios. Esta buena noticia está vinculada aquí con la realidad de Jesucristo. Existe el debate de cómo vincular el
término evangelio con la expresión de Jesucristo; ¿es el evangelio de Jesucristo porque es él quien lo proclama
(subjetivo) o porque es él el contenido del mismo (objetivo)? Posiblemente no sea necesario inclinarse por una
de las dos opciones, puesto que si bien es evidente que Jesús aparece predicando acerca del reino de Dios (vv.
14, 15) como un mensaje que hay que creer, no es menos claro que la buena noticia de la cercanía del reino de
Dios está vinculada y se hace concreta en la vida y obra de Jesús.
Como género literario, el evangelio no existía como tal, y su origen literario fue, se podría decir, natural,
resultante de la misma proclamación cristiana. No será hasta el siglo II que se reconozca su estilo como propio
de los textos cristianos acerca de la vida y obra, muerte y resurrección de Jesús.
Si se observa la tradición judía de nombrar los libros por sus primeras palabras, que reflejan sintéticamente
el sentido de los mismos, se puede deducir que la proclamación de la buena noticia sobre Jesús el Cristo es un
propósito central en la motivación de Marcos al escribir su obra.
No hay unanimidad en los manuscritos respecto de la inclusión o no de la referencia a Jesús como Hijo de
Dios (uiou theu). Es más probable que el término no apareciera en primera instancia y que después fuera
añadido por algún copista. Suprimir una referencia así sería muy improbable.
2. Ministerio de Juan el Bautista, 1:2–8
Existe una clara dependencia entre el v. 1 y lo que viene después; por medio de la cláusula Marcos introduce
el ministerio de Juan el Bautista con una serie de citas bíblicas que afirma provienen del profeta Isaías. Sin
embargo, solo la cita del versículo 3 corresponde a Isaías 40:3. Las referencias del versículo 2 son una mezcla
de Malaquías 3:1 y Éxodo 23:20. La práctica de combinar textos bíblicos la encontramos también en los textos
judíos de Qumrán. Isaías es el único profeta mencionado por nombre en Marcos (1:2; 7:6).
Joya bíblica
Voz del que proclama en el desierto: “Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas”
(1:3).
La expresión el camino del Señor (kurios2962
) resulta relevante en este Evangelio. Por un lado, recuerda la
práctica de la LXX al traducir el nombre divino YHWH, evitando así la mención del nombre de Dios. Por otro
lado, camino del Señor se torna en equivalente a ―camino de Jesús‖. El camino del Señor no es, inicialmente, el
de su pueblo sino el de Jesús mismo, por medio de su sacrificio y victoria final en Jerusalén. Cualquier
insinuación acerca de un camino de confrontación y revuelta militar contra el Imperio romano queda descartada
por el énfasis en el carácter sacrificial del camino de Jesús. Por tanto, la alusión a lo dicho por Isaías recuerda el
anuncio divino de la venida del enviado de Dios (Jesús), precedido por su mensajero (Juan). El texto destaca la
relevancia de la iniciativa divina en el proceso salvífico, pues es Dios quien establece la venida del Señor,
cumpliendo así lo prometido, y la venida de aquel que le ha de preparar camino. No es una circunstancia
accidental o improvisada.
Semillero homilético
Preparemos el camino del Señor
1:1–8
Introducción: Marcos habla del principio del evangelio. Es decir, del principio de las buenas
nuevas que anuncian la actividad salvadora de Dios a favor de los seres humanos. Es solo el
principio porque el anuncio continúa cada día a través de la predicación de la iglesia de Jesucristo
hasta que él venga.
I. Preparemos el camino del Señor predicando (v. 4).
1. Juan predicaba el arrepentimiento.
2. Prediquemos el arrepentimiento y la fe en Jesucristo.
II. Preparemos el camino del Señor predicando con nuestra vida (v. 6).
1. Juan preparaba el camino viviendo un estilo de vida distinto.
2. Preparemos el camino viviendo un estilo de vida santo.
III. Preparemos el camino del Señor predicando con nuestra vida y glorificándole en todo (vv. 7,
8).
1. Juan señalaba la superioridad de Jesús.
2. Debemos mostrar al Señor y no buscar destacarnos.
Conclusión: Juan fue un excelente preparador del camino del Señor. Su actitud, su vida y su
predicación prepararon el camino para que la gente conociera a Jesucristo. De nuestra actitud, de
nuestra vida y de nuestra predicación dependerá que la gente conozca a Cristo. ¿Estamos
cumpliendo nuestra parte?
La preparación del camino de Dios podría tener como trasfondo la procesión de los dioses de Babilonia,
contexto probable del texto de Isaías citado, o la costumbre antigua de eliminar del camino cualquier obstáculo
que estorbara el paso de la carroza real. La interpelación a la preparación se concreta en la predicación por parte
de Juan de un bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados. La conversión es la acción que corresponde
al ser humano ante la venida del Señor.
La figura de Juan resalta como la primera de la era escatológica en la que la buena nueva será proclamada.
Su predicación se centra en la invitación a un bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados. Es un
llamado a los oyentes a reconducir su vida conforme al llamamiento divino. La acción de predicar, proclamar
(kerusso2784
), encuentra paralelos en la actividad de los profetas del Antiguo Testamento (Jon. 1:2; 3:2–4; Isa.
61:1; Zac. 9:9, 10), pero, en su uso distintivo en el NT, se convierte en la acción de propagar la buena nueva de
salvación en Jesucristo, que acerca el futuro escatológico de Dios a la creación.
Juan, en conexión con la referencia bíblica, aparece predicando en el desierto, sin mayor concreción
espacial. Tan solo se nos indica sumariamente el contenido de dicha predicación, bautismo de arrepentimiento
para perdón de pecados. No encontramos en Marcos la posterior referencia, presente en los otros Evangelios
sinópticos, a la respuesta a la predicación de Juan, ni a la reacción de este.
La acción de Juan bautizando (baptidzo907
) alude al hecho de introducir, hundir, sumergir a la persona en el
agua, lo que se corrobora en los distintos usos del término en el griego fuera del NT, entre otros la LXX.
Existían diferentes ritos de lavamiento en la antigüedad que podrían servirnos para comprender la práctica de
Juan. En el AT, previo a los sacrificios rituales, sacerdotes y demás participantes, se lavaban en señal de
limpieza de cualquier impureza. También es conocida, aunque debatida su obligatoriedad, la práctica del baño
ritual de purificación en los convertidos al judaísmo. Esta última práctica se observaba con mayor rigidez en el
contexto de las comunidades judías del mar Muerto, como por ejemplo los esenios, comunidades con las que es
muy probable que Juan hubiera estado vinculado por algún tiempo. El elemento distintivo aquí es el hecho de
que todos los bautismos rituales de purificación conocidos hasta el momento eran autoinmersiones realizadas
tantas veces como se requiriera. Aquí, sin embargo, aparece Juan participando en la administración del mismo a
otros una sola vez.
Se ha planteado la cuestión acerca del carácter absolutorio del bautismo de Juan, debido a que este se
menciona antes que el propio perdón de los pecados, planteándose si la absolución llega con el bautismo en sí o
por el arrepentimiento de los mismos. Existe un comentario al sentido de la actividad de Juan por el historiador
judío contemporáneo Flavio Josefo, que asevera que el bautismo es un paso posterior al arrepentimiento, al
cambio previo de vida; la dedicación del cuerpo tras la anticipada purificación del alma (Ant.18, 117). La
comprensión posterior de la secuencia queda reflejada en los otros Evangelios sinópticos, en los que Juan
aparece rechazando a aquellos que van a él para que les bautice sin arrepentimiento previo (cf. Mat. 3:7, 8; Luc.
3:7, 8). Aunque el ministerio de Juan terminase identificándose con uno de sus elementos, el bautismo, lo cierto
es que el énfasis central de su enseñanza recaía sobre el arrepentimiento y conversión, ante la inminencia
escatológica de la venida del Señor.
La descripción global de que los que venían para ser bautizados por Juan provenían de toda la provincia de
Judea, habitantes de Jerusalén incluidos, cumple una función aglutinadora que simbolizaría el comienzo del
cumplimiento de la promesa de la futura restauración de Israel (cf. Zac. 12:10–13).
La descripción física de Juan y su alimentación puede parecer una inserción que carezca de relevancia entre
dos referencias al contenido de su predicación. Sin embargo, según una tradición rabínica, y en referencia al
relato del jardín del Edén como modelo de un estilo de vida más sencillo, cercano a la naturaleza, la descripción
de su vestimenta evoca Génesis 3:21 (LXX), donde Dios viste a Adán y a Eva de esa manera. La dieta, típica de
los habitantes del desierto, revela el carácter ascético de Juan. Todo esto para resaltar el carácter escatológico
del mensaje del Bautista, que proyecta el recuerdo de la primera creación a la expectativa de esa nueva creación
en el futuro.
También es reseñable la semejanza con Elías: vestimenta (2 Rey. 1:8; cf. Zac. 13:4); llamamiento al
arrepentimiento (1 Rey. 18:21); énfasis escatológico (Mal. 4:4–6); ubicación geográfica (el desierto, 1 Rey.
19:3–18; el Jordán, 2 Rey. 2:4–11): Todo esto lleva a algunos estudiosos a la conclusión de que Marcos,
conforme a la expectativa judía, quiere presentar a Juan como Elías redivivo. Lo que sí podemos afirmar es la
presentación de Juan como profeta (cf. 6:15; 11:32).
Esta segunda referencia al contenido de la predicación de Juan (v. 7) revela el carácter mesiánico de la
misma. La figura de ese más poderoso (isjurós2478
) apunta, sin duda, al Mesías, que por la vinculación con el
relato que le sigue, 1:9–11, Marcos identifica con Jesús. La diferencia en poder no es una connotación física
sino de autoridad, y, a su vez, una expresión de diferencia de condición. Juan se reconoce inferior incluso al
esclavo, una de cuyas tareas era la de desatar la cinta de cuero que sujetaba la sandalia al pie de su amo. Ni
siquiera se considera digno de agacharse (kúpto2955
) ante él. El poder del Mesías, de Jesús, es poder frente al
mal, lo cual queda evidenciado inmediatamente tras su bautismo, al resistir la tentación de Satanás (1:12, 13) y
exorcizar a un hombre con espíritu inmundo (1:21–28; cf. 3:22–27; 9:14–29). El carácter temporal expresado
por la frase: viene tras mí indica la inmediatez en la venida del Mesías.
Las escrituras hebreas presentan distintas referencias en las que se vinculan la figura del Mesías con la
unción del Espíritu Santo (cf. 2 Sam. 23:1, 2; Isa. 11:1, 2; 61:1). La experiencia del bautismo en el espíritu en
aquellos que tras el bautismo del agua para el perdón de pecados forman parte de la realidad mesiánica, son
capacitados para la misión de exorcizar y profetizar. La conexión con el texto profético de Joel 2:28, 29 en el
que en el tiempo escatológico habría profecía se cumple con las manifestaciones de poder del Mesías y se hace
extensivo a los que creen al recibir al Espíritu Santo en su vida. Es posible hablar de ser bautizado con o en
agua y con el Espíritu Santo. El contraste entre el bautismo de agua y el del Espíritu Santo resulta en la
superioridad del bautismo con el Espíritu comparado con el practicado por Juan con agua (cf. Isa. 11:2).
3. El bautismo de Jesús, 1:9–11
La alusión al bautismo en sí es bastante breve, dedicándose mayor atención a lo que Jesús experimentó
después. Sin duda, la intención del evangelista es la de conectar el anuncio del Bautista con la figura de Jesús.
Él es el Mesías que Dios reivindica tras el bautismo.
La expresión introductoria —y de transición— a la siguiente historia kai egeneto es propia de la tradición
semítica, sin paralelo en el griego no bíblico. La vaguedad e imprecisión de esta cláusula introductoria se
interpreta como evidencia de la independencia en su origen de la perícopa anterior. Aun así, la fórmula
introductoria aparece en distintos textos del AT (cf. Éxo. 2:11; 1 Rey. 28:1; Jer. 31:33; Joel 3:1; Zac. 8:23),
destacando la referencia escatológica en la que se sitúan los textos proféticos.
Jesús fue bautizado en el Jordán. La preposición utilizada eis se traduce como ―dentro‖, aunque se
intercambia frecuentemente con en, con un uso indistinto entre las dos. Resulta paradójico que Marcos presente
a Juan anunciando el bautismo de Jesús como superior al suyo, para, seguidamente, contar cómo Juan bautiza a
Jesús. Han sido varios los intentos de explicar esta paradoja. Algunos consideran que Jesús se inicia así como
discípulo de Juan, antes de iniciar su propio ministerio. Otros piensan que Jesús se identifica en el bautismo con
aquellos que viene a salvar o como un acto de obediencia a Dios, dado su carácter humano. Hay quienes
apuntan a la comparación entre los versículos 5 y 9, señalando una construcción paralela de los mismos, en base
a distintos contrastes. Así, frente a los muchos que vienen a Juan, aquí aparece Jesús; ante la procedencia de los
primeros de Judea y Jerusalén, Jesús viene de Nazaret de Galilea. Todo esto para señalar cómo uno, Jesús, toma
el lugar de muchos, en alusión a su asunción del pecado de estos. Finalmente, otros biblistas conectan el
bautismo de Jesús con su muerte.
Al subir Jesús de las aguas (anabáino305
), los cielos se abrieron, más concretamente, según Marcos, los
cielos fueron partidos, fueron rasgados (scízo4977
). En Isaías 64:1, el profeta implora por el desgarre de los cielos
y la venida de Dios a la tierra, como expresión de ruptura de la separación entre la realidad de Dios y la de su
creación, surgiendo así cielos nuevos y tierra nueva (Isa. 65:17). La imagen es más poderosa y radical en
Marcos que en los otros Evangelios sinópticos, donde los cielos no se rasgan sino que solo se abren. El tiempo
del cumplimiento de la promesa de Dios ha sido iniciado en Jesús de manera irreversible. Además, la figura del
Espíritu descendiendo como paloma evoca la imagen del Espíritu de Dios moviéndose sobre las aguas (Gén.
1:2) en el relato de la creación; por lo que ahora el Espíritu aparece participando también de la nueva creación
en Jesús.
Todo esto sucede de inmediato (euthús2117
), término propio de Marcos, que lo usa en cuatro de cada cinco
apariciones en el NT, y que da agilidad a la narración, transmitiendo la sensación de prontitud en la actuación
divina.
Marcos es el único evangelista que indica el carácter de visión privada de la teofanía relatada; Jesús vio los
cielos abrirse y al Espíritu descender, y fue él quien recibió la voz del cielo. Es posible considerar la intención
de separar el bautismo de la subsiguiente visión privada de Jesús, para indicar que la venida del Espíritu no fue
efecto del bautismo sino cumplimiento de la esperanza apocalíptica en Jesús. La imagen que la iconografía
religiosa ha plasmado del Espíritu como paloma descendiendo sobre Jesús puede prevenir al lector actual del
sentido que tiene el texto. Jesús fue llenado del Espíritu Santo que descendió de los cielos, y le señaló como el
ungido de Dios.
La implicación evidente del texto es que la voz desde el cielo es la voz de Dios, que habla a su Hijo. Esto da
una idea clara acerca de la identidad de Jesús; Dios mismo le declara su Hijo. La manifestación de Jesús como
Hijo amado (agapetós27
) refleja la posición especial, en la antigüedad, del hijo varón y primogénito o único. La
referencia veterotestamentaria de este pronunciamiento es del Salmo 2:7 y de Isaías 42:1. El Salmo 2 es un
salmo real que el judaísmo posbíblico leía en clave mesiánica, por lo que Jesús es presentado como el redentor
escatológico anunciado desde la antigüedad. La declaración divina confirma quién es Jesús y no en quién se
convierte, por lo que cualquier teoría adopcionista aquí carece de fundamento.
La conexión con el texto de Isaías 42:1 no solo sirve para reconocer la identidad de Jesús sino para conectar
con la afirmación previa de la venida del Espíritu Santo sobre él, como confirmación de su elección y
llamamiento. Esto, según algunas tradiciones judías y cristianas primitivas (Ef. 1:4–6), ya desde antes de la
fundación del mundo. Si hay algo nuevo en este pasaje, pues, es el inicio del ministerio público de Jesús, el Hijo
de Dios.
Profesión de fe
―La profesión de fe en Jesucristo, como el Hijo de Dios, es un resumen que expresa lo
esencial y específico de la totalidad de la fe cristiana. Sin la profesión de fe en Jesús, como el
Hijo de Dios, no puede existir la fe cristiana‖. W. Kasper
Semillero homilético
Un bautismo para imitar
1:9–11
Introducción: Los seres humanos establecemos, de manera consciente o inconsciente, modelos
para nuestra vida que en cierta manera guían nuestra conducta. Obviamente, el cristiano tiene un
solo modelo, Jesucristo. Aquellos que le hemos recibido como Señor de nuestra vida debiéramos
imitar su vida, su ministerio, su entrega, y su obediencia ya que son patrones dignos de imitar.
Muchas de las diferencias que existen entre los distintos grupos del cristianismo dejarían de
existir si pusiéramos nuestra referencia en Jesús y en su Palabra para establecer nuestras doctrinas
y nuestras conductas. El bautismo es una de estas diferencias. ¿Por qué no miramos el modelo de
Jesús y lo imitamos?
I. El bautismo de Jesús fue el de un adulto (v. 9a).
1. Jesús fue bautizado por su propia voluntad: ―vino‖ (v. 9).
2. Jesús fue bautizado antes de iniciar su ministerio (v. 9).
II. El bautismo de Jesús fue por inmersión (v. 9b, 10).
1. Jesús fue bautizado en el río Jordán (v. 9).
2. Jesús fue bautizado y subió del agua (v. 10).
III. El bautismo de Jesús fue un acto de obediencia (vv. 10, 11).
1. Jesús fue bautizado por obediencia, aunque no necesitaba hacerlo.
2. Jesús fue bautizado y recibió la complacencia del Padre (v. 11).
IV. El bautismo de Jesús es el modelo para nuestro bautismo.
1. Un bautismo de adultos creyentes por inmersión (Rom. 6:3, 4).
2. Un bautismo de obediencia al mandato de Jesús (Mat. 28:19).
Conclusión: Marcos responde a varias de las preguntas que nosotros podemos hacer acerca del
bautismo: ¿Quién puede ser bautizado? Un adulto creyente. ¿Cómo debe ser bautizado? Por
inmersión. ¿Por qué tiene que ser bautizado? Por obediencia al mandato del Señor. Después de
contestar a nuestras preguntas, queda aun flotando una que nosotros necesitamos responder: Si
Jesús se bautizó, ¿qué impide que yo también lo haga?
4. La tentación de Jesús, 1:12, 13
La inmediatez (euthús2117
) con la que el relato del bautismo de Jesús da paso a su tentación en el desierto,
enfatiza el impulso y control de la acción por parte del Espíritu guiando a Jesús. También advierte al lector de
que se produce un cambio de escena. Jesús es llevado ahora al desierto (eremos2048
).
La expresión marcana para describir la fuerza con que el Espíritu impulsa (ekballó1544
) a Jesús al desierto
corresponde con la descripción en el AT del Espíritu como fuente de poder (cf. Miq. 3:8) y que en Marcos
frecuentemente aparece en relatos de exorcismo (1:34, 39; 3:15, 22; 6:13; 7:26; 9:18, 28, 38) o de una salida
forzada (1:43; 5:40; 9:47; 11:15; 12:8). No obstante, se puede traducir como un mero enviar a alguien, puesto
que Jesús es presentado aceptando de buen grado la encomienda divina. Posiblemente Marcos pretende
enfatizar el carácter irresistible del llamamiento de Dios por su Espíritu.
Si bien la referencia espacial es ambigua, el desierto, aunque llena de múltiples connotaciones en el mundo
bíblico, la referencia temporal es concreta, cuarenta días. En el texto bíblico, el simbolismo del número 40 se
hace presente en diversas historias. Así, el diluvio se prolongó por cuarenta días (Gén. 7:17); el pueblo de Israel
anduvo por el desierto 40 años (Núm. 14:33, 34); Moisés estuvo delante del Señor en el monte Sinaí 40 días y
40 noches (Éxo. 24:18); Israel comió maná en el desierto durante 40 años (Éxo. 16:35); Elí juzgó en Israel por
40 años (1 Sam. 4:18); Goliat retó al ejército israelita 40 días (1 Sam. 17:16); Jonás proclamó la destrucción de
Nínive en 40 días (Jon. 3:4), etc.
El hecho de que Jesús sea tentado (peirázo3985
) no recibe mayor cualificación o presentación de cómo tuvo
lugar esto; no se indica el propósito de la tentación. Posiblemente, y en continuidad con los pasajes previos en
los que Marcos ha presentado quién es Jesús, ahora se pone a prueba lo verosímil y fiable de su carácter. Y para
ello aparece Satanás (‗adversario‘ en su acepción hebrea), que en el AT aparece interponiéndose y dañando la
relación entre el ser humano y Dios (cf. Job 1:6–2:7; Zac. 3:1, 2). Es el primer encuentro entre Satanás y Jesús,
en el que queda reflejado el antagonismo entre los dos y el conflicto entre las dos realidades que cada uno
representa. La pretensión de apartar a Jesús del propósito al que Dios le envía ha fracasado. Para aquellos que
interpretan a Jesús como el nuevo Adán, el texto evidencia que Jesús triunfó allí donde este fracasó. Es el inicio
del triunfo de Dios en Cristo y la derrota de Satanás. Además, la posibilidad de que Jesús fuera auténticamente
tentado afirma la naturaleza humana del Hijo de Dios, en cuya resistencia y victoria ante la tentación se abre
una puerta de esperanza para el resto de la humanidad.
La función de los animales mencionados en el texto, y habituales de los lugares desérticos, es debatida por
los especialistas. Una interpretación apunta a la hostilidad de los animales a Jesús, como evidencia de la ruptura
de la armonía en la creación por causa del pecado. Otra perspectiva, sin embargo, señala que la aparente
concordia en la historia, en la que los animales acompañan a Jesús mientras los ángeles le sirven, es otro énfasis
escatológico vinculado a la realidad de Jesús como Mesías, cuyo efecto es la recuperación de esa armonía en la
creación (cf. Isa. 11:6–9; 65:25).
También es relevante destacar que Jesús no estaba solo ante la tentación (cf. Sal. 91:11–13). Los ángeles
sirven a Jesús en su enfrentamiento con Satanás. En similitud con la historia de Elías en el desierto que durante
sus cuarenta días allí fue sustentado con alimento y bebida (1 Rey. 19:4–8).
5. Jesús comienza su ministerio, 1:14, 15
La escena presenta un cambio dramático en este punto. Juan, quien ha sido presentado como aquel que
preparó el camino del Señor, que predicaba el bautismo del arrepentimiento para el perdón de pecados y que
bautizó a Jesús, ahora aparece en prisión. Marcos introduce este cambio con una fórmula propia, meta de, que
indica una ruptura en la línea de continuidad argumental de la historia. Más adelante en la narración, Marcos
indicará que fue Herodes el autor del encarcelamiento de Juan (6:17), de su entrega (paradidomi3860
), que se
establece en el parámetro temporal (y de propósito) divino: el tiempo se ha cumplido (1:15). La referencia
profética es notoria al destino del siervo sufriente (cf. Isa. 52:13–53:12), que será entregado, conforme al
propósito divino, a su destino en el plan eterno, que se adelante en Juan y que, finalmente, se cumple en el
mismo destino previsto para Jesús (9:31).
Aplicación a la vida
―El Espíritu no mima al creyente, no le asegura un clima favorable, no pone al resguardo su
fe. Más que aire acondicionado, es soplo que empuja hacia el mundo, donde las potencias del mal
obstaculizan el plan de Dios‖. A. Pronzato
―Los poderes celestiales son puestos a disposición de quien ha hecho huir al diablo‖. G. Dehn
―El desierto es, ante todo, aprendizaje y conocimiento de sí; es revelación del ser a sí mismo.
Mientras, la ciudad es el lugar del tener, que esconde y da seguridad‖. A. Abecassis
Tras superar las tentaciones de Satanás en el desierto, Jesús aparece de nuevo en Galilea, lugar del que
marchó al Jordán para ser bautizado por Juan, y, posteriormente, al desierto para ser tentado. Galilea está
vinculada en Marcos con el comienzo del ministerio de Jesús. De las doce ocasiones en que aparece citada en
Marcos, cinco de ellas están en el primer capítulo del Evangelio, y en dos de las últimas menciones finales se
alude al reinicio del ministerio de Jesús resucitado (14:28; 16:7).
Marcos define el ministerio de Jesús como predicación del evangelio de Dios (1:14). Algunos manuscritos
presentan una expresión más amplia, al indicar que lo predicado era el evangelio del reino de Dios, una
referencia más clara y habitual en el evangelio. Pero tanto la evidencia textual (fundamentada en manuscritos
más fiables) como la mayor dificultad de la versión ofrecida (lo cual lleva a pensar que durante el proceso de
copiado de manuscritos se añadieron palabras para aclarar la expresión) llevan a optar por la no inclusión aquí
de la referencia al reino.
En relación con la referencia en 1:1 al evangelio de Jesucristo, aquí el evangelio de Dios se refiere
principalmente al hecho de que Dios es su contenido; es el evangelio acerca de Dios, que Jesús proclama, sin
descartar la comprensión de este evangelio como proviniendo de Dios. En la predicación de Jesús, Dios es el
objeto y sujeto de la misma.
El tiempo aquí referido (v. 15) no alude a la medida que habitualmente usamos para cuantificar los espacios
temporales (jrónos5550
) sino que se refiere al momento señalado por Dios para cumplir su propósito (kairós2540
).
En el NT, la voluntad divina determinando acciones o momentos decisivos en la historia se expresa con el uso
del verbo en pasivo, el pasivo divino, en el que la acción señalada tiene a Dios como causante de la misma. Es
significativo señalar que el hecho de que el tiempo se haya cumplido ya, marca una diferencia temporal entre el
ministerio de Juan, el precursor, y el de Jesús, con quien el reino de Dios se hace presente. La presencia del
reino se hace concreta en el ministerio de Jesús, si bien tan solo es reconocido por medio de la fe, por lo que
cabe hablar de un acercamiento relativamente encubierto, aun parte del misterio de Dios (4:11). Aquellos que lo
perciben responden con arrepentimiento y fe, lo que les da acceso a la vida eterna, que para Marcos es
equivalente al reino. El tiempo de salvación se ha inaugurado.
El acercamiento del reino apunta a que aún no se ha instaurado plenamente. Este hecho repercute
grandemente en la realidad de la comunidad cristiana que vive la tensión entre la experiencia presente del reino
y la espera de su establecimiento universal. Pero sería un grave error desplazar al futuro la realidad del reino de
Dios que en Jesucristo ya está presente hoy. El kairós de Dios se hace presente, de manera continuada hasta su
consumación escatológica. Por tanto, el dominio de Satanás llega a su fin.
¿Qué es ese reino que ya se ha acercado? Esta es una cuestión complicada, pues hablar de un reino implica o
induce a pensar en términos espaciales, en un lugar. Sin embargo, la idea del reino de Dios está vinculada a la
realidad de Dios que reina, que tiene el dominio. Sería aceptable traducir la expresión como reinado o ―dominio
de Dios‖, pues es la presencia, la influencia, el dominio de Dios que transforma la vida. Las expectativas
terrenas del reino entre muchos de los contemporáneos de Jesús entran en conflicto con la naturaleza del mismo,
y es causa de incomprensión y conflicto sobre la identidad y ministerio de Jesús. Descartada, pues, una
comprensión territorialista/imperialista del reino de Dios, y para evitar una visión eminentemente trascendente
del mismo, el reino debe interpretarse en términos relacionales, Dios y los que creen en él, en el contexto
temporal y concreto de la comunidad de fe.
En la perspectiva temporal que condiciona este texto, la predicación de Jesús inaugura una nueva era en la
que las promesas divinas de antaño inician su cumplimiento escatológico. Ante la realidad de la presencia del
reino de Dios, la invitación a estar bajo su dominio se expresa con dos verbos en imperativo, arrepentíos y creed
(metanoéo3340
y pistéuo4100
). Así pues, la interpelación de Jesús es un llamamiento a la conversión, a reorientar
la vida propia hacia Dios y así formar parte de la nueva realidad que se instaura bajo su dominio y vivir
confiando en él. La invitación a creer en el evangelio no es tanto la aceptación de una serie de principios
intelectuales o dogmáticos sino el resultado de la conversión, de vivir comprometidos con Dios y su propósito,
que es la buena nueva para la humanidad.
Semillero homilético
La plataforma de Jesús
1:14, 15
Introducción: Los grandes líderes al iniciar sus carreras hacen públicas sus principales pautas
programáticas. Aquí, Marcos describe brevemente la inauguración del ministerio de Jesús y
presenta su ―plataforma‖ resumida en un solo versículo.
I. La plataforma de Jesús indica que el tiempo se ha cumplido.
1. Es el tiempo de la venida del Mesías esperado.
2. Es el tiempo de la gracia y la salvación.
II. La plataforma de Jesús anuncia que el reino de Dios se ha acercado.
1. Es un reino espiritual y no político.
2. Es el reinado de Dios sobre nuestras vidas.
III. La plataforma de Jesús desafía al arrepentimiento.
1. El arrepentimiento implica un reconocimiento del pecado.
2. El arrepentimiento exige una conversión.
IV. La plataforma de Jesús invita a creer en el evangelio.
1. Creer en el evangelio es creer en el mensaje de Cristo.
2. Creer en el evangelio es creer en Cristo mismo.
Conclusión: El tiempo se ha cumplido. Hoy es el día de salvación. Mediante un arrepentimiento
auténtico y un depositar nuestra fe en Cristo haremos realidad el reinado de Dios en nuestra vida.
II. MINISTERIO DE JESÚS, 1:16–8:21
1. Autoridad de Jesús, 1:16–45
(1) Jesús llama a los primeros discípulos, 1:16–20
Tras la presentación e introducción de Jesús y su ministerio, Marcos relata el llamamiento de los primeros
discípulos de Jesús, que dejan todo para seguirle. La tradición primitiva presenta a Pedro como la fuente de
información de Marcos a la hora de escribir su Evangelio. De ser así, el relato parece recoger la perspectiva de
los propios pescadores además de la inclusión de ciertos detalles tales como las referencias a los remiendos de
redes, los jornaleros, Zebedeo. Sin embargo, la fuerza de la historia reside en la figura de Jesús, que llama a
hombres no mencionados antes.
Jesús aparece en las cercanías del mar de Galilea, que más correctamente es un lago, y que solo recibe ese
nombre en el NT, donde también se le denomina mar de Tiberias (Juan 21:1) o de Genesaret (Luc. 5:1). En los
textos judíos se le denomina mar de Quinéret, así como en el AT (cf. Núm. 34:11; Jos. 12:3). La zona reflejaba
gran actividad comercial y humana debido a la industria pesquera que alrededor de este mar se desarrollaba y
por la cercanía a una de las rutas comerciales de la región.
Marcos dice que Jesús pasó (parágo3855
) por allí, imagen que recuerda el pasar de Dios ante Moisés (33:18–
23) y Elías (1 Rey. 19:11) y que podría llevar implícita una semejanza con el hacer de Dios, quien también
llamó en distintas ocasiones a Israel y sus profetas, como lo hará Jesús con sus discípulos (1:20).
Simón, a quien posteriormente Jesús cambiará el nombre por el de Pedro (3:16), es el primer discípulo de
Jesús, posición que se repite en Marcos en el listado de los apóstoles (3:16–19) y en las listas reducida de
aquellos que, de entre los apóstoles, acompañan a Jesús en la sanación de la hija de Jairo (5:37), la
transfiguración (9:2), en el monte de los Olivos (13:3) y Getsemaní (14:33). Esta mención en primer lugar de
Simón Pedro indicaría su rol como líder o portavoz del grupo de los apóstoles. El nombre Simón es griego, lo
cual refleja la marcada influencia helenista en Palestina.
Andrés, sin embargo, a pesar de ser citado en segundo lugar, no ocupa una posición destacada en la
memoria de las comunidades cristianas posteriores, que necesitaron ser recordadas del parentesco de este con
Simón para poder identificarlo. El hecho de aparecer Andrés en segundo lugar indicaría que era el menor de los
dos hermanos.
El llamado de Dios
―El llamado al ministerio, en cualquiera de sus formas, es en definitiva un encuentro personal
con Dios. En realidad, el camino que Dios emplea para realizar ese encuentro es secundario‖. S.
Canclini
…―¿Qué dices? ¿No has sido llamado? Lo que debieras decir en cambio es: ‗No he sentido el
llamado‘ ‖. W. Booth
Simón y Andrés estaban dedicados a su oficio de pescadores. El término usado para la red (anfíbalo292B
) que
estaban utilizando no era el más común, y dado el carácter urbano de los lectores de Marcos, es probable que se
tuviera que mencionar la actividad que hacían para que pudieran identificarla. El hecho de que estuvieran
echando la red indicaría que es ya la tarde o la noche.
El llamamiento de Jesús evidencia su iniciativa en la actividad del reino de Dios y el poder de su palabra.
No hay recogida ninguna explicación sobre el llamamiento que Jesús hace, lo cual evidencia su autoridad. Sin
mayor detalle, el texto dice que Jesús los llamó y, a partir de entonces, los discípulos le siguieron de inmediato
(euthús2117
). Este seguimiento es una evidencia de una entrega total a Jesús, puesto que el texto afirma que
dejaron las redes, es decir, la actividad que servía de sustento a su vida, para seguirle. El llamamiento de Jesús
viene complementado por la indicación de que en el futuro serán pescadores de hombres, actividad vinculada
con la acción del reino. Con el tiempo, la expresión se convertiría en una descripción de la actividad misionera
de la iglesia primitiva. Llamamiento y propósito serán características propias del discipulado cristiano.
El llamamiento de Jacobo y Juan (nombres semitas) es similar al de Simón y Andrés (nombres griegos).
Con la excepción de 9:38, Jacobo y Juan son citados siempre juntos en Marcos. También es habitual
encontrarlos en la compañía de Pedro, como parte de ese círculo, de entre los apóstoles, más cercanos a Jesús
(5:37, 9:2, 14:33). La mención de Zebedeo, padre de estos dos discípulos, parece cumplir la función de
distinguirlos de otras figuras conocidas como Jacobo el hermano de Jesús y Juan el bautista.
Jacobo y Juan también son pescadores, aunque no se encuentran pescando sino reparando las redes para la
próxima jornada de pesca, lo cual indicaría un encuentro con Jesús a la luz del día. Se encontraban en su barca,
en la que posiblemente entraban de seis a doce personas, con una quilla poco profunda, pues era probable que
en muchas de las zonas de pesca no hubiera un muelle, por lo que la barca debía ser arrastrada a mano a tierra.
Semillero homilético
Seguir a Jesús
1:16–20
Introducción: En el judaísmo eran los discípulos quienes elegían al maestro. Los rabinos eran
escogidos por sus discípulos; pero con Jesús ocurre lo contrario (Juan 14:16). Es Jesús el que
toma la iniciativa y la respuesta es el seguimiento. Pero este seguimiento tiene ciertos requisitos
que el pasaje nos ayuda a considerar.
I. Seguir a Jesús exige subordinación a él de todas las demás cosas.
1. Simón y Andrés dejaron sus redes.
2. Jacobo y Juan dejaron a su padre y a su trabajo.
3. ¿Qué cosa tenemos que dejar nosotros para que Cristo sea el primero?
II. Seguir a Jesús implica el cumplimiento de una misión.
1. No es un llamamiento meramente contemplativo.
2. Es un llamamiento a ser pescadores de hombres.
3. El Señor nos está llamando a una misión similar.
III. Seguir a Jesús demanda una respuesta inmediata.
1. Simón y Andrés le siguieron ―de inmediato‖.
2. Jacobo y Juan le siguieron ―en seguida‖.
3. ¿Qué cosa nos detiene?
Conclusión: El Señor nos llama a que le sigamos y cumplamos la misión de extender su reino.
Pero su llamamiento es radical: ninguna otra cosa o persona puede ocupar su lugar y además la
respuesta debe ser ahora. ¿Somos verdaderamente sus seguidores?
Hay un elemento de distinción entre estos hermanos y Simón y Andrés. Marcos indica que Jacobo y Juan
dejaron a Zebedeo en la barca con los jornaleros, lo cual algunos biblistas han interpretado como un intento de
suavizar la radicalidad de la respuesta al llamamiento de Jesús, pues Zebedeo no queda solo. Otra posible
interpretación a la mención de los jornaleros apunta a la diferente situación económica de las dos parejas de
hermanos; los segundos en ser llamados por Jesús disfrutan de una posición económica desahogada,
evidenciando así que los discípulos de Jesús provenían de estratos sociales diversos, y no solo de los más
desprovistos. Sin duda, la mención de los jornaleros refleja el realismo en la narración de Marcos. Más allá de
todo esto, la respuesta de Jacobo y Juan, al igual que la de Simón y Andrés, es inequívoca; dejan posesiones y
familia para seguir a Jesús.
(2) El endemoniado de Capernaúm, 1:21–28
Tras elegir a sus primeros discípulos, Marcos describe las primeras acciones relativas al ministerio de Jesús,
la enseñanza y un exorcismo. Esto contrasta con la manera en que introducen el ministerio de Jesús los
diferentes evangelistas: Mateo, con el Sermón del monte (5–7); Lucas, con el Sermón programático (4:16–30);
Juan con Las bodas de Caná (2:1–12).
El primer desplazamiento conjunto de Jesús y sus primeros discípulos les lleva a Capernaúm, una población
pesquera al norte del mar de Galilea, en la que había una sinagoga de la que hoy solo quedan los vestigios de
una posterior, construida en el siglo IV, sobre las ruinas de la que aparece mencionada en este pasaje.
Jesús aparece enseñando en la sinagoga el día sábado, el día de reposo, en la que la variedad de su liturgia
(oraciones, bendiciones, lectura y meditación de los textos sagrados), parece centrarse en las referencias
neotestamentarias al estudio de las Escrituras. El pasaje sobre el que Jesús habló provendría de la Torah o de los
profetas.
El hecho de que se mencione que Jesús enseñaba los sábados no se debe entender como que lo hizo
necesariamente más de una vez. Jesús está enseñando a cuantos se encuentran en la sinagoga y, poco después, el
mismo Maestro identifica su enseñanza en la sinagoga como predicación (cf. 1:38).
Autoridad verdadera
―Cuando Jesús anunció el evangelio hizo que la gente se encontrara de golpe en presencia de
Dios mismo. La autoridad con que hablaba era la autoridad de aquel que habla como el Padre le
había enseñado (Juan 8:28) y a quien el Padre había entregado todo (Mat. 11:27). Ahora, la
predicación vuelve a ser Palabra de Dios y los hombres se asustan porque se sienten puestos
frente al Dios vivo. Con terror ellos se dan cuenta de que Dios está ausente de sus vidas‖. G.
Dehn
Los oyentes se admiran de la enseñanza (didajé1322
) de Jesús, por dos motivos: uno, por el contenido mismo
de lo que decía, cuestionado la interpretación normativa de la ley en temas relativos, por ejemplo, al día de
reposo (2:23–28), las normas alimentarias y de pureza (7:1–23), o el divorcio (10:1–12); dos, por la forma en
que impartía esa enseñanza, con una autoridad o poder (exousía1849
) superior al de los propios intérpretes de la
ley. No habría que descartar connotaciones de inspiración divina en las palabras de Jesús, reforzando la
veracidad de sus afirmaciones y el reconocimiento por parte de la gente de la presencia del reino en medio de
ellos. Marcos identificará posteriormente las interpretaciones de la ley por parte de los líderes religiosos como
enseñanzas de hombres y no de Dios (cf. 7:8, 9). Es el adelanto de los diversos desencuentros que tendrán lugar
entre estos líderes religiosos y Jesús.
Joya bíblica
Y se asombraban de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no
como los escribas (1:22).
La secuencia en la acción es inmediata. Tras concluir Jesús sus palabras, pues debemos entender que el
asombro de la gente es fruto de que Jesús finalizó su enseñanza, se oye la voz de un hombre con espíritu
inmundo, que en la tradición judía equivalía a un endemoniado. Se dice que el hombre estaba en la sinagoga de
ellos (sunagogé autón), lo cual se puede interpretar como una muestra del distanciamiento de la comunidad de
Marcos del judaísmo, aunque su significado podría ser, sencillamente, la sinagoga de los que, asombrados ante
la enseñanza de Jesús, habían sido mencionados anteriormente.
La exclamación del hombre con demonio —que se dirige a Jesús en plural— refleja hostilidad hacia este, lo
que evidencia la diferente naturaleza de los demonios y Jesús (cf. 3:22–27). Estos reconocen quién es realmente
Jesús, pues en la antigüedad se creía que los demonios tenían conocimiento sobrenatural, y adoptan una actitud
defensiva, propia de la amenaza que Jesús supone para ellos. Intentaron, sin éxito, someter a Jesús con una
especie de encantamiento que se basaba en reconocer la identidad del otro, sé quién eres. La identificación que
hacen de Jesús es como nazareno y santo de Dios, la primera como reconocimiento de su procedencia terrena, la
segunda como manifestación de su verdadera naturaleza divina. La definición de Jesús como santo (ágios39
y 40)
contrasta con la inmundicia (akáthartos169
) del espíritu que poseía al hombre (1:26). La santidad es lo opuesto a
la impureza. Quien está en estado de santidad está alejado del pecado (cf. Lev. 20:24–27). Los demonios
identifican a Jesús con el Espíritu Santo que cualifica su ministerio (cf. 1:8) y, por tanto, entienden la misión de
Jesús como una acción contra ellos.
Los demonios reconocen en Jesús un poder sobrenatural y temen su destrucción. Saben que no es solo una
reprensión la que recibirán de él sino su expulsión definitiva. La presencia del dominio escatológico de Dios se
hace presente en Jesús: donde hay santidad no hay lugar para impureza ni espíritu inmundo (Zac. 13:2).
Jesús toma control de la situación mandando callar al demonio. No hay ninguna representación de un
exorcismo; es su mera palabra poderosa que basta para imponer su autoridad. La reprensión (epitimáo2008
) de
Jesús es semejante a la de Yahvé ante sus oponentes (cf. Sal. 106:9; 119:21; Zac. 3:2), identificando, pues, a
Jesús con Yahvé.
Resulta curioso, anecdótico, que la expresión con que Jesús demanda silencio a los demonios es bastante
coloquial, ―cierra el pico‖ (fimóo5392
). Cabría pensar, a la luz de los diferentes momentos en los que Jesús pide
que se mantenga en secreto su actividad y, por ende, su identidad (cf. 1:44; 5:43; 7:36), que más allá de liberar
al hombre de ese espíritu inmundo, Jesús pretendiera también frenar un reconocimiento popular anticipado.
El desenlace de la historia no se hace esperar. El espíritu inmundo sale del hombre, que cae al suelo
convulsionado, y grita, quizás como expresión de su derrota o muerte. En 15:37, Marcos nos relata que Jesús en
la cruz, tras dar una gran voz, murió. La expresión usada en ambos casos es similar, lo que permite colegir la
idea de la muerte del demonio que poseía al hombre.
El impacto de esta escena entre los presentes en la sinagoga es de total asombro. No es algo a lo que ya
están habituados pues es doctrina nueva (kainós2537
) en fondo y forma. Primeramente, se maravillaron por la
autoridad con la que enseñaba (1:22) y, ahora, se admiran de la autoridad que despliega al doblegar incluso a los
demonios, lo cual evidencia que no estaban acostumbrados a ver exorcismos y, menos aun, en la manera en la
que Jesús lo realiza. Además, por encima de las cuestiones relativas a la enseñanza y poder sobre los demonios,
el debate o discusión (suzetéo4802
) de la gente es acerca de quién es Jesús. El reino se acerca en su ministerio, de
lo cual da muestra su enseñanza y exorcismo. La cuestión acerca de su identidad será un motivo frecuente en
este Evangelio. ¿Estarán dispuestos a reconocer, pues, quién es Jesús y a responder en los términos esperados
(cf. 1:15)?
Dada la proximidad entre las pequeñas poblaciones de Galilea, la fama (akoé189
) de Jesús se difunde
ampliamente por ese territorio, lo cual Marcos refleja con profusión de calificativos: pronto (euthús2117
) por
todas partes (pantajóu3837
), en toda (jólos3650
) la región. Es probable que esta descripción de la inmediatez con
la que se extiende la fama de Jesús corresponda con la realidad escatológica propia de la época en la que la
acción de Dios se difundiría con rapidez (cf. Isa. 48:3).
(3) Jesús sana a la suegra de Pedro, 1:29–34
La historia de la curación de la suegra de Pedro evidencia el poder de Jesús y sirve para señalar el
surgimiento de la comunidad cristiana en Capernaúm. Tras la escena en la sinagoga, Jesús y sus discípulos se
dirigen a la casa familiar de Pedro. Si atendemos a la referencia en Juan 1:44, Pedro era originario de Betsaida,
por lo que esta casa podría ser la de su suegra, a la que Pedro pudo haberse mudado tras su matrimonio.
Se entiende, en continuidad con la historia previa, que la acción de ir a la casa de Pedro, fueron
(érjomai2064
), la realizan Jesús y sus cuatro discípulos, por lo que la mención de Jacobo y Juan también yendo
con ellos resulta redundante. Esta dificultad queda resuelta en los otros sinópticos que expresan la acción en
singular; es Jesús el que va a la casa, y se asume que los discípulos le acompañan (cf. Mat. 8:14; Luc. 4:38).
En seguida (euthús2117
) pasaron de la sinagoga a la casa de Simón y Andrés. Esto puede ser un hecho real, y
no solo el efecto del uso, una vez más, de un adverbio temporal muy frecuente en Marcos, para indicar una
transición o cambio de escena. Se han encontrado en la zona, cerca de los restos de la sinagoga de Capernaúm,
vestigios de unas viviendas, sobre una de cuales se construyó una basílica en el siglo IV, en el convencimiento
de que era la casa de Simón y Andrés. Por tanto era de inmediato que se accedía de la sinagoga a la casa en
cuestión. Además, el contraste en la historia sobre dónde se reúne la gente es significativo. Aunque el milagro
se produce en la sinagoga, la gente no viene a Jesús de inmediato en la sinagoga, sino en la casa. Marcos apunta
a la realidad de las primeras comunidades cristianas que se reúnen en las casas, en continuidad con la presencia
y acción de Jesús en medio de ellos y a través de ellos.
Esta es la única ocasión en la que se hace referencia a que Pedro estuviera casado. Más allá de los
Evangelios, es tan solo Pablo quien hace otra mención de esto (1 Cor. 9:5). La mención de que esta mujer
estaba en cama (katákeimai2621
) sirve para indicar la gravedad de la dolencia. Tenía fiebre (puresso4445
). La
acción de Jesús es propia de otros casos de sanidad en los que entra en contacto físico con la persona enferma,
tocándola (cf. 1:41; 5:41; 6:5; 7:32, 33; 8:23–25). Este proceder es diferente al empleado en los exorcismos, en
los que no hay mención de ningún contacto físico, a excepción de la historia del joven con espíritu mudo (cf.
9:14–29), donde el contacto es posterior a la salida del espíritu maligno del joven (cf. 9:27). La curación de la
mujer es inmediata, lo que se evidencia en el hecho de que empezó a servirles (diakoneo1247
).
La actitud de la suegra de Pedro es, por un lado, evidencia inequívoca de su recuperación, pues antes estaba
postrada en cama y con fiebre, y, por otro lado, es una muestra de la respuesta apropiada a la acción de Jesús,
que posteriormente repetirán otras discípulas de Jesús que le servían cuando estaba en Galilea (cf. 15:41).
La fama de Jesús se extiende de tal manera, que aun en el ámbito privado de la casa, la gente viene a traerle
a sus enfermos y endemoniados para que los sane. Marcos afirma que toda la ciudad (jóle je pólis) estaba
presente, lo cual no deja de ser una exageración, dado el espacio limitado de las casas. No obstante, el efecto
que produce esta imagen refleja el interés que el ministerio de Jesús despertaba en la gente y la universalidad de
este.
La expansión de la historia, de la sanación individual de una mujer a la de todos (pás3956
) los enfermos y
endemoniados, se realiza con una doble referencia temporal. La primera, imprecisa; la segunda, como
concreción de la primera (cf. 1:35; 2:20; 4:35; 10:30; 13:24; 14:12; 14:43; 15:42; 16:2). En este caso, Marcos
hace esta aclaración temporal para indicar que el día de reposo había concluido, con la puesta de sol, y que, por
tanto, no se estaba incumpliendo la observancia del día de reposo al traer a los enfermos a Jesús.
Jesús aparece dando un trato distinto a enfermos y endemoniados, conforme a su necesidad (v. 34). Los
primeros reciben sanidad, mientras que a los segundos le son expulsados los demonios. Marcos afirma a
muchos (polús4183
) sanó y echó fuera demonios. Esto parece crear un conflicto de número, entre todos (pás3956
)
aquellos traídos y los muchos sanados, liberados. Es posible que esté implícita la necesidad de la fe para que la
sanidad o liberación tengan lugar, y no una mera curiosidad ante Jesús. Sin embargo, más allá de la referencia al
rechazo de Jesús en Nazaret por la incredulidad de la gente que limitó su obrar poderoso (cf. 6:5), la
interpretación del pasaje dentro del contexto general de la obra de Marcos invita a una lectura inclusiva de
muchos sin mayor connotación de reducción en los beneficiados por Jesús.
Semillero homilético
Un huésped poderoso
1:29–34
Introducción: Hay quienes se acuerdan de Dios en los momentos de las grandes dificultades, pero
se olvidan por completo de él en la vida de todos los días. En cambio, otros creen que Dios existe
pero que no se interesa por sus graves problemas. A través de este pasaje podemos ver que
contamos con Dios no solo en los momentos difíciles y graves, sino a cada instante de nuestra
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  • 1.
  • 2. 2 Editores Generales Daniel Carro José Tomás Poe Rubén O. Zorzoli Editores Especiales Antiguo Testamento: Dionisio Ortiz Nuevo Testamento: Antonio Estrada Ayudas Prácticas: James Giles Artículos Generales: Jorge E. Díaz Diagramación: Exequiel San Martín A.
  • 3. PREFACIO GENERAL Desde hace muchos años, la Editorial Mundo Hispano ha tenido el deseo de publicar un comentario original en castellano sobre toda la Biblia. Varios intentos y planes se han hecho y, por fin, en la providencia divina, se ve ese deseo ahora hecho realidad. El propósito del Comentario es guiar al lector en su estudio del texto bíblico de tal manera que pueda usarlo para el mejoramiento de su propia vida como también para el ministerio de proclamar y enseñar la palabra de Dios en el contexto de una congregación cristiana local, y con miras a su aplicación práctica. El Comentario Bíblico Mundo Hispano consta de veinticuatro tomos y abarca los sesenta y seis libros de la Santa Biblia. Aproximadamente ciento cincuenta autores han participado en la redacción del Comentario. Entre ellos se encuentran profesores, pastores y otros líderes y estudiosos de la Palabra, todos profundamente comprometidos con la Biblia misma y con la obra evangélica en el mundo hispano. Provienen de diversos países y agrupaciones evangélicas; y han sido seleccionados por su dedicación a la verdad bíblica y por su voluntad de participar en un esfuerzo mancomunado para el bien de todo el pueblo de Dios. La carátula de cada tomo lleva una lista de los editores, y la contratapa de cada volumen identifica a los autores de los materiales incluidos en ese tomo particular. El trasfondo general del Comentario incluye toda la experiencia de nuestra editorial en la publicación de materiales para estudio bíblico desde el año 1890, año cuando se fundó la revista El Expositor Bíblico. Incluye también los intereses expresados en el seno de la Junta Directiva, los anhelos del equipo editorial de la Editorial Mundo Hispano y las ideas recopiladas a través de un cuestionario con respuestas de unas doscientas personas de variados trasfondos y países latinoamericanos. Específicamente, el proyecto nació de un Taller Consultivo convocado por Editorial Mundo Hispano en septiembre de 1986. Proyectamos el Comentario Bíblico Mundo Hispano convencidos de la inspiración divina de la Biblia y de su autoridad normativa para todo asunto de fe y práctica. Reconocemos la necesidad de un comentario bíblico que surja del ambiente hispanoamericano y que hable al hombre de hoy. El Comentario pretende ser: * crítico, exegético y claro; * una herramienta sencilla para profundizar en el estudio de la Biblia; * apto para uso privado y en el ministerio público; * una exposición del auténtico significado de la Biblia; * útil para aplicación en la iglesia; * contextualizado al mundo hispanoamericano; * un instrumento que lleve a una nueva lectura del texto bíblico y a una comprensión más dinámica de él; * un comentario que glorifique a Dios y edifique a su pueblo; * un comentario práctico sobre toda la Biblia. El Comentario Bíblico Mundo Hispano se dirige principalmente a personas que tienen la responsabilidad de ministrar la Palabra de Dios en una congregación cristiana local. Esto incluye a los pastores, predicadores y maestros de clases bíblicas. Ciertas características del Comentario y algunas explicaciones de su metodología son pertinentes en este punto. El texto bíblico que se publica (con sus propias notas —señaladas en el texto con un asterisco, *,— y títulos de sección) es el de La Santa Biblia: Versión Reina-Valera Actualizada. Las razones para esta selección son múltiples: Desde su publicación parcial (El Evangelio de Juan, 1982; el Nuevo Testamento, 1986), y luego la publicación completa de la Biblia en 1989, ha ganado elogios por estudios bíblicos serios. El Dr. Cecilio Arrastía la ha llamado ―un buen instrumento de trabajo‖. El Lic. Alberto F. Roldán la cataloga como ―una valiosísima herramienta para la labor pastoral en el mundo de habla hispana‖. Dice: ―Conservando la belleza proverbial de la Reina-Valera clásica, esta nueva revisión actualiza magníficamente el texto, aclara —por medio de notas— los principales problemas de transmisión… Constituye una valiosísima herramienta para la labor pastoral en el mundo de habla hispana‖. Aun algunos que han sido reticentes para animar su uso en los cultos
  • 4. públicos (por no ser la traducción de uso más generalizado) han reconocido su gran valor como ―una Biblia de estudio‖. Su uso en el Comentario sirve como otro ángulo para arrojar nueva luz sobre el Texto Sagrado. Si usted ya posee y utiliza esta Biblia, su uso en el Comentario seguramente le complacerá; será como encontrar un ya conocido amigo en la tarea hermenéutica. Y si usted hasta ahora la llega a conocer y usar, es su oportunidad de trabajar con un nuevo amigo en la labor que nos une: comprender y comunicar las verdades divinas. En todo caso, creemos que esta característica del Comentario será una novedad que guste, ayude y abra nuevos caminos de entendimiento bíblico. La RVA aguanta el análisis como una fiel y honesta presentación de la Palabra de Dios. Recomendamos una nueva lectura de la Introducción a la Biblia RVA que es donde se aclaran su historia, su meta, su metodología y algunos de sus usos particulares (por ejemplo, el de letra cursiva para señalar citas directas tomadas de Escrituras más antiguas). Los demás elementos del Comentario están organizados en un formato que creemos dinámico y moderno para atraer la lectura y facilitar la comprensión. En cada tomo hay un artículo general. Tiene cierta afinidad con el volumen en que aparece, sin dejar de tener un valor general para toda la obra. Una lista de ellos aparece luego de este Prefacio. Para cada libro hay una introducción y un bosquejo, preparados por el redactor de la exposición, que sirven como puentes de primera referencia para llegar al texto bíblico mismo y a la exposición de él. La exposición y exégesis forma el elemento más extenso en cada tomo. Se desarrollan conforme al bosquejo y fluyen de página a página, en relación con los trozos del texto bíblico que se van publicando fraccionadamente. Las ayudas prácticas, que incluyen ilustraciones, anécdotas, semilleros homiléticos, verdades prácticas, versículos sobresalientes, fotos, mapas y materiales semejantes, acompañan a la exposición pero siempre encerradas en recuadros que se han de leer como unidades. Las abreviaturas son las que se encuentran y se usan en La Biblia Reina-Valera Actualizada. Recomendamos que se consulte la página de Contenido y la Tabla de Abreviaturas y Siglas que aparece en casi todas las Biblias RVA. Por varias razones hemos optado por no usar letras griegas y hebreas en las palabras citadas de los idiomas originales (griego para el Nuevo Testamento, y hebreo y arameo para el Antiguo Testamento). El lector las encontrará ―transliteradas‖, es decir, puestas en sus equivalencias aproximadas usando letras latinas. El resultado es algo que todos los lectores, hayan cursado estudios en los idiomas originales o no, pueden pronunciar ―en castellano‖. Las equivalencias usadas para las palabras griegas (Nuevo Testamento) siguen las establecidas por el doctor Jorge Parker, en su obra Léxico-Concordancia del Nuevo Testamento en Griego y Español, publicada por Editorial Mundo Hispano. Las usadas para las palabras hebreas (Antiguo Testamento) siguen básicamente las equivalencias de letras establecidas por el profesor Moisés Chávez en su obra Hebreo Bíblico, también publicada por Editorial Mundo Hispano. Al lado de cada palabra transliterada, el lector encontrará un número, a veces en tipo romano normal, a veces en tipo bastardilla (letra cursiva), son números del sistema ―Strong‖, desarrollado por el doctor James Strong (1822–94), erudito estadounidense que compiló una de las concordancias bíblicas más completas de su tiempo y considerada la obra definitiva sobre el tema. Los números en tipo romano normal señalan que son palabras del Antiguo Testamento. Generalmente uno puede usar el mismo número y encontrar la palabra (en su orden numérico) en el Diccionario de Hebreo Bíblico, por Moisés Chávez, o en otras obras de consulta que usan este sistema numérico para identificar el vocabulario hebreo del Antiguo Testamento. Si el número está en bastardilla (letra cursiva), significa que pertenece al vocabulario griego del Nuevo Testamento. En estos casos uno puede encontrar más información acerca de la palabra en el referido Léxico-Concordancia… del doctor Parker, como también en la Nueva Concordancia Greco-Española del Nuevo Testamento, compilada por Hugo M. Petter, el Nuevo Léxico Griego- Español del Nuevo Testamento, por McKibben, Stockwell y Rivas, u otras obras que usan este sistema numérico para identificar el vocabulario griego del Nuevo Testamento. Creemos sinceramente que el lector que se tome el tiempo para utilizar estos números enriquecerá su estudio de palabras bíblicas y quedará sorprendido de los resultados. Estamos seguros de que todos estos elementos y su feliz combinación en páginas hábilmente diseñadas con diferentes tipos de letra y también con ilustraciones, fotos y mapas harán que el Comentario Bíblico Mundo Hispano rápida y fácilmente llegue a ser una de sus herramientas predilectas para ayudarle a cumplir bien con la tarea de predicar o enseñar la Palabra eterna de nuestro Dios vez tras vez.
  • 5. Este es el deseo y la oración de todos los que hemos tenido alguna parte en la elaboración y publicación del Comentario. Ha sido una labor de equipo, fruto de esfuerzos mancomunados, respuesta a sentidas necesidades de parte del pueblo de Dios en nuestro mundo hispano. Que sea un vehículo que el Señor en su infinita misericordia, sabiduría y gracia pueda bendecir en las manos y ante los ojos de usted, y de muchos otros también. Los Editores Editorial Mundo Hispano Lista de Artículos Generales Tomo 1: Principios de interpretación de la Biblia Tomo 2: Autoridad e inspiración de la Biblia Tomo 3: La ley (Torah) Tomo 4: La arqueología y la Biblia Tomo 5: La geografía de la Biblia Tomo 6: El texto de la Biblia Tomo 7: Los idiomas de la Biblia Tomo 8: La adoración y la música en la Biblia Tomo 9: Géneros literarios del Antiguo Testamento Tomo 10: Teología del Antiguo Testamento Tomo 11: Instituciones del Antiguo Testamento Tomo 12: Historia general de Israel Tomo 13: El mensaje del Antiguo Testamento para la iglesia de hoy Tomo 14: El período intertestamentario Tomo 15: El mundo grecorromano del primer siglo Tomo 16: La vida y las enseñanzas de Jesús Tomo 17: Teología del Nuevo Testamento Tomo 18: La iglesia en el Nuevo Testamento Tomo 19: La vida y las enseñanzas de Pablo Tomo 20: El desarrollo de la ética en la Biblia Tomo 21: La literatura del Nuevo Testamentov Tomo 22: El ministerio en el Nuevo Testamento Tomo 23: El cumplimiento del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento Tomo 24: La literatura apocalíptica EL MUNDO GRECORROMANO DEL PRIMER SIGLO Mario Martínez La era del Nuevo Testamento comienza con el nacimiento de Jesús en Palestina, la cual estaba ocupada por Roma y donde gobernaba Herodes el Grande. Herodes murió mientras Jesús y sus padres se refugiaban en Egipto. Cuando regresaron encontraron que Arquelao presidía sobre Judea. Siendo advertidos de no permanecer en Judea, la familia regresó a Nazaret en Galilea, donde Antipas era el tetrarca. El ambiente es muy diferente al del Antiguo Testamento. Es un mundo dominado por dos grandes potencias: Roma, con su poderío militar y social, y Grecia, con su gran influencia en la cultura de su tiempo. El mundo del primer siglo es, sin duda, un mundo grecorromano.
  • 6. En Nazaret, ―Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres‖ (Luc. 2:52). Él también aprendió el oficio de su padre (albañil o carpintero) y probablemente haya participado de la misma educación e instrucción religiosa como los otros hombres en la sociedad judía de la pequeña aldea de Nazaret. El nacimiento de Jesús y el posterior surgimiento y esparcimiento de la iglesia cristiana hacen surgir dos preguntas: ¿Cómo era la vida en el mundo grecorromano del siglo primero de la era cristiana? ¿Qué caracterizaba al judaísmo durante la época del nacimiento de Jesús? BAJO EL GOBIERNO ROMANO Y LA CULTURA GRIEGA Los eventos del NT y la composición de los documentos que llegaron a ser nuestro NT se llevaron a cabo durante la época cuando Roma gobernaba el mundo y Grecia tenía gran influencia en la cultura. Consideremos brevemente varios elementos del mundo grecorromano que merecen atención. Política y sociedad romanas Durante la época de los eventos que fueron registrados en el N.T., César Augusto (31 a. de J.C.–14 d. de J.C.) y sus sucesores gobernaron sobre Israel a través de la familia de los Herodes. Sin embargo, en la provincia de Judea en el año 6 d. de J.C., los romanos gobernaron más directamente a través de un sistema de procuradores, incluyendo a Poncio Pilato (26–37 d. de J.C.). En algunas partes de su imperio Roma gobernó por medio de procuradores, pero en otras áreas gobernó a través de reyes-clientes, como lo había sido Herodes el Grande. Aunque los reyes-clientes gozaban de cierta autonomía, los emperadores romanos podían removerlos a discreción. El seleccionar gobernadores que debían sus posiciones a Roma aseguraba su lealtad y un constante fluir de impuestos para Roma. Estos gobernantes locales sabían que el factor más importante para asegurar su éxito era servir bien a los intereses de Roma. El sistema judicial romano y sus tribunales locales venían con el gobierno romano. Aunque la justicia era importante, a menudo esta se inclinaba a favor de los ricos y estaba diseñada para preservar sus posiciones. Pablo se presentó ante el procónsul romano Galión en Corinto (ver Hech. 18:12–17). Roma también empleaba un gran contingente de soldados para mantener la paz por todo el vasto imperio. Los impuestos locales proveían el sostén para estas fuerzas armadas y para todas las otras labores gubernamentales. Miembros locales de una clase élite colectaban los impuestos para Roma (ver Luc. 19:2), causando que estos cobradores de impuestos fueran odiados por sus conciudadanos. La gente local pagaba impuestos personales en base a un censo (ver Luc. 2:2; Mat. 17:25), al igual que impuestos de propiedad y muchos otros impuestos indirectos (como en el transporte de mercancía). Por supuesto, los judíos también pagaban impuestos religiosos, tales como los requeridos para operar el templo, y diezmos sobre el producto de la tierra para tener los fondos necesarios para el sacerdocio. Estos impuestos eran una tremenda carga sobre la gente y a menudo causaban disturbios e inclusive rebelión. Religión grecorromana Una palabra describe la religión en el mundo romano: diversidad. De acuerdo con la mitología griega, el dios Zeus presidía sobre un panteón de dioses. Los romanos adoptaron los dioses griegos, pero les dieron sus propios nombres: por ejemplo, Júpiter para Zeus y Venus para Afrodita. Con el surgimiento de los emperadores romanos, la religión imperial se transformó a sí misma. El emperador actuaba como el sacerdote principal (pontifex maximus) ante los dioses. Al morir el emperador Augusto, el senado romano le otorgó la posición divina (y a subsecuentes emperadores que servían bien a Roma). Algunos emperadores inclusive reclamaron la condición de divinos mientras estaban vivos: Calígula, Nerón y Domiciano. Los cristianos que rehusaron adorar a Domiciano como divino fueron severamente perseguidos. Además del culto de Roma, muchas regiones practicaban localmente sus propias religiones. Por supuesto, el judaísmo era una de ellas. Por otro lado, muchas religiones griegas, egipcias y orientales de misterio proliferaron en el imperio. Florecieron muchos otros cultos locales: Eleusis, Mitra, Isis, Dionisio y Cibeles, para mencionar unos pocos. La magia y la superstición, que se habían expandido en el imperio, requerían de conjuros y fórmulas especiales, exorcismo y otros ritos para aplacar a los dioses y obtener el éxito. El sincretismo —la combinación de elementos de una gran variedad de doctrinas religiosas— prácticamente era un requisito para que la gente sobreviviera. Un ciudadano del Imperio romano podía adorar una deidad local
  • 7. para asegurar una buena cosecha, honrar al César como Señor y practicar un rito supersticioso para curar alguna enfermedad. Los descubrimientos arqueológicos confirman la variedad de dioses domésticos y amuletos (los cuales supuestamente daban suerte) que utilizaba la gente para abrirse paso en el mundo. Hacia fines del siglo primero de la era cristiana empezó a tomar forma un movimiento religioso que con el tiempo llegó a conocerse como gnosticismo. Dicho movimiento combinaba varios elementos de las religiones orientales y occidentales. Los gnósticos enfatizaban la separación de lo material y lo espiritual, lo cual llevó a la gente a tratar con el mundo físico en una de dos maneras: algunos gnósticos se convirtieron en ascéticos (absteniéndose de los placeres mundanos), intentando controlar los apetitos de la carne y llevar una vida santa; otros se convirtieron en sensualistas, decidiendo que debido a que la materia es mala y no sobrevive a la muerte, ellos podían libremente complacer sus apetitos carnales. Paralelamente a estas opciones religiosas, la gente intelectual en el mundo del siglo primero podía alinearse con una de las escuelas filosóficas. Los principales ejemplos en el siglo I de la era cristiana eran: Estoicismo (ver Hech. 17:18). Esta filosofía proclamaba que no existe ningún dios ni inmortalidad personal; vivimos en un universo sin propósito. Los estoicos practicaban un credo de autosuficiencia, libertad y sumisión (o apatía). Platonismo. Esta filosofía proclamaba que existen los arquetipos o modelos, pero no en ninguna realidad material sino solo como ideas universales. Todas las cosas del mundo son réplicas imperfectas de sus formas perfectas, esas ideas imperecederas que se encuentran fuera del espacio y del tiempo. Epicureísmo (ver Hech. 17:18). En contraste con el platonismo, los epicúreos consideraban la realidad como completamente material. Eran hedonistas que vivían para el placer bajo el lema: ―Sin temor de dios, sin temor a la muerte; lo bueno [placer] puede lograrse; lo malo [dolor] puede soportarse‖. Cínicos. Estos ascéticos actuaban en contra de las costumbres sociales, rechazando el placer y buscando el deshonor para obtener la firmeza. Sus metas eran la apatía, la simpleza y la libertad. Escépticos. Esta filosofía aseguraba que no hay nada que sea más probable que otra cosa y que para cualquier argumento existe otro argumento en contra. Pitagóricos. Quienes seguían esta manera de pensar estaban interesados en los números, el ascetismo y la filosofía como religiones. Ellos creían que el mundo material era malo (una creencia adoptada por los gnósticos). Aunque existían estas filosofías, la gente más común vivía bajo la esclavitud de la superstición y el sincretismo. Por supuesto, podemos observar que el cristianismo entró a un mundo religioso complejo, pluralista y confuso, ¡muy parecido al nuestro! Cultura y sociedad en el siglo primero Aunque las prácticas y patrones culturales eran singulares en cada cultura o subcultura, los habitantes del siglo primero compartían ciertos valores. Al leer la Biblia podemos ver cómo cada uno de estos valores salía a la superficie en diferentes épocas. Podemos presentar cuatro pinceladas generales para describir estos valores compartidos. 1. Pureza. La gente del siglo primero se esmeraba por mantener la pureza ritual, la santidad y lo sagrado. Evitaban el contacto con todo aquello que pudiera causar corrupción y contaminación. Cuando se contaminaban, como inevitablemente sucedía, se sometían a diversos rituales para obtener nuevamente la pureza. 2. Honor. En una cultura ―basada en la vergüenza‖ la gente se esforzaba de manera extrema para evitar quedar mal o hacer que otros quedaran mal. La comunidad era más importante que el individuo. De la misma manera, dado que la conducta individual afectaba al grupo, la gente controlaba su conducta para no ocasionarle vergüenza a su familia o comunidad. La práctica de esta cultura privaba al individuo de todos los derechos y posibilidades inherentes. 3. Patrocinio y reciprocidad. Una persona era patrocinador (alguien que cuidaba de otros), cliente (alguien que era responsable ante un patrocinador), o agente (alguien que se encargaba de los arreglos). Estas relaciones requerían gracia, lealtad y confianza de todas las partes. En la cultura existía una cantidad de riqueza fija.
  • 8. Algunos la tenían, pero la mayoría no. Para que el sistema funcionara, la gente sabía cuál era su lugar y operaban dentro de la estructura establecida. 4. La familia. La familia de una persona —trazada en una genealogía y dependiente de la reputación del padre— establecía su posición en la sociedad. Las normas familiares determinaban cómo la gente trataba a los otros miembros de la familia y a los de afuera. Estos arreglos también preparaban el escenario para el llamado ―parentesco ficticio‖, el hecho de otorgarle a la gente un título familiar y tratarla como si realmente tuviera la relación implícita en el título. Por ejemplo, los seguidores de Jesús se denominaban entre sí como hermanos y hermanas, implicando deberes y privilegios como miembros de una familia. EL JUDAÍSMO EN EL SIGLO PRIMERO Comenzando con Alejandro el Grande y continuando con los poderes que gobernaron a Israel en los siglos subsiguientes, el judaísmo del siglo primero estaba definitivamente helenizado (influenciado por la cultura y los valores griegos). Aun cuando los judíos se resistieron, inevitablemente adoptaron muchos de estos elementos foráneos. Los judíos tradujeron la Biblia al griego (LXX), pero retuvieron el arameo como el idioma común para comunicarse y el hebreo como el idioma religioso. Fuera de Palestina la gente hablaba griego, y en Palestina los judíos por lo general hablaban griego para relacionarse con sus vecinos gentiles. Bajo la ocupación romana de Israel y otras tierras se introdujo el latín para funciones oficiales, pero nunca se popularizó de manera significativa. Para mantener su religión, los judíos resistieron fuertemente las incursiones del helenismo y otras presiones culturales, como lo demuestran la resistencia macabea y la revuelta de los zelotes (en 68–70 d. de J.C.). Veamos brevemente varias de las características del judaísmo. La dispersión de los judíos El comentario de Lucas acerca de los lugares de donde procedían los judíos en su peregrinaje a Jerusalén para la fiesta del Pentecostés subraya la extensión de la Diáspora o Dispersión (ver Hech. 2:9–11). Los judíos residían en estos lugares remotos por diferentes razones. El pueblo sufrió varios exilios o deportaciones después de que su tierra fuera conquistada por fuerzas extranjeras. Algunos judíos salieron del país voluntariamente debido a las dificultades o conflictos en Israel. En varias ocasiones, muchos judíos se mudaron a Egipto. Alejandro el Grande y los seléucidas (reyes sirios) también reubicaron a grupos de judíos durante su ocupación del territorio. Durante el gobierno de los macabeos, los judíos fueron animados a establecerse en otros lugares, particularmente en Roma. En cuanto al cristianismo se refiere, la dispersión de los judíos previa al siglo primero dio como resultado dos importantes dinámicas: 1. El pueblo de Dios vivía en muchos de los centros importantes del mundo de esa época. Algunos estimados sugieren que entre 4 y 4,5 millones de judíos vivían fuera de Palestina para ese entonces. 2. Estas comunidades judías, y las sinagogas que comúnmente surgían, formaron los plantíos donde se sembró el mensaje del evangelio cristiano. La sinagoga Aunque no se sabe a ciencia cierta el origen de la sinagoga, sabemos que la idea de una casa de adoración judía surgió durante el período del exilio y posteriormente. Inclusive después de la reconstrucción del templo en Jerusalén la sinagoga había llegado a ser una institución permanente del judaísmo, muy seguramente en la Diáspora pero también dentro de Israel. Toda ciudad o aldea donde habitaran por lo menos diez judíos varones adultos tenía una sinagoga. Inicialmente, sinagoga se refería a una asamblea de gente; con el tiempo llegó a referirse al lugar donde se reunían los adoradores. Una inscripción en una sinagoga del primer siglo y comentarios por el historiador judío Josefo (en su obra Contra Apión 2.175) indican que las funciones centrales de una sinagoga eran la lectura de la Ley y el estudio de los mandamientos. El relato de Jesús leyendo del rollo de Isaías en Lucas 4:16–22 confirma estas funciones, subrayando la lectura e instrucción en base a la Ley o los Profetas (ver Hech. 13:13–16). Al desarrollarse la institución, un culto típico incluía algunos o todos los elementos siguientes: invitación a la adoración, incluyendo la invocación y la lectura del Salmo 95; Shema (ver Deut. 6:4) y lectura del Decálogo
  • 9. (los Diez Mandamientos); repetición de las Dieciocho Bendiciones; lectura de la Torah; lectura de los Profetas o Escritos; un sermón; y la bendición. Además de los hombres y las mujeres (separados durante el culto), las sinagogas del siglo primero de la era cristiana probablemente incluían una categoría de gentiles conocidos como ―temerosos de Dios‖. Estos gentiles fueron atraídos a la fe judaica a causa de su monoteísmo y altos principios éticos y morales, pero aún no se habían convertido completamente al judaísmo por medio de la circuncisión. Varias fuentes judías se refieren a esta clase como convertidos incompletos (por ejemplo, Josefo, Filón, varias inscripciones, e inclusive el filósofo pagano Epícteto). El NT menciona a Cornelio, un importante gentil temeroso de Dios que llegó a ser uno de los seguidores de Jesús como resultado de la predicación de Pedro (ver Hech. 10–11). La sinagoga contribuyó a la sobrevivencia del judaísmo; el ―llamado a mantenerse unidos‖ de los judíos fieles durante los exilios mantuvo vivas las tradiciones y prácticas. La dispersión de las sinagogas por todo el mundo romano plantó y preservó el judaísmo sobre una extensa área, sin importar qué problemas políticos ocurrieran en la misma tierra de Israel. Inclusive la destrucción final del templo en 70 d. de J.C. y la expulsión de los judíos de Israel no extinguió el judaísmo, ya que localmente los judíos continuaron reuniéndose en las sinagogas por todo el mundo conocido. MARCOS Exposición: Fernando Méndez Ayudas prácticas: Roberto Gama INTRODUCCIÓN En los medios cristianos antiguos, Marcos no fue muy valorado aunque contaba con el prestigio de Pedro, sobre todo porque no es un Evangelio tan completo como lo son Mateo y Lucas. Anterior al 69 d. de J.C., el Evangelio de Marcos está dirigido a los cristianos de origen pagano. A lo largo de todo el texto está presente la pregunta: ¿Quién es Jesús? El escritor responde desde el inicio con la declaración: Jesús es el Cristo (Mesías) esperado por los hebreos y el Hijo de Dios (Mar. 1:1). Esta propuesta inicial viene comprobada en el curso de los subsiguientes versículos y capítulos, introduciendo al lector a las acciones de Jesús, en particular las muchas curaciones y su disposición de acoger a los pecadores, a través de los cuales va descubriendo progresivamente el misterio de su persona: siervo sufriente e Hijo de Dios. Marcos es el Evangelio del primer anuncio y un recorrido obligado del creyente que quiere llegar a la fe plena en Jesús y compartir su vida. Marcos es el Evangelio del sendero que el discípulo estará caminando detrás del Maestro. EL AUTOR DEL EVANGELIO Marcos, al igual que Mateo y Lucas, es una obra en la cual no se da a conocer el nombre del autor. Sin embargo, no hay grandes dudas en cuanto a que el autor sea Marcos. Esto se debe a la evidencia externa que atestigua desde muy temprano que Juan Marcos es el autor. Eusebio, el historiador (275–339 d. de J.C.) cita a Papías (110 d. de J.C.), uno de los padres de la Iglesia, quien afirmaba que fue el apóstol Juan quien dijo que Marcos fue el ―intérprete de Pedro‖. Papías era Obispo de Hierápolis y se refiere a este Evangelio en su obra ―Exégesis de los oráculos de Jesús‖, en unos fragmentos que
  • 10. se recogen en la ―Historia Eclesiástica‖ de Eusebio de Cesarea (siglo IV). El fragmento de la obra de Papías que nos interesa dice lo siguiente: ―Y el Presbítero dijo también esto: Marcos, como intérprete de Pedro, escribió con exactitud, aunque sin orden, todo lo que recordaba de los dichos y hechos de Jesús. Él personalmente no había oído al Señor ni había sido discípulo suyo, sino que posteriormente había sido compañero de Pedro, como ya dije. El apóstol había adaptado su enseñanza a las necesidades (de los oyentes), pero sin intención de componer un relato ordenado de las palabras del Señor. Así, pues, Marcos, no se equivocó al poner por escrito las cosas tal como las recordaba, porque su única preocupación fue no omitir ni falsear nada de lo que había oído‖. El primer asunto que sobresale es qué significa ―intérprete‖. Posiblemente era que Pedro fue la principal fuente para la escritura. Por otro lado, es evidente que Marcos puso los eventos de acuerdo a los conceptos que quería transmitir, de acuerdo a su teología. Marcos organizó su material en forma creativa respondiendo a las necesidades de su auditorio. En los primeros años del cristianismo fue incuestionable que Marcos fue el autor de este Evangelio. Juan Marcos está perfectamente identificado (Hech. 12:12), fue el compañero de Pablo en el primer viaje misionero (Hech. 13:5). Más tarde, por una aparente deserción de Marcos, y luego de un desacuerdo de Pablo y Bernabé, viajó solo con Bernabé (Hech. 15:37–41). En los días finales de Pablo, Marcos fue reclamado como una persona útil (2 Tim. 4:11). Según la tradición, Marcos tenía problemas con sus manos y sirvió como una especie de secretario. RECEPTORES El Evangelio de Marcos está dirigido a los cristianos de origen pagano. El uso de palabras arameas con la traducción (Mar. 3:17; 5:41; 7:34; 14:36) y de tradiciones judías (Mar. 7:3, 4) con explicación, implica una audiencia gentil. Usa equivalentes latinos para explicar expresiones griegas (Mar. 12:42; 15:6), todo esto señala la posibilidad de que fue escrito para gentiles. FECHA El Evangelio de Marcos probablemente fue escrito entre los años 60 y 70 d. de J.C., eso es, a solo 30 años después de la muerte de Cristo. Esto lo colocaría en la época de la muerte de Pablo y de Pedro, que creemos ocurrieron alrededor del año 64 d. de J.C., poco tiempo antes de que los ejércitos romanos destruyeran a Jerusalén en el 70 d. de J.C. Esta fecha previa al año 70 encajaría mejor con lo que los cristianos primitivos decían del Evangelio, como también con lo que dice el mismo Evangelio. Por ejemplo, en Marcos 13 Jesús profetizó la caída de Jerusalén, pero no hay indicio en el texto de que la profecía se hubiese cumplido para el tiempo de Marcos. PROPÓSITO DEL EVANGELIO Marcos da la impresión de que su Evangelio tenía más de un propósito en su escritura. Los más sobresalientes son: 1. Hacer que las buenas nuevas fueran accesibles a los gentiles. Roma era una ciudad gentil, aunque allí también vivían muchos judíos atraídos por el comercio y los negocios. Considerando la carta de Pablo a los cristianos de Roma, a la iglesia pertenecían tanto gentiles como judíos y, en ocasiones, los sentimientos mutuos a veces eran tirantes. Un Evangelio escrito para una iglesia ―mixta‖ así tendría que explicar cuidadosamente las palabras y costumbres judías, para que los lectores no judíos pudieran comprenderlo. Esto es lo que hace Marcos y en ese sentido es un Evangelio para los no judíos, los gentiles y los de afuera. Esto también explica por qué Marcos no cita tanto el AT como lo hace Mateo Los cristianos gentiles de Marcos no habrían conocido el AT tanto como los cristianos judíos, ni tampoco hubieran tenido el mismo interés en ello.
  • 11. Marcos parece haber sido escrito con un propósito misionero, el de esparcir las buenas nuevas a los de afuera: el mundo no judío. Naturalmente, tenía el propósito de la enseñanza también (todos los Evangelios fueron escritos parcialmente para que los cristianos que ya creían en Jesús conocieran más acerca de él; ver Luc. 1:4). Sin embargo, si recordamos este impulso misionero del Evangelio de Marcos, servirá de ayuda para explicar muchas cosas. Por ejemplo, revela otra razón para que Marcos evite el uso de palabras ―propias‖ del judaísmo. También explica por qué omite mucho de lo que es verdad y valioso para poder concentrarse en lo que él considera de vital importancia para sus lectores. En todo esto podemos aprender mucho de Marcos en nuestro día. El hecho de que él se identificara con los lectores a quienes procuraba alcanzar resulta admirable cuando recordamos que él era tan judío como Mateo. ¿Habría aprendido, cuando era un ―aprendiz de misionero‖ con Pablo, a contextualizarse con los de ―afuera‖ para poder ganar a estos para Cristo? (1 Cor. 9:20). Esta es una lección que los cristianos de este día debemos aprender también: no usar el idioma de los de ―adentro‖ ya que es solo confusión para los de ―afuera‖. 2. Para animar a los que contemplan la persecución. Siendo Roma la capital imperial y, por lo tanto, estando directamente bajo el ojo del gobierno central, era el lugar donde propiamente podría ocurrir la persecución. Sabemos, tanto por el NT (Hech. 18:2) como por la historia romana, que los judíos habían sido objeto de persecución aún antes de que se persiguiera a los cristianos. También sabemos, por escritos romanos, de la gran persecución de los cristianos en Roma bajo Nerón, 64 d. de J.C. Muchos cristianos, probablemente incluyendo a Pablo y a Pedro, murieron por su fe en esa ocasión. El Evangelio de Marcos, con su fondo en Roma, parece haber sido escrito para preparar a los cristianos, estuviesen en Roma o en alguna otra parte, para persecuciones futuras. Lo consigue hablando de los sufrimientos de Cristo y cómo él había predicho sufrimientos similares para sus seguidores. En otras palabras, fue escrito para animar a una iglesia en minoría ubicada en un ambiente hostil, por lo que nos habla a nosotros y anima a muchos en nuestro día. 3. Para defender la fe. Marcos, como escritor, podría describirse como un apologista de la fe cristiana. Al igual que Lucas en Hechos él quería demostrar que los cristianos eran buenos ciudadanos del Imperio romano, no revolucionarios, y que cualquier funcionario romano de buena fe podría darse cuenta enseguida, al igual que la gente término medio, y no cegados por el prejuicio. Marcos aclara que en el caso de Jesús, la acusación de que él era un rebelde en contra de Roma fue inventada y completamente falsa. Marcos quería aclarar la verdadera naturaleza del cristianismo y quitar ideas falsas que podrían impedir la evangelización. Esta es una tarea importante ante la iglesia de hoy, tanto en países donde coexisten otras grandes religiones (y los cristianos a veces corren peligro por parte de los líderes religiosos ―fundamentalistas‖) y en países llamados supuestamente ―cristianos‖, donde hay ignorancia e indiferencia paganas. 4. Para explicar la importancia de la cruz. Marcos está deseoso de evitar no solo el malentendido político, sino también el religioso, que era un impedimento mucho más serio al procurar predicar el evangelio, su tarea primordial. Él aclara que la muerte de Jesús no fue un accidente trágico, sino parte del plan de Dios desde el principio, y que no solo lo sabía Jesús, sino que se lo dijo a sus discípulos. Es cierto que Marcos demuestra que los discípulos estuvieron ciegos a todo esto hasta después de la muerte y resurrección de Jesús, pero es otro tema. Marcos, en contraste con Pablo, no da detalles excepto en dos o tres lugares de por qué Jesús tuvo que morir. Sin embargo, declara que la cruz estaba incluida en el plan original de Dios para la salvación, a pesar de que no cita tanto del AT, como otros escritores de Evangelios, para respaldar este hecho. Además, el camino que Dios tenía para establecer su gobierno sobre la tierra involucraría la muerte del Mesías, su elegido. Era un plan escondido y misterioso, y ninguno más que Jesús lo había visto desde el principio. También parece ser el significado de la frase ―el misterio del reino de Dios‖ en Marcos 4:11. Aun las personas que admiraban a Jesús como un obrador de milagros o, aun como un profeta, no podían ver todo esto. Que Dios hubiese escogido hacer llegar su reino por medio de la muerte vergonzosa de su siervo escogido, era una gran piedra de tropiezo tanto para judíos como gentiles que oían la prédica de la iglesia primitiva. Hoy en día sigue siendo un problema para algunos. Por ejemplo, los musulmanes ven como una gran piedra de tropiezo el que Dios hubiese permitido que un hombre tan bueno, y en realidad un profeta tal, tuviera que sufrir una muerte tan horrible.
  • 12. Marcos declara en su Evangelio que Jesús no solo era un buen hombre, o aun un profeta: era el Hijo de Dios. Lo comprueba, no relatando el nacimiento virginal (que debe haber sido de su conocimiento), sino que demostró cómo Dios mismo proclamó a Jesús como su Hijo en su bautismo y más tarde en la transfiguración. Jesús nunca dijo a nadie directamente que él era el Hijo de Dios; no lo admitió públicamente hasta su juicio ante el sumo sacerdote. El silencio de Jesús es lo que denominamos el ―secreto mesiánico‖; él esperó hasta que Dios lo revelara a otros; p. ej. Pedro llegó a darse cuenta de que Jesús era el Mesías y lo reconoció como tal, pero la idea de que fuera un Mesías sufriente seguía muy alejada de su mente (Mat. 8:29). Jesús admitió el título cuando se le otorgaba a él, pero no que dicho testimonio fuera dado por un demonio. Parte de la razón que tuvo Jesús para no revelar su verdadera identidad era porque no quería ser conocido como un mero obrador de milagros. Esta podrá ser una palabra de precaución para nosotros en nuestros días que en medio de épocas de renovación espiritual en la que todos nos regocijamos, podemos correr algunos peligros. Jesús veía su tarea, por otro lado, como la de presentar las buenas nuevas acerca de Dios y su reino, por lo que deseaba que las personas sanadas no divulgaran el hecho de su sanidad. También así se explica por qué se retiraba súbitamente de las multitudes cuando corría el peligro de que su misión se transformara en una mera ―campaña de sanidad‖ y nada más. El secreto se supo con claridad ante la cruz. Para Marcos, las palabras del centurión romano (Mar. 15:39) fueron una confesión de que Jesús era el Hijo de Dios, fuera lo que fuere lo que el centurión quiso decir en aquel momento. La segunda prueba fue la tumba vacía y el mensaje del ángel en la mañana de la resurrección: el Hijo de Dios había conquistado la muerte y su identidad no tendría que seguir siendo un secreto. BOSQUEJO DEL EVANGELIO DE MARCOS I. PRÓLOGO, 1:1–15 1. Presentación, 1:1 2. Ministerio de Juan el Bautista, 1:2–8 3. El bautismo de Jesús, 1:9–11 4. La tentación de Jesús, 1:12, 13 5. Jesús comienza su ministerio, 1:14, 15 II. MINISTERIO DE JESÚS, 1:16–8:21 1. Autoridad de Jesús, 1:16–45 (1) Jesús llama a los primeros discípulos, 1:16–20 (2) El endemoniado de Capernaúm, 1:21–28 (3) Jesús sana a la suegra de Pedro, 1:29–34 (4) Jesús predica en Galilea, 1:35–39 (5) Jesús sana a un leproso, 1:40–45 2. Controversias, 2:1–3:6 (1) Jesús sana a un paralítico, 2:1–12 (2) El llamamiento de Leví, 2:13–17 (3) Preguntas sobre el ayuno, 2:18–22 (4) Jesús: Señor del sábado, 2:23–28 (5) El hombre de la mano paralizada, 3:1–6 3. Las multitudes siguen a Jesús, 3:7–12 4. Respuestas a Jesús, 3:13–35 (1) Elección de los doce apóstoles, 3:13–19 (2) Por quién echa Jesús fuera demonios, 3:20–30 (3) La familia de Jesús, 3:31–35 5. Parábolas del reino de Dios, 4:1–34 (1) Parábola del sembrador, 4:1–9
  • 13. (2) La parábola del sembrador explicada, 4:10–20 (3) Parábola de la lámpara y la medida, 4:21–25 (4) Parábola del crecimiento de la semilla, 4:26–29 (5) Parábola del grano de mostaza, 4:30–34 6. Milagros de Jesús, 4:35–5:43 (1) Jesús calma la tempestad, 4:35–41 (2) Jesús sana a un endemoniado, 5:1–20 (3) Jesús sana a una mujer, 5:21–34 (4) Jesús resucita a la hija de Jairo, 5:35–43 7. Jesús es rechazado en Nazaret, 6:1–6 8. La misión de los doce, 6:7–13 9. La muerte de Juan el Bautista, 6:14–29 10. Milagros junto al mar, 6:30–56 (1) Jesús alimenta a cinco mil, 6:30–44 (2) Jesús camina sobre el agua, 6:45–52 (3) Jesús sana a muchos en Genesaret, 6:53–56 11. Lo que contamina al hombre, 7:1–23 12. Misión a pueblos vecinos, 7:24–8:10 (1) La fe de una mujer extranjera, 7:24–30 (2) Jesús sana a un sordo y tartamudo, 7:31–37 (3) Jesús alimenta a cuatro mil, 8:1–10 13. Incomprensión hacia Jesús, 8:11–21 (1) Los fariseos piden una señal, 8:11–13 (2) La levadura de los fariseos, 8:14–21 III. CAMINO A JERUSALÉN, 8:22–10:52 1. Jesús sana a un ciego en Betsaida, 8:22–26 2. Identidad de Jesús, 8:27–9:13 (1) La confesión de Pedro, 8:27–30 (2) Jesús anuncia su muerte y su victoria, 8:31–33 (3) Condiciones para seguir a Jesús, 8:34–9:1 (4) La transfiguración, 9:2–13 3. Jesús sana a un muchacho, 9:14–29 4. Enseñando sobre el reino, 9:30–50 (1) Jesús vuelve a anunciar su muerte, 9:30–32 (2) Quién es el más importante, 9:33–37 (3) Quién está de nuestra parte, 9:38–41 (4) Ocasiones de caer, 9:42–50 5. Valores del reino, 10:1–31 (1) Una pregunta acerca del divorcio, 10:1–12 (2) Jesús bendice a los niños, 10:13–16 (3) Jesús y el joven rico, 10:17–22 (4) El peligro de las riquezas, 10:23–31 6. Seguimiento a la cruz, 10:32–45 (1) Jesús anuncia su muerte y victoria, 10:32–34 (2) Petición de los hijos de Zebedeo, 10:35–45 7. Jesús sana al ciego Bartimeo, 10:46–52 IV. JESÚS CULMINA SU MINISTERIO EN JERUSALÉN, 11:1–13:37 1. Cuestión de autoridad, 11:1–33 (1) La entrada triunfal en Jerusalén, 11:1–11
  • 14. (2) Jesús y la higuera sin fruto, 11:12–14 (3) Jesús purifica el templo, 11:15–19 (4) Lección de la higuera seca, 11:20–26 (5) La autoridad de Jesús, 11:27–33 2. Enfrentamientos con las autoridades en Jerusalén, 12:1–44 (1) Parábola de los labradores malvados, 12:1–12 (2) Pregunta sobre el tributo al César, 12:13–17 (3) Preguntas acerca de la resurrección, 12:18–27 (4) El gran mandamiento, 12:28–34 (5) Jesús, hijo y Señor de David, 12:35–37 (6) Jesús denuncia a los escribas, 12:38–40 (7) La ofrenda de la viuda pobre, 12:41–44 3. Señales y exhortaciones sobre el fin de la era presente, 13:1–37 (1) La inminente destrucción del templo, 13:1–3 (2) Señales que anticipan el fin, 13:3–13 (3) La abominación desoladora, 13:14–20 (4) Falsos cristos y falsos profetas, 13:21–23 (5) La venida del Hijo del Hombre, 13:24–37 V. PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS, 14:1–15:47 Conflictos que conducen a la muerte (1) Acuerdo para matar a Jesús, 14:1, 2 (2) Jesús es ungido en Betania, 14:3–9 (3) Judas ofrece traicionar a Jesús, 14:10, 11 (4) Preparativos para la Pascua, 14:12–16 (5) Jesús anuncia la traición de Judas, 14:17–21 (6) La Cena del Señor, 14:22–26 (7) Jesús predice la negación de Pedro, 14:27–31 (8) Angustia de Jesús en Getsemaní, 14:32–42 (9) Arresto de Jesús, 14:43–52 (10) Jesús ante el Sanedrín, 14:53–65 (11) Pedro niega a Jesús, 14:66–72 (12) Jesús ante Pilato, 15:1–15 (13) Los soldados se burlan de Jesús, 15:16–20 (14) La crucifixión de Jesús, 15:21–32 (15) La muerte de Jesús, 15:33–41 (16) Jesús es sepultado, 15:42–47 VI. RESURRECCIÓN DE JESÚS, 16:1–8 (9–20) (1) La resurrección de Jesús, 16:1–8 (2) Una conclusión del Evangelio, 16:9–20
  • 15. MARCOS TEXTO, EXPOSICIÓN Y AYUDAS PRÁCTICAS I. PRÓLOGO, 1:1–15 1. Presentación, 1:1 Marcos inicia su obra con la expresión: El principio, que cumple una triple función. En primer lugar, alude a la sección inaugural de la obra, el prólogo del Evangelio, en el que se adelantan los contenidos temáticos de todo el escrito. En segundo lugar, es también el comienzo del Evangelio de Marcos en su globalidad, puesto que los temas presentados serán lugar común en el desarrollo de la obra completa. En tercer lugar, es principio del evangelio de Jesús en relación a su paso por este mundo; la historia continúa en la vida de la iglesia tras la resurrección. La expresión elegida para iniciar este Evangelio es habitual, si bien en formas distintas, en los demás Evangelios canónicos. Mateo 1:1 habla del ―libro de la genealogía (origen, principio) de Jesucristo‖. Incluso Lucas, aunque de manera más difusa, legitima su relato sobre el testimonio de aquellos que ―desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra‖ (1:2). Juan, en su prólogo teológico, inicia su testimonio subrayando la unión del Verbo con Dios (1:1). El elemento y objetivo común de todos ellos es el de fundamentar el origen de los relatos evangélicos en la realidad de Jesús. La realidad del reino de Dios tiene su principio en la persona de Jesús, situándole en el principio mismo de todas las cosas. El nombre ―Jesús‖, que proviene del hebreo Yeshúa, era un nombre muy frecuente entre los judíos del siglo I. De hecho, cuatro de los doce sumo sacerdotes que conocemos durante ese tiempo llevaron ese nombre. Era habitual acompañar el nombre con alguna característica del individuo, como por ejemplo su lugar de procedencia, por ejemplo: ―Jesús de Nazaret‖. Sin embargo, Marcos hace alusión clara al rol que Jesús desempeña como Mesías. Es importante destacar que aunque en nuestra traducción castellana aparece el nombre compuesto Jesucristo, en el que Cristo funciona como nombre, su función en el texto es el de título, Jesús el Cristo. Marcos define su texto como evangelio (euanguélion2098 ), el anuncio de algo bueno, que en el contexto pagano se refería al anuncio del nacimiento de un hijo al emperador o de una victoria militar. La Septuaginta (LXX) relaciona habitualmente este término con el anuncio de la restauración de Israel y la venida del reino de Dios. Esta buena noticia está vinculada aquí con la realidad de Jesucristo. Existe el debate de cómo vincular el término evangelio con la expresión de Jesucristo; ¿es el evangelio de Jesucristo porque es él quien lo proclama (subjetivo) o porque es él el contenido del mismo (objetivo)? Posiblemente no sea necesario inclinarse por una de las dos opciones, puesto que si bien es evidente que Jesús aparece predicando acerca del reino de Dios (vv. 14, 15) como un mensaje que hay que creer, no es menos claro que la buena noticia de la cercanía del reino de Dios está vinculada y se hace concreta en la vida y obra de Jesús. Como género literario, el evangelio no existía como tal, y su origen literario fue, se podría decir, natural, resultante de la misma proclamación cristiana. No será hasta el siglo II que se reconozca su estilo como propio de los textos cristianos acerca de la vida y obra, muerte y resurrección de Jesús. Si se observa la tradición judía de nombrar los libros por sus primeras palabras, que reflejan sintéticamente el sentido de los mismos, se puede deducir que la proclamación de la buena noticia sobre Jesús el Cristo es un propósito central en la motivación de Marcos al escribir su obra. No hay unanimidad en los manuscritos respecto de la inclusión o no de la referencia a Jesús como Hijo de Dios (uiou theu). Es más probable que el término no apareciera en primera instancia y que después fuera añadido por algún copista. Suprimir una referencia así sería muy improbable. 2. Ministerio de Juan el Bautista, 1:2–8 Existe una clara dependencia entre el v. 1 y lo que viene después; por medio de la cláusula Marcos introduce el ministerio de Juan el Bautista con una serie de citas bíblicas que afirma provienen del profeta Isaías. Sin embargo, solo la cita del versículo 3 corresponde a Isaías 40:3. Las referencias del versículo 2 son una mezcla
  • 16. de Malaquías 3:1 y Éxodo 23:20. La práctica de combinar textos bíblicos la encontramos también en los textos judíos de Qumrán. Isaías es el único profeta mencionado por nombre en Marcos (1:2; 7:6). Joya bíblica Voz del que proclama en el desierto: “Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas” (1:3). La expresión el camino del Señor (kurios2962 ) resulta relevante en este Evangelio. Por un lado, recuerda la práctica de la LXX al traducir el nombre divino YHWH, evitando así la mención del nombre de Dios. Por otro lado, camino del Señor se torna en equivalente a ―camino de Jesús‖. El camino del Señor no es, inicialmente, el de su pueblo sino el de Jesús mismo, por medio de su sacrificio y victoria final en Jerusalén. Cualquier insinuación acerca de un camino de confrontación y revuelta militar contra el Imperio romano queda descartada por el énfasis en el carácter sacrificial del camino de Jesús. Por tanto, la alusión a lo dicho por Isaías recuerda el anuncio divino de la venida del enviado de Dios (Jesús), precedido por su mensajero (Juan). El texto destaca la relevancia de la iniciativa divina en el proceso salvífico, pues es Dios quien establece la venida del Señor, cumpliendo así lo prometido, y la venida de aquel que le ha de preparar camino. No es una circunstancia accidental o improvisada. Semillero homilético Preparemos el camino del Señor 1:1–8 Introducción: Marcos habla del principio del evangelio. Es decir, del principio de las buenas nuevas que anuncian la actividad salvadora de Dios a favor de los seres humanos. Es solo el principio porque el anuncio continúa cada día a través de la predicación de la iglesia de Jesucristo hasta que él venga. I. Preparemos el camino del Señor predicando (v. 4). 1. Juan predicaba el arrepentimiento. 2. Prediquemos el arrepentimiento y la fe en Jesucristo. II. Preparemos el camino del Señor predicando con nuestra vida (v. 6). 1. Juan preparaba el camino viviendo un estilo de vida distinto. 2. Preparemos el camino viviendo un estilo de vida santo. III. Preparemos el camino del Señor predicando con nuestra vida y glorificándole en todo (vv. 7, 8). 1. Juan señalaba la superioridad de Jesús. 2. Debemos mostrar al Señor y no buscar destacarnos. Conclusión: Juan fue un excelente preparador del camino del Señor. Su actitud, su vida y su predicación prepararon el camino para que la gente conociera a Jesucristo. De nuestra actitud, de nuestra vida y de nuestra predicación dependerá que la gente conozca a Cristo. ¿Estamos cumpliendo nuestra parte? La preparación del camino de Dios podría tener como trasfondo la procesión de los dioses de Babilonia, contexto probable del texto de Isaías citado, o la costumbre antigua de eliminar del camino cualquier obstáculo que estorbara el paso de la carroza real. La interpelación a la preparación se concreta en la predicación por parte de Juan de un bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados. La conversión es la acción que corresponde al ser humano ante la venida del Señor. La figura de Juan resalta como la primera de la era escatológica en la que la buena nueva será proclamada. Su predicación se centra en la invitación a un bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados. Es un llamado a los oyentes a reconducir su vida conforme al llamamiento divino. La acción de predicar, proclamar
  • 17. (kerusso2784 ), encuentra paralelos en la actividad de los profetas del Antiguo Testamento (Jon. 1:2; 3:2–4; Isa. 61:1; Zac. 9:9, 10), pero, en su uso distintivo en el NT, se convierte en la acción de propagar la buena nueva de salvación en Jesucristo, que acerca el futuro escatológico de Dios a la creación. Juan, en conexión con la referencia bíblica, aparece predicando en el desierto, sin mayor concreción espacial. Tan solo se nos indica sumariamente el contenido de dicha predicación, bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados. No encontramos en Marcos la posterior referencia, presente en los otros Evangelios sinópticos, a la respuesta a la predicación de Juan, ni a la reacción de este. La acción de Juan bautizando (baptidzo907 ) alude al hecho de introducir, hundir, sumergir a la persona en el agua, lo que se corrobora en los distintos usos del término en el griego fuera del NT, entre otros la LXX. Existían diferentes ritos de lavamiento en la antigüedad que podrían servirnos para comprender la práctica de Juan. En el AT, previo a los sacrificios rituales, sacerdotes y demás participantes, se lavaban en señal de limpieza de cualquier impureza. También es conocida, aunque debatida su obligatoriedad, la práctica del baño ritual de purificación en los convertidos al judaísmo. Esta última práctica se observaba con mayor rigidez en el contexto de las comunidades judías del mar Muerto, como por ejemplo los esenios, comunidades con las que es muy probable que Juan hubiera estado vinculado por algún tiempo. El elemento distintivo aquí es el hecho de que todos los bautismos rituales de purificación conocidos hasta el momento eran autoinmersiones realizadas tantas veces como se requiriera. Aquí, sin embargo, aparece Juan participando en la administración del mismo a otros una sola vez. Se ha planteado la cuestión acerca del carácter absolutorio del bautismo de Juan, debido a que este se menciona antes que el propio perdón de los pecados, planteándose si la absolución llega con el bautismo en sí o por el arrepentimiento de los mismos. Existe un comentario al sentido de la actividad de Juan por el historiador judío contemporáneo Flavio Josefo, que asevera que el bautismo es un paso posterior al arrepentimiento, al cambio previo de vida; la dedicación del cuerpo tras la anticipada purificación del alma (Ant.18, 117). La comprensión posterior de la secuencia queda reflejada en los otros Evangelios sinópticos, en los que Juan aparece rechazando a aquellos que van a él para que les bautice sin arrepentimiento previo (cf. Mat. 3:7, 8; Luc. 3:7, 8). Aunque el ministerio de Juan terminase identificándose con uno de sus elementos, el bautismo, lo cierto es que el énfasis central de su enseñanza recaía sobre el arrepentimiento y conversión, ante la inminencia escatológica de la venida del Señor. La descripción global de que los que venían para ser bautizados por Juan provenían de toda la provincia de Judea, habitantes de Jerusalén incluidos, cumple una función aglutinadora que simbolizaría el comienzo del cumplimiento de la promesa de la futura restauración de Israel (cf. Zac. 12:10–13). La descripción física de Juan y su alimentación puede parecer una inserción que carezca de relevancia entre dos referencias al contenido de su predicación. Sin embargo, según una tradición rabínica, y en referencia al relato del jardín del Edén como modelo de un estilo de vida más sencillo, cercano a la naturaleza, la descripción de su vestimenta evoca Génesis 3:21 (LXX), donde Dios viste a Adán y a Eva de esa manera. La dieta, típica de los habitantes del desierto, revela el carácter ascético de Juan. Todo esto para resaltar el carácter escatológico del mensaje del Bautista, que proyecta el recuerdo de la primera creación a la expectativa de esa nueva creación en el futuro. También es reseñable la semejanza con Elías: vestimenta (2 Rey. 1:8; cf. Zac. 13:4); llamamiento al arrepentimiento (1 Rey. 18:21); énfasis escatológico (Mal. 4:4–6); ubicación geográfica (el desierto, 1 Rey. 19:3–18; el Jordán, 2 Rey. 2:4–11): Todo esto lleva a algunos estudiosos a la conclusión de que Marcos, conforme a la expectativa judía, quiere presentar a Juan como Elías redivivo. Lo que sí podemos afirmar es la presentación de Juan como profeta (cf. 6:15; 11:32). Esta segunda referencia al contenido de la predicación de Juan (v. 7) revela el carácter mesiánico de la misma. La figura de ese más poderoso (isjurós2478 ) apunta, sin duda, al Mesías, que por la vinculación con el relato que le sigue, 1:9–11, Marcos identifica con Jesús. La diferencia en poder no es una connotación física sino de autoridad, y, a su vez, una expresión de diferencia de condición. Juan se reconoce inferior incluso al esclavo, una de cuyas tareas era la de desatar la cinta de cuero que sujetaba la sandalia al pie de su amo. Ni siquiera se considera digno de agacharse (kúpto2955 ) ante él. El poder del Mesías, de Jesús, es poder frente al mal, lo cual queda evidenciado inmediatamente tras su bautismo, al resistir la tentación de Satanás (1:12, 13) y exorcizar a un hombre con espíritu inmundo (1:21–28; cf. 3:22–27; 9:14–29). El carácter temporal expresado por la frase: viene tras mí indica la inmediatez en la venida del Mesías.
  • 18. Las escrituras hebreas presentan distintas referencias en las que se vinculan la figura del Mesías con la unción del Espíritu Santo (cf. 2 Sam. 23:1, 2; Isa. 11:1, 2; 61:1). La experiencia del bautismo en el espíritu en aquellos que tras el bautismo del agua para el perdón de pecados forman parte de la realidad mesiánica, son capacitados para la misión de exorcizar y profetizar. La conexión con el texto profético de Joel 2:28, 29 en el que en el tiempo escatológico habría profecía se cumple con las manifestaciones de poder del Mesías y se hace extensivo a los que creen al recibir al Espíritu Santo en su vida. Es posible hablar de ser bautizado con o en agua y con el Espíritu Santo. El contraste entre el bautismo de agua y el del Espíritu Santo resulta en la superioridad del bautismo con el Espíritu comparado con el practicado por Juan con agua (cf. Isa. 11:2). 3. El bautismo de Jesús, 1:9–11 La alusión al bautismo en sí es bastante breve, dedicándose mayor atención a lo que Jesús experimentó después. Sin duda, la intención del evangelista es la de conectar el anuncio del Bautista con la figura de Jesús. Él es el Mesías que Dios reivindica tras el bautismo. La expresión introductoria —y de transición— a la siguiente historia kai egeneto es propia de la tradición semítica, sin paralelo en el griego no bíblico. La vaguedad e imprecisión de esta cláusula introductoria se interpreta como evidencia de la independencia en su origen de la perícopa anterior. Aun así, la fórmula introductoria aparece en distintos textos del AT (cf. Éxo. 2:11; 1 Rey. 28:1; Jer. 31:33; Joel 3:1; Zac. 8:23), destacando la referencia escatológica en la que se sitúan los textos proféticos. Jesús fue bautizado en el Jordán. La preposición utilizada eis se traduce como ―dentro‖, aunque se intercambia frecuentemente con en, con un uso indistinto entre las dos. Resulta paradójico que Marcos presente a Juan anunciando el bautismo de Jesús como superior al suyo, para, seguidamente, contar cómo Juan bautiza a Jesús. Han sido varios los intentos de explicar esta paradoja. Algunos consideran que Jesús se inicia así como discípulo de Juan, antes de iniciar su propio ministerio. Otros piensan que Jesús se identifica en el bautismo con aquellos que viene a salvar o como un acto de obediencia a Dios, dado su carácter humano. Hay quienes apuntan a la comparación entre los versículos 5 y 9, señalando una construcción paralela de los mismos, en base a distintos contrastes. Así, frente a los muchos que vienen a Juan, aquí aparece Jesús; ante la procedencia de los primeros de Judea y Jerusalén, Jesús viene de Nazaret de Galilea. Todo esto para señalar cómo uno, Jesús, toma el lugar de muchos, en alusión a su asunción del pecado de estos. Finalmente, otros biblistas conectan el bautismo de Jesús con su muerte. Al subir Jesús de las aguas (anabáino305 ), los cielos se abrieron, más concretamente, según Marcos, los cielos fueron partidos, fueron rasgados (scízo4977 ). En Isaías 64:1, el profeta implora por el desgarre de los cielos y la venida de Dios a la tierra, como expresión de ruptura de la separación entre la realidad de Dios y la de su creación, surgiendo así cielos nuevos y tierra nueva (Isa. 65:17). La imagen es más poderosa y radical en Marcos que en los otros Evangelios sinópticos, donde los cielos no se rasgan sino que solo se abren. El tiempo del cumplimiento de la promesa de Dios ha sido iniciado en Jesús de manera irreversible. Además, la figura del Espíritu descendiendo como paloma evoca la imagen del Espíritu de Dios moviéndose sobre las aguas (Gén. 1:2) en el relato de la creación; por lo que ahora el Espíritu aparece participando también de la nueva creación en Jesús. Todo esto sucede de inmediato (euthús2117 ), término propio de Marcos, que lo usa en cuatro de cada cinco apariciones en el NT, y que da agilidad a la narración, transmitiendo la sensación de prontitud en la actuación divina. Marcos es el único evangelista que indica el carácter de visión privada de la teofanía relatada; Jesús vio los cielos abrirse y al Espíritu descender, y fue él quien recibió la voz del cielo. Es posible considerar la intención de separar el bautismo de la subsiguiente visión privada de Jesús, para indicar que la venida del Espíritu no fue efecto del bautismo sino cumplimiento de la esperanza apocalíptica en Jesús. La imagen que la iconografía religiosa ha plasmado del Espíritu como paloma descendiendo sobre Jesús puede prevenir al lector actual del sentido que tiene el texto. Jesús fue llenado del Espíritu Santo que descendió de los cielos, y le señaló como el ungido de Dios. La implicación evidente del texto es que la voz desde el cielo es la voz de Dios, que habla a su Hijo. Esto da una idea clara acerca de la identidad de Jesús; Dios mismo le declara su Hijo. La manifestación de Jesús como Hijo amado (agapetós27 ) refleja la posición especial, en la antigüedad, del hijo varón y primogénito o único. La referencia veterotestamentaria de este pronunciamiento es del Salmo 2:7 y de Isaías 42:1. El Salmo 2 es un
  • 19. salmo real que el judaísmo posbíblico leía en clave mesiánica, por lo que Jesús es presentado como el redentor escatológico anunciado desde la antigüedad. La declaración divina confirma quién es Jesús y no en quién se convierte, por lo que cualquier teoría adopcionista aquí carece de fundamento. La conexión con el texto de Isaías 42:1 no solo sirve para reconocer la identidad de Jesús sino para conectar con la afirmación previa de la venida del Espíritu Santo sobre él, como confirmación de su elección y llamamiento. Esto, según algunas tradiciones judías y cristianas primitivas (Ef. 1:4–6), ya desde antes de la fundación del mundo. Si hay algo nuevo en este pasaje, pues, es el inicio del ministerio público de Jesús, el Hijo de Dios. Profesión de fe ―La profesión de fe en Jesucristo, como el Hijo de Dios, es un resumen que expresa lo esencial y específico de la totalidad de la fe cristiana. Sin la profesión de fe en Jesús, como el Hijo de Dios, no puede existir la fe cristiana‖. W. Kasper Semillero homilético Un bautismo para imitar 1:9–11 Introducción: Los seres humanos establecemos, de manera consciente o inconsciente, modelos para nuestra vida que en cierta manera guían nuestra conducta. Obviamente, el cristiano tiene un solo modelo, Jesucristo. Aquellos que le hemos recibido como Señor de nuestra vida debiéramos imitar su vida, su ministerio, su entrega, y su obediencia ya que son patrones dignos de imitar. Muchas de las diferencias que existen entre los distintos grupos del cristianismo dejarían de existir si pusiéramos nuestra referencia en Jesús y en su Palabra para establecer nuestras doctrinas y nuestras conductas. El bautismo es una de estas diferencias. ¿Por qué no miramos el modelo de Jesús y lo imitamos? I. El bautismo de Jesús fue el de un adulto (v. 9a). 1. Jesús fue bautizado por su propia voluntad: ―vino‖ (v. 9). 2. Jesús fue bautizado antes de iniciar su ministerio (v. 9). II. El bautismo de Jesús fue por inmersión (v. 9b, 10). 1. Jesús fue bautizado en el río Jordán (v. 9). 2. Jesús fue bautizado y subió del agua (v. 10). III. El bautismo de Jesús fue un acto de obediencia (vv. 10, 11). 1. Jesús fue bautizado por obediencia, aunque no necesitaba hacerlo. 2. Jesús fue bautizado y recibió la complacencia del Padre (v. 11). IV. El bautismo de Jesús es el modelo para nuestro bautismo. 1. Un bautismo de adultos creyentes por inmersión (Rom. 6:3, 4). 2. Un bautismo de obediencia al mandato de Jesús (Mat. 28:19). Conclusión: Marcos responde a varias de las preguntas que nosotros podemos hacer acerca del bautismo: ¿Quién puede ser bautizado? Un adulto creyente. ¿Cómo debe ser bautizado? Por inmersión. ¿Por qué tiene que ser bautizado? Por obediencia al mandato del Señor. Después de contestar a nuestras preguntas, queda aun flotando una que nosotros necesitamos responder: Si Jesús se bautizó, ¿qué impide que yo también lo haga? 4. La tentación de Jesús, 1:12, 13 La inmediatez (euthús2117 ) con la que el relato del bautismo de Jesús da paso a su tentación en el desierto, enfatiza el impulso y control de la acción por parte del Espíritu guiando a Jesús. También advierte al lector de que se produce un cambio de escena. Jesús es llevado ahora al desierto (eremos2048 ). La expresión marcana para describir la fuerza con que el Espíritu impulsa (ekballó1544 ) a Jesús al desierto corresponde con la descripción en el AT del Espíritu como fuente de poder (cf. Miq. 3:8) y que en Marcos frecuentemente aparece en relatos de exorcismo (1:34, 39; 3:15, 22; 6:13; 7:26; 9:18, 28, 38) o de una salida forzada (1:43; 5:40; 9:47; 11:15; 12:8). No obstante, se puede traducir como un mero enviar a alguien, puesto
  • 20. que Jesús es presentado aceptando de buen grado la encomienda divina. Posiblemente Marcos pretende enfatizar el carácter irresistible del llamamiento de Dios por su Espíritu. Si bien la referencia espacial es ambigua, el desierto, aunque llena de múltiples connotaciones en el mundo bíblico, la referencia temporal es concreta, cuarenta días. En el texto bíblico, el simbolismo del número 40 se hace presente en diversas historias. Así, el diluvio se prolongó por cuarenta días (Gén. 7:17); el pueblo de Israel anduvo por el desierto 40 años (Núm. 14:33, 34); Moisés estuvo delante del Señor en el monte Sinaí 40 días y 40 noches (Éxo. 24:18); Israel comió maná en el desierto durante 40 años (Éxo. 16:35); Elí juzgó en Israel por 40 años (1 Sam. 4:18); Goliat retó al ejército israelita 40 días (1 Sam. 17:16); Jonás proclamó la destrucción de Nínive en 40 días (Jon. 3:4), etc. El hecho de que Jesús sea tentado (peirázo3985 ) no recibe mayor cualificación o presentación de cómo tuvo lugar esto; no se indica el propósito de la tentación. Posiblemente, y en continuidad con los pasajes previos en los que Marcos ha presentado quién es Jesús, ahora se pone a prueba lo verosímil y fiable de su carácter. Y para ello aparece Satanás (‗adversario‘ en su acepción hebrea), que en el AT aparece interponiéndose y dañando la relación entre el ser humano y Dios (cf. Job 1:6–2:7; Zac. 3:1, 2). Es el primer encuentro entre Satanás y Jesús, en el que queda reflejado el antagonismo entre los dos y el conflicto entre las dos realidades que cada uno representa. La pretensión de apartar a Jesús del propósito al que Dios le envía ha fracasado. Para aquellos que interpretan a Jesús como el nuevo Adán, el texto evidencia que Jesús triunfó allí donde este fracasó. Es el inicio del triunfo de Dios en Cristo y la derrota de Satanás. Además, la posibilidad de que Jesús fuera auténticamente tentado afirma la naturaleza humana del Hijo de Dios, en cuya resistencia y victoria ante la tentación se abre una puerta de esperanza para el resto de la humanidad. La función de los animales mencionados en el texto, y habituales de los lugares desérticos, es debatida por los especialistas. Una interpretación apunta a la hostilidad de los animales a Jesús, como evidencia de la ruptura de la armonía en la creación por causa del pecado. Otra perspectiva, sin embargo, señala que la aparente concordia en la historia, en la que los animales acompañan a Jesús mientras los ángeles le sirven, es otro énfasis escatológico vinculado a la realidad de Jesús como Mesías, cuyo efecto es la recuperación de esa armonía en la creación (cf. Isa. 11:6–9; 65:25). También es relevante destacar que Jesús no estaba solo ante la tentación (cf. Sal. 91:11–13). Los ángeles sirven a Jesús en su enfrentamiento con Satanás. En similitud con la historia de Elías en el desierto que durante sus cuarenta días allí fue sustentado con alimento y bebida (1 Rey. 19:4–8). 5. Jesús comienza su ministerio, 1:14, 15 La escena presenta un cambio dramático en este punto. Juan, quien ha sido presentado como aquel que preparó el camino del Señor, que predicaba el bautismo del arrepentimiento para el perdón de pecados y que bautizó a Jesús, ahora aparece en prisión. Marcos introduce este cambio con una fórmula propia, meta de, que indica una ruptura en la línea de continuidad argumental de la historia. Más adelante en la narración, Marcos indicará que fue Herodes el autor del encarcelamiento de Juan (6:17), de su entrega (paradidomi3860 ), que se establece en el parámetro temporal (y de propósito) divino: el tiempo se ha cumplido (1:15). La referencia profética es notoria al destino del siervo sufriente (cf. Isa. 52:13–53:12), que será entregado, conforme al propósito divino, a su destino en el plan eterno, que se adelante en Juan y que, finalmente, se cumple en el mismo destino previsto para Jesús (9:31). Aplicación a la vida ―El Espíritu no mima al creyente, no le asegura un clima favorable, no pone al resguardo su fe. Más que aire acondicionado, es soplo que empuja hacia el mundo, donde las potencias del mal obstaculizan el plan de Dios‖. A. Pronzato ―Los poderes celestiales son puestos a disposición de quien ha hecho huir al diablo‖. G. Dehn ―El desierto es, ante todo, aprendizaje y conocimiento de sí; es revelación del ser a sí mismo. Mientras, la ciudad es el lugar del tener, que esconde y da seguridad‖. A. Abecassis
  • 21. Tras superar las tentaciones de Satanás en el desierto, Jesús aparece de nuevo en Galilea, lugar del que marchó al Jordán para ser bautizado por Juan, y, posteriormente, al desierto para ser tentado. Galilea está vinculada en Marcos con el comienzo del ministerio de Jesús. De las doce ocasiones en que aparece citada en Marcos, cinco de ellas están en el primer capítulo del Evangelio, y en dos de las últimas menciones finales se alude al reinicio del ministerio de Jesús resucitado (14:28; 16:7). Marcos define el ministerio de Jesús como predicación del evangelio de Dios (1:14). Algunos manuscritos presentan una expresión más amplia, al indicar que lo predicado era el evangelio del reino de Dios, una referencia más clara y habitual en el evangelio. Pero tanto la evidencia textual (fundamentada en manuscritos más fiables) como la mayor dificultad de la versión ofrecida (lo cual lleva a pensar que durante el proceso de copiado de manuscritos se añadieron palabras para aclarar la expresión) llevan a optar por la no inclusión aquí de la referencia al reino. En relación con la referencia en 1:1 al evangelio de Jesucristo, aquí el evangelio de Dios se refiere principalmente al hecho de que Dios es su contenido; es el evangelio acerca de Dios, que Jesús proclama, sin descartar la comprensión de este evangelio como proviniendo de Dios. En la predicación de Jesús, Dios es el objeto y sujeto de la misma. El tiempo aquí referido (v. 15) no alude a la medida que habitualmente usamos para cuantificar los espacios temporales (jrónos5550 ) sino que se refiere al momento señalado por Dios para cumplir su propósito (kairós2540 ). En el NT, la voluntad divina determinando acciones o momentos decisivos en la historia se expresa con el uso del verbo en pasivo, el pasivo divino, en el que la acción señalada tiene a Dios como causante de la misma. Es significativo señalar que el hecho de que el tiempo se haya cumplido ya, marca una diferencia temporal entre el ministerio de Juan, el precursor, y el de Jesús, con quien el reino de Dios se hace presente. La presencia del reino se hace concreta en el ministerio de Jesús, si bien tan solo es reconocido por medio de la fe, por lo que cabe hablar de un acercamiento relativamente encubierto, aun parte del misterio de Dios (4:11). Aquellos que lo perciben responden con arrepentimiento y fe, lo que les da acceso a la vida eterna, que para Marcos es equivalente al reino. El tiempo de salvación se ha inaugurado. El acercamiento del reino apunta a que aún no se ha instaurado plenamente. Este hecho repercute grandemente en la realidad de la comunidad cristiana que vive la tensión entre la experiencia presente del reino y la espera de su establecimiento universal. Pero sería un grave error desplazar al futuro la realidad del reino de Dios que en Jesucristo ya está presente hoy. El kairós de Dios se hace presente, de manera continuada hasta su consumación escatológica. Por tanto, el dominio de Satanás llega a su fin. ¿Qué es ese reino que ya se ha acercado? Esta es una cuestión complicada, pues hablar de un reino implica o induce a pensar en términos espaciales, en un lugar. Sin embargo, la idea del reino de Dios está vinculada a la realidad de Dios que reina, que tiene el dominio. Sería aceptable traducir la expresión como reinado o ―dominio de Dios‖, pues es la presencia, la influencia, el dominio de Dios que transforma la vida. Las expectativas terrenas del reino entre muchos de los contemporáneos de Jesús entran en conflicto con la naturaleza del mismo, y es causa de incomprensión y conflicto sobre la identidad y ministerio de Jesús. Descartada, pues, una comprensión territorialista/imperialista del reino de Dios, y para evitar una visión eminentemente trascendente del mismo, el reino debe interpretarse en términos relacionales, Dios y los que creen en él, en el contexto temporal y concreto de la comunidad de fe. En la perspectiva temporal que condiciona este texto, la predicación de Jesús inaugura una nueva era en la que las promesas divinas de antaño inician su cumplimiento escatológico. Ante la realidad de la presencia del reino de Dios, la invitación a estar bajo su dominio se expresa con dos verbos en imperativo, arrepentíos y creed (metanoéo3340 y pistéuo4100 ). Así pues, la interpelación de Jesús es un llamamiento a la conversión, a reorientar la vida propia hacia Dios y así formar parte de la nueva realidad que se instaura bajo su dominio y vivir confiando en él. La invitación a creer en el evangelio no es tanto la aceptación de una serie de principios intelectuales o dogmáticos sino el resultado de la conversión, de vivir comprometidos con Dios y su propósito, que es la buena nueva para la humanidad. Semillero homilético La plataforma de Jesús 1:14, 15
  • 22. Introducción: Los grandes líderes al iniciar sus carreras hacen públicas sus principales pautas programáticas. Aquí, Marcos describe brevemente la inauguración del ministerio de Jesús y presenta su ―plataforma‖ resumida en un solo versículo. I. La plataforma de Jesús indica que el tiempo se ha cumplido. 1. Es el tiempo de la venida del Mesías esperado. 2. Es el tiempo de la gracia y la salvación. II. La plataforma de Jesús anuncia que el reino de Dios se ha acercado. 1. Es un reino espiritual y no político. 2. Es el reinado de Dios sobre nuestras vidas. III. La plataforma de Jesús desafía al arrepentimiento. 1. El arrepentimiento implica un reconocimiento del pecado. 2. El arrepentimiento exige una conversión. IV. La plataforma de Jesús invita a creer en el evangelio. 1. Creer en el evangelio es creer en el mensaje de Cristo. 2. Creer en el evangelio es creer en Cristo mismo. Conclusión: El tiempo se ha cumplido. Hoy es el día de salvación. Mediante un arrepentimiento auténtico y un depositar nuestra fe en Cristo haremos realidad el reinado de Dios en nuestra vida. II. MINISTERIO DE JESÚS, 1:16–8:21 1. Autoridad de Jesús, 1:16–45 (1) Jesús llama a los primeros discípulos, 1:16–20 Tras la presentación e introducción de Jesús y su ministerio, Marcos relata el llamamiento de los primeros discípulos de Jesús, que dejan todo para seguirle. La tradición primitiva presenta a Pedro como la fuente de información de Marcos a la hora de escribir su Evangelio. De ser así, el relato parece recoger la perspectiva de los propios pescadores además de la inclusión de ciertos detalles tales como las referencias a los remiendos de redes, los jornaleros, Zebedeo. Sin embargo, la fuerza de la historia reside en la figura de Jesús, que llama a hombres no mencionados antes. Jesús aparece en las cercanías del mar de Galilea, que más correctamente es un lago, y que solo recibe ese nombre en el NT, donde también se le denomina mar de Tiberias (Juan 21:1) o de Genesaret (Luc. 5:1). En los textos judíos se le denomina mar de Quinéret, así como en el AT (cf. Núm. 34:11; Jos. 12:3). La zona reflejaba gran actividad comercial y humana debido a la industria pesquera que alrededor de este mar se desarrollaba y por la cercanía a una de las rutas comerciales de la región. Marcos dice que Jesús pasó (parágo3855 ) por allí, imagen que recuerda el pasar de Dios ante Moisés (33:18– 23) y Elías (1 Rey. 19:11) y que podría llevar implícita una semejanza con el hacer de Dios, quien también llamó en distintas ocasiones a Israel y sus profetas, como lo hará Jesús con sus discípulos (1:20). Simón, a quien posteriormente Jesús cambiará el nombre por el de Pedro (3:16), es el primer discípulo de Jesús, posición que se repite en Marcos en el listado de los apóstoles (3:16–19) y en las listas reducida de aquellos que, de entre los apóstoles, acompañan a Jesús en la sanación de la hija de Jairo (5:37), la transfiguración (9:2), en el monte de los Olivos (13:3) y Getsemaní (14:33). Esta mención en primer lugar de Simón Pedro indicaría su rol como líder o portavoz del grupo de los apóstoles. El nombre Simón es griego, lo cual refleja la marcada influencia helenista en Palestina. Andrés, sin embargo, a pesar de ser citado en segundo lugar, no ocupa una posición destacada en la memoria de las comunidades cristianas posteriores, que necesitaron ser recordadas del parentesco de este con Simón para poder identificarlo. El hecho de aparecer Andrés en segundo lugar indicaría que era el menor de los dos hermanos. El llamado de Dios ―El llamado al ministerio, en cualquiera de sus formas, es en definitiva un encuentro personal
  • 23. con Dios. En realidad, el camino que Dios emplea para realizar ese encuentro es secundario‖. S. Canclini …―¿Qué dices? ¿No has sido llamado? Lo que debieras decir en cambio es: ‗No he sentido el llamado‘ ‖. W. Booth Simón y Andrés estaban dedicados a su oficio de pescadores. El término usado para la red (anfíbalo292B ) que estaban utilizando no era el más común, y dado el carácter urbano de los lectores de Marcos, es probable que se tuviera que mencionar la actividad que hacían para que pudieran identificarla. El hecho de que estuvieran echando la red indicaría que es ya la tarde o la noche. El llamamiento de Jesús evidencia su iniciativa en la actividad del reino de Dios y el poder de su palabra. No hay recogida ninguna explicación sobre el llamamiento que Jesús hace, lo cual evidencia su autoridad. Sin mayor detalle, el texto dice que Jesús los llamó y, a partir de entonces, los discípulos le siguieron de inmediato (euthús2117 ). Este seguimiento es una evidencia de una entrega total a Jesús, puesto que el texto afirma que dejaron las redes, es decir, la actividad que servía de sustento a su vida, para seguirle. El llamamiento de Jesús viene complementado por la indicación de que en el futuro serán pescadores de hombres, actividad vinculada con la acción del reino. Con el tiempo, la expresión se convertiría en una descripción de la actividad misionera de la iglesia primitiva. Llamamiento y propósito serán características propias del discipulado cristiano. El llamamiento de Jacobo y Juan (nombres semitas) es similar al de Simón y Andrés (nombres griegos). Con la excepción de 9:38, Jacobo y Juan son citados siempre juntos en Marcos. También es habitual encontrarlos en la compañía de Pedro, como parte de ese círculo, de entre los apóstoles, más cercanos a Jesús (5:37, 9:2, 14:33). La mención de Zebedeo, padre de estos dos discípulos, parece cumplir la función de distinguirlos de otras figuras conocidas como Jacobo el hermano de Jesús y Juan el bautista. Jacobo y Juan también son pescadores, aunque no se encuentran pescando sino reparando las redes para la próxima jornada de pesca, lo cual indicaría un encuentro con Jesús a la luz del día. Se encontraban en su barca, en la que posiblemente entraban de seis a doce personas, con una quilla poco profunda, pues era probable que en muchas de las zonas de pesca no hubiera un muelle, por lo que la barca debía ser arrastrada a mano a tierra. Semillero homilético Seguir a Jesús 1:16–20 Introducción: En el judaísmo eran los discípulos quienes elegían al maestro. Los rabinos eran escogidos por sus discípulos; pero con Jesús ocurre lo contrario (Juan 14:16). Es Jesús el que toma la iniciativa y la respuesta es el seguimiento. Pero este seguimiento tiene ciertos requisitos que el pasaje nos ayuda a considerar. I. Seguir a Jesús exige subordinación a él de todas las demás cosas. 1. Simón y Andrés dejaron sus redes. 2. Jacobo y Juan dejaron a su padre y a su trabajo. 3. ¿Qué cosa tenemos que dejar nosotros para que Cristo sea el primero? II. Seguir a Jesús implica el cumplimiento de una misión. 1. No es un llamamiento meramente contemplativo. 2. Es un llamamiento a ser pescadores de hombres. 3. El Señor nos está llamando a una misión similar. III. Seguir a Jesús demanda una respuesta inmediata. 1. Simón y Andrés le siguieron ―de inmediato‖. 2. Jacobo y Juan le siguieron ―en seguida‖. 3. ¿Qué cosa nos detiene? Conclusión: El Señor nos llama a que le sigamos y cumplamos la misión de extender su reino. Pero su llamamiento es radical: ninguna otra cosa o persona puede ocupar su lugar y además la respuesta debe ser ahora. ¿Somos verdaderamente sus seguidores?
  • 24. Hay un elemento de distinción entre estos hermanos y Simón y Andrés. Marcos indica que Jacobo y Juan dejaron a Zebedeo en la barca con los jornaleros, lo cual algunos biblistas han interpretado como un intento de suavizar la radicalidad de la respuesta al llamamiento de Jesús, pues Zebedeo no queda solo. Otra posible interpretación a la mención de los jornaleros apunta a la diferente situación económica de las dos parejas de hermanos; los segundos en ser llamados por Jesús disfrutan de una posición económica desahogada, evidenciando así que los discípulos de Jesús provenían de estratos sociales diversos, y no solo de los más desprovistos. Sin duda, la mención de los jornaleros refleja el realismo en la narración de Marcos. Más allá de todo esto, la respuesta de Jacobo y Juan, al igual que la de Simón y Andrés, es inequívoca; dejan posesiones y familia para seguir a Jesús. (2) El endemoniado de Capernaúm, 1:21–28 Tras elegir a sus primeros discípulos, Marcos describe las primeras acciones relativas al ministerio de Jesús, la enseñanza y un exorcismo. Esto contrasta con la manera en que introducen el ministerio de Jesús los diferentes evangelistas: Mateo, con el Sermón del monte (5–7); Lucas, con el Sermón programático (4:16–30); Juan con Las bodas de Caná (2:1–12). El primer desplazamiento conjunto de Jesús y sus primeros discípulos les lleva a Capernaúm, una población pesquera al norte del mar de Galilea, en la que había una sinagoga de la que hoy solo quedan los vestigios de una posterior, construida en el siglo IV, sobre las ruinas de la que aparece mencionada en este pasaje. Jesús aparece enseñando en la sinagoga el día sábado, el día de reposo, en la que la variedad de su liturgia (oraciones, bendiciones, lectura y meditación de los textos sagrados), parece centrarse en las referencias neotestamentarias al estudio de las Escrituras. El pasaje sobre el que Jesús habló provendría de la Torah o de los profetas. El hecho de que se mencione que Jesús enseñaba los sábados no se debe entender como que lo hizo necesariamente más de una vez. Jesús está enseñando a cuantos se encuentran en la sinagoga y, poco después, el mismo Maestro identifica su enseñanza en la sinagoga como predicación (cf. 1:38). Autoridad verdadera ―Cuando Jesús anunció el evangelio hizo que la gente se encontrara de golpe en presencia de Dios mismo. La autoridad con que hablaba era la autoridad de aquel que habla como el Padre le había enseñado (Juan 8:28) y a quien el Padre había entregado todo (Mat. 11:27). Ahora, la predicación vuelve a ser Palabra de Dios y los hombres se asustan porque se sienten puestos frente al Dios vivo. Con terror ellos se dan cuenta de que Dios está ausente de sus vidas‖. G. Dehn Los oyentes se admiran de la enseñanza (didajé1322 ) de Jesús, por dos motivos: uno, por el contenido mismo de lo que decía, cuestionado la interpretación normativa de la ley en temas relativos, por ejemplo, al día de reposo (2:23–28), las normas alimentarias y de pureza (7:1–23), o el divorcio (10:1–12); dos, por la forma en que impartía esa enseñanza, con una autoridad o poder (exousía1849 ) superior al de los propios intérpretes de la ley. No habría que descartar connotaciones de inspiración divina en las palabras de Jesús, reforzando la veracidad de sus afirmaciones y el reconocimiento por parte de la gente de la presencia del reino en medio de ellos. Marcos identificará posteriormente las interpretaciones de la ley por parte de los líderes religiosos como enseñanzas de hombres y no de Dios (cf. 7:8, 9). Es el adelanto de los diversos desencuentros que tendrán lugar entre estos líderes religiosos y Jesús. Joya bíblica Y se asombraban de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas (1:22).
  • 25. La secuencia en la acción es inmediata. Tras concluir Jesús sus palabras, pues debemos entender que el asombro de la gente es fruto de que Jesús finalizó su enseñanza, se oye la voz de un hombre con espíritu inmundo, que en la tradición judía equivalía a un endemoniado. Se dice que el hombre estaba en la sinagoga de ellos (sunagogé autón), lo cual se puede interpretar como una muestra del distanciamiento de la comunidad de Marcos del judaísmo, aunque su significado podría ser, sencillamente, la sinagoga de los que, asombrados ante la enseñanza de Jesús, habían sido mencionados anteriormente. La exclamación del hombre con demonio —que se dirige a Jesús en plural— refleja hostilidad hacia este, lo que evidencia la diferente naturaleza de los demonios y Jesús (cf. 3:22–27). Estos reconocen quién es realmente Jesús, pues en la antigüedad se creía que los demonios tenían conocimiento sobrenatural, y adoptan una actitud defensiva, propia de la amenaza que Jesús supone para ellos. Intentaron, sin éxito, someter a Jesús con una especie de encantamiento que se basaba en reconocer la identidad del otro, sé quién eres. La identificación que hacen de Jesús es como nazareno y santo de Dios, la primera como reconocimiento de su procedencia terrena, la segunda como manifestación de su verdadera naturaleza divina. La definición de Jesús como santo (ágios39 y 40) contrasta con la inmundicia (akáthartos169 ) del espíritu que poseía al hombre (1:26). La santidad es lo opuesto a la impureza. Quien está en estado de santidad está alejado del pecado (cf. Lev. 20:24–27). Los demonios identifican a Jesús con el Espíritu Santo que cualifica su ministerio (cf. 1:8) y, por tanto, entienden la misión de Jesús como una acción contra ellos. Los demonios reconocen en Jesús un poder sobrenatural y temen su destrucción. Saben que no es solo una reprensión la que recibirán de él sino su expulsión definitiva. La presencia del dominio escatológico de Dios se hace presente en Jesús: donde hay santidad no hay lugar para impureza ni espíritu inmundo (Zac. 13:2). Jesús toma control de la situación mandando callar al demonio. No hay ninguna representación de un exorcismo; es su mera palabra poderosa que basta para imponer su autoridad. La reprensión (epitimáo2008 ) de Jesús es semejante a la de Yahvé ante sus oponentes (cf. Sal. 106:9; 119:21; Zac. 3:2), identificando, pues, a Jesús con Yahvé. Resulta curioso, anecdótico, que la expresión con que Jesús demanda silencio a los demonios es bastante coloquial, ―cierra el pico‖ (fimóo5392 ). Cabría pensar, a la luz de los diferentes momentos en los que Jesús pide que se mantenga en secreto su actividad y, por ende, su identidad (cf. 1:44; 5:43; 7:36), que más allá de liberar al hombre de ese espíritu inmundo, Jesús pretendiera también frenar un reconocimiento popular anticipado. El desenlace de la historia no se hace esperar. El espíritu inmundo sale del hombre, que cae al suelo convulsionado, y grita, quizás como expresión de su derrota o muerte. En 15:37, Marcos nos relata que Jesús en la cruz, tras dar una gran voz, murió. La expresión usada en ambos casos es similar, lo que permite colegir la idea de la muerte del demonio que poseía al hombre. El impacto de esta escena entre los presentes en la sinagoga es de total asombro. No es algo a lo que ya están habituados pues es doctrina nueva (kainós2537 ) en fondo y forma. Primeramente, se maravillaron por la autoridad con la que enseñaba (1:22) y, ahora, se admiran de la autoridad que despliega al doblegar incluso a los demonios, lo cual evidencia que no estaban acostumbrados a ver exorcismos y, menos aun, en la manera en la que Jesús lo realiza. Además, por encima de las cuestiones relativas a la enseñanza y poder sobre los demonios, el debate o discusión (suzetéo4802 ) de la gente es acerca de quién es Jesús. El reino se acerca en su ministerio, de lo cual da muestra su enseñanza y exorcismo. La cuestión acerca de su identidad será un motivo frecuente en este Evangelio. ¿Estarán dispuestos a reconocer, pues, quién es Jesús y a responder en los términos esperados (cf. 1:15)? Dada la proximidad entre las pequeñas poblaciones de Galilea, la fama (akoé189 ) de Jesús se difunde ampliamente por ese territorio, lo cual Marcos refleja con profusión de calificativos: pronto (euthús2117 ) por todas partes (pantajóu3837 ), en toda (jólos3650 ) la región. Es probable que esta descripción de la inmediatez con la que se extiende la fama de Jesús corresponda con la realidad escatológica propia de la época en la que la acción de Dios se difundiría con rapidez (cf. Isa. 48:3). (3) Jesús sana a la suegra de Pedro, 1:29–34 La historia de la curación de la suegra de Pedro evidencia el poder de Jesús y sirve para señalar el surgimiento de la comunidad cristiana en Capernaúm. Tras la escena en la sinagoga, Jesús y sus discípulos se dirigen a la casa familiar de Pedro. Si atendemos a la referencia en Juan 1:44, Pedro era originario de Betsaida, por lo que esta casa podría ser la de su suegra, a la que Pedro pudo haberse mudado tras su matrimonio.
  • 26. Se entiende, en continuidad con la historia previa, que la acción de ir a la casa de Pedro, fueron (érjomai2064 ), la realizan Jesús y sus cuatro discípulos, por lo que la mención de Jacobo y Juan también yendo con ellos resulta redundante. Esta dificultad queda resuelta en los otros sinópticos que expresan la acción en singular; es Jesús el que va a la casa, y se asume que los discípulos le acompañan (cf. Mat. 8:14; Luc. 4:38). En seguida (euthús2117 ) pasaron de la sinagoga a la casa de Simón y Andrés. Esto puede ser un hecho real, y no solo el efecto del uso, una vez más, de un adverbio temporal muy frecuente en Marcos, para indicar una transición o cambio de escena. Se han encontrado en la zona, cerca de los restos de la sinagoga de Capernaúm, vestigios de unas viviendas, sobre una de cuales se construyó una basílica en el siglo IV, en el convencimiento de que era la casa de Simón y Andrés. Por tanto era de inmediato que se accedía de la sinagoga a la casa en cuestión. Además, el contraste en la historia sobre dónde se reúne la gente es significativo. Aunque el milagro se produce en la sinagoga, la gente no viene a Jesús de inmediato en la sinagoga, sino en la casa. Marcos apunta a la realidad de las primeras comunidades cristianas que se reúnen en las casas, en continuidad con la presencia y acción de Jesús en medio de ellos y a través de ellos. Esta es la única ocasión en la que se hace referencia a que Pedro estuviera casado. Más allá de los Evangelios, es tan solo Pablo quien hace otra mención de esto (1 Cor. 9:5). La mención de que esta mujer estaba en cama (katákeimai2621 ) sirve para indicar la gravedad de la dolencia. Tenía fiebre (puresso4445 ). La acción de Jesús es propia de otros casos de sanidad en los que entra en contacto físico con la persona enferma, tocándola (cf. 1:41; 5:41; 6:5; 7:32, 33; 8:23–25). Este proceder es diferente al empleado en los exorcismos, en los que no hay mención de ningún contacto físico, a excepción de la historia del joven con espíritu mudo (cf. 9:14–29), donde el contacto es posterior a la salida del espíritu maligno del joven (cf. 9:27). La curación de la mujer es inmediata, lo que se evidencia en el hecho de que empezó a servirles (diakoneo1247 ). La actitud de la suegra de Pedro es, por un lado, evidencia inequívoca de su recuperación, pues antes estaba postrada en cama y con fiebre, y, por otro lado, es una muestra de la respuesta apropiada a la acción de Jesús, que posteriormente repetirán otras discípulas de Jesús que le servían cuando estaba en Galilea (cf. 15:41). La fama de Jesús se extiende de tal manera, que aun en el ámbito privado de la casa, la gente viene a traerle a sus enfermos y endemoniados para que los sane. Marcos afirma que toda la ciudad (jóle je pólis) estaba presente, lo cual no deja de ser una exageración, dado el espacio limitado de las casas. No obstante, el efecto que produce esta imagen refleja el interés que el ministerio de Jesús despertaba en la gente y la universalidad de este. La expansión de la historia, de la sanación individual de una mujer a la de todos (pás3956 ) los enfermos y endemoniados, se realiza con una doble referencia temporal. La primera, imprecisa; la segunda, como concreción de la primera (cf. 1:35; 2:20; 4:35; 10:30; 13:24; 14:12; 14:43; 15:42; 16:2). En este caso, Marcos hace esta aclaración temporal para indicar que el día de reposo había concluido, con la puesta de sol, y que, por tanto, no se estaba incumpliendo la observancia del día de reposo al traer a los enfermos a Jesús. Jesús aparece dando un trato distinto a enfermos y endemoniados, conforme a su necesidad (v. 34). Los primeros reciben sanidad, mientras que a los segundos le son expulsados los demonios. Marcos afirma a muchos (polús4183 ) sanó y echó fuera demonios. Esto parece crear un conflicto de número, entre todos (pás3956 ) aquellos traídos y los muchos sanados, liberados. Es posible que esté implícita la necesidad de la fe para que la sanidad o liberación tengan lugar, y no una mera curiosidad ante Jesús. Sin embargo, más allá de la referencia al rechazo de Jesús en Nazaret por la incredulidad de la gente que limitó su obrar poderoso (cf. 6:5), la interpretación del pasaje dentro del contexto general de la obra de Marcos invita a una lectura inclusiva de muchos sin mayor connotación de reducción en los beneficiados por Jesús. Semillero homilético Un huésped poderoso 1:29–34 Introducción: Hay quienes se acuerdan de Dios en los momentos de las grandes dificultades, pero se olvidan por completo de él en la vida de todos los días. En cambio, otros creen que Dios existe pero que no se interesa por sus graves problemas. A través de este pasaje podemos ver que contamos con Dios no solo en los momentos difíciles y graves, sino a cada instante de nuestra