Este documento resume tres de los trastornos psicosexuales más frecuentes: las parafilias, los trastornos de identidad sexual y los trastornos del deseo sexual. Describe las parafilias como patrones de comportamiento sexual en los que el placer se obtiene de actividades distintas al coito. Explica que los trastornos de identidad sexual implican sentirse del sexo opuesto y desear serlo. Finalmente, define los trastornos del deseo sexual como alteraciones en las fases del desempeño sexual que generan malestar.
2. Parafilias
Una parafilia es un patrón de comportamiento sexual en el que la fuente
predominante de placer no se encuentra en la cópula, sino en alguna otra
cosa o actividad que lo acompaña. Suelen, aunque no necesariamente,
suceder principalmente porque la persona que las practica ya ha tenido una
cantidad muy elevada de placer sexual, que llega un momento en que lo poco
no la satisface y quiere más y más de aquella actividad para sentir el orgasmo
o excitarse.
Las consideraciones acerca del comportamiento considerado parafílico
dependen de las convenciones sociales imperantes en un momento y lugar
determinados. Ciertas prácticas sexuales, como el sexo oral o la
masturbación, fueron consideradas parafilias hasta mediados del siglo XX,
aunque hoy en día se consideran prácticas no parafílicas (siempre que la
actividad del sujeto no se limite únicamente a ellas). Por ello resulta imposible
elaborar un catálogo definitivo de las parafilias.
3. Trastornos de identidad sexual
¿Qué es?
El trastorno de identidad sexual hace referencia a sentir un persistente malestar
acerca de su condición sexual, junto al deseo de ser del otro sexo, llegando a
verbalizar repetidamente que se pertenece a él.
No es un simple cambio de hábitos o de conductas sino de la alteración profunda
del sentimiento de ser hombre o mujer.
Síntomas
En las niñas: se presenta como un malestar persistente por el hecho de ser niña,
manifestando el deseo de ser un niño o diciendo directamente que lo es. Se
observa una aversión a las conductas y hábitos propios del rol femenino, rechazo
de su propia anatomía (no desear que le crezcan los pechos ni tener la
menstruación).
En los niños: se siente mal por ser un niño, desea y expresa que quiere ser una
niña y prefiere los roles femeninos; también rechaza la anatomía masculina (desea
la pérdida del pene y los testículos)
Los síntomas pueden empezar en la niñez o en la adolescencia.
4. Trastornos del deseo sexual
Una vez conocida la respuesta sexualpsicofisiológica
considerada como normal en los diferentes momentos
durante una relación, podemos discernir todos aquellos
comportamientos que difieren de ésarespuestasexual
normal y que por tanto responden a alguna disfunción.
Conocemos como trastorno o disfunción sexual las
alteraciones que se producen en el desempeño o
funcionamiento sexual normal de una persona en
cualquiera de las fases que componen la actividad sexual,
deseo o excitación, meseta, orgasmo y resolución,
generando malestar y fracaso.
5. Disfunciones según el sexo
Se llama disfunción sexual a la dificultad durante cualquier etapa del
acto sexual (que incluye deseo, excitación, orgasmo y resolución) que
evita al individuo o pareja el disfrute de la actividad sexual.
Las disfunciones sexuales pueden manifestarse al comienzo de la vida
sexual de la persona o pueden desarrollarse más adelante. Algunas de
ellas pueden desarrollarse paulatinamente con el tiempo, y otras
pueden aparecer súbitamente como incapacidad total o parcial para
participar de una o más etapas del acto sexual. Las causas de las
disfunciones sexuales pueden ser físicas, psicológicas o ambas.