El documento habla sobre lo que significa para la autora participar en la Jornada Mundial de la Juventud. Ella dice que es un milagro de Dios y la respuesta a su fe, y que significa que todo es posible. También menciona que es una gran oportunidad para compartir con otros jóvenes católicos y demostrar que los jóvenes no están perdidos y que la iglesia católica los hace uno. La autora se siente llena de satisfacción al participar en este evento porque demuestra que Dios es real.