2. PERSPECTIVAS FILOSÓFICAS OCCIDENTALES
(FILOSOFÍA GRIEGA ANTIGUA)
Platonismo: el sentido de la vida se halla
en la consecución de una forma superior
de conocimiento, la cual es la idea (forma)
del bien, de la cual todo lo bueno y lo justo
obtiene utilidad y valor.
Aristotelismo: argumentaba que el
conocimiento es un conocimiento general,
dado que no es una disciplina teórica, una
persona ha de estudiar y de ponerlo en
practica para ser bueno y entonces la
persona pasaría a ser virtuosa. Afirmaba
que no era meramente el estudio de lo
que la virtud es, sino que habría de ser
virtuoso mediante actividades virtuosas Platón y Aristóteles en La escuela de
Atenas fresco, de Rafaél. Platón está
señalando hacia el cielo, y Aristóteles
gesticula al mundo
3. CONCEPTO:
SENTIDO DE VIDA
Pocas veces uno se pregunta ¿Cuál es el sentido de mi vida
? Sin embargo es una pregunta que de muy diversas formas
se presenta a lo largo de nuestra vida. Creo que
lamentablemente esta sociedad en la que vivimos no nos
educa ni orienta para descubrir ni fortalecer nuestro sentido
de vida , así como la vocación que tan ligada esta a este
tema.
El sentido de vida es una definición muy simple,…..
Podría decirse que es la estrella que nos guía en el camino
de la vida, que nos permite darle una dirección, “un norte”
para orientar nuestras acciones, aún cuando los accidentes
nos desvíen de ese camino.
4. ¿SENTIDO DE VIDA PROVISIONAL?
A partir de esto nos
aparecen sentidos que
podríamos llamarlos mas o
menos provisionales
¿Por qué provisionales?
Muchas veces tomamos un
objetivo y lo elevamos a
sentido de vida , y tanto
para lograrlo, nos
exponemos a caer luego en
un vacio de sentido o vacio
existencial.
Terminar la
carrera 1
Dinero 2
Casa 3
Matrimonio
4
Hijos 5
5. DISTINTAS FORMULACIONES
De donde venimos?
Que somos?
A donde vamos?
Porque estamos aquí?
Que es la vida?
Cual es el significado
de mi vida?
EXISTENCIA CONCIENCIA FELICIDAD
6. PLANTEEMOS EL PROBLEMA
Es un día normal, estás haciendo tus
actividades habituales, compartiendo con tus
familiares y amigos, cuidando de tus hijos, y
de manera repentina te haces consciente de
algo “evidente”, pero inevitable: un día
morirás. ¿Cuál es la sensación que despierta
al darnos cuenta de esta realidad? ¿Miedo?
¿Frustración? ¿Tristeza? ¿Valor?
¿Confianza? Muy seguramente, aquella
sensación se ha originado de tu percepción
de cómo has vivido hasta este momento.
Actualmente nos encontramos en un mundo
donde impera la prisa, la emoción, el ímpetu.
Nuestra vida gira en torno a lo exprés, a lo
inmediato, ya no estamos acostumbrados a
esperar y cuando las circunstancias nos
exigen aguardar, como sucedería en una fila
del supermercado o del banco, nos
enojamos o buscamos estrategias para
pasar rápidamente. Vivimos en una sociedad
donde llegar a la meta lo más pronto posible
– y si es viable, sin obstáculos – es el mayor
logro del hombre. “El fin justifica los medios”.
Ante todo este panorama, no entiendo
por qué nos sigue sorprendiendo
encontrar personas que sienten un gran
“vacío existencial”. Personas que
cuentan con un trabajo estable, con una
familia, sin grandes preocupaciones
económicas. Personas que se quejan
de no tener tiempo durante la semana,
pero cuando llega el domingo, se quejan
de no tener nada qué hacer, de estar
aburridos. Hombres y mujeres que
parece que lo tienen “todo”, pero que al
parecer, por dentro, no tienen “nada”.
8. UN VACIO QUE NO SE LLENA CON NADA
Placer, lujos, sexo Salida
falsa
9. DESMENUZANDO
Si el sentido es aquello que buscamos,
el sin sentido vendría a ser un agujero,
un hueco en nuestra vida que se hace
presente de manera repentina. En
cuanto lo sientes, surge la necesidad de
salir corriendo a “llenarlo”, porque al
final de cuentas, es una “necesidad”. Es
por ello que intentamos llenar nuestros
vacíos existenciales con “cosas”, que de
manera inmediata producirán
satisfacción: saturando nuestras vidas
de placer, de lujos, de comodidad;
comiendo más allá de nuestras
necesidades; teniendo sexo promiscuo;
o quizás volcándonos exclusivamente al
trabajo (adicción al trabajo, o
workoholic); conformándonos con los
acontecimientos; o llenar nuestra vida
de preocupaciones. Cualquiera que sea
la forma de intentar llenar esa sensación
que produce un hueco en alguna parte
de nosotros, no lo logra. Por el
contrario, la sensación se hace cada
vez mayor, y aquello con lo cual
intentamos hacerlo desaparecer no es
suficiente, por lo que requieres de cada
vez más y más. Y cuando parece no
existir nada que pueda alejarnos de este
vacío, de alejar esta sensación, la
muerte empieza a ser una opción.
La búsqueda del ser humano por encontrar un
sentido de vida constituye una fuerza primaria.
Dicho sentido es único y específico para cada una
de las personas, y corresponde a cada uno
encontrarlo. Más que preguntar “qué puedo
esperar de la vida”, hay que preguntarnos de
manera personal: ¿qué espera la vida de mí? ¿Hay
algo que puedo hacer yo y nadie más que yo?
¿Existe algún proyecto que desearía muchísimo
realizar? ¿Acaso he dejado de hacer aquello que
tanto me apasionaba por causa de los “deberes”
del mundo? ¿Puedo ser testimonio de la libertad
del ser humano al trasformar la tragedia, la
enfermedad, el fracaso en un logro personal? ¿Soy
capaz de amar a alguien?
“Sólo la muerte es lo que da sentido a la vida”, ya
que al darnos cuenta de nuestra existencia es
breve, tendemos a encontrar la manera de
trascender, de dejar “huella”. Así que, a pesar de
todos los problemas con los que tengamos que
enfrentarnos, la vida vale la pena ser vivida, y más
aún cuando el hombre pone en práctica la fuerza
de oposición del espíritu frente al destino. El
sentido quizás cambie, pero nunca faltará. En
realidad, tan sólo existe un problema
verdaderamente serio, y es juzgar si la vida vale o
no la pena ser vivida. Y la vida vale la pena, porque
hay razones, hay muchos motivos por los cuales
vivir, y esto es lo que le da sentido a la existencia
humana.