2. EL CONTEXTO NACIONAL
el grueso de la población habita en zonas urbanas y su principal actividad
económica.
Esta realidad coexiste con la de numerosas pequeñas localidades que con
frecuencia carecen de luz eléctrica, drenaje o una red de distribución de
agua potable, lo mismo que escuelas y centros de salud.
En ocasiones se localizan en zonas montañosas que dificultan el acceso y
muchas de ellas albergan a grupos indígenas.
El número de estos pequeños poblados se ha reducido, si bien la dinámica de
la población es tal que así como unos de ellos desaparecen, surgen otros.
3. El Producto Interno Bruto (PIB) de México es de los más grandes del mundo, si bien el
per cápita nos coloca en una posición de desventaja respecto de los países más
desarrollados.
A partir del fortalecimiento del aparato productivo y de servicios que se inició hace
más de dos décadas, hemos llegado a figurar en el mercado internacional entre las
economías exportadoras más dinámicas, y se reconocen avances en el crecimiento de
algunos sectores de la economía nacional.
Sin embargo, en años recientes se percibe un estancamiento de los factores que miden
la competitividad, y la productividad ha bajado.
Además, los beneficios del desarrollo no se extienden a toda la población.
Es necesario renovar el impulso de modernización del país, para mantener las ventajas
comparativas que tenemos y hacer frente al desafío que representan economías en
proceso de desarrollo acelerado, como China (BID, 2006b).
4.
5. Sector educativo
Según estimaciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO), en 2008
había en México 106.7 millones de habitantes. La tasa de crecimiento total de
la población mexicana está por debajo del uno por ciento anual (0.82), lo que
significa que el número de habitantes del país aumenta en poco menos de un
millón por año (PR, 2008b)
Alrededor de la tercera parte de los mexicanos, es decir, 31.3 millones,
tienen menos de 15 años de edad, o lo que es lo mismo, representan al grupo
de demandantes potenciales de servicios de educación inicial y básica
preescolar, primaria y secundaria.
6.
7. La obligatoriedad de la educación preescolar, que entró en
vigor a partir de 2004, se tradujo en una
expansión importante de la demanda en los últimos años; la
población en edad de recibir estos servicios
está disminuyendo. Como consecuencia de estos dos factores
combinados, según datos de la SEP,
prácticamente la totalidad de los niños de cuatro y cinco
años está en la escuela. Casi la mitad de los de tres
recibe educación, si bien la obligación de mandar a los
chicos de esta edad debió entrar en vigor en el
2008, la norma no se aplica de manera estricta todavía.
8. El grupo de niños de seis a 12 años, es decir, en edad de asistir a la primaria,
está disminuyendo, al igual que la matrícula del nivel. Datos del Conteo de
Población del 2005 sugieren que, en ese año, alrededor de 1.2 millones no
asistían a la escuela. Las estimaciones de la SEP, que se basan en las
proyecciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO) de 2007, permiten
suponer que la cifra es hoy del orden de los 650 mil.