1. CENTENARIO DE BACHELARD
Por Lácides Martínez Avila
Se cumple en esta fecha (27 de junio de 1984) el centenario del natalicio del filósofo.
francés Gastón Bachelard, a quien se considera el creador de la teoría del
conocimiento científico, asunto que ya había tenido antecedentes en el pensamiento
de Bacon, Meyerson y, más recientemente, en el de Ferrier.
Bachelard nació el 27 de junio de 1884, en Bar-sur-Aube, donde realizó sus estudios
primarios y secundarios. Se dice que fue un alumno mediocre. Posteriormente, pasó
como empleado de correos a París y allí se licenció en matemáticas. Más tarde,
cuando ya había pasado de los treinta y cinco años de edad, obtuvo también la
licenciatura en filosofía; dos años después la agregación y, un lustro más tarde, el
doctorado.
Desde temprano, cuando aún no había culminado sus estudios, mostró gran interés
por la filosofía, pero circunstancias poco propicias le impidieron dedicarse plenamente
a esta disciplina. Comenzó a ejercer su carrera docente en el colegio de Bar-sur-Aube,
donde el exceso y la diversidad de materias que para un mismo profesor imponían las
condiciones de la época, no le permitían aplicarse al filosofar. Años después, fue
profesor en la facultad de Letras de Dijon durante una década, y de allí pasó a la
Sorbona. Llegó a dirigir el Instituto de Historia de las Ciencias y a ser miembro de la
Academia de Ciencias de París.
La parte sustancial de la filosofía de Bachelard está dada por la sustentación que hace
de la dimensión teórica de la ciencia y de la importancia de su historia, idea que
desarrolla principalmente en sus obras El racionalismo aplicado y La Formación del
espíritu científico; contribución a un psicoanálisis del conocimiento objetivo. En
realidad, el pensamiento bachelardiano se halla inscrito dentro del notable germinar
epistemológico que ha tenido lugar durante los últimos cincuenta años, como reacción
contra el positivismo. La epistemología, término cuya introducción se atribuye a
Ferrier, hace referencia a la estructura, objeto y valor del conocimiento científico, y
constituye, para Bachelard, la teoría de la ciencia, aunque ciertos filósofos, como Louis
Althusser por ejemplo, no estén de acuerdo con esta identificación, considerándola
“teoricismo” o “proyecto ilusorio”. Sea como fuere, es claro que la epistemología no es
un ente estático ni mecánico, y así lo entiende Bachelard, quien procede partiendo de
la praxis científica para llegar luego a una especie de corolario teórico a fuer de
hilvanar los distintos conocimientos dimanados de la ciencia, teniendo en cuenta su
correlación histórica. Meyerson había hablado de un “residuo cualitativo” en cada
conocimiento científico. Tal es el hilo que utiliza Bachelard para fabricar su “tejido
epistemológico”. La ciencia, según él, no es una mera actividad técnica y mecánica,
sino con un trasfondo teórico-histórico que la aproxima al arte, con el cual, en vez de
reñir, se complementa.
Próximos a Bachelard se hallan sus contemporáneos Einstein y Koyré. El primero
admite que en toda teoría científica existe algo que pugna por rebasar los meros
contornos de la ciencia, y el segundo se aplicó de lleno a la historia de la ciencia,
confiriéndole el carácter de método científico.
Bachelard falleció el 16 de octubre de 1962 en París, dejando tras de sí una obra que
abrió nuevas perspectivas filosóficas y científicas.
Barranquilla, 27 de junio de 1984