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Grupo5 ensayo cientifico 1
1. “La meta ideal de la filosofía sigue siendo puramente la concepción del mundo, que precisamente,
en virtud de su esencia, no es ciencia.”
Edmund Husserl (Filósofo Alemán)
INTRODUCCIÓN
Edmund Husserl ha sido uno de los filósofos menos comprendidos en el siglo veinte,
pero es de los que más ha influido en las tradiciones analítica y continental de la filosofía. Otros
ignoran que su obra aportó a la lógica formal cuando, por primera vez, hizo una distinción que
hoy conocemos bajo los términos de “reglas de formación” y “reglas de transformación”. Según
algunos estudiosos, su filosofía de las matemáticas es la más parecida a la manera en que los
lógicos y matemáticos llevan a cabo su exploración axiomática y deductiva. Influyó sobre una
variedad de matemáticos reconocidos en la historia del siglo veinte.
Constituye una de las figuras más destacadas de la filosofía occidental del siglo XX. Fundador
de la corriente filosófica conocida como fenomenología consideraba a ésta como una «nueva
ciencia fundamental», una ciencia de un nuevo tipo y de una extensión infinita, estricta y de
carácter fundante cuya tarea es el estudio del «reino de la conciencia pura y de sus fenómenos,
pero no según su ser fáctico, sino según sus posibilidades y leyes ideales». Como señala uno
de sus discípulos, Walter Biemel, el hilo conductor de este estudio es la idea de que para
iluminar la esencia de una cosa es necesario remontarse al origen de su significación en la
conciencia y a la descripción de este origen. Con esta idea están relacionados conceptos
fenomenológicos tan relevantes como “constitución”, “reflexión”, “descripción
fenomenológica”, “intuición eidética”, etc.
Consideró que la labor del filósofo es la superación de las actitudes naturalista y psicologista
mediante la contemplación de las esencias de las cosas. Admitió que la conciencia está
permanentemente dirigida hacia las realidades concretas y llamó a este tipo de atención
2. intencionalidad. Pasó varios años en la Universidad de Gotinga, donde atrajo con sus teorías a
muchos estudiantes. Logró que se fundara la escuela fenomenológica y escribió su obra más
influyente: Ideas: una introducción a la fenomenología pura (1913). Aportó análisis detallados
de las estructuras mentales implicadas en la percepción de objetos particulares; describiendo
de modo muy minucioso.
VIDAS Y OBRAS
Edmund Husserl Filósofo y lógico alemán. Nacido en el seno de una acomodada familia
judía el 8 de Abril de 1859 en Prossnitz (Moravia), estudió física, matemáticas, astronomía y
filosofía en las universidades de Leipzig, Berlín y Viena. En la primera de éstas fue alumno de
Wilhelm Wundt, el fundador de la psicología experimental contemporánea. En Leipzig conoce
a Thomas Masaryk, futuro presidente de Checoslovaquia, el cual influyó decisivamente en él.
En Berlín Husserl estudia matemáticas con Karl Weierstrass y Leopold Kronecker y filosofía
con Friedrich Paulsen. En 1882 obtiene en la Universidad de Viena el doctorado con una tesis
titulada Aportaciones a la teoría del cálculo de variaciones. Durante este mismo año y por
influencia de Masaryk, comienza a estudiar el Nuevo Testamento. Al mismo tiempo va
aumentando progresivamente su interés por la filosofía en la cual echa de menos la cientificidad
característica de las matemáticas.
En 1884/85 Husserl asiste en Viena a las lecciones que impartía Franz Brentano las cuales
provocan en él la decisión de dedicarse profesionalmente a la filosofía. Especialmente atractiva
para él es la concepción brentaniana de la psicología como la disciplina que intenta describir el
ámbito de la conciencia. En 1887 se casa con Malvine Steinschneider y obtiene en la
Universidad de Halle la habilitación al profesorado con un escrito titulado Sobre el concepto
de número, el cual constituye el origen de su primera gran obra, a saber, Filosofía de la
aritmética. En ésta, Husserl se muestra como un matemático interesado en el esclarecimiento
del estatuto de los objetos de su disciplina.
En 1916 pasó a ser profesor titular de la Universidad de Friburgo, donde ejercería la docencia
hasta su jubilación, en 1928. En el mismo año es nombrado profesor emérito. Aunque siguió
dictando lecciones en la Universidad, su posición fue debilitándose. En 1928 Husserl publica
las Lecciones sobre la conciencia interna del tiempo basándose en un manuscrito preparado
años atrás por Edith Stein. En 1929 aparece Lógica formal y trascendental donde se constata
un aumento de la preocupación por la „dirección subjetiva” de la lógica.
3. En 1931 Lévinas publica la traducción francesa de las Meditaciones cartesianas, cuyo origen
se remonta a unas conferencias pronunciadas por Husserl en La Sorbona. En 1936 ve la luz la
primera parte del libro La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental,
apenas 100 páginas. Con la llegada del nazismo al poder su actividad se vio muy limitada,
prohibiendo incluso el acceso a la biblioteca.
Sus escritos propiamente filosóficos comenzaron con la publicación, en 1900-1901, de
Investigaciones lógicas, en la cual polemiza con el psicologismo y con la que se abre su
pensamiento más original. Su intención era establecer una base epistemológica para la filosofía
que la convirtiera en propiamente científica, base que halló en el método que llamó
«fenomenológico» y que representa en cierta medida una modernización del trascendentalismo
de Kant.
En el verano de 1937 Husserl cae gravemente enfermo y fallece el 27 de Abril de 1938. Tras
la muerte de Husserl el franciscano H.L. van Brenda viaja a Friburgo y salva el voluminoso
archivo de manuscritos de investigación de éste. Después de toda una serie de avatares, estos
manuscritos llegan a la Universidad Católica de Lovaina surgiendo así el Husserl-Archiv. En
los años 50 comienza la publicación de sus obras completas en la serie Husserliana.
Sus obras completas en la serie Husserliana son: De las matemáticas a la filosofía, El origen
psicológico de los conceptos aritméticos, Lógica pura y psicología, Teoría fenomenológica del
conocimiento, La fenomenología como ciencia de la conciencia pura o trascendental, La
ausencia de presupuestos, La reducción fenomenológica, La reducción eidética, La estructura
general de la conciencia en sentido fenomenológico, La intencionalidad, Noesis y noema, El
concepto de constitución, Tiempo, intersubjetividad y mundo de la vida, La conciencia interna
del tiempo, De la subjetividad a la intersubjetividad. Empatía y constitución del otro,
Fenomenología trascendental y mundo de la vida, La ética de Edmund Husserl, Hacia una ética
científica, El amor como motivo fundamental de la ética husserliana, entre otros.
4. LA FENOMENOLOGÍA COMO CIENCIA DE LA CONCIENCIA PURA O
TRASCENDENTAL
La ausencia de presupuestos
Para entrar en contexto y enmarcarse en uno de los objetivos principales que tiene la
fenomenología, incita a imaginar una situación en donde carezca de la creencia de la existencia
del mundo, esto con el fin de marcar un punto de partida en donde el pensamiento quede libre
de toda atadura bajo todo contexto que se pueda idealizar y es en este punto donde el ser
humano tiene claridad de aquello que se da en el modo en que se da. Así, Husserl enuncia el
principio de todos los principios: “toda intuición en que se da algo originariamente es un
fundamento de derecho del conocimiento; (…) todo lo que se nos brinda originariamente (…)
en la ‘intuición’, hay que tomarlo simplemente como se da, pero también sólo dentro de los
límites en que se da”. La estrategia de creer en la carencia de toda creencia permite generar un
estado en donde este presenta la ausencia de presupuestos o teorías. Todo esto para contradecir
aquella teoría asumida por las ciencias útiles o positivas (Aquellas ciencias que fueron
consideradas útiles para el dominio y control de las masas). Teoría que toma la creencia de la
existencia de una realidad independiente de la mente y por lo tanto de la experiencia.
La reducción fenomenológica
El objetivo de la reducción fenomenológica es la de generar en el ser humano una visión
que le permita visualizar todo aquello que posea explicación, su idea base, su definición libre,
todo aquello que libere su esencia, y para esta liberación de esencia es necesario omitir todos
los contextos existente que vinculen a los objetos, dejando así emanar su significado esencial
y denominándolo fenómeno.
Para este complejo proceso se identifican dos momentos: Para el primer momento se debe
catalogar al mundo entero como barrera para la adquisiciones de las esencias naturales de las
cosas y por esta razón se realiza la reducción de “toda clase de productos culturales, toda clase
de contextos sociales, económicos, percepciones en cuanto a creencias, derechos etc. todo esto
conlleva a la desconexión de todas las ciencias de la naturaleza y del espíritu con su contenido
epistemológico dejando las cosas con su actitud natural.
5. En el segundo momento se habla de un análisis de los objetos quedantes del primer momento,
modificando el sentido de la reducción fenomenológica y caracterizando a los objetos por su
aporte definiendo a los objetos absolutos y auténticos como inmanentes; y el resto de objetos
definiéndolos como trascendentes. En este punto el objetivo del segundo momento el cual
identifica una segunda reducción es la de mantener únicamente a los objetos o esencias
inmanentes. Los objetos inmanentes poseedores de la actitud natural son observables por la
conciencia siendo estos capaces de ser perceptibles tanto el mundo real como en el mundo de
la conciencia.
La reducción eidética
La reducción eidética enfocada en la fenomenología busca la separación y obtención de la
esencia de las cosas de entre rasgos no relevantes que facultan la idea bajo los contextos
necesarios que se la apliquen, como resultante se obtiene a los objetos con esencia inmanente
o esencia pura y siendo esta utilizada para la asimilación más natural posible de las estructuras
cognitivas y de la localización de la misma en la conciencia humana, es decir, que se dota la
idea esencial de las cosas de la manera más originaria o clara posible, siendo estas las bases de
conocimientos que no pueden ser bien apreciadas cuando entran juego bajo varios contextos lo
sumergen. Esta esencia en su estado puro puede ser bien apreciada y asimilada por la
conciencia, con el fin de generar soluciones a los problemas filosóficos y a las experiencias
evidente.
LA ESTRUCTURA GENERAL DE LA CONCIENCIA EN SENTIDO
FENOMENOLÓGICO
La intencionalidad
Para nuestro autor, el fenomenólogo tendrá que verse a sí mismo como conciencia
contempladora del mundo desde su intencionalidad. A esto lo considera “ego puro”. Los
métodos del fenomenólogo no podrán considerar a los objetos como dados en sí mismos, con
la ingenua expresión “tal como son”, sino sólo como percibidos por una conciencia orientada
por sus fines. Entonces el investigador tendrá que cuestionarse cómo es la forma mediante la
cual es captado el mundo por su conciencia intencional.
6. El sujeto intuye y con su intuición genera sentido y ese sentido puede ser reflexionado y
validado de diversas formas. Mediante su conciencia él define, experimenta, prepara razones y
experiencias para lograr certezas y vitalidades en su pensamiento. No sólo contempla al mundo,
también se ve a sí mismo como conciencia, es decir como testigo de sus propias operaciones,
de sus propios intereses y procesos.
Esa conciencia mira al sujeto al que está integrada, se detiene en ese su ser de sujeto; lo mira
no sólo como sujeto, también como objeto en el mundo, objeto ubicado en contextos peculiares
y proyectado en ellos por sus actos intencionales, por su voluntad, por las tendencias y las
inercias de su historia.
Al parecer, la clave está en no mirar a los hechos como hechos, a los objetos como objetos,
sino como contemplados desde mi experiencia de sujeto y desde mi intencionalidad. Por
ejemplo estoy frente a mí mismo como “subjetividad trascendental”. A esto le llama Husserl
“yo puro”, cuyo ser y cuyo mirar no se confunde con el mundo, ya que el mundo mismo se ha
puesto en cuestión.
La intencionalidad es clave para percibir a mi subjetividad en el mundo. Husserl señala: “La
característica fundamental de los modos de conciencia en los cuales yo vivo como yo, es la
denominada intencionalidad” (Husserl, 1988: 17). Los modos de ser del sujeto se orientan y
definen por sus intenciones y sus intencionalidades.
Un aspecto clave de la intencionalidad es la definición de los fines con los que el sujeto actúa.
“Para nosotros dice Husserl se trata de hacer comprensible la teleología en el acontecer
histórico de la filosofía, especialmente de la moderna, y justamente con ello procuramos un
esclarecimiento sobre nosotros mismos en la medida en que somos sus portadores y que
aspiramos a ser sus correalizadores” (Husserl, 1984: 76).
Y la intencionalidad del fenomenólogo trascendental según Husserl no es comprender esta o
aquella intención o intencionalidad, sino comprender la unidad articuladora de todos los
programas de la historia: “Intentamos llegar a comprender la unidad que domina en todos los
programas históricos a través de sus oposiciones, semejanzas y transformaciones” (Husserl,
1984: 76).
Esta ambiciosa tarea supone una crítica permanente, mediante la cual se reconstruyan los
contextos históricos al interpretar las intencionalidades de los actores, como mis contextos, ya
que al ser de todos son también míos.
7. Noesis y noema
El sujeto puede reflexionar sobre sus “actos intencionales”, a los que Husserl también llama
noesis o cogitaciones. Es capaz de detenerse en sus contenidos intencionales, sobre la eficiencia
de su intencionalidad, sobre su capacidad de estar más allá del aquí y del ahora.
Imaginariamente puede ubicarse en el tiempo en que quizá se logran los fines buscados.
El acto intencional puede recapacitar frente a esos escenarios de la fantasía intencional. Es
capaz de repasar, madurar, prever viabilidades, desarrollar capacidades del sujeto
trascendental, apreciar sus potencialidades y calcular sus procesos, prefigurárselos.
La fenomenología trascendental no ve a “la realidad en sí”; en vez de eso, contempla la
experiencia subjetiva en el contexto de prospectos intencionales específicos. Los actos
intencionales, o noesis, generan “objetos intencionales” a los que nuestro autor también llama
nóemas o cogitatum. A cada acto intencional corresponde un objeto intencional, un objeto visto
o estudiado desde cierto prospecto.
El objeto intencional, está afectado por el acto intencional. En el acto intencional ya podemos
prefigurarnos lo que generaremos como objeto intencional. Ese objeto intencional ya está o
tiende a estar inminente en el acto intencional. La transformación del objeto por el sujeto se da
a partir de sus actos intencionales.
Al actuar sobre el objeto intencional lo transformamos de acuerdo a nuestros fines. El sujeto
está más allá de sí mismo gracias a esta transformación. Se trata de una nueva esfera del ser
que implica una realidad inédita, trascendemos lo conocido y tendemos a hacernos conscientes
de una “subjetividad trascendental” y con ella constituimos una nueva forma de contemplar.
El ego trascendental realiza experiencias trascendentales y con lo cual, cuando es sistemático,
genera una ciencia trascendental.
El concepto de constitución
Vemos a la cosa como unidad, como una entidad que es síntesis de múltiples elementos, en
el cual se contempla desde innumerables ángulos y a través diversos instrumentos.
Detengámonos en este conjunto de objetos llamados ‘árboles’. Cada árbol supone esquemas de
implicación similares: raíces que absorben nutrientes de la tierra conducidos por el agua; todos
tiene tronco, ramas, flores; aunque también habrán diferencias entre cada especie: los
8. manzanos, los fresnos, etc. Nosotros atribuimos a todos los árboles ciertos esquemas de
implicación comunes, aunque tendremos esquemas que sólo se le atribuyen a una especie y no
a otra: a los manzanos y no a los cedros.
En cada cultura y cada variante cultural se establecen reglas para asociar la multiplicidad en
cada cosa asumida como una unidad. No es posible pensar el mundo sin múltiples esquemas
de implicación. Con la cultura, y con nuestro posicionamiento en ella, asumimos modos de
experimentar a cada cosa y a cada tipo de cosas. Asumimos a la cosa como una unidad de
múltiples dimensiones. Podemos verla según su peso, color, precio en el mercado, valor
calórico o de multitud de maneras más. Cada una de esas formas de mirar es guía de un acto
intencional que al aplicarse a la materia recorta y define un objeto intencional; es decir, define
un modo de orientar nuestra influencia transformadora, nuestra creación.
Es imposible experimentar el infinito de atributos de cada cosa. El esquema de implicación
constituido tiende a orientarnos para experimentar cada cosa. Mismos que tienen alguna
duración, normalmente se están reconfigurando sin que nos demos cuenta. Así aprendemos y
renovamos nuestras maneras de experimentar.
Tiempo, intersubjetividad y mundo de la vida
En consecuencia de la percepción de Husserl en el ámbito del tiempo no relata sobre un
punto de vista que parte en dos puntos y nosotros somos el eje del mismo, uno de ellos plasma
que si miramos hacia atrás tenemos la posibilidad o potestad de introducirnos a ella o
permanecer, puesto que es algo de nuestro inconsciente de una decisión muy intrapersonal
sobre elegir el rumbo de nuestro tiempo la cual puede denominarse, en términos muy generales,
objetiva que apunta al esclarecimiento de la captación de un objeto temporal en una duración,
por ejemplo, un sonido o de un lapso temporal de una melodía, pero si miramos hacia el futuro
presente tendríamos más posibilidades de un tiempo en que pensar y ejecutar el tipo de acciones
con relación alguna nos dicen “no pienses en un elefante”, sin embargo su futuro ha sido
cambiado puesto que la persona lo pensó, añadiendo un enfoque de control total en ejecuciones
de corto, mediano y largo plazo sobre nuestros movimiento a futuro.
El punto central de esta cuestión es que si la conciencia constituyente se diera a sí misma del
mismo modo que a ella se le dan los objetos temporales, nos veríamos abocados a una suerte
de “progreso al infinito”, puesto que habría que postular una nueva conciencia constituyente
de orden superior, y así sucesivamente. Husserl habla de la conciencia constituyente del tiempo
como atemporal o supratemporal en el sentido de no ser en el tiempo.
9. Esto último no significa que esta conciencia carezca de referencia al tiempo. Todo lo contrario,
se trata de un continuo estar presente, pero no y esto es lo decisivo en el modo en el que lo está
un objeto temporal.
Precisamente, una de las características de la objetividad es que lo que es dado, es vivido como
siéndolo así para cualquier sujeto. Todo esto pone de relieve cómo, de alguna manera, la suerte
de la fenomenología husserliana se juega en una teoría adecuada de la intersubjetividad, en
cuyo nivel más básico se encuentra la constitución del otro. La pregunta por la empatía hace
referencia al modo en el cual experimentó al otro, a cómo constituyo a alguien como un alter
ego, como otro yo, que es su propio “centro” de vivencias, afecciones y actos; a cómo, en
definitiva, constituyó otros sujetos como verdaderos sujetos y no simplemente como objetos.
El punto de partida de las consideraciones husserlianas al respecto es una triple constatación:
en primer lugar, la constatación de que la experiencia del otro es siempre una experiencia del
otro en su apariencia corpórea; en segundo lugar, el hecho de que yo experimento mis propias
vivencias en un modo único, inmediato, originario y, en tercer lugar, la constatación de que yo
no experimento así las vivencias de los otros. El paso previo a la respuesta a la pregunta por la
experiencia del otro consiste en la delimitación del estrato desde el cual tiene lugar esta
constitución. Dicho estrato es el ego en lo suyo propio, lo que Husserl denomina esfera
primordial u originaria. El primer hallazgo en esta esfera primordial es mi cuerpo vivido, el
cual constituye no sólo el polo del yo como idéntico de mis múltiples vivencias, sino también
el único objeto de mi estrato abstractivo del mundo al que atribuyó experiencias en campos de
sensación. Al primer tipo de respuestas pertenecen las denominadas teorías del razonamiento
por analogía mientras que las segundas corresponden a las teorías de la empatía.
La construcción personal es una de la problemáticas que se han dado desde tiempos en Grecia
como entorno, social, económico y político de la comunidad esto se debe al desarrollo de actos
o hechos históricos del mundo cultural en general, puesto que es ahí donde el contexto se
ejecuta y surgen un análisis de acciones en situaciones de las ciencias de Occidente, según
Husserl, éstas se encuentran en una crisis, fruto de un determinado desarrollo de la idea
originalmente griega de teoría, de ciencia, el cual ha llevado a una serie de consecuencias
peligrosas.
En la crisis de las ciencias europeas Husserl se marca como tarea alertar al mundo del creciente
peligro del colapso de la perspectiva genuinamente científica y filosófica que ha marcado el
progreso de Occidente desde el tiempo de los griegos.
10. Asimismo, criticaba lo que él consideraba como un racionalismo deformado, consecuencia de
la Ilustración, que naturaliza el espíritu y ponía las bases de un objetivismo ingenuo, no dándose
cuenta de que es la subjetividad la que hace posible la objetividad genuinamente racional. En
este orden de cosas, el desarrollo de las ciencias europeas, sobre todo, de la física de Galileo
ha conducido a un positivismo filosófico y a una visión positivista del mundo. Husserl no
sugiere que la exploración científica sea falsa, lo que él critica, más bien, es una cierta auto-
comprensión “inflada” de la ciencia según la cual la realidad es definida por la ciencia (física)
de modo que sólo las investigaciones científicas pueden capturar la auténtica realidad.
La solución para superar crisis pasa, según Husserl, por el descubrimiento de que la conciencia
científica emerge de formas no teóricas de la conciencia cotidiana, de lo que denomina mundo
de la vida. Éste constituye un “suelo”, un “horizonte” para todos, un campo universal de toda
práctica efectiva y posible. Se trata de la realidad en la que vivimos y que siempre nos es pre-
dada. Por consiguiente, las ciencias construyen a partir del mundo de la vida. La salida de la
crisis en la que éstas se encuentran pasa por el re-descubrimiento de las experiencias del mundo
de la vida de las que han surgido. Se impone, pues, una labor de deconstrucción.
Aplicaciones a la Práctica
La ética de Edmund se remonta a manuscritos de investigación anteriores incluso a la
publicación de la primera edición de Investigaciones lógicas. En términos generales puede
afirmarse que son dos las grandes líneas de la ética de Husserl: (1) la correspondiente a su
temprana concepción de la axiología y de la ética en la que se defiende un universalismo y
objetivismo éticos fundados en una ética racionalista del imperativo categórico. El paralelismo
y la analogía de los tipos de razón están en el punto central de las lecciones de Husserl sobre
Ética y Axiología impartidas en los primeros años del siglo XX. Según este paralelismo, del
mismo modo que a la lógica formal corresponde un sistema de estructuras fundamentales de la
conciencia, por tanto, una fenomenología y una teoría del conocimiento formal, de modo
análogo corresponderían a la axiología y práctica formales una teoría de la valoración y de la
voluntad; (2) las dudas que ya en el periodo habían surgido acerca del ideal de la razón práctica
en el sentido del imperativo categórico condujeron a Husserl a una nueva orientación en su
axiología y ética en el sentido de una limitación progresiva, e incluso de un cuestionamiento,
del racionalismo ético.
11. Este ideal de la razón sería, en última instancia, demasiado formal y desconocer una dimensión
más profunda de la persona, el amor. En el amor la persona sigue su vocación individual
entendida ésta como la tarea ética de cada persona y “abre” sus ojos a nuevos valores
subjetivos. Esta crítica al racionalismo del imperativo categórico señala que estarían en
conexión con un cambio en la ontología del ser personal. Esta preocupación por el yo personal
va de la mano de la ampliación de los análisis husserlianos desde una fenomenología estática
a una fenomenología genética.
Ahora bien, estas dos vertientes de la ética de Edmund Husserl que se acaba de señalar, si bien
apuntan en direcciones diferentes, y en cierto modo hasta opuestas, proceden ambas sobre la
base de que es posible una ética que, aunque dé al amor en cuanto disposición afectiva
fundamental algún tipo de participación en los fundamentos de la moral, no por ello cae en el
subjetivismo ético. La ética racionalista del imperativo categórico que Husserl defiende en una
primera etapa tiene que ver, a su vez, con la consideración husserliana de la filosofía como
ciencia racional. Tanto en sus escritos de carácter general como en sus lecciones de Ética,
Husserl distingue entre tres dominios de la razón: una razón lógico-teórica, una razón
axiológica y una razón práctica.
En resumen, la filosofía no puede limitarse a la dimensión puramente teorética, sino que
debe extenderse también al ámbito práctico, entendiendo por práctico todo aquello que no
puede ser adscrito a la esfera lógico-cognoscitiva, esto es, lo que tiene que ver con la vida
afectiva, emocional, del sujeto, con lo que Husserl denomina Gemüt.
El contexto general de estos análisis husserlianos es el tránsito del yo puro inobjetable, que se
limita a vivir en sus actos, a la persona singular entendida como unidad de determinaciones
cualitativas. Este tránsito, que coincide con el giro de Husserl desde una comprensión estática
a una comprensión genética del problema de la constitución, es efectuado por éste mediante el
recurso a la libre motivación y a los hábitos.
En este orden de cosas, Husserl intenta desarrollar un concepto fenomenológico de la esencia
de la persona en el cual ésta no es simplemente un mero polo de irradiación de vivencias donde
no se manifiesta nada de individualidad, sino un ente con una peculiaridad individual en la cual
los actos “dejan huella”. Esta peculiaridad individual que distingue al yo se manifiesta en las
actitudes del mismo, en sus intereses, en sus motivaciones, en sus opiniones, decisiones, tomas
de posición, convicciones, etc.
12. En resumen, el yo no es una noción puramente formal, vacía de contenido, como lo era para
Kant. Más bien, está lleno de actitudes, creencias, tiene un carácter hecho de “convicciones” y
“habitualidades” que han “sedimentado” en él. Es justamente en este contexto en el que se
enmarcan las reflexiones, sobre el amor realizadas por Husserl.
En el amor individual tiene lugar, según Husserl, una “concreción” del imperativo categórico
que se expresa en la vocación de cada persona. En esta la persona se relaciona con un género
de valores que encuentran en ella una resonancia especial. Hacia estos valores, los cuales son
reconocidos como los “suyos”, la persona profesa, en expresión de Husserl en la primera de las
lecciones Kaizo, un “amor personal de devoción exclusiva”. Puedo respetar y apreciar otros
valores, pero no los amo “desde el centro más íntimo de mi persona”, “con toda mi alma”,
Estos valores suscitan el entusiasmo del yo.
A su vez, este entusiasmo “despierta” al yo más profundo haciendo que éste se decida y se
ponga al servicio de ciertos valores objetivos, individuales o de ciertos ámbitos de valores
objetivos-ideales.
13. CONCLUSIONES
● Edmund Husserl en el siglo XX fue uno de los investigadores y filósofos más
infravalorados puesto que sus aportes con el comportamiento de los seres humanos es
vital para un entendimiento de cómo acercarse más a la complejidad de ánimos en una
situación de estudio al individuo como tal o a la sociedad.
● En resumen Husserl da puntos de inflexión del interior de nuestro yo, el alter ego y ego,
que crea una reconstrucción del individuo a tiempos pasados o futuros, marcados por
decisiones del mismo, esto en la práctica aplicada en la educación crea vínculos de
afecto entre otras personas conociendo así su entorno y realidades de las mismas
necesidades.
● Las realidades que se ven son las que se pueden experimentar o evidenciar en todo
sentido, una de ellas son las ciencias que traen consigo resultados y no solo hablan de
hipótesis, si no de hechos que al mundo causan el impacto en todos los ámbitos, ya sean
estos culturales, sociales, económicos, políticos o de forma en general.
● Husserl toma estos actos como procedimientos trascendentales en forma de problemas
comunes o complejos, para una interiorización del individual o colectivo del ser,
tratando conocer o conocerse en necesidades que saquen cada uno como conclusiones
de hechos o actos pasados o futuros, concretándolos en realidades para el mundo.
14. BIBLIOGRAFÍA
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método fenomenologíco.: https://filosofia.idoneos.com/fenomenologia/
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: http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1016-
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http://cibernous.com/autores/husserl/teoria/husserl.html
Rivera Jiménez, O. Y., Barbosa, R., & Monteolivo, P. (2011). La filosofía de Edmund
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http://pmrb.net/home/sites/default/files/texto_intro_husserl.pdf
Sesplugues, D. (2004). Edmund Husserl. Obtenido de Biografìas y Vidas - La Enciclopedia
biográfia en línea: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/husserl.htm
AUTORES DEL ARTÍCULO
Estudiantes Angamarca Estalin, Gordon Darío, Garzón Nicole, Iza Fernando, Sánchez
Verónica, Tamayo Paul Miembros De la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la
Educación de la Universidad Central del Ecuador.