Devocional sobre el evangelio de San Juan Capítulo 15 y los versículos 1 al 5. Tiene como propósito llevarnos a entender la importancia de permanecer unidos a Dios para que nuestras vidas realmente den buenos frutos.
2. Juan 15. Jesús, la vid verdadera
S 1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
S 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que
lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
S 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
S 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede
llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco
vosotros, si no permanecéis en mí.
S 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en
él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
5. Vrs. 1 Yo soy la vid verdadera…
“En vez de elegir la graciosa
palmera, el sublime cedro o el
fuerte roble, Jesús tomó la vid con
sus zarcillos prensiles para
representarse. La palmera, el
cedro y el roble se sostienen solos.
No necesitan apoyo. Pero la vid se
aferra al enrejado, y así sube hacia
el cielo. Así también Cristo en su
humanidad dependía del poder
divino. “No puedo yo de mi mismo
hacer nada”. Declaró en Juan 5:30.
(DTG pág. 629).
6. Vrs. 1 … y mi Padre es el
labrador.
- Todo viñedo debe ser podado por un
experto. Tiene que saber cómo y cuándo
abonar la vid para lograr la mejor cosecha.
- Nuestro Padre es el Labrador, la garantía de
nuestro crecimiento y fruto:
(Is 27:2-3)"En aquel día cantad acerca de la
viña de vino rojo. Yo Jehová la guardo, cada
momento la regaré; la guardaré de noche y
de día, para que nadie la dañe".
- La poda, a su tiempo y sazón, de los
pámpanos fructíferos corre a cargo del gran
Labrador.
7. Vrs. 2 Todo pámpano…
S “Se representa a los discípulos
como las ramas de la vid. Así
como las ramas dependen de
su conexión con el tronco para
su vida y productividad, así
también el cristiano depende
de su unión con Cristo para su
vida espiritual y sus frutos para
el cielo” (Comentario bíblico).
8. Vrs. 2 Todo pámpano que en mí
no lleva fruto, lo quitará...
S Frutos cristianos: Talante, vida y testimonio.
S Un cristiano sin frutos es una contradicción.
S “Se espera que el que profesa estar en Cristo
dé frutos que correspondan con su profesión.
Esos frutos son llamados en otras partes “el
fruto del Espíritu”,…. Cuando faltan esos
“buenos frutos”, se hace necesario cortar las
ramas infructíferas”.
S Así como hay cristianos verdaderos, los hay
también falsos.
9. Vrs. 2 … y todo aquel que lleva
fruto, lo limpiará, para que lleve
más fruto.
S La vid es una planta que crece de forma
lozana y exuberante, de modo que este
crecimiento llega a perjudicar el fruto,
por tanto debe ser podada sin
compasión.
S Esta poda o limpieza, no consiste en
quitar las malas hierbas, o espinos, o
cualquier otra cosa que vaya a impedir el
crecimiento (aunque de esto también
tiene que haber), sino que consiste en
cortar los largos sarmientos o ramas del
año anterior, y quitar los brotes excesivos
que aparecen cada año.
10. Vrs. 2 … y todo aquel que lleva
fruto, lo limpiará, para que lleve
más fruto.
Evidencia en la vida real y actual:
S Llega el invierno y es hora de podar la vid
S A la hora de entender la poda, uno de los
fundamentos primordiales es que de no
efectuarse, la uva no maduraría. Si la planta
creciera libremente sin intervención del ser
humano, ésta produciría numerosos y
pequeños racimos que no llegarían a tener un
nivel de azúcar satisfactorio.
S (Tomado de Los Andes Online – Fincas el 20
de noviembre de 2010 de
http://www.losandes.com.ar/notas/2008/6/7
/fincas-362627.asp)
11. Vrs. 2 … lo limpiará, para que
lleve más fruto.
S Incluso los pámpanos que dan fruto necesitan ser podados y limpiados para que den
más fruto.
S "Más fruto". Esta es una palabra que nos hace pensar. Como iglesias y como individuos
estamos en peligro siempre de estar satisfechos de nosotros mismos. El espíritu secreto
de la iglesia en Laodicea (Ap 3:17), "somos ricos y llenos de bienes y no necesitamos
nada", puede prevalecer donde menos lo sospechemos. Pero el aviso divino fue muy
distinto: "sois pobres, desventurados, miserables y desnudos".
S (Mt 7:16)"Por sus frutos los conoceréis". El amor hacia los demás, el gozo dentro del
propio corazón, la obediencia espontánea a Cristo, y una vida de oración que trae
respuestas concretas son pruebas convincentes de la realidad de la vida de Dios en el
alma del hombre.
S “No puede haber vida sin crecimiento. Mientras haya vida, habrá necesidad de un
desarrollo continuo. El desarrollo del carácter es la obra de toda la vida” (Comentario
Bíblico).
12. Vrs. 3 Ya vosotros estáis limpios
por la palabra que os he
hablado.
S Para podar los viñedos se utilizan podonas o tijeras para
podar, pero ¿cuál es el instrumento con el que el Padre
celestial poda sus pámpanos?
S La limpieza se efectúa por la Palabra (Jn 15:3), por eso
debemos permanecer en sus palabras (Jn 15:7).
S Es la Palabra de Dios que penetra hasta el alma y el espíritu,
que discierne los pensamientos e intentos del corazón, la
que nos puede limpiar.
S Dios purifica y santifica a los creyentes por medio de las
circunstancias de que los rodea.
S Pero sólo cuando la aflicción nos conduce a la disciplina de la
Palabra es que se vuelve en bendición.
13. Vrs. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el pámpano no puede llevar fruto por sí
mismo, si no permanece en la vid, así tampoco
vosotros, si no permanecéis en mí.
La unión vital entre el pámpano y la vid.
S Los pámpanos no tienen ni son otra cosa que lo que procede de la
vid y lo que la vid les imparte. El creyente es llamado a una vida de
dependencia entera e incesante de Cristo, y en ello consiste su
bienaventuranza máxima. (Fil 4:13)"Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece". La confianza en la suficiencia del Señor nos debe llevar al
descanso de la fe.
S Para permanecer de modo práctico en Cristo, hace falta ocuparse en
él, disfrutar de él, vivir de su vida, depender de él, imitarle.
14. Vrs. 5 Yo soy la vid, vosotros los
pámpanos; el que permanece en mí, y
yo en él, éste lleva mucho fruto…
S “Yo soy la Vid, vosotros los pámpanos”, dijo Cristo a sus discípulos.
Aunque él estaba por ser arrebatado de entre ellos, su unión espiritual
con él no había de cambiar. La unión del sarmiento con la vid, dijo,
representa la relación que habéis de sostener conmigo. El pámpano
está injertado en la vid viviente, y fibra tras fibra, vena tras vena, va
creciendo en el tronco. La vida de la vid llega a ser la vida del pámpano.
Así también el alma muerta en delitos y pecados recibe vida por su
unión con Cristo. Por la fe en él como Salvador personal, se forma esa
vacuidad a la plenitud de Cristo, su fragilidad a la perdurable potencia
de Cristo … Esta unión con Cristo una vez formada debe ser
mantenida…” (DTG 629-630).
15. Vrs. 5 …porque separados de mí
nada podéis hacer.
S “La mente carnal… no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco
puede” (Romanos 8:7).
S Es imposible que el hombre por su propia fuerza escape del
abismo del pecado en el que ha caído y dé frutos de
santidad (CC 16). Doquiera los hombres se aferren al
principio de que pueden salvarse por sus propias obras, no
tendrán una barrera contra el pecado (DTG 26-27).
16. Fuera de mí nada podéis
hacer.
S Esto queda perfectamente
descrito por el profeta
(Ez 15:1-4)
S Ocurre lo mismo con el
creyente que con el pámpano;
de sí mismo nada puede hacer;
es una madera de poco valor;
ligera y muy porosa, que arde
rápidamente.
17. Conclusión
S “El profesar la religión coloca a los
hombres en la iglesia, pero el
carácter y la conducta demuestran
si está unido a Cristo” (DTG 631).
S “Hemos aprendido a volar en el
aire como pájaros y a nadar en el
mar como peces, pero no hemos
aprendido el simple arte de vivir
juntos como hermanos” (Martín
L.King).