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Elrelieve
1. 1. La configuración del relieve.
Esta configuración del relieve se concreta en la forma maciza de la Península, la
elevada altitud media y la disposición periférica de los grandes sistemas montañosos.
• La forma maciza es consecuencia de la gran extensión en latitud y longitud de la
Península, del carácter poco articulado de sus costas, en las que existen poco
entrantes, y de la existencia de un litoral muy abrupto. Las consecuencias más
destacadas de este hecho son el carácter continental del clima del interior de la
Península y la gran distancia existente desde el interior hacia las costas.
• La elevada altitud media sobre el nivel del mar. España presenta una altitud
media de 660 metros, lo que la convierte en el segundo país más montañoso de
Europa, después de Suiza (1300 metros), superando en más del doble la media
europea (297 metros). Esta elevada altitud es consecuencia de la existencia de la
Meseta castellana y no de la presencia de altas cumbres, ya que su nivel medio
se halla entre los 600 y los 800 metros.
Aproximadamente el 18% del territorio peninsular español supera los 1000
metros de altitud y en algunas provincias, León, Granada, Teruel, Guadalajara,
Ávila y Soria, más del 50% de su superficie está por encima de dicha cota.
Todo esto impone a la Península condiciones poco favorables para la
agricultura, la distribución de la población (habiendo una gran diferencia en
número de habitantes entre las regiones del interior y del litoral), las vías de
comunicación o el aprovechamiento de los ríos como vías navegables.
• La disposición periférica de los sistemas montañosos. El interior de la Península
está dominado por la Meseta, que conforma una enorme penillanura
interrumpida en su parte central por dos sistemas montañosos: el Sistema
Central y los Montes de Toledo. El resto de los sistemas montañosos se
disponen en torno o independientes de la Meseta castellana, de manera que el
interior de la Península queda protegido como si de una fortaleza se tratara. Así,
las unidades periféricas a la Meseta son los Montes de León, la cordillera
Cantábrica, la cordillera Ibérica, la cordillera Subbética y Sierra Morena;
mientras que las unidades exteriores a la Meseta son los Pirineos y las
cordilleras Béticas.
Las consecuencias de esta singular disposición del relieve son el carácter
continental de gran parte del territorio y una red hidrográfica caracterizada por
un régimen torrencial y una gran capacidad erosiva.
La singularidad geográfica de la Península, anteriormente explicada, la convierte en una
zona de encrucijada y en un lugar de encuentro, otorgándole un gran valor
geoestratégico.
España como encrucijada.
La situación de encrucijada es reconocible en las condiciones naturales y
humanas. Las influencias naturales se señalan en el clima y en la vegetación. Los rasgos
climáticos de la Península están determinados por la influencia de las borrascas y de los
2. anticiclones provenientes del Atlántico y por las condiciones meteorológicas que se
generan en la cuenca del Mediterráneo.
En España se dan también especies de flora y fauna características de Europa y África.
En el norte de España se encuentran formaciones arbóreas europeas, con especies como
el abeto blanco, el haya o el roble; en el sur y el levante peninsular crece de forma
espontánea el palmito, una planta típicamente africana.
En el plano humano, en España se han asentado desde la antigüedad pueblos de diversa
procedencia, algo semejante a lo que ocurre en la actualidad, lo cual acentúa este
carácter de España como lugar de encuentro. Así lo demuestran los flujos migratorios
procedentes, en la actualidad, de África o América Latina.