Una de las cuestiones que más interroga a los antropólogos es la relativa a los vínculos entre la cultura y las conductas patológicas o anormales. Entre la locura y la sociedad se tejen lazos sutiles pero reveladores de los resortes que dan cuenta de la estructura sociosimbólica en la cual habitan los hombres.
1. Miradas desde
kz etnopsiquiatría y
el etttopsicoanálisis
Francisco de la Pefia M,
coordinador
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8. &ypacrnnjambtclaa~ntsmnrrlcruiouópoolon~.
y a q u c ~ d ~ ~ p o r ~ y c ~ ~ l t e g g u e b o y . ~
~ ' ~ ~
ta xgmb iccci6n- c cuatro ensap en a mtw que
@ten a las wprtsentaciones de k enfctmwbii y de los &mw y lag
pdtsias c u m t i ~E trab?jo de F d c o D la Peña mtl ias A c i *
l
. e
~ e r i t a = ~ o y - ~ ~ , u n ~ ~ ~ m h ~
nopsiqaniúos, WL pnapebivr: 4 dei espacio mpoli)gico a
una d ~ b l c
prrrtir tiel cual w $espIieg;in &
' p & h s t e r a h t h i , y la de l i tipos y
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~ n a o d ~ & ~ ~ h a m a n s ~ c ~ . E l ~ ~ p u e s ~ i ~ l
las mejanzm a p m - , d h h p e al psimadisk del '
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R m n c e ~ o w ~ ~ m p 2 l r r c , a W d ~ ~ ~ & l a r i
ialuzdeh etnopiqui&,para d a r k x f ~ ~ txem edesu ~ í ~
naturaleza y sus mdahdadm~orrrik k forma en que h v om -a& penrada
de r t ei
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Lsticia )il&tb.&w una sugatate-1 del fmhuw cki amor y
d mm 1 adoldol- a iuz de una perspectiva p 9 i d t i a
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yanm~&gia~endarcumtldclasw~~dadest;uitopsi-
& ~ c p m ~ m ~ l t m d e & ~ t q e l ckc ien d e v i d a ~ o t
~ i n
m pamAlbmuTom,iÉaesdc u n a ~ ~ ~ ~ y e t n o p d q u i & w ,
#qme ~~ wmp@dwn 4d m r a & Is er&rrnosmenealw en
em o
m lmpkd waiqa de h UUM de-Mkimy & mdom
b
htwfiq habit;rdm e n mayor o menor medidapor ia locura.
9.
10.
11. Alberto Torrentera
ENA H
"En l a hospitales, la farmacología ya ha t d o d las salas de
agitados en grandei acuarios tibios" [Foucault, 1998:339]-Como
peces, los internos,ahorah d o s uswios (antes &m mentales,
t incluso anteriormentealienados,denientes,lunáticos y locos) &
sentados eii bs s i h de hierrojunto a ias mesas redondas con grandes
parasoles que les protegen ante el s l de las aes de la tarde.
o
Dispersos, poco menos de una docena, forman ciertos mundos
aurónonlw, en ~ t hora cuando han &O
a de sus habitaciones:
una mujer,quien siempre funia, tiene la mirada concreta en ei piso
mientras ba¡aacea i c a k a ; un hombre, con muchas pulseras en
a
ambos brazos y un chaleco de carnaza ajustado, camina junto a
un médico prometiéndole ideas para escribir un libro. Aunque
algún paciente piarica con om o i n t m b i a &es con su acom-
pañante, quien es un mimiembro del personal s que no se separa del
e
interno durante doce horas, si quiere o puede paplo, el patio tiene
aigo de mansa pecera, de rumor que se rompe, regularmente,por
el graznido de una anciana calva en una d a de ruedas.
Lamaywparteddtra~decampesellev6acaboenlaalniraSan~alsur&
la ckidad de Mxka de m a m a mayo de 20ü7. hmdezfo a bautoridades dvik
y que me prmitiemn reaibr esta I n m al sncargado de! Area
de Rehabilbcih hkoswbLW s c o tlprés;y en eJpcclal al pdeólogo Aiexandro
C a n a m a qukn me fadlbb el aceramkntoa Iw internos,mothd su pwHdpaclbn y
mehhoconocerladinamicaho~hriaU~deudamds latwiñmiscmkwwrlos
que a c e p v parUctpar mw escriniraOaa pam?deitrabalo de campo w reallr6
medlame entrevistas eonercrltores bdskamenterioetas.
12. Acomp?ño d psidagoA i e x m h piwitv a los pacientes a uni ten@
queitbcluye~pmami;il,dibujoy,peraloahdeesta irmd@h,eraitura.
Algunos no & m el patio, sino en su habitación.Para entrar a los pabeiiones
hay que abrir una putrta que está c d con h e , como l 6 o todos los
~ . E n u n p d ~ob j e n i l h i W o y m u y J i m j i q s e mcueneul
ias puertas n d de las habitachnes.Algmos no qiiitrtn ír a l mis,
a
es~~porundeamento,&lor&icoa~y~ermperma-
necer a c o d o s en su habitación pequeña,ascada, &te a h tel~Ón,leyendo
o tm&adou boca ab* Como ya c9 costumbre, a la terapia asisten casi siem-
pre mujeres. EllaP,d s e,
o, a vecw,&
b hablan, ríen, intcrcambjan
noticias de la c b y del mundo exterior, y le hacen p v m
al ho& que les pide e b i r sobre cualquier terna, de preferencia &ud.
Disciplindm y en una habitación peque&, escriben; en osa, cb -r
i y
ampiia, alguno5 iluminan, pegan maderas, hacen pirogmbodoa, envueltos en
u rnútia pop,conla s u e ó n atenm y ama& del m&dicaAqui,l dep-
m a
el esquizoWco y d ansioso escriben sobre d papei los tuttnonios de una
subjetividad g a d m d a a cuentagotas, exprimida por la inqmada solicitud
Devereux seaala cuatro rubros para agrupar la anormalidad
[1971:25-1031. Los Wrdene3 Ctnicos pueden i n s c ñ i en las no so^^
modernas, se encuenmn estructurados de forma dturai y han sido nombra-
dw y cata@ al inmior de la sociedad que los produce. En simcioncs
& e* s, ia misma cultura le brinda d individuo prwriili* previamente
c o ~ aunque sean maqpaies. Los grupos humanos posew ideas
~ ,
precisas de cbmo volverse loco, pero también esquemar simplificados de su
d ó n ;en LIS sociedadesmodenm, ironiza, h rcpmentacibn común es que
hacen muecas, divagan,timen el habla enredada,baibucein,dicen"brrn". Los
chamana rcpmentan de hrma prototípicael b o r d e n @ o, h siguientede
ias cMcaciane hechas por Deyemux; ellos, ~ I X adapmuón a h cultura
a la
i
y función que cumplen,&i d t o s m un sector p&ca Son distiroicos
~espccto grupo y a su yo;de ahí los úccuentes temores con los cuales se
al
asocian, d respeto y d odio que se les brin&, asi como los crímenes que
se comenten con- dos. Son neuróticos,incluso psicóticos ea remisión km-
poral, no por formar parte de la creencia del grupo sino por & d en
1 una I-en& subjetiva.Los ddnienes tipo, h tercera de las a r e m i t e
a las dkrmedadcs asociadas a k zona urbana y l clase d.
a Por Úitimo,
en los dcr6rdena i d i ~ c o el individuo Liipmviu l medios de de-
s a
fensa que b cuhua no Ie ha otorpdo; sin síntomas en los cuales su vlgustia
pueda ñj- se pmduce ia q - de un sujeto ~ Y h l e n ~ .
13. M*efs#&fi&m~*-,dal,esbdi-
recciones:la primera, lac p e m h a c i o n ~ algunos in&dum ocasiman ai
que
e l ~ ~ c o n ~ , p a t a b ~ y ~ t i e a e a I a c o m O g e i 6 n ~ c a
de ana cultura conmeta,que permite decerminadisuqmdonay emwtum &
la anormalidad y no otras; y Ia segunda, vistas en perspectiva gtobal, o b
sewamw que las dturas han dado nombre y en ocasiones tratamimto a l o
que desde la óptica occidmtal contemporinea podemos flamar wfermcdada
mentales.La esquizoúrnia,depresiirn y ansiedad,p o se e n t r e h , despuk de
todo, tn Ia serie de órdenw que cruzan, horadan, a un sujeto marcado por las
huellas de una formación cuitural que le hace, indusa, el hecho mismo de
ser sujeto? En dtima instancia no es una polémica sobre loa nombres
de la lacura, sino de las reiacianes s o d e s de las nidñ sun producto y que
ayudan a producir.
Aqutllas entidada delimitan m&los de comportamiento p 4 mismo
tiempo, i producción & enfermos o la aumdscripcióri:v o l ~ a m e n t in-
a e
grado5 o adaptados a b d u s i ó n m el hospid, alguna pacientes comentan
su enfermedad desde i óptica de la m ~ c i ó nHan tomada las herra-
a .
mientas iingüisticas, al menos, de h psiquiatria, psicohgia y/o el ~~,
induso antes a su ingraq y por sus ciasiñcaciones ban reconocido uüa luz EI
enfermo es también un producto de la medicina.En varios c m los iatenios
son, a s vez, pmkionala dc cstas 5 m s . l El moaocimiento, sn emkgo,
u i
ocurre también con o - form;iciones.
AbsaiAn es un v d c d o r en el centro de h ciudad, con estudios medios:
Pantnílasaluden~mwnmto~~talporq~wes~ode&&~ennuIwlo
y la valoro mucho, por 1-
ñ comodidad, m t h & y d k d a que UE haber
tenido panahom o estar con b moI& q u c a p c de roi+&ftllgo,pwlo
cual a veces mi refiigio e una mmch rei*
s y eso me minciaie a f l ~ dpms d
, h
amancsco muy mtjondo paa&~ embzrgn o m i b d a nunu hb=nacido,+n que
Jl~~rcsepero~~loqutsi~yiquesienui~mimletmQdadmdmc~a
micnfcmicdpdarimye50 e s r n i a ~ n r u y ~ l w o r r y ~ c i l i t r t i e d a d , ~ ~
cj,ycondiuoiic~aio~miaomopmifZmilirycreoqucesun~s~to
(AbsaIón, qtaizofreriia]?
Lxw cuna tienen diverms cantos para curar la locuta. Las em&lagoshan
titulado a dos de ellos Nia ikm kaln y Nfa ikala. Mientms cl chamh Cnaa
S
14. ¿Qué nocibn tiene d paciente de d mismo? Aunqiie las experiencias
etno@as no ponen é n h b en el atendido, m s palabra, ni m su tetimo-
u
nio, ni en la d u d postaior a la terapia, seguramente opera ron mocgorías
muy ¿istants, parque descansa y cs amvesado difeffntes con l s
o
d e s picienta,10s & l díniea, -o
a d SUS en h página, s e
conciben a sí mismos, piensan d origen de su enfermedad y rhionan sus
í Quizá i
efecta en s , su fam& y el catorno d. e loro cuna en i hamaca, a
donde mibe el canoa, d olor & ias smtilIas & ~ G I Oq. w
& sahumado
con plantas vrnenwaf, habh d i é n m las werias, iritusticios que m-
quiere la - a dd &pcm su hmipcihn y aceptación en una práctica
média m a , como en las usuarios & h ciudad de México, l inscripci6n
a
simbólica.La elección o imposiciónde una tera.p&uti~ amtrup nn sujeto, en
tanto m c t u a de determinación,inttoduciendolo en una d c n a de telacio-
n e sodcsCS l ciínica, los imernos mautienen interaccionu que in-
En a
h d ~ ó n ~ h a t n k t a d y e l f B C h l E O ; s e ~ c o n e l ~ d
V m fadhm y de amigos. El encierro mismo (puertas con b e ,vigilancia;
w
permisos para salir, horarios fijos p Ias actividades) genera un estatus en
M o n a vqonmmEsto ayu& a la incertidumbre de acepbr mod$ascuyos
r e a u i d o s no pueden hacer olvidar l myecmh que rrquiaen.
a
Uníverso que incluye curación y disciplina, h inclusión dentro de la
exdusihn, en m- hbas, tl encierro es una experiencia lógica en una
sociedad que ha hecho de h v i g h c i a , el con& del cuerpo,h i n & M
y el uso del o r un proceso generalhdo de c o n d . Las personas que &-
to
1 btn, no sin cierta pemersibn por el em¿loga, &*e h dud, son pmducto dt
m a p e r i c n k P nuenrm p i N t r i c a no u
. c
o
-
más precisa que en d o s anteriores en h hombres y mujem que m a a
unr unicixi
cmn
la móvii debihdad de ias nosol+: w un espacio terapéutico, ~ i i c o ,
dividido p o r la nomniicih ¿e h pabellonts y las prácticas mMie;is que i -
s m
15. ponen,sc e n m m z u b dicm a 1;LS dmp,lw ~ f r é n i c o s , l a muchacha
d e p i " ~ d mdam imbecil, el. padre de famiIia ansioso, ia madre cuyos hijos
,
no quieren o pueden aidar.Todos e h sc encuentran entre sí en l a espacim
materiales;k cafetetia,fas obras = d e s , las terapias de manualida&,las cere-
modas d e s y relíg~ws;iai. Quizá una experiencia futura no pueda comprenda
esta vivencia &la -1 que rwuelve tipologias &ímkLa s& o cont#npa-
&ea que ve en d encierro del ciasicism~ su amwtonamientobttdciito,
con
los rasgos de un conocimiento primitivo, p u d e h 1 v w s e m la imposible
síntesis que dé coherencia a la poblacibn encerrada de nuestros m;ta
pluratidad de sus nombres no dttermllia su co~ktencia, la bkqueda de
sino
coincidencia entre las entidades de ias que pretende ¿ar cuenta. Si bien el desa-
rmiio que d d b e Foucaulr se circunscribe a Francia,y en algunos momentos
a Inglaterra o Me&, sorna multado de un recorrido semejante. El gran
encierro del c h i c h o no tiene bei terap&eicos, sino Wplinaria. ¿Cómo
s desemboca en esa síntesis donde el máem sc conjuga con la salud? Una
e
palabra da unidad a depmvados, p h disipado=, hijos pódqp, blasfemos,
incipienres suicidas,lib&us y locos: eI tiimr.
En d siglo xvm d f b r apuntaba al desorden de h conducta, del mraz¿n,
h msixrnhw y el esphifu. N o implica que la &n &&a m hkmenu
una policía, ha construido estatutos que induyen la hospitalidad (recintos
para enfermas) y l s terapias (agrías, purgar, vejipeorios, Mm).Pera en la
a
mayoda de 19s casos d inmnambm tiene como meta la comcciiin, no
la curación. En a+ ante&=, m occidene y oms sociedades habim
existida pár& curativas dtxonocidas *&. El encierm no u un pro-
ceso hd dc evolución, sino los qiiegues recorridos por una ~ o n a M a d .
M o y inedicina wierehn una regi6n que se superpone. Zacciiiaa con-
sidera que e médico debt ser competente para juzpr si ua individuo et
l sá
1m;'sin embargo,un jurkomdto como é1 puede m n w d o mediante la
incapacidad para ordenar las palabras, la incdaencia de sus gestos, el absur-
do de sus actos. U n juez puede dersctar la locura si hay coquete& excesiva,
si un hombre posea por des wlimias por donde cniza unamujer bonita,
napóae del médico para intducir a un individuo 11 unnicrra de
h 1-0 Q k i d k á mpccm a las pasiones, el cuerpo, la biqgda y las fa-
cultad~ akmh. EI internamiato requiere el certificado médico y a la
~ a h ~ a ~ d ; c h p 0 6 ó l i h ~ , suerdmloqueiedcOcminn
t 1 ~ q t 1
la locaro e d La concien& juridica de condidn ha recorrido
llfl*
en el encierro. Por un lado tenemos a l
sujeto & de h pspowbilidad soci4 en ese londo
16. ~traf~dhCWUenUam&delas~rndc~.Pororr~,cstá
d iadmduo corno m so+ ea dode h lonira se apmima a la culpabilidad.
La psiquiatria tiene un doble dimento. En el contexto del deredio pone
en juego h del sujeto prepuuido una pimlogía con an&h
flosófico de ias Eacultades, una concepcibn en tomo a la libertad civil; d
otro es el hcmamimto, que pone tn primtr piano k conducta dd h o m b
socia y prepara m a patolasfa d *
. normal/anormai, sano/&mo. En
el siglo xrx se pFadujo la d d mtrc la d d a d pm16gica analimhlc en el
derecho y la perceptible m h smsibilidad social. Asi, la enfermedad mend
s commye lentamate enkmdo b incapacidad j d c a y ia perturbación
e
del grupo. L? psiquiatría de Pinel y la jurisprudencia se encuenm en el
espacio del intesnamiento.La psiropato10gía en cl siglo xnc y buena parte
dci iar se sitiia en rehción con un hombm natural inexistente, más a dt &
la experiencia de la enferaicdad. Se desprenden dos modos de vivir la
locura: en m o a i sujeto de dtmcho se anuda e1 reconocer la k c p f l s a -
U d a d e hcapcidad,cl deceo ¿e in&ib,d&ir la edemied;id,asicomo
limitar la subjetividad y los p d e m del individuo:regihn de mmpoad&dad
que cae en el poder del O (el cuador).En el segundofla sinrazón rodea al
m
h o n h social con su conciencia del mcánddo y el pmceo de irímmmienm:
el loco a txaaqjem,mponsable de su mordidad;es d & p d o como el Otro
(excluido).d concepto de alienaubn se funda en esta concsiim antroplógica
F;oucaule, 1998:174-210].
En una conhench en 1970, o d t comenta que la sociedad capitalista DO
F
toleraba la &ten& de vapbundas;cuando los sitios de encierro se abrieron
fue para obtener un ejkito de mem como fuerza de trabajo [1999367]. En
todo caso, sm09 herederos de una experiencia média, juridica, econbmica y
filosÓ6a de la cuai forman parte los propios usuariw.Algunos han &cidido
m; otros, según SUS techonios, prefieren el encierro: afuera e1 mundo
es una pepjma supdcie q u e les a& s
~ m i a d o h I n 3 s l i d P , ~ ~ m u c b c o r i f q ~ h ~ , y p p ~ ~ ~
[.. 1 no Pstay p e a d a . Me dicen no te quiares iq y yo digo no, no me q i i [...J.
um r
Aqd m han &da mucho &o, estay ftliz Win?. d q r d n ] .
Yono q u í e r n d k , y a m t a m b r é [ . . . ] . M e o l v i d o d e a i i t ~ , d c m i r h i j o r . & m i r
i a i a a r , p e ~ o n o d e m i d ~ c s q ~ y ~ l -
La disciplina, con sus j u q u h del saber y r i d e s diarios, se reprodu-
ce ui ias rrripjas c o t i k u mnai un d e c t o placentao. El conml, desiie
una experiencia y qracntación, es reasumido como n e c h o y h b 1 t .
160 Euliura y desorden mental
17. E un d k m h m d c d que desde la d n detcrniinantc e insmm~enml
s a
su vez l e apkium.
LPloaizhLlyinlrderonla
De Augelo de Lima, nacido en 1872 en Lisboa, conocemos pocos da-
tos biográñcw; y en wttllaao, un puhdo & poemas. Estuvo en chicas
para enftfmog mtntae~ durante c periodos: el primero, de 1894 a 1898,
h
en el h q i t a i Conde de kmm, en Porto; el segundo, d w e r de 1900
hasta su muerte, en 1921, ea el hospital de Rilh;tfoles,en Lisboa [Bréchon,
1999;292].Usó el endecadabq d octosilabo y el pcntdabo; hizo suyas,
entre otras formas e s t i W a s , el m e t o y l s cuutetoq en sus vemos aparecen
o
las rimas pareadas comnantcs o el verso blanco. El soneto, ya se ha dicho
[Paz,1956:14], no w un potnia sino una forma: estructura de 14 rayas en
donde puede habitar a no cl £ d o de la poesía: el poema. Su producción y
pmepció~~ son estables, sino- a
no por múitiple determinaciones:
et tipo de textura verbal que una sociedad pmiuce y mediante la cual =o-
nocc sus espacim simboli2ados, cbnio hacer uso del b q h r i o y sus formas
de nprexnmión, la intensidad y Grecuenk con la cual e sujeto se aproxi-
l
ma a l s objetos atéticos y le hacen mer esa participación cmitiva sobre b
o
obra que s abre a h semíbilidad. Encerrada en una de las chicas, la voz
e
poética sobre la cual D L i tstamp en un soneto su 6rma dice:
e
...
Se dericnt de rapente d pumiento/ Se detiene m+do ...
-mck.. atento/
cmm m.. m d d a aiuciiudo/ ante ua abirmh
Esta del pmamiento, dede la locura, invita a una primera re-
y b tmW qakt supone trazar los signos sobre una supedcie,
de em W M amituras de la locura: el lugar de la palabra
cn dwutk-k~mm &mto psiqdmicm ha dejado ]as rnanras
de una m- e~ l s registros que le anudan al flujo del
o
l ~ ~ & & ~ pode-~ opon& como i escritura
t e a,
harito* hxbs SOXIun sipo con el cual hacemos
&te sesgos, tirones, m&&. El pensa-
forzarse con Iri exigencia que para d
s colm la metáfora,e n d h de
e
dihila,ci pensar s entrtga a sus propias
e
m n inasible, no ente miste
et e
.'
Cultura y desorden m m
el 161
18. rioso ni guardih dc uraa d d meta,que presupone el acto pdeico y
h violencia que ejerce sobre l compremibn timediata de sus brmas. Dt3ga-
a
rrada por una mhiplicidad que le dimmsiUna,la escñturapo&m se a t a entre
l s formalidades de la identidad concreta y la dttcrminacL5n concepnral.
a
La primera evidencia sobre la locura y sus escrituras es que codo
acto poético posee un excedate, el cud le permite dapleprse en una
espirai que extiende su radio e n y sobre las palabras que delimitan su
pmen&, que la espesura &la m c i 6 n contiene reronidosmuhpücadosy las
Iáicas~ti~~~~~jnago~blesmelmonismo&hrt
Pese a ser una idea que nace quk& con el romanticismd las poéticas concan-
porineas, como sefilló Eco (1992),l han hecho un acontdmicnm meduIar
o
de s creaciones;y n-A di de Ia raciomlización &cursi- sobre lm objetos
w
que prende explicar o & las bam minimas para l consrrucción&tia que
a
supongan sus apottaciana, una mra&tica de ciertos objetos estEncos e
el ser lupr de continuas recrcacianrs e, incluso,e r g h c aislados.Considerara l
objeto aaistico con un polo perteneciente a lo bcioaal, lo innombrabíe,lo
no resuelto en la paz del concepto, nada tiene de extraordinario, bien es
c o m h e inscihicionalizadopor algunas ~oéticas.*Td parceca evidente que
vez
h locun (o sus traducciona psiquiáericasque se deqajan m ias clasificacio~es
de ias enfemedades, los aombres de la locura) pueda deposihrse ea la ausen-
cia de d i .D e ahl probablemente la kilidad para a s d a r h loara con Ia
po&a en particular y con h m c i ó n artistrca en peral, a l hacer depositarios
a los artistas y a los locos de cualidades semejantes que pueden encarnar en un
mismo tipo de objeto o ai asignarla la apacidad de un ltnguaje que ronda
entre la imgdcancia y / o la capacidad de hacer pmente u n a certeza.
Foucaulr adviute que a partir del siglo x ~ la literatura se aproxima a los
x
lengmja m a q g d w : y a no importa ser una didadca, una moral, un ejemplo,
sino botrdar en lw intersticios & Ia palabra y s sq@cados; esto mismo ha
w
hecho la locura. El escritor menm su doble en el loco porque en a m h
la palabra, su escritura, ha perdido la udidad, no es circulatoria.
M de todo d t o r s icunuca l acunbra de un loco que k sosriene, le domina
e a
y k o c u l f a . S e @ ~ q u ~ c n dmomcnw en el q u c d # c r i t o r m i l o que
cuenh. l que produce con d acto &
o o dt &bu, no es sin duda otca cosa &o la
bcura [1998:379].
A t ú u ~ b m u e r r e d d a r r r , ~ ~ p a H c g e l .
NocWn xmc)anteal h r dMno platbko, cuya matrir
m en el dgb xvi Mardllo Wno.