Los fenómenos parapsicológicos como objeto de la investigación científica h...
Introducción a la parapsicología
1. DEFINICIÓN:
La Parapsychological Association, la Asociación de
investigadores en parapsicología más importante del
mundo creada por J. B. Rhine en 1957, define a la
Parapsicología como: “el estudio científico de las anomalías
aparentes de conducta y experiencia que existen aparte de
los mecanismos actualmente conocidos de comunicación
entre organismos y medio ambiente, organismo –
organismo y el flujo de comunicación
2. Fue un filósofo y psicólogo de Berlín llamado Max
Dessoir quien, en 1889 creó la palabra “parapsicología”,
con este nombre se designaba la ciencia de los
fenómenos parapsíquicos que desbordaban el curso
normal de la vida psíquica. En los últimos decenios se
aceptó internacionalmente esta designación
sustituyendo con ella los nombres que se venían
empleando de investigación psíquica –de acuerdo con
el Psychical Research inglés- o Metapsíquica
3. Cuando hoy se habla de fenómenos o de facultades
parapsíquicas se indica que, debido al prefijo griego
“para” = “al lado de”, dichos fenómenos o facultades se
presentan al lado o la margen de aquellos fenómenos o
facultades que se presentan o parecen presentarse al
lado o al margen de aquellos fenómenos que ya nos
son familiares o que se comprenden
con las categorías conceptuales con que estamos
habituados a enfocar hasta ahora este mundo.
4. Antes de que esta zona limítrofe de la psicología
cayera en el foco de los esfuerzos científicos puros, se
hablaba de fenómenos “ocultos” y del “ocultismo”. Esta
palabra deriva de la palabra latina “occultus” que
significa oculto, secreto, escondido, y se vino
empleando desde la edad media para referirse a las
fuerzas misteriosas de la naturaleza y del espíritu.
5. La Parapsicología reconocida como ciencia de “frontera”, no
puede prescindir de la colaboración interdisciplinaria.
Precisamente porque hasta ahora no ha pasado de la
constatación de la existencia de sus fenómenos, necesita la
colaboración de los demás conocimientos –la física, la
fisiología, la matemática, para poder construir una teoría
suficientemente amplia y explicativa.
6. En el curso usaremos como sinónimos los términos
“paranormal” y “parapsicológico”, ya que tanto uno como otro,
ponen de manifiesto una determinada clase de fenómenos que
no se explican por las leyes hasta ahora conocidas. Además,
ambos conceptos van inevitablemente unidos a una
significación sobre la que vamos a hacer hincapié
7. Cuando hablamos de fenómenos paranormales queremos dar a
entender, con esa palabra, que se trata de fenómenos poco
corrientes, en contraposición a los fenómenos psíquicos que se
suceden a diario, pues aunque todos los hombres tengan
posiblemente aptitudes paranormales, solamente se
manifiestan en algunos.
Este carácter de paranormales que atribuimos a estos
fenómenos no tiene, por tanto nada que ver con el sentido
patológico de lo anómalo o de la anormalidad, aunque demos
por supuesto que en ciertas circunstancias los estados de ánimo
patológico faciliten la aparición de fenómenos paranormales.
8. Frente a la palabra “paranormal”, se encuentra la palabra
“parapsíquico” la acentuación de una estrecha relación de estos
fenómenos con una psique, muy especialmente con la del
hombre, aunque en algunas otras formas de vida más
evolucionadas se dan también, según parece, no pocas
manifestaciones de fenómenos parapsíquicos en su conducta,
incluso con los llamados “fenómenos físicos”, como los de
duendes y otros, se ha podido comprobar que hay una relación
con la presencia de determinadas personas, o que justifica hasta
en estos casos el término “parapsíquico”
9. En la clasificación de los fenómenos paranormales sirvieron de
base los procesos psíquicos normales. El hombre, como
cualquier otro animal está dotado de funciones sensomotoras.
Estímulos físico-químicos, como la luz, el sonido, etc., llegan a
los receptores de los órganos sensoriales, donde son
transformados en impulsos electroquímicos que, mediante una
acción sobre las neuronas, son conducidos a los órganos
nerviosos centrales. Allí se elabora la información recibida y, en
su caso, se transforma en una reacción cuyos impulsos son
conducidos a los efectores que producen en los
correspondientes músculos una contracción.
10. El conjunto de la función sensomotora tiene lugar, entre los
órganos nerviosos centrales (cerebro, médula espinal) y los
receptores y efectores, que están comunicados entre sí por
medio de los conductos nerviosos. Este sin embargo, es solo un
aspecto –el físico- de la función sensomotora, Porque
complementarios de estos procesos nerviosos tienen lugar
otros, que son los procesos psíquicos de la conciencia, los
cuales, por analogía con los sensoriales y motores, se dividen
en receptivos y activos. La manera de relacionarse la conciencia
y el sistema nervioso o, en general el cuerpo y el alma es una
cuestión filosófica tan antigua como insoluble, que vuelve a
plantearse también en parapsicología.
11. La cuestión de si los fenómenos parapsicológicos vividos en la
conciencia corresponden correlatos neurofisiológicos, es un
tema de investigación tan fascinante como controvertido. Se ha
venido demostrando varias veces que la información
parapsíquica se facilita mediante las llamadas alteraciones de la
conciencia que fenomenológicamente pueden perfilarse grosso
modo como relajación, hipnosis o trance; sin embargo, siempre
– y hasta en los casos de manifiesto mono deísmo, en que la
conciencia normal del mundo exterior disminuye- hay una
cierta conciencia, y es en virtud de esta conciencia, y es en
virtud de esta vivencia consciente de los fenómenos
paranormales como parece posible, en primer lugar, que
permanezcan en la conciencia ciertas huellas de los mismos.
12. Explicaremos brevemente estos procesos con un ejemplo,
el de la clarividencia. En casos de clarividencia la persona
interesada (el paragnóstico) se encuentra en la conciencia,
ya de una forma inesperada, ya mediante el esfuerzo de la
voluntad, una representación óptica o incluso acústica,
que más o menos reproduce un objeto real, situado fuera
del alcance de los sentidos, ejemplo detrás de una plancha
o una pared de plomo.
13. En determinadas circunstancias puede también tener el
clarividente una representación clara del objeto (como tal
vez sea el caso del eidético) y estar en ese momento la
vigilancia de su conciencia de tal forma disminuida, o
mejor dicho, estrechada, que sea esa representación la que
ocupe el campo de su conciencia; aunque no es preciso
que se den siempre estos fenómenos de tal forma que la
representación clarividente puede equipararse de modo
perfecto, desde un punto de vista estrictamente
metodológico con otras representaciones.
14. Aún cuando este proceso de la clarividencia tenga algún
parecido con la verdadera representación, por lo que a
menudo se han podido desenmascarar percepciones
seudo clarividentes como representaciones alucinatorias,
la verdad es que en la auténtica clarividencia no se da
representación alguna, sino percepción. Sin embargo
puesto que el objeto de la clarividencia se encuentra fuera
del alcance de los sentidos, esta percepción no es
sensorial, sino extrasensorial, y todas las demás
percepciones que durante un hecho de clarividencia
pueden darse, tanto poco conocidas como conocidas.
15. A pesar de eso, la conciencia tiene que entrar en contacto
de algún modo con el objeto, y además, el cerebro debe
haber actuado al menos como órgano registrador de la
percepción, porque, de lo contrario, un recuerdo de esta
vivencia o la comunicación verbal de la misma sería
imposible. Sin embargo todavía desconocemos totalmente
como el cerebro, o mejor dicho la conciencia sujeta a las
funciones corticales, realiza la percepción clarividente.
Por eso la clarividencia es uno de los fenómenos
paranormales.
16. El término telepatía (trasmisión del pensamiento) hace
alusión a una característica especial de este modo de
percepción extrasensorial, a saber, el que la telepatía se da
con bastante más frecuencia entre personas
espiritualmente cerca una de la otra, que entre aquellos
que no tienen ningún contacto entre sí. Podríamos decir
que la simpatía favorece la telepatía.
17. Otro modo de percepción extrasensorial es la precognición
(saber anticipadamente), que también se conoce en el marco
religioso como profecía. La precognición se refiere al
conocimiento, inexplicablemente anticipado, de un hecho
futuro, cuyas posibles causas –la de este hecho futuro-
ignoramos absolutamente y no estamos en disposición de
averiguar por los medios normales a nuestro alcance y cuya
realización – la de este mismo hecho- tampoco puede ser
consecuencia del conocimiento anticipado.
Podemos decir que el objeto de la telepatía es algo psíquico, el
de la clarividencia como algo físico y el de la precognición como
algo futuro.
18. Los parapsicólogos han sugerido que
posiblemente se trate de una función psi (primera
letra de la palabra griega correspondiente a
“psyche”) cuyos efectos se conocen como
fenómenos “psi” dividiéndose en los ya conocidos
fenómenos ESP y de PK
20. No habitual. Un alto porcentaje de personas habrá podido
observar alguna vez en su vida la existencia de la facultad
parapsíquica, bajo la forma de telepatía, presentimientos, etc.
Pero siempre como fenómeno no habitual, sorprendente y
ligado a situaciones excepcionales de su vida, por lo general
desgraciadas (una enfermedad, u accidente, una muerte, etc.).
Las personas dotadas en forma relevante de esta facultad,
llamados dotados psíquicos (en lugar de la antigua
denominación de médiums) son escasas y aún dentro de ellas
son muy pocas la que pueden producir voluntariamente los
fenómenos, haciendo posible la investigación científica. La
mayoría de las veces estos se presentan de forma espontánea,
totalmente imprevista, haciendo muy difícil su correcta
observación.
21. Intencionalidad. Se trata de fenómenos intencionales.
Tienen siempre una significación inteligente. Así por
ejemplo si se trata de una telequinesia, el desplazamiento
sin contacto del objeto no es casual, muestra siempre
detrás de él una dirección intencional, irá a parar el objeto
a un lugar determinado de antemano; pasará entre los
asistentes evitando tocarlos o golpearlos; o se producirá el
desplazamiento a pedido de los mismos.
22. Carácter paranormal. El fenómeno debe exceder las
posibilidades normales del dotado parapsíquico. Esto es, debe
ser producido por medios paranormales (que están al lado de
los normales, pero que son otros que los normales). Así, por
ejemplo, un sensible manifiesta a un señor X a quien no conoce,
que un familiar suyo se encuentra enfermo de gravedad en ese
instante y da detalles precisos sobre la persona y la enfermedad,
que resultan ciertos. Para que éste sea un hecho
parapsicológico, es necesario que el sensible no haya adquirido
ese conocimiento por la razón o por sus sentidos comunes. Es
necesario que su conocimiento sea paranormal.
23. Así como en psicología y otras ciencias sociales se usan
procedimientos de evaluación de variables o
características psicológicas (personalidad, conducta,
disfunciones) empleando test psicométricos o test
proyectivos, los parapsicólogos también han iniciado una
serie de recursos para evaluar la percepción extrasensorial
en condiciones de laboratorio.
Emplean dos tipos de test 1. Test de respuesta libre y 2.
Test de respuesta rigurosa.
24. Consisten en “adivinar” fotografías –preferentemente con
motivos emocionales intensos, a diferencia de las cartas
que representan objetivos emocionalmente neutros
(figuras abstractas). La evaluación matemática consiste en
otorgar un puntaje equivalente para cada fotografía. Si se
seleccionan cuatro fotos la probabilidad de acertar es de
14 y la probabilidad de errar es de 34.
25. Las fotografías se guardan en sobres para evitar
indicios o fugas sensoriales y se seleccionan
aleatoriamente antes de las pruebas empleando
tablas de números aleatorios o programas de
computadoras. Por lo general se emplean estos
procedimientos de evaluación, más interesantes
para los sujetos, ya que los objetivos emocionales
tienden a ser mejor percibidos por los sujetos que
las cartas estandarizadas.
26. Consisten en “adivinar” objetivos (generalmente cartas)
estandarizadas, esto es, una selección de figuras
previamente seleccionadas para una evaluación
matemática de acierto y error en cada ensayo.
Generalmente se aplican para evaluar las capacidades
extrasensoriales de los sujetos, aunque estos
procedimientos son actualmente poco usados. Empleando
cartas estandarizadas (por ejemplo Zener) la probabilidad
de acertar es de 15 y de errar 45. En este tipo de
experimentos se requieren los siguientes materiales:
27. Son las más adecuadas para la experimentación
parapsicológica, y se utilizan en las investigaciones.
Consiste de una baraja de 25 cartas, con un total de cinco
figuras diferentes, cada una de las cuales se repite cinco
veces, o sea que las cartas se dividen entre cinco grupos
iguales entre sí (5x5).
Los dibujos son los siguientes: estrella, cuadrado, círculo,
ondas y cruz, con lo cual tenemos cinco estrellas, cinco
cuadrados, cinco círculos, cinco ondas y cinco cruces, que
forman 25 cartas.
28. Están especialmente concebidas para la
experimentación de tipo telepático (de mente a
mente), clarividencia (de mente a un lugar o cosa
oculta a los sentidos) o precognición (de mente a
futuro, o sea conocer el futuro)
Básicamente las experimentaciones que se
efectúan con las cartas Zener se desarrollan así:
29. Se barajan las cartas y luego se toman una a una,
se miran con atención y se comunican
mentalmente a distancia a otra persona que
intentará captarla y anotar el dibujo percibido. Si
el fenómeno se produce, entendemos que ha
efectuado una trasmisión telepática.
30. Bien barajadas las cartas y ocultas a la vista tanto
del sujeto perceptor como del trasmisor, la
persona intentará captarlas a distancia y decir
cuál es el orden en que han quedado las cartas en
el mazo, anotándolo convenientemente; y
después se comprueba el verdadero orden de las
cartas.
31. El sujeto perceptor deberá ante todo, decir y
anotar qué cartas y en qué orden van a quedar
en un futuro próximo. Entonces se barajan bien y
luego se comprueba si han quedado en el orden
previamente establecido. Si es así, revela la
facultad de predecir el futuro.
32. Antes se han de rellenar los datos del sujeto que
efectúa la experimentación, así como registrar el
nombre del investigador, concretar qué tipo de
test se va a realizar, especificar las opciones
generales ambientales en las que se efectúa la
experimentación, el número y método de
experimento, la fecha, hora, y luego el resultado
final y el promedio general de la experimentación.
33. Seguidamente vemos unos signos, que indican la relación con los
cinco dibujos de las cartas Zener. De esta manera tanto si sale una
cruz como un círculo, un cuadrado, unas ondas o estrella, el sujeto o
sujetos que efectúan la experimentación no tienen que hacer todo el
dibujo sino solo esquematizar sus rasgos principales.
A continuación se da el número de juegos o experimentaciones que s
pueden efectuar, y en cada hoja de control se anotarán las diez
experiencias.
Más abajo figuran verticalmente, dos casillas rectangulares en las que
dice “ensayo” y “cartas”. Sirven para colocar por orden las cartas que
vayan saliendo en grupos de cinco.
34. Una vez evaluada la hoja de control, se evalúa la
experimentación, se obtienen los índices estadísticos
y se comprueba si se ha producido o no una
fenomenología parapsicológica. Más para llegar a este
resultado es necesario repetir una y otra vez la misma
experiencia con diferentes condicionantes
psicológicos e incluso fisiológicos.
35. Los resultados deben registrarse enseguida en las
correspondientes hojas de control, el nombre del
sujeto que efectúa la experimentación, el nombre
del investigador, el tipo de test parapsicológico,
las condiciones generales de la experimentación,
el resultado total, el número de experimento,
fecha, hora y lugar.
36. D. T. (Down Trough)
El procedimiento consiste en poner todo el mazo de cartas
boca abajo sobre una mesa Los sujetos deben ir
“percibiendo” una tras otra –verticalmente a través y de
arriba abajo todas las cartas. Algunos investigadores
prefieren mantener el mazo de cartas en la misma
posición, pero en su mano, procedimiento admisible
siempre y cuando la baraja esté cubierta totalmente,
tapada o dentro de una caja. Además, el investigador no
debe observar las cartas.
37. En vez de nombrar las cartas en voz alta – cosa aceptable
si hubiera un sujeto y un experimentador- los sujetos van
anotando todas las cartas por orden, una debajo de otra
en la columna de la hoja de control donde se pone
“ensayos”. Una vez anotadas las 25 cartas según el orden
en que cada uno de los sujetos crea que es el real, se tapa
esa columna y se procede a escuchar el verdadero orden
de las cartas, que va nombrando en voz alta el
investigador, una tras otra.
38. Los sujetos van juntando cada una de las cartas, según la
vayan nominando, en la columna donde pone “cartas” una
debajo de otra, hasta contabilizar las 25. Debe evitarse ver
la columna anterior de al lado, porque ello podría
producir una sugestión en la mente del sujeto,
provocando con ello una posible equivocación en el
momento de anotarlas. Una vez finalizada, la anotación se
procede al recuento de las cartas que se han acertado,
uniendo en un solo lazo circular el ensayo y la carta que se
haya acertado. Terminado el recuento, se contabilizan los
aciertos y se anotan al pie de la columna correspondiente.
39. Este procedimiento es más simple que el anterior
y también más racional para los sujetos. Se utiliza
cuando se ha de experimentar con un solo sujeto,
aunque también puede hacerse con muchos. El
sujeto y el investigador han de estar sentados
frente a frente en una mesa, pero sin que puedan
verse, separados por un biombo. También estarán
tapadas las cartas.
40. El investigador recogerá otra baraja de 25 cartas, previamente
mezcladas, y las pondrá debajo sobre su mano izquierda. Luego, a
una señal convenida, recogerá la de arriba y la pondrá a la derecha,
encima de la mesa y sin mirarla. Así irá pasando sucesivamente una
tras otra, a una señal establecida o espacio de tiempo convenido. Por
su parte, el sujeto a cada carta que pase el investigador, anotará
ordenadamente una debajo de la otra, en la columna “ensayos”, las
cartas que vaya percibiendo.
Una vez pasadas las 25 cartas y finalizada la experimentación, se quita
el biombo que mantenía separados a los sujetos, se da la vuelta boca
arriba a la baraja de cartas y se comprueba una por una cuál ha sido el
orden establecido. Finalmente se vuelven a contabilizar los aciertos y
se enmarcan las cartas en un círculo o lazo.
41. El procedimiento es idéntico al anterior, con la
única excepción que en investigador o un agente
(trasmisor telepático) debe contemplar cada una
de las cartas conforme las vaya pasando y
concentrarse en ellas unos segundos.
42. Para la experimentación telepática pura no se han de
utilizar las cartas Zener ni ninguna otra baraja, cosas u
objetos que puedan permitir a los sujetos formarse una
idea preconcebida, la que, de proceder así, no sería un
fenómeno telepático puro. Para llevar a cabo esta
experimentación es necesario que ni el sujeto ni el
investigador sepan qué cosa es lo que se va a trasmitir
mentalmente.
43. El investigador o agente trasmisor se retira a una
habitación en la haya una serie de objetos. Sobre la
marcha y al azar, va seleccionando uno por uno y los va
trasmitiendo a espacios de tiempo previamente
determinados; por ejemplo: (1) una lamparita china de
color rojo, (2) una mesa estilo Luis XV; etc. Solo de esta
forma, con el sujeto trasmisor totalmente aislado, puede
obtenerse el fenómeno telepático puro. Al final se dará el
recuento de aciertos.
44. Con las cartas Zener y con un procedimiento que
permite también hallarse frente a frente a sujetos
e investigador. Los sujetos anotarán en su hoja de
control el orden en que ellos creen que quedarán
las cartas Zener una vez barajadas
convenientemente, rellenando todas las casillas
hasta un total de 25 aciertos en la columna de
“ensayos”.
45. Seguidamente el investigador – o mucho mejor
un aparato mecánico- procederá a barajar las
cartas varias veces, durante un tiempo
preestablecido. Al dejar de barajar, se comprueba
el orden y se nombra una tras otra. Si una vez
establecido el orden real, los ha acertado, significa
que se ha producido un claro fenómeno de
cognición o adivinación del futuro, puesto que de
antemano se había señalado un orden no
establecido aún.
46. Este procedimiento se utiliza cuando se trabaja
con un solo sujeto. Consiste en colocar
previamente las 25 cartas Zener dentro de 25
sobres, negros u opacos, de forma que no puedan
distinguirse los dibujos. Una vez así, se procede a
barajarlos. Como cartas piloto, el investigador
pone cinco cartas diferentes al descubierto (el
cuadrado, la cruz, el círculo, la estrella y las
ondas).
47. El sujeto toma la baraja de 25 cartas ocultas y a medida
que las recoge las va poniendo debajo de cada una de las
cartas piloto, de acuerdo con su dibujo. Ejemplo, si el
sujeto cree que tiene una cruz, la pondrá debajo de la
carta piloto que es una cruz, si le parece que tiene un
círculo, debajo del círculo, y así sucesivamente hasta
terminar las 25.
Una vez finalizada la experimentación, se descuben todas
las cartas que se encuentran debajo de cada carta piloto.
Luego se procede al recuento total de aciertos.
48. Este procedimiento es idéntico al anterior, con la
particularidad que se colocan en sobres no sólo
las 25 cartas sino también las cinco cartas piloto
que sirven de guía. Tanto el mazo completo, como
las cartas piloto, deben barajarse adecuadamente
y disponerse frente al sujeto al azar.
49. La investigación PK puede practicarse con simples dados de
juego, no obstante, antes de iniciar cualquier
experimentación en este sentido se ha de tener en cuenta:
Que los dados sean perfectos y tengan los puntos-números
pintados y no grabados o pegados, ya que en este caso, unas
caras pesarán más que otras, lo cual haría que salieran más
unos números que otros.
Que los cubiletes sean también perfectos, suficientemente
amplios para que puedan moverse bien los dados y con
salientes interiores para que todos rueden.
50. Que la mesa en la que se van a echar los dados esté cubierta con
un paño no deslizante y bordeada por una barandilla de unos 15
centímetros de altura, para que los dados choquen contra ella y
no caigan al suelo.
Si un dado cae al suelo, quedará invalidada la tirada, que se
habrá de repetir.
Hacer cada tirada con dados seis veces a la vez, cada dado
tirado constituirá un ensayo y cada cuatro tiradas con seis
dados, un juego. Un juego se compone de 24 ensayos. Esto evita
que la experimentación se haga monótona para los sujetos al
echar los dados, y, por otra parte, se va mucho más rápido
lanzándolos de seis en seis.
51. Antes de empezar la experimentación se harán
unas cuantas tiradas de prueba, para que no haya
dudas sobre la mecánica del experimento y se
entiendan claramente los resultados que se
buscan.
El investigador supervisará constantemente la
experimentación, estimulando a los sujetos para
que pongan interés en la misma.
52. Iniciar la experimentación planteándose los objetivos más
sencillos, por ejemplo sacar el número 1 en todas las caras
de los dados; después el dos, luego el tres y así
sucesivamente, hasta seis, para pasar más adelante a la
combinación de caras, y finalmente a los objetivos de
posición. Todos estos objetivos se perseguirán en cada uno
de los juegos, es decir en las cuatro tiradas de los seis
dados que contabilizan veinticuatro ensayos. En un juego
se buscará obtener el número uno; después en el siguiente
juego compuesto de veinticuatro ensayos el dos y así
sucesivamente.
53. Anotar previamente en la hoja de control de psicoquinesia, los
objetivos que se desean alcanzar, y luego intentarlo, anotando
inmediatamente los resultados en la hoja de control.
Tanto el investigador como los sujetos han de actuar con
rectitud y uniformidad de criterio, de acuerdo con las mismas
reglas, metodología, condicionantes y variantes. Solo de esta
forma conseguirá demostrar que la potencialidad psi influye
sobre la materia.
El método de investigación a seguir en psicoquinesia sobre
objetos en movimiento mediante dados – lo mismo que en
cualquier otro tipo de investigación parapsicológica consiste en
lo siguiente:
54. Proveer el resultado u objetivo que se desea
alcanzar
Provocar el fenómeno psicoquinético y
experimentarlo ampliamente
Repetir las experiencias introduciendo variantes
fisiológicas y psicológicas
Evaluar la experimentación cuantitativa y probar
la consistencia real del fenómeno parapsicológico.
55. Una vez conocida la metodología a seguir en la
investigación parapsicológica de tipo psicoquinético sobre
objetos en movimiento y mediante dados, pueden
buscarse dos objetivos:
Obtener una determinada cara o numeración
Conseguir una determinada posición de los dados en el
lugar en que caigan.
56. En todas las experiencias de este tipo se utilizarán seis dados,
menos en el sistema combinado de dos caras, para lograr la
suma de la numeración de las dos caras por encima de siete o
por debajo de siete, o bien conseguir solo siete, sistema en el
cual, lógicamente se utilizarán solo dos dados. Existe la
probabilidad de que en 36 lanzamientos de los dados se
produzcan, por azar quince resultados sobre siete; quince más
bajo siete, y seis en que salga un siete. Por lo tanto la
superación de estas cifras en cualquiera de los objetivos sobre
siete, menos siete o siete, estadísticamente indica ya la
evidencia del fenómeno paranormal psicoquinético.
57. La experimentación debe llevarse a cabo con seis dados
exactamente iguales y sobre una superficie lisa en la que no
puedan resbalar los dados, los cuales se agitarán con cubiletes
manuales o mecánicos. Se arrojarán con fuerza sobre la
superficie de la mesa y contra la barandilla, para que choque en
ella y rueden por sobre la mesa. Sólo de esta forma se evitará
que queden inmovilizados uno o más dados. Cada tirada se
hará con seis dados a la vez, lo cual nos dará seis ensayos. Por
tanto con cuatro tiradas de seis dados tendremos veinticuatro
ensayos y un juego. La totalidad de la experimentación se
compondrá de seis juegos, de veinticuatro ensayos cada uno,
para la obtención de las caras simples.
58. En esta modalidad – en que los juegos se componen de cuatro
tiradas seis dados- se trata de influir sobre ellos para que salga,
primero el número uno; después en otro juego idéntico el
número dos, y a continuación el tres, el cuatro, el cinco y el seis.
La probabilidad de acertar por puro azar en cada juego
compuesto de cuatro tiradas de seis dados- es de cuatro-; por
tanto la totalidad de la experimentación compuesta de seis
juegos será de veinticuatro, con lo cual se deduce que la
superación de esa cifra revela el fenómeno paranormal.
60. Se lanzarán los dos dados a la vez, deseando que
salgan un par de uno, o un par de dos, o un par de
tres, de cuatro, de cinco, de seis. La operación se
repetirá 36 veces después de lo cual habremos
obtenido al azar, un solo acierto. Los demás
aciertos se considerarán como resultados
positivos de la facultad psi.
61. Se emplearán también los dados. Aquí no se tratará de buscar
un doble determinado previamente. Se irán tirando los dos
dados a la vez, y se anotarán los dobles que vayan saliendo.
Tirando también treinta y seis veces los dos dados a la vez, ello
nos dará un índice de seis aciertos por puro azar; todo lo que
rebase este índice evidenciará ya la producción del fenómeno
psi. Por tanto 36 tiradas nos darán seis aciertos por azar, y cada
seis tiradas un solo acierto por azar.
62. Se lanzarán los dos dados a la vez deseando
obtener siete puntos con ambos, es decir
sumando la numeración de las caras que hayan
salido. El resultado ha de ser siempre siete. La
experimentación contará también con 36 tiradas
con los dos dados a la vez, y la probabilidad de
sacar por azar un siete será de seis veces, por lo
cual si se obtienen más aciertos, será índice del
fenómeno paranormal.
63. Selanzan ambos dados deseando obtener una
suma superior a siete, por ejemplo ocho, nueve,
diez, once o doce. De treinta y seis tiradas con los
dos dados a la vez tendremos la probabilidad de
acertar solo quince veces por azar, o sea de
obtener una cantidad superior a siete.
64. Aquí se trata de sacar una suma inferior a siete.
De la misma forma que en la experimentación
anterior, con 36 tiradas obtendremos por azar
quince resultados que sumen menos de siete. Si se
obtienen más de 15 aciertos, tendremos evidencia
del fenómeno psicoquinético.
65. Otro tipo de objetivos en la investigación psicoquinética
se efectúa a través de la posición. Lo que interesa es la
posición en que queremos que queden los dados u otros
objetos sobre la mesa, los cuales aunque parezcan
obedecer el impulso físico recibido, en realidad es nuestra
mente la que los dirige y los hace detenerse en
determinado lugar. Para llevar a cabo esta
experimentación hay que sustituir los clásicos y pesados
dados por otros más pequeños y livianos. Incluso mejor
que dados sería emplear bolitas ligeras o pequeñas fichas,
en número de 50.
66. La mesa en la que deben lanzarse las bolitas ha de estar
cubierta también por un paño liso, grueso y hallarse rodeada
por una barandilla de madera de unos 15 centímetros de altura,
para evitar que las bolitas caigan al suelo, si cae alguna queda
invalidada la jugada, y hay que lanzar de nuevo todas las bolas
o fichas. La mesa ha de estar dividida por una raya en dos
partes simétricas, A y B, y uno de sus extremos ha de hallarse en
pendiente, a ser posible con estrías, por la cual bajarán las 5º
bolitas para detenerse donde se desee, en A o en B. Antes de
empezar la experimentación se ha de nivelar perfectamente la
mesa, pues el más pequeño desnivel hacia un lado u otro,
desvirtuaría los resultados de la experimentación.
67. Se dice a los sujetos en qué parte o zona de la
mesa se desea que caigan las bolas, o bien se les
ofrece a ellos la posibilidad de que lo elijan.
Entonces se lanzan las 50 bolitas manualmente o
mecánicamente, a través de un canal o tubo que
va a desembocar en una pendiente –a ser posible
con estrías- donde las bolas rebotan entre sí, para
finalmente caer en la parte derecha o izquierda de
la mesa, o sea, en la zona A o en la zona B.
68. Cada bola se considera un ensayo, por lo cual en un
lanzamiento se habrán efectuado 50 ensayos o tiradas. No hay
fijado un número de lanzamientos. La posibilidad de acertar
por azar es de 50%. Así en cada lanzamiento 25 bolas pueden
caer por casualidad en la zona deseada.
Es muy interesante este tipo de experimentación, consistente
en influir sobre las bolas para que éstas se detengan en la
posición deseada. Pero puede ser mucho más interesante aún, y
se obtienen resultados mucho más positivos si se forman dos
grupos de sujetos, cada uno de los cuales dirige sus veinticinco
lanzamientos en forma competitiva contra los del otro.
GRACIAS