Pronunciamiento de Mujeres en defensa de la Ley 348
Silicosis
1. SILICOSIS
La silicosis es la formación permanente de tejido cicatricial en los pulmones causada
por la inhalación de polvo de sílice (cuarzo).
La silicosis, la enfermedad profesional más antigua que se conoce, se desarrolla en
personas que han inhalado polvo de sílice durante muchos años. El polvo de sílice es el
principal elemento que constituye la arena, por lo que la exposición es frecuente entre
los mineros del metal, los cortadores de piedra arenisca y de granito, los obreros de las
fundiciones y los alfareros.
Por lo general, los síntomas aparecen después de 20 o 30 años de exposición al polvo.
Sin embargo, en los trabajos donde se utilizan chorros de arena, en la construcción de
túneles y en la fabricación de jabones abrasivos que requieren cantidades elevadas de
polvo de sílice, los síntomas pueden presentarse en menos de 10 años.
Cuando se inhala, el polvo de sílice entra en los pulmones y las células depuradoras,
como los macrófagos, lo engullen. Las enzimas liberadas por las células depuradoras
causan la formación de tejido cicatricial en los pulmones. Al principio, las zonas
cicatrizadas son pequeñas protuberancias redondas (silicosis nodular simple), pero
finalmente se reúnen en grandes masas (silicosis conglomerada). Estas áreas
cicatrizadas no permiten el paso del oxígeno a la sangre de forma normal. Así los
pulmones pierden elasticidad y se requiere mayor esfuerzo para respirar.
Síntomas y diagnóstico
Los individuos con silicosis nodular simple no tienen dificultad para respirar, pero
tienen tos y esputos debido a la irritación de las grandes vías aéreas, el proceso
denominado bronquitis. La silicosis conglomerada puede causar tos, producción de
esputo y ahogo. Al principio, el ahogo se produce sólo durante los momentos de
actividad, pero finalmente se manifiesta también durante el reposo. La respiración
puede empeorar a los 2 o 5 años de haber dejado de trabajar con la sílice. El pulmón
lesionado somete al corazón a un esfuerzo excesivo y puede causar insuficiencia
cardíaca, que a su vez puede evolucionar hacia la muerte. Además, los individuos con
silicosis expuestos al microorganismo causante de la tuberculosis (Mycobacterium
tuberculosis) son tres veces más propensos a desarrollar la tuberculosis que quienes
no están afectados de silicosis.
La silicosis se diagnostica con una radiografía de tórax que muestra el patrón típico de
cicatrices y nódulos.
2. Evolución y complicaciones
El ritmo de progresión de la silicosis es variable, siendo más rápida mientras más
intensa haya sido la exposición. Se puede observar progresión fuera de riesgo en casos
en que se retiran tardíamente en fases más avanzadas, lo que hace importante el
diagnóstico precoz. La muerte se produce por insuficiencia respiratoria, corazón
pulmonar o sobreinfección tuberculosa. Ésta es especialmente frecuente en la silicosis
de desarrollo rápido, propia de la exposición masiva. Lo característico es su rebeldía a
tratamiento, lo que sugiere que el terreno alterado de estos pacientes en alguna forma
protege al bacilo de Koch. Debe sospecharse la tuberculización ante sombras
pulmonares con un crecimiento más rápido que el resto y buscarse su confirmación a
través del estudio bacteriológico de expectoración. La eliminación de bacilos es
generalmente escasa, necesitándose numerosas baciloscopías y cultivos para
encontrarlo. Por su gravedad, puede recurrirse al uso de 300 mg diarios de HIN, como
quimioprofilaxis, en los casos de mayor riesgo, ya sea por contactos TBC o por
presentar silicosis de desarrollo rápido.
Prevención
El control de la producción de
polvo en el lugar de trabajo
puede ayudar a prevenir la
silicosis. Cuando ésta no se
puede controlar, como puede
ser el caso de la industria de
chorros de arena, los
trabajadores deben usar
máscaras que suministren
aire externo limpio o que
filtren completamente las
partículas. Dicha protección
puede no estar al alcance de
todos los trabajadores en una zona polvorienta (por ejemplo, pintores y soldadores) y,
en ese caso, siempre que sea posible, se deben utilizar abrasivos distintos a la arena.
Los trabajadores expuestos al polvo de sílice deben hacerse radiografías de tórax con
regularidad, cada 6 meses los que trabajan con chorros de arena y cada 2 a 5 años los
demás, de modo que sea posible detectar cualquier problema cuanto antes. Si la
radiografía revela silicosis, el médico probablemente aconsejará al trabajador que
evite la exposición constante a la sílice.
3. Tratamiento
La silicosis es incurable. Sin embargo, se puede detener la evolución de la enfermedad,
interrumpiendo la exposición a la sílice desde los primeros síntomas. Una persona con
dificultad para respirar puede sentir alivio con el tratamiento utilizado para la
enfermedad pulmonar obstructiva crónica, como son los fármacos que dilatan los
bronquios y despejan las secreciones de las vías aéreas. Dado que los individuos que
padecen silicosis tienen un alto riesgo de contraer tuberculosis, deben someterse
periódicamente a revisiones médicas que incluyan la prueba cutánea para
tuberculosis.