La motricidad fina se refiere a movimientos precisos y coordinados que requieren control muscular y madurez del sistema nervioso central. Se desarrolla de forma progresiva y desigual en los niños, influyendo habilidades como la experimentación y el aprendizaje. Algunos aspectos de la motricidad fina que se pueden trabajar en la escuela son la coordinación viso-manual, la motricidad facial, fonética y gestual.