1. EL VALOR Y LA HIDALGUÍA DE ELADIO
******* ¿Cómo no acompañar a Eladio Muchacho Unda y a todo su equipo en
este duro trance que les ha tocado vivir y soportar?
Roberth Antonio Ramírez Torres
Primero, reconocer el valor y la hidalguía de Eladio Muchacho Unda, al venir desde
donde estaba fuera, para presentarse, ponerse a Derecho, acompañar a su equipo preso,
para el también vivir el mismo trago amargo que ellos estaban viviendo; no
abandonarlos, no dejarlos solos, actuando como un padre amoroso, además de dar la
cara y rendir las cuentas que hubiere que rendir.
No esperaba menos de Eladio, cuando me entere el 2 de febrero de lo que estaba
ocurriendo, con los allanamientos y las detenciones, mi corazón me dijo que
conociéndolo a él, estaba seguro que vendría a presentarse, aunque eso fuese correr el
riesgo que hubiese que correr.
De ahí que lo digo y lo reafirmo, Eladio nos ha dado un ejemplo, una lección de
dignidad y honor a toda la sociedad en general, incluido nuestro mundo político en
pleno, tanto del lado del Gobierno como del lado de la oposición… Qué distinto y
maravilloso sería este país y nuestra República Bolivariana de Venezuela si tanto en el
Gobierno como en la oposición tuviésemos muchos Eladios.
Eladio ha dado la más gloriosa lección fiel con nuestro glorioso himno nacional “Gloria
al Bravo Pueblo”, Eladio nos ha dicho con su ejemplo, al presentarse el sólo, por sus
propios pies, sin que nadie lo llevase… Eladio nos ha dicho a Trujillo y al país: “… la
Ley respetando con virtud y honor”.
Tenemos muchos años (más de 30 años) conociendo a Eladio por su bondad, por sus
sólidos principios éticos, su honestidad y por su vocación de servicio a la comunidad…
Pero también, en términos políticos por su solidaridad y compromiso con las luchas de
nuestro pueblo y de los pueblos de América Latina y del mundo.
El aliado incondicional de aquellas nuestras luchas estudiantiles y comunitarias de los
muchachos, adolescentes, que éramos a finales de los años 70 y comienzos de los años
80 del Siglo pasado, cuando ser Revolucionarios era mal visto, pero alto y noble mérito
por lo extremado peligroso.
Así, como también, Eladio nos acompañó en la solidaridad con Cuba, con Chile, con
Nicaragua, con Haití, con El Salvador, con Palestina, y con todos los pueblos del
mundo; nos ayudó a organizar aquí en Valera un capítulo de Amnistía Internacional,
para que hiciéramos más efectiva nuestra solidaridad y presión por la libertad de los
revolucionarios y presos políticos en todo el mundo.
Pero también, el Eladio alma y bondad, el hombre que en su vida se ha esmerado en
servir, a disfrutar y vivir la dicha de ser útil, a no dañar a nada ni a nadie, a cultivar el
ser amoroso y bondadoso, al tenderle la mano y ayudar a todo quien lo ha necesitado, lo
ha hecho y lo hace en silencio, sin divulgarlo ni buscar reconocimiento por eso.
2. Y como buen cristiano y devoto de María Santísima, lo ha hecho más que por caridad,
lo hace por amor al prójimo… Que también, como nos lo enseñó el Che Guevara: “El
verdadero revolucionario está guiado por grandes sentimientos de amor a la
humanidad”.
Quienes hayamos vivido siempre en Trujillo y que desde siempre hayamos estado
luchando junto al pueblo sabemos de la trayectoria de Eladio, de su nobleza, de sus
principios y de su firmeza contra la nefasta corrupción, tanto en el pasado como también
en el presente. Así mismo, sabemos desde siempre de su amor a Valera y al estado
Trujillo…
Se necesita desconocer la vida de Trujillo, haber pasado tiempo sin vivir en nuestro
querido terruño, y también se necesita no haber sido nunca antes revolucionario para no
haber conocido a Eladio.
En lo personal conozco a Eladio en las luchas desde hace más de 30 años, pero también
lo conocí desde mi niñez, no en persona sino en la palabra y las historias contadas por
mi padre Ángel Ramírez Plaza, quien también compartió luchas junto a Eladio mucho
antes que yo, en aquellos gloriosos tiempos de Barrio A Juro o El Milagro, por mejorar
los servicios y obtener las reivindicaciones de nuestra querida comunidad.
Comparto todo esto en mi condición, de no más que un humilde ciudadano, un sencillo
habitante de este pueblo, hijo de una familia del Barrio El Milagro, al que Valera y el
estado Trujillo vieron crecer y hacerse hombre en la lucha revolucionaria, en el trabajo
cultural y comunitario, cuando atreverse a ser revolucionario era atreverse a arriesgar el
pellejo y dar la vida si era necesario.
Así mismo en mi condición de militante de este proceso de nuestro Presidente Chávez, a
quien desde el 4 de Febrero de 1992 le hemos apoyado y nos jugamos el pellejo en el
Comité de Solidaridad con los presos de entonces, y recuerdo como el Dr. Eladio nos
apoyó y nos permitió que Diario de Los Andes fuese nuestro bastión de información, y
así asumo en este momento como en aquel entonces, lanzar mí palabra al viento como
nos lo enseñó nuestro cantor del pueblo Alí Primera.
Asumo atreverme a expresar mí palabra, sobre este caso, consciente de todos los riesgos
que ello me pueda implicar, pero ante la injusticia no podemos callar, porque como nos
enseña el Evangelio: “Anuncia, denuncia y pronuncia”… No podemos callar ante la
injusticia y no acompañar a Eladio y a su equipo no tendría perdón de Dios.
Es la integridad ética y moral de todos, todos ellos que en su ser y en su alma son el
testimonio de Eladio, trabajadores y trabajadoras, formados desde la calidad humana de
cada una de sus familias, y son también la hechura, el modelaje que Eladio ha ido
haciendo a imagen y semejanza del servicio, del bien y la virtud.
Creo y tengo fe en que la justicia y el estado de Derecho van a triunfar, que la verdad
saldrá a la luz, que tampoco se impondrá ninguna patraña, y se habrá de encontrar los
acuerdos necesarios para que el Banco Bicentenario no siga retrasando los
financiamientos y se puedan honrar los compromisos de Cumberland con las 114
familias que son víctimas de toda esta situación, como también lo es víctima dicha
empresa, a partir de la intervención del Banco Central, hoy Banco Bicentenario.