1. Reina Jane Seymour
Jane Seymour nació en 1509 en Wulfhall,
Wiltshire. Era hija de Sir John Seymour y
Margery Wentworth. Por línea materna,
Jane era descendiente del rey Eduardo
III, por lo que ella y su futuro esposo eran
primos lejanos. Jane también tenía una
relación genealógica con su antecesora,
Ana Bolena, con quien compartía una
bisabuela.
Jane era una muchacha sobria y alejada de
los excesos mundanos que fue
trasladada a la corte inglesa como dama
de honor primero de Catalina de Aragón
y, tras su divorcio de Enrique VIII, de su
segunda esposa Ana Bolena .
Mujeres en la Historia
2. Hacia 1535 el rey empezó a fijarse en la joven Jane quien en ningún momento aceptó ser amante
aunque fuera de un monarca. Cuando meses después Ana daba a luz a un niño muerto y, tras
haber tenido solamente una hija, la futura reina Isabel I , el rey empezó a distanciarse de su
esposa y a obsesionarse cada vez más con Jane.
El 19 de mayo de 1536 Ana Bolena era ejecutada en la Torre de Londres. Al día siguiente, Enrique
VIII se desposaba con Jane Seymour quien fue proclamada oficialmente reina consorte el 4 de
junio.
El tiempo que Jane fue reina de Inglaterra cambió radicalmente las costumbres de la corte. Quiso
borrar todo recuerdo de su antecesora Ana Bolena, amante de los lujos, de la moda francesa y de la
vida más bien disoluta. Jane impuso una moda más austera y unos modales rígidos y sobrios. Jane
trajo de nuevo a la corte a María , la hija de Catalina de Aragón a la que su padre había
desheredado y mantuvo con ella una estrella relación de amistad.
El 12 de octubre de 1537, en la residencia real de Hampton Court, donde se habían instalado los
monarcas ingleses, Jane dio a luz al ansiado heredero al trono. Un niño débil y de poca salud que
reinaría de manera muy breve con el nombre de Eduardo VI. Doce días después, las
complicaciones del posparto llevarían a Jane a la muerte.
Enrique VIII, desolado ante la inesperada muerte de su amada, no fue capaz de acudir a su funeral,
que fue
presidido por una también afectada princesa María, quien lloró profundamente la muerte de su
protectora.
Yasmina Sánchez Álvarez 2ºESO