“Sentimientos morales y acuerdo afectivo como base psicológica de una teoría política”
1. “Sentimientos morales y acuerdo
afectivo como base psicológica de
una teoría política”
XI Congreso de la Asociación Chilena de Ciencia Política, 16 Octubre 2014
Facultad de Gobierno, Universidad del Desarrollo
José de la Cruz Garrido F.
2. Motivaciones
La economía como ciencia positiva para el diseño de
políticas públicas y como base descriptiva para discusiones
en teoría política.
Concepción de la psicología moral que subyace a la
interacción humana que describe el análisis económico.
Modelo de agencia que se deriva para la economía política.
Puente entre la dimensión descriptiva o de hecho y la
cuestión evaluativa (por referencia a criterios de eficiencia,
como a las restricciones que podemos someter dicho
modelo de optimización)
Filósofo bisagra: Adam Smith
José de la Cruz Garrido F. / Octubre de 2014
3. Discusión clásica
En lo modernidad se instala la discusión argumentando bajo
la premisa de un “estado de naturaleza”
La retórica judeo-cristiana de un estado original permea el
problema de qué nos llevó a socializar y, por lo tanto, qué
nos lleva a establecer un marco de normas institucional. El
problema consistiría en cómo hacer la mejor descripción del
punto de partida y cómo este es compatible con la idea de
“progreso”.
Es pertinente distinguir desde la teoría política, a mi juicio, la
cuestión de la fundamentación de las normas (cuestión
ética) de la pregunta por la base psicológica que hace
posible la institución del gobierno y su desarrollo.
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4. La discusión de Adam Smith
Lecciones de Jurisprudencia de los reportes 1766 (LJ (B) 1-4), Smith
señala que cambiará de método para la presentación de la “civil
law”.
En “Juris Prudence” Smith comienza haciendo un resumen de las
mayores contribuciones la literatura moderna de la Ley Natural, y,
en este contexto, afirma que el tratamiento más completo lo
ofrece De iure de Grocio.
En este pasaje hace referencia a la obra de Hobbes y su contexto:
las guerras civiles y los disentimientos son el resultado del
sometimiento de la conciencia de los sujetos a la autoridad
eclesial: frente a esto se ofrece un sistema de moral que subordine
la conciencia de los hombres al poder civil (Smith 1982a 397).
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5. La discusión de Adam Smith con
Hobbes.
Lo mismo expone en TMS VII.iii.9 (Smith 1982 341).
En este contexto, atiende al trabajo de Hobbes, el cual
sostiene, según Smith, la idea de que la moral es asunto
del poder del Soberano, donde el estado de naturaleza
nos lleva a una situación de beligerancia, la cual puede
ser soslayada por un contrato que nos haga obedecer
un poder o Soberano común.
En LJ (B) 3 refiere al trabajo de Pufendorf, como un
intento por refutar la tesis hobbesiana (Smith 1982a 398)
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6. La discusión de Adam Smith con
Hobbes.
En TMS VII.iiii.1.1 (Smith 1982 315) alude al trabajo de
Hobbes y “sus seguidores” (donde caerían según los
editores de TMS Pufendorf y Mandeville) por referencia
a la idea que el hombre es motivado a “tomar refugio”
en sociedad, no por referencia voluntad (love) alguna
de su propio ser, sino porque sin la asistencia de los
demás es incapaz de sobrevivir por sí solo.
Define la tesis hobessiana en TMS VII.iii.2.1-5 (Smith 1982
318-9) con todas sus letras por referencia a un estado
de naturaleza como un estado de guerra
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7. La discusión de Adam Smith con
Hobbes: el cambio de enfoque
En TMS VII.iii.1.2 distingue tres tipos de “sistemas” que
fundan en distintos principios nuestros juicios de
aprobación y rechazo moral: a) aquellos que los hacen
en el “self-love” (como Hobbes), b) aquellos que lo
hacen en un principio racional, entendido como el
mismo principio que está en condiciones de distinguir lo
verdadero de lo falso, o c) aquellos que la hacen en un
sentimiento inmediato que emerge de la satisfacción o
disgusto que nos inspira la mirada de ciertas acciones o
afecciones.
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8. Enfoque de Smith
Smith en este contexto, sostiene en TMS VII.iii.2.1 que la
manera de discutir la “odiosa” posición hobbesiana es
demostrando la existencia de facultades mentales pre-existentes
a toda institución positiva, esto es, demostrando
que la mente está naturalmente provista de sentidos que le
permite distinguir en ciertas acciones y afecciones las
cualidades de lo correcto, laudable y virtuoso (Smith 1982
318).
Es decir, introduce la perspectiva del observador moralmente
sensible (y no el de la primera persona racional).
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9. ¿Cuáles son las implicancias de este
cambio de enfoque?
Hay que señalar que esta respuesta, respecto de la posición
hobbesiana, es justamente lo que hace en la TMS.
A mi juicio, esta “demostración” de la existencia de
facultades pre contractuales, que operan en la forma de
cooperación y reciprocidad, queda graficada en un pasaje
muy mal interpretado de su obra más conocida:
Investigación sobre las Causas de la Riqueza de las Naciones
(RN).
Queda pendiente por cierto toda la discusión de psicología
moral sobre qué lugar ocupan la voluntad, el asentimiento y
el tipo de representación que subyace al enfoque de los
juicios evaluativos que habla Smith, entro otros.
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10. La Economía Política de la RN
Existe el prejuicio bastante difundido que Smith afirma
que la persecución de mi propio bienestar (egoísmo) es
la base psicológica de su economía política.
Incluso se llega a hablar de un principio maximizador o
que él propone una forma sui generis de utilitarismo
(Rawls)
Nada de eso.
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11. La Economía Política de la RN
Algunas premisas de la lectura:
La RN no es un tratado de economía positiva tal como
la entendemos nosotros una ciencia empírica (aunque
conceptualmente, a mi juicio, esté en condiciones de
fundarla).
La TMS no es un tratado de metaética: no busca
principios que legitimen cierto tipo de comportamientos
Existe una conexión fundamental entre la RN y la TMS.
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12. La Economía Política de la RN
En el capítulo 2 del Libro I de la RN Adam Smith deja en
claro una serie de aspectos que retratan su enfoque.
Por razones de tiempo nos concentraremos en un
pasaje muy mal interpretado y, asimismo, muy mal
traducido, pero distingamos algunas premisas que
preceden al pasaje que nos concentraremos:
El contexto viene dado en el título del Libro I y hay que
conectarlo con el título de la obra: la causa de la
riqueza de una nación y la división del trabajo.
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13. La Economía Política de la RN
El progreso de las facultades humanas (destrezas y oficios) es el resultado de la
división de trabajo.
La división del trabajo no es el resultado de la sabiduría humana, sino de una
propensión natural a permutar, cambiar y negociar una cosa por otra.
Esta propensión es la consecuencia de las facultades discursivas y del lenguaje.
El hombre utiliza las mismas artes con sus semejantes y cuando no encuentra
otro modo de hacerlo procura granjearse la voluntad ajena (ej., de forma
servil)
En una sociedad civilizada necesita a cada instante la cooperación y
asistencia de la multitud; es decir, se relaciona con extraños, ya que en la vida
entera apenas le basta para conquistar la amistad de contadas personas.
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14. Texto clave (traducción de Franco)
“Pero el hombre reclama en la mayor parte de sus circunstancias la
ayuda de sus semejantes y en vano puede esperarla sólo de su
benevolencia. La conseguirá con mayor seguridad interesante en
su favor el egoísmo (self-love) de los otros y haciéndolos ver que es
ventajoso para ellos (for their own advantages) hacer lo que se les
pide. Quien propone a otro un trato le está haciendo una de esas
proposiciones. Dame lo que necesito y tendrás lo que deseas, es el
sentido de cualquier clase de oferta y así obtendremos de los
demás la mayor parte de los servicios que necesitamos. No es la
benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero la que
nos procura el alimento, sino la consideración de su propio interés
(own interest). No invocamos sus sentimientos humanitarios sino su
egoísmo (self-love), ni le hablamos de nuestras necesidades, sino
de sus ventajas”
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15. Texto clave (traducción de Rodríguez)
“El hombre, en cambio, está casi permanentemente necesitado de
la ayuda de sus semejantes, y le resultará inútil esperarla
exclusivamente de su benevolencia. Es más probable que la
consiga si puede dirigir en su favor el propio interés de los demás, y
mostrarles que el actuar según él demanda redundará en
beneficio de ellos. Esto es lo que propone cualquiera que ofrece un
trato. Todo trato es: dame esto que deseo y obtendrás esto otro
que deseas tú; y de esta manera conseguimos mutuamente la
mayor parte de los bienes que necesitamos. No es la benevolencia
del carnicero, el cervecero o el panadero lo que nos procura
nuestra cena, sino el cuidado que ponen ellos en su propio
beneficio. No nos dirigimos a su humanidad sino a su propio interés,
y jamás le hablamos de nuestras necesidades sino de sus ventajas”
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16. Resumen.
La principal causa de la riqueza de una nación (y, esto es, del
producto anual o capital acumulado) es la división del trabajo, la cual
se da, de menos a más, según progresa el estado civilizatorio en que
se encuentra la humanidad (cazador recolector, pescador o
monoproductor, agricultor, comercio, etc).
la división del trabajo tiene lugar en virtud de esa “propensión natural”
que existe entre los humanos a intercambiar, sea trueque o comercio.
lo que mueve al hombre a comerciar no es el egoísmo, sino que lo que
nos lleva a “solicitar” el producto del trabajo ajeno es el hecho que
apelamos a su amor o interés propio (a mi juicio, sinónimos, que
mientan, en este contexto, la recompensa fruto del trabajo).
Apelar al amor o interés propio ajeno hace posible el intercambio y,
por ende, esa propensión natural a comerciar.
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17. Resumen.
Apelar al amor propio ajeno es algo muy distinto que afirmar que comerciamos
motivados por egoísmo. Esto tiene sustento en la TMS donde el egoísmo es una
pasión antisocial reprochable y el amor propio un sentimiento básico de
autoconservación.
Esto tiene sustento en la tradición estoica de la cual Smith es heredero, al igual
que Grocio, que ponen en la oikéiosis o “apropiación” el principio básico de
sociabilidad y justicia.
La tesis smithiana, por lo tanto, supone que, en las expectativas que nos
hacemos de los demás en un trato, nos ponemos en el lugar del otro; sujeto
que nos ofrece lo que nosotros no estamos en condiciones de
autoabastecernos y, sin embargo, necesitamos.
Más importante aún, esto supone que el trabajo ajeno debe ser remunerado,
ya que no es por la benevolencia del panadero que él nos dispensa pan, sino
por su propio interés, esto es, por el pago que recibe por este.
José de la Cruz Garrido F. / Octubre de 2014
18. Resumen.
Lo anterior tiene sustento textual en la idea de justicia
distributiva o liberalidad asociada a la justa retribución
(remuneración) al favor concedido (trabajo) en la TMS
(donde cita a Grocio nuevamente en TMS VII.ii.1.10)
Este pequeño pasaje nos da algunas luces de cómo
hay que interpretar la base psicológica de la economía
política de Smith, principalmente en lo que refiere a la
“propiedad” que tenemos del fruto de nuestro trabajo y
cómo esta propiedad es la base de un sistema de
libertad natural.
José de la Cruz Garrido F. / Octubre de 2014
19. Algunas inquietudes
Asimismo, este pasaje nos ofrece algunas preguntas sobre las ideas
de autoridad y utilidad que Smith propone en otros textos, como
respuesta a los enfoques racionalistas o por la sola referencia al
amor propio como el hobbesiano.
Por ejemplo, ¿cómo en un sistema de libertad natural, cuyo orden
espontáneo (no deliberado ni fruto de la racionalidad humana)
emerge de la capacidad que tenemos ofrecer nuestro trabajo e
incorporar el amor propio ajeno dentro de las condiciones del
trato, se consiente la autoridad de la justicia que administra el
magistrado, en desmedro de la utilidad del beneficio personal? O,
por otra parte, ¿en qué medida un acuerdo afectivo de estas
características garantiza que ambas partes de un trato estén en
condiciones efectivas de satisfacer su respectivo amor propio?
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20. Conclusiones provisionales
Smith en línea con la filosofía de herencia estoica que transmite Grocio
concibe al hombre desde su disposición solidaria con el otro contigua a un
principio de autoconservación.
A diferencia de sus predecesores, no apela a un estado de naturaleza, y
cuestión que no vimos, modela el sistema moral sobre la base de una serie de
conceptos herederos de la física mecanicista newtoniana, combinado con
una psicología de simpatía imaginativa.
Al parecer, hay buenas razones para creer que Smith caracteriza este estado
de libertad natural (desde el punto de su emergencia psicológica, histórica y
fáctica) para afirmar que la riqueza es precondición de la protección por parte
del magistrado de la libertad y seguridad de los individuos (y no viceversa).
Una sociedad no que no alcance niveles de progreso civilizatorio difícilmente
puede aspirar a que, cuestiones que suelen ser tema de los filósofos (como la
justicia), no sean meras quimeras a los ojos del hombre que vive en el
“subdesarrollo”.
José de la Cruz Garrido F. / Octubre de 2014
Adam Smith influye en Kant, Hegel, Marx, Stuart Mill y toda la tradición neoclásica y austriaca; hacia atrás hace recepción del trabajo de Hume, Hutcheson, Shaftesbury, Newton y Grocio, y discute con Mandeville, Hobbes; se relaciona directamente con Rousseau y Voltaire.
Pensemos en el caso extremo de Roujsseau que en su Discurso sobre la Desigualdad plantea la tarea de pensar el hombre en su estado originario presocial.
En este punto no es trivial como veremos que en el Prolegómenos de Grocio. Hay una serie de aspectos más; como la idea sobre lo que motiva a Hobbes en su tratado: como las guerras civiles son fruto de la sujeción de conciencias por parte de la autoridad eclesial.
It was the avowed intention of Mr. Hobbes, by propagating these notions, to subject the consciences of men immediately to the civil, and not to the ecclesiastical powers, whose turbulence and ambition, he had been taught, by the example of his own times, to regard as the principal source of the disorders of society. His doctrine, upon this account, was peculiarly offensive to theologians, who accordingly did not fail to vent their indignation against him with great asperity and bitterness. It was likewise offensive to all sound moralists, as it supposed that there was no natural distinction between right and wrong, that these were mutable and changeable, and depended upon the mere arbitrary will of the civil magistrate. This account of things, therefore, was attacked from all quarters, and by all sorts of weapons, by sober reason as well as by furious declamation.
Nótese el giro en el enfoque.
Hoy agregamos era de la innovación y la tecnología.