La energía sostenible se define como aquella que satisface las necesidades presentes sin comprometer los recursos futuros, e incluye energías renovables, alternativas y de fusión. Las energías renovables provienen de fuentes virtualmente inagotables, mientras que los combustibles fósiles son no renovables con reservas limitadas. Para combatir el cambio climático, la revolución energética debe centrarse en energías limpias, renovables, seguras y baratas basadas en el ahorro de recursos naturales.