El movimiento obrero socialista no fue fuerte en Argentina debido a que la mayoría de los primeros trabajadores eran inmigrantes que no podían votar, mientras que el anarquismo tenía más seguidores; además, cuando los hijos de inmigrantes obtuvieron el derecho al voto, prefirieron apoyar al partido radical que mejor representaba sus demandas laborales y brindaba protecciones sociales, en lugar de los partidos socialistas dirigidos por intelectuales alejados de la realidad obrera.