La ingeniería genética aplicada a los cereales, vegetales, animales y plantas puede ayudar a aumentar la producción de alimentos como leche, carne, cereales y vegetales, y hacer que estos sean más resistentes a plagas y enfermedades. El uso de transgénicos permite modificar el genoma de los organismos para disminuir sustancias dañinas y aumentar la producción de alimentos para la venta.