1. ELENA THOMSEN
elenadouladavida@gmail.com
ADIOS PAÑAL, ADIOS
www.douladavida.blogspot.com
Algún lector puede recordar el color de su orinal…? Creo que con las horas que nos
hicieron pasar sentados sobre el hasta dejar una aro marcado en nuestro culete, es
para recordarlo!!!
Lo que si puede que vuestra memoria reproduzca es algún episodio de
nerviosismo descontrolado por parte de los adultos que querían que tú
controlaras tus “necesidades” sin caer en la cuenta de que ellos necesitaban
controlar su impaciencia.
El pañal ha sido un elemento inseparable que formó parte de la lista que hicieron
de objetos necesarios para tener un hijo. Nuestro hijo ha normalizado con el paso
del tiempo llevarlo puesto y en muchas ocasiones, llevarlo puesto de más, dejando
sin respiro esa zona de su cuerpo. Sería interesante que nos paráramos a calcular
la cantidad de horas que un bebé usa pañal, la cantidad que hemos cambiado y así
meditar sobre el reto que va a suponer en la vida de todos.
El aprendizaje del control de los esfínteres, es decir, “poder retener la orina y las
heces de forma voluntaria”, es un proceso natural que nuestro hijo aprenderá
tarde o temprano aunque nosotros no hiciéramos más que dejarlos entrar y salir
del baño cuando vamos los adultos o responder a sus preguntas sobre ello. Son
exploradores….y podemos hacer de esto una aventura, un cuento mágico donde
son protagonistas. Lo primero que debemos entender es que “empezar a
controlar”, no es quitar el pañal como muchos creen. No deberíamos quitarlo
hasta que exista un sentir de esfínteres claro. Esto es justo lo contrario de lo que
muchos centros educativos y padres creen y hacen.
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Revista +Q9meses
2. Revista +Q9meses
Retirar el contenedor que le aporta seguridad no hará que madure antes, en
cambio retrasará el proceso que obliguemos a nuestros hijos porque aparecerán
nuevos miedos al hacer algo para lo que no están preparados. Es como si
dejáramos un bebé solo sobre nuestra cama los 12 meses porque ya debiera saber
bajar solo y no lo hace aún.
Por otra parte creo que es algo que debe ocurrir en el
entorno familiar en primer lugar y no en las escuelas
infantiles o colegios.
No sabemos cuándo ocurrirá, así que poner fecha
tope, solo ayuda a estresar a toda la familia.
Muchas veces ocurre que nuestros hijos se ponen algo
estreñidos durante el aprendizaje, le intentaremos
inspirar confianza y traba jaremos con la
alimentación.
Atención a: Poca ingestión de agua - No
quiere dejar de jugar para ir al baño - Miedo a
sentarse en el váter - Dolor al hacer caca - Miedo a la
pérdida del cariño del ritual de cambio de pañal.
Cuando consideres que tu hijo está preparado y sin
compararlo con los demás niños de su edad, puedes
empezar. Una parte importante del aprendizaje va en conseguir que pueda avisar
de lo que pasa, por lo tanto, nuestro hijo debe conocer las palabras clave
implicadas en el proceso: seco, mojado, pipí, caca, ó cualquier otra que forme
parte del vocabulario familiar al pañal. Podemos practicar con nuestros hijos estas
palabras mientras le preguntamos con respeto si podemos mirar cómo está su
pañal, cosa que pocos hacen. Vuestro hijo se fija en ustedes, los acompaña, les
imitan. Es bueno que observe como utilizan las herramientas para ello.
No olvidemos enseñarle todos los pasos desde el principio: lavado de manos,
donde está el papel, secarse bien, que los niños también se secan el pis que gotea,
un ritual.
Los niños también quieren su intimidad. Esconderse para hacer pujos es un acto
natural también. Intentemos también que este periodo no coincida con ningún
otro hecho importante, viajes, mudanzas, hermanitos…
Al principio nos avisará cuando ya lo tenga encima, después justo antes de que se
le escape, pero poco a poco nos avisará antes y dará tiempo de ir al baño. Si no
llegamos a tiempo vaciaremos el contenido donde queremos que lo haga y le
animaremos para la próxima vez. Nunca decirle muy mal, emplearemos la
palabra, accidente. Y siempre demostrarle que lo seguimos amando igual aunque
no consiga el cambio.
9 Elena Thomsen