2. Aunque Juan Manuel Oliva trató de explicar ante
propios y extraños la pertinencia de su renuncia al
gobierno de Guanajuato, disfrazada de licencia que
es la única figura que lo permitió, en realidad existen
muy pocas justificantes de esa decisión.
El mandatario explicó en su última aparición en tal
carácter que cumplió con los compromisos que
asumió “incluso rebasando metas”. Empero, tal
afirmación no deja de ser su visión de las cosas, con
un enorme grado de subjetividad: sin duda hay
logros en su ejercicio, pero también muchos
pendientes.
3. • Tan sólo habría que revisar los indicadores
del sector educativo, donde por más que se
haya realizado una inversión portentosa en
infraestructura, se falló fundamentalmente
en incrementar la calidad educativa, sobre
todo en las áreas básicas, donde las
mediciones oficiales y las pruebas Enlace
han mostrado escasos avances y, a
menudo, retrocesos.
• Otro aspecto donde las cosas no mejoran, e
incluso empeoran, es en el combate a la
pobreza, sobre todo en los casos donde
esta lacra se presenta en sus aspectos más
extremos.
4. Oliva fue responsable de la extrema politización de
la dependencia oficial encargada de gestionar los
programas contra la marginación social, primero al
convertirla en la plataforma de lanzamiento de su
precandidato a la gubernatura, Miguel Márquez
Márquez; después al usarla como premio de
consolación de su candidata perdedora a dirigir el
PAN, Alejandra Reynoso Sánchez.
En ambos casos, una de las misiones más altas de
cualquier gobierno en un estado y un país con altos
índices de marginación, fue utilizada simplemente
como una plataforma de proyectos políticos y una
válvula de escape.
5. Se dirá que Oliva no fue el primero ni será el último
en hacerlo, pero eso no justifica la impertinencia de
las decisiones, la cual se refleja en los pobres
resultados de los programas sociales, no obstante
las ingentes cantidades de recursos públicos que
se destinan a ellos.
Y de cualquier manera, aunque fuese cierta su
afirmación, los guanajuatenses no le extendieron
un contrato por objetivos, sino por tiempo
determinado, el cual amerita cumplirse si se quiere
que las instituciones de gobierno funcionen con
regularidad.
6. Pero, por otra parte, tampoco el destino que se
construyó el mandatario con licencia para justificar
su prematura salida del encargo que le confiaron los
ciudadanos de Guanajuato, resulta muy sólida.
Juan Manuel Oliva compartirá la responsabilidad
electoral con el senador coahuilense Guillermo
Anaya, compadre del presidente Felipe Calderón,
quien a su vez se apoyará en el reconocido
operador electoral panista Jorge Manzanera, de
todas las confianzas del presidente.
7. Oliva, en realidad, está en la estructura nacional panista
como ocupante de una posición cedida a la corriente
yunquista, de la que forman parte destacadamente los
gobernadores de Morelos y Jalisco, Marco
Adame y Emilio González, ninguno de los cuales se
atreve a dejar sus estados ante la altísima probabilidad
de perder la próxima elección a manos del PRI.
En esa circunstancia, resultaba Oliva el único con
posibilidades de acudir a representar a su corriente, en
vista de la relativa seguridad de que en Guanajuato
mantienen una hegemonía electoral sobre el PRI. Así,
resulta que en realidad acudió a cumplir su compromiso
con una corriente política, más que con su partido como
lo aseguró.
8. Sin embargo, entre las prisas por salir, la
ocupación de los días últimos del mandato,
incluyendo la visita papal y el último informe de
gobierno, parece ser que al mandatario
guanajuatense se le olvidó dar cristiana sepultura,
vaya paradoja, a numerosos cadáveres que traía
guardados en el ropero.
De continuar tronando bombas tras la retirada de
Oliva, sean mediáticas o reales, una posibilidad se
cierne en su horizonte: que el guanajuatense se
convierta en un pasivo de la campaña josefinista,
como si no le faltaran preocupaciones.
9. Esa circunstancia y la necesidad de enderezar el
rumbo por parte de la candidata panista, podría
dejar el intento de Oliva de incursionar en la política
nacional sólo en una escaramuza.