1. Atrapados en la eternidad —el pasado que se desaparece y el futuro incierto—
nunca cesamos de buscar nuestra brújula y nuestro sentido de dirección. Todos
somos buscadores. Todos queremos saber por qué. El ser humano es un animal
preguntón... y mientras los resultados de la respuesta pueden separarnos y
hacer que olvidemos nuestra humanidad, es la búsqueda que nos continúa
acercando y juntando... es lo que nos hace y nos mantiene a nosotros, humanos.
D. Boorstin, Museólogo
MUCHOS CAMINOS
No hay una única manera de hacer ciencia. Muchos investigadores realizaron grandes descubrimientos
al enfocarse en anomalías, fenómenos o casos raros, en el curso de una investigación. Siguieron sus
“corazonadas” y, después de un cuidadoso trabajo, escudriñaron grandes misterios, algunos de utilidad
inmediata para la humanidad, otros más teóricos, que impulsaron el conocimiento general. Para
hacerlo, enfrentaron sus errores y perfeccionaron sus métodos y técnicas, trabajando individualmente y
en grupos.
Idealmente, en este proceso, las personas simplifican y profundizan, repiten pruebas y buscan
consistencia en los resultados. De esta manera, identifican los principios básicos que respaldan su
descubrimiento o lo contradicen. Podría ser que al final, decidan investigar otra de las preguntas que
surgieron en el proceso e iniciar una nueva espiral de búsqueda .
Frank Openheimer, creador del Exploratorium, un revolucionario museo de ciencia, arte y percepción
en San Francisco, decía: “No importa si otra persona ha hecho el mismo descubrimiento. Lo que una
persona descubre por sí misma …lo incorpora como suyo”. Y posiblemente no lo olvidará.
1- Observa el mundo que te rodea.
“Equipado con sus cinco sentidos,
el ser humano explora el universo a su alrededor
y llama esta aventura CIENCIA.”
Edwin Hubble, La Naturaleza de la Ciencia, 1954.
Observar no es fácil. Frecuentemente, el mundo que percibimos se reduce a lo que esperamos (ver,
sentir, oler, escuchar y degustar). Muchos fenómenos suceden sin que nos demos cuenta: la repetición
del orden de los colores en el arco iris, la recurrencia de lluvia a una hora determinada en la época
lluviosa, la visita de un colibrí a una planta florida a horas específicas, etc.
Para mejorar la observación es recomendable:
• Salirse de los caminos conocidos y buscar diferentes maneras, horarios o perspectivas, que
permitan apreciar un mundo más amplio y la multitud de fenómenos que en él suceden.
• Agudizar los sentidos y, en la medida de lo posible, extenderlos con instrumentos. Por ejemplo,
con una lupa podemos ver el detalle de la corteza de un árbol. Un termómetro nos lleva más allá
de nuestro sentido del tacto y permite registrar la temperatura exacta de un objeto.
• Asociar datos en patrones, para facilitar su seguimiento. Este aspecto se detalla a continuación:
PATRONES
Naturalmente, el ser humano asocia datos y los organiza en patrones, es decir, en cápsulas
fáciles de seguir. Esta es una forma básica de organizar la información. Por, los antiguos
babilonios vieron un grupo de estrellas y se imaginaron la figura de un león. Esto les facilitó el
seguimiento de esta constelación a través del tiempo: noche tras noche pudieron buscarlo,
cotejar sus dimensiones, seguir sus movimientos y relacionarlo con otras figuras de
constelaciones.
2. Los patrones facilitan la observación de:
o FORMAS: la asociación de un grupo de estrellas en una figura.
o SIMILITUDES: el conjunto de raíces de un árbol y el sistema circulatorio del cuerpo
humano.
o CICLOS: la transformación del agua en nubes y lluvia, su flujo por ríos y mares, su
evaporación y retorno a formar nubes.
o TENDENCIAS: los cambios en la calidad del aire en ciudades.
o PATRONES DE COMPORTAMIENTO: las hormigas que cortan y trasladan hojas por
largos trayectos.
o PROBABILIDADES: la posibilidad de sacar el número dos al tirar un dado.
2- Formula preguntas que permitan conocer un objeto, organismo,
sistema o evento.
La ciencia y la tecnología crecen continuamente, impulsadas por la curiosidad humana. En su mayoría,
las grandes preguntas en la ciencia no tienen respuestas absolutas. Pero generar buenas preguntas es
fundamental para encontrar enfoques, horizontes y contextos, en los cuales buscar respuestas y nuevas
inquietudes.
Mi madre me impulsó a ser científico, sin saberlo. Las madres judías en Brooklyn le
preguntaban a sus hijos qué habían aprendido en la escuela. Pero mi madre me pedía que le
contara, cuál había sido la mejor pregunta que yo había hecho cada día.
Isidor Isaac Rabi, Físico, Premio Nobel en Física, 1944.
A continuación encontrarás una clasificación de preguntas.
Tres tipos de preguntas
a) Preguntas abiertas
Son preguntas que abren puertas hacia regiones amplias del conocimiento y la experiencia. Muchas
inician con “cómo” y “por qué”. Generalmente son seguidas de respuestas muy amplias.
Estas preguntas se presentan con frecuencia al inicio de una investigación y sirven para enmarcar áreas
de interés, conocer a otros miembros del equipo, compartir visiones y experiencias.
Ejemplos:
• ¿Qué opina sobre…?
• ¿Por qué suena el viento?
• ¿Qué quisiera ser/hacer …?
• ¿Qué sabe sobre volcanes?
• ¿Cómo aprendió a…?
b) Preguntas investigables
Estas son preguntas que ayudan a profundizar en un tema, medir, comparar objetos o fenómenos, para
luego clasificarlos. También ayudan a definir variables que tienen un efecto en el objeto de estudio. Este
tipo de preguntas son fundamentales en el proceso de investigación, para llegar a resultados concretos.
Ejemplos:
• ¿Qué tipo de suelo es este?
• ¿Cuánto mide …?
3. • ¿Cómo se compara …?
• ¿En qué se parecen…?
• ¿Qué pasaría si…?
c) Preguntas de comprobación
Estas son preguntas que sólo buscan una respuesta específica y son típicamente utilizadas en exámenes
para comprobar la memorización de datos y fórmulas.
Ejemplos:
• ¿Es este un eucalipto?
• ¿En qué fecha llegó Colón a América por primera vez?
• ¿Trajo almuerzo?
En fin, empezar con preguntas abiertas y luego enfocar sobre preguntas investigables es lo
recomendable para avanzar en una investigación.
La curiosidad es la madre de la ciencia.
Sigue tus inclinaciones, alimenta tus intereses
y escucha las preguntas que te surgen continuamente.
Conviértete en un aprendiz permanente.
3- Planifica una investigación.
El objetivo de una planificación es generar un esquema o plan de trabajo, que defina un problema o
reto, prevea las necesidades que se generen en su investigación y apunte hacia los resultados. Puede ser
muy simple y en forma de pasos.
Las preguntas bien formuladas ayudan a definir los pasos iniciales de este esquema.
a. Una mejor definición del tema o problema por investigar.
b. Predicciones o hipótesis, es decir, respuestas sospechadas.
c. Caminos o contextos para investigarlas.
Luego es aconsejable ampliar el esquema con algunas consideraciones.
• ¿Incluirá el trabajo experimentos, observaciones o desarrollo de productos?
• ¿Qué recursos se necesitarán? ¿Cuánto cuestan y dónde se obtienen?
• ¿Cómo se recolectarán los datos? (Observaciones, mediciones, entrevistas, encuestas y otros).
• ¿Dónde se buscará más información?
• ¿Cómo se presentarán los resultados?
• ¿Cuánto tiempo se dedicará a cada fase?
En los casos donde trabajan varias personas en un mismo proyecto, también se pueden planificar tareas
individuales y grupales.
El esquema puede ser bastante simple e ir creciendo con el proyecto. Recuerda que lo bueno y simple,
es doblemente bueno.