1. Posibilidades y retos de las nuevas tecnologías de la comunicación
Rosa Fuertes T.
Como bien hemos podido conocer y reflexionar la era digital ya es una realidad aún en
países tercermundistas como el nuestro, en donde poco a poco nos acostumbramos a su
presencia, pero también nos toca enfrentarnos a nuevos retos y dilemas que la realidad nos
impone.
Durante las exposiciones realizadas en las últimas clases de ética, hemos podido vislumbrar
un poco sobre el nuevo panorama; sobre todo en cuanto a lo relativo a los derechos de los
receptores, que a estas alturas han superado con creces ese papel, ya que han asumido un
rol más preponderante y se han convertido por fin también en emisores, sin embargo eso
supone que también les corresponde asumir más responsabilidades, así mismo su intimidad
ha quedado más expuesta.
En la presentación del tema Derechos y deberes de los receptores, realizada por el grupo
conformado por Silvio Sirias, Martín Urcuyo, Marcia Morales y Rodolfo López, se plantea que
una de las características de las nuevas tecnologías es que son de muy fácil acceso, pero a
la vez eso supone un reto ético por igual para los emisores y para receptores por las
implicaciones que esa accesibilidad tiene.
En la misma línea de la exposición citada, José Luis Orihuela, catedrático de la Facultad de
Comunicación de la Universidad de Navarra de España, explica en Sociedad de la
información y nuevos medios de comunicación pública, que la clave de la comunicación se
ha desplazado desde la transmisión de información, característica de la era analógica, hacia
la producción de contenidos, propia de la era digital.
Para el especialista el foco de los procesos de comunicación pública está ahora centrado en
los contenidos, no en los medios; en los usuarios, no en los editores; y tiende a centrarse
más en los servicios que en la tecnología que los hace posibles.
La gente cuenta, además, porque los sistemas de comunicación en red cuentan a la gente
con una eficacia bien próxima a las pesadillas Orwellianas. Son cada vez más sofisticadas
las técnicas para conocer el perfil de los internautas, para recoger información, incluso para
depositarla en sus propias máquinas (galletas) afirma Horihuela y eso significa que su
derecho a la intimidad está en peligro.
El grupo expositor de Derechos y deberes de los receptores por su parte señala que el
bombardeo publicitario y la información no deseada provocan controversia, eso sucede
especialmente con la Internet, por eso apelan a que la audiencia debe tener una sensata
capacidad de discriminación entre los contenidos más fiables, lo cual como sabemos por
experiencia, no es tan sencillo de determinar.
2. Para los expositores esa discriminación de información le daría autonomía al usuario al
distinguir informaciones veraces de noticias falsas, así como diferenciar el ocio del morbo.
Eso supone una distinción ética entre lo que conviene y lo que no, lo que favorece al
conocimiento y crecimiento personal o no.
Sin embargo eso se vuelve más difícil por elementos como los que señala Orihuela, ya que la
distinción entre medios personales (como el teléfono o el correo) y medios colectivos (como
la televisión o la prensa) se diluye en un entorno de confluencia, una forma personalizada de
la colectividad. Miles de internautas realizan actividades públicas en entornos virtuales desde
la soledad de sus habitaciones u oficinas. El catedrático indica aún algo más importante:
están emergiendo nuevos modos de relación social, con sus propios códigos y tiempos, pero
a la vez, los modos clásicos se ven dinamizados por el vértigo de la comunicación en red y
no todos estamos listos para seguir ese ritmo.
Ante el reto de las nuevas tecnologías un elemento positivo a destacar, como señaló el grupo
expositor, es que las nuevas tecnologías pueden facilitar la difusión de las voces minoritarias
y que el público reaccione ante la tiranía de la mayoría y eso puede contribuir a mejorar otras
situaciones, también abordadas en la exposición, como el fomento de la opinión pública y a
contrarrestar la pasividad del público ante las autoridades gubernamentales o grupos de
poder.