María fue a pasear por el bosque y se encontró con pequeños duendes jugando, tal como su mamá le había dicho. Ella jugó con los duendes por un momento antes de seguir caminando y ver hadas riendo cerca de un lago. Al regresar a casa, María empezó a creer los cuentos de su mamá sobre los animales y criaturas mágicas del bosque, ya que ella misma los había visto.