El documento analiza el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de Venezuela, identificando varias debilidades como la baja inversión privada en I+D, la desigual distribución de capacidades científicas en el país, y la débil vinculación entre el sector académico, empresarial y público. A pesar de contar con un marco legal y de financiamiento adecuado, es necesario fortalecer las instituciones, mejorar la coordinación entre actores e incentivar una mayor participación empresarial para aprove
Sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación
1. Sistema Nacional de Ciencia,
Tecnología e Innovación
Análisis critico
ORIANNA LISLETH BUENDIA AZUAJE
26.504.010
2. Sistema nacional de ciencia, tecnología e
innovación
Según la definición de la OCDE, un sistema de innovación está
constituido por una red de instituciones, de los sectores públicos y
privados, cuyas actividades establecen, importan, modifican y divulgan
nuevas tecnologías. Se trata, entonces, de un conjunto de agentes,
instituciones y prácticas interrelacionadas, que constituyen, ejecutan y
participan en procesos de innovación tecnológica.
3. Análisis Critico
En la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, como en
Venezuela, a la zaga en el desarrollo, con escenarios de pobreza, desigualdad
marcada en la distribución de la riqueza, pobres indicadores de educación y
salud, debilidades institucionales, bajo desarrollo de las fuerzas productivas,
alta dependencia económica y otros gravísimos problemas, los SNI se han
instalado, por el contrario, primero, de manera formal, existiendo solamente,
en el mejor de los casos, como una meta a alcanzar enunciada en los planes y
políticas de los gobiernos nacionales.
4. A pesar de que existen iniciativas puntuales exitosas, la intervención del
Estado es fundamental para crear las condiciones necesarias que hagan posible
la instalación de un ambiente propicio, procesos generalizados de Innovación y
la inserción competitiva del país dentro de los escenarios internacionales. En
Venezuela, el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT) fue creado en 1999, con
la función primordial de consolidar el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e
Innovación (SNCTI), enfatizando el hecho de que tal sistema debe proveer el
ambiente y recursos necesarios para la creación, circulación y utilización del
conocimiento en la sociedad, en sentido amplio.
5. Se entiende innovación, en este caso, no sólo en el ámbito de los
procesos por los que las empresas adquieren el dominio de diseños de
nuevos productos, nuevas formas de organización o procesos, llevándolos
a la práctica, sino también en el ámbito de lo social, e incluyendo el sector
de la administración pública.
6. ALGUNAS OBSERVACIONES RELEVANTES SOBRE EL SNCTI VENEZOLANO:
Las capacidades en ciencia y
tecnología han mejorado en los
últimos años. Sin embargo, las
actividades de I+D (Investigación y
Desarrollo), se realizan
fundamentalmente en universidades y
centros públicos, con poca vinculación
con el sector empresarial y la sociedad.
La inversión en Ciencia y Tecnología, es
escasa, con muy poca participación del
sector privado. La inversión se reparte
muy desigualmente en el territorio
nacional, concentrándose,
principalmente, en las regiones donde
se ubican las principales universidades
y centros de investigación, en las zonas
norte-occidentales del país.
El país presenta un cuadro que
hasta 2002 fue optimista, en cuanto a
la utilización y a capacidades de
desarrollo en tecnologías de
información y comunicación, que debe
ser relanzado y aprovechado, puesto
que su potencial no ha sido atendido
adecuadamente en períodos recientes,
perdiéndose el impulso de 2001 y
2002.
7. El capital humano, en Venezuela, es de
nivel intermedio. El promedio de educación
de la fuerza de trabajo es de quinto grado de
primaria. El recurso de alto nivel es poco
empleado por el sector empresarial,
particularmente por la PYME. Un gran
esfuerzo debe concentrarse en la formación
de investigadores (actualmente, se estima un
total de 0.45 investigadores por cada mil
personas) y en la educación a todo nivel.
Deben retomarse programas creados en
2001 como el “Programa del investigador
Nóbel Industrial”.
En los últimos años se ha hecho un gran
esfuerzo por desarrollar un marco legal y
normativo acorde con las necesidades de
desarrollo del país. Existen, actualmente,
instrumentos jurídicos modernos y
novedosos, que proporcionan un marco
adecuado a los procesos de innovación. Sin
embargo, para implementar su aplicación, es
necesario realizar un enorme esfuerzo en el
desarrollo de una institucionalidad y la
consolidación de un capital social, que lo
permita.
8. La administración pública presenta
grandes debilidades a nivel institucional. Los
Ministerios, y las instituciones públicas en
general, han iniciado un proceso de
modernización en la gestión, en los servicios
de información y atención al usuario y en los
procesos de evaluación y seguimiento. El
proceso no es fácil, ya que en los últimos
años se ha reformado el Estado, acarreando
la reestructuración y agrupamiento de varios
Ministerios y la creación de una nueva
institucionalidad. La relación y el trabajo
conjunto entre Ministerios es
particularmente difícil, lo que dificulta la
necesaria coordinación de las políticas
sectoriales.
Los Ministerios continúan siendo en su
mayoría y a pesar de los esfuerzos realizados,
pesadas instituciones burocráticas,
ineficientes en buena medida, con poca
capacidad de ejecución, presencia de
corrupción, poca transparencia en la toma de
decisiones y baja confiabilidad, de acuerdo
con la opinión pública generalizada. También
presentan dificultades para la integración de
trabajos conjuntos. Esta herencia del
deterioro institucional iniciado en los años
ochenta, no ha podido ser transformada
salvo en casos puntuales.
9. Las Instituciones de Educación Superior
en Venezuela deben también someterse a un
proceso necesario de reformas. En particular,
no mantienen políticas claras y efectivas en
las actividades de I+D. Las acciones
emprendidas para vincular sus actividades
con el sector empresarial y la sociedad en
general, a pesar de algunas experiencias
exitosas, se han revelado muy insuficientes.
Las Instituciones y Centros de
Investigación del país, a pesar de contar, en
gran parte de los casos, con una adecuada
infraestructura y personal altamente
calificado, presentan bajos índices de
productividad, tanto si se atiende a
indicadores de productividad científica, como
si se evalúa el área tecnológica y de servicios.
La calidad, el nivel y la actuación de estas
entidades es muy heterogénea. Al lado de
Instituciones como el IVIC, que ha mantenido
un relativo prestigio a nivel nacional e
internacional, se encuentran casos como el
del INIA, que se deterioró apreciablemente, o
el del CIEPE, que presenta una productividad
baja. La mayoría de estas instituciones no
tienen unidades ni personal especializado
para la negociación y la transferencia
tecnológica, actividades que se realizan, en el
mejor de los casos, de manera informal,
resultando en una pobre vinculación con el
sector productivo.
10. Existe un desarrollo desigual de las
capacidades de ciencia y tecnología en el
interior del país. Las mayores capacidades se
concentran en las zonas norte-occidentales,
donde se ubican, también, las principales
universidades y centros poblados del país. La
zona de Guayana, donde paradójicamente se
concentra una gran parte del potencial
industrial y productivo nacional, se encuentra
muy por debajo de los niveles deseados, en
cuanto a capacidades y actividades de
investigación, desarrollo tecnológico e
innovación.
El Fonacit, creado a partir del antiguo Conicit,
es el organismo público que asegura una gran parte
del financiamiento en el área de Ciencia, Tecnología
e Innovación. El fortalecimiento de esta institución
debe acompañarse de una mejora en su eficiencia
así como una adecuada integración y coordinación
con el resto de las instituciones que ejecutan
programas de financiamiento en el área de Ciencia,
Tecnología e Innovación. En esto se incluyen, no
sólo los Consejos de Desarrollo Científico y
Humanístico (CDCH), Fundayacucho y otros entes
que atienden al sector universitario, sino, también,
los componentes del Sistema Financiero Público
Nacional, que dependen de otros Ministerios, así
como los diferentes fondos regionales. El trabajo
no es simple, pero debe hacerse un esfuerzo.
11. El acceso al financiamiento sigue siendo
una de las principales trabas para las
actividades de innovación. Las instituciones
de apoyo público existentes son todavía
burocráticas e ineficientes. Nuevas
instituciones e instrumentos han sido
creados, como las sociedades de capital de
riesgo, y el sistema de garantías para las
pymes, pero resta consolidar su
funcionamiento para que rindan el servicio
esperado. Sin embargo, las bases de un
sistema público capaz de financiar las
actividades de CTI están creadas y los
esfuerzos están en marcha.
Debe resaltarse, también, que hasta
finales de 2001 se logró por parte del sector
empresarial, una participación más activa en
la definición conjunta y participación en los
programas de financiamiento para la
innovación, pero estas acciones son, todavía,
insuficientes. La demanda de ciencia y
tecnología nacional, por parte del sector
productivo, es insignificante, y, en general, no
emplean recursos humanos de alto nivel. La
mayoría de las empresas no cuentan con
unidades de I+D, ni practican mecanismos de
vinculación con los sectores científicos y
académicos, valorando muy pobremente el
potencial nacional.
12. El sistema de incentivos para promover la
participación del sector privado en
actividades de I+D, y de innovación
tecnológica, debe ser fortalecido, para lograr
la inversión del sector empresarial en estas
actividades, la inserción de personal
altamente calificado en el sector productivo y
la vinculación con el sector académico y de
investigación nacional.
El régimen de protección a la propiedad
intelectual, a nivel de las leyes nacionales vigentes
y a nivel institucional, se encuentra desactualizado.
Actualmente, responde al marco de acuerdos y
requerimientos internacionales. Los procesos de
adjudicación de patentes son lentos, difíciles y
costosos. La información relativa al registro de
patentes, además de estar desactualizada, no se
divulga adecua-damente, lo que impide su
explotación y aprovechamiento a nivel nacional.
13. Actualmente, se consolida el sistema de
calidad nacional, gracias a la introducción de
un nuevo y más adecuado marco legal. El
proceso de certificación es voluntario, y no
existen indicadores confiables que permitan
evaluar la situación de las empresas
nacionales frente a los patrones de calidad
nacional e internacional, pero el número de
certificaciones otorgado por Fondonorma ha
ido en incremento. A pesar de que muchos
laboratorios nacionales han sido certificados,
especialmente en el área petrolera, no se ha
consolidado una red nacional de laboratorios
que permita garantizar la calidad de los
productos nacionales. Tampoco existen
mecanismos claramente establecidos para
verificar el cumplimiento de las normas de
calidad en los productos nacionales
introducidos al mercado.
Los servicios de información son una de
las principales debilidades detectadas en el
SNCTI. La información está desactualizada, es
incompleta, poco confiable y de difícil acceso
para los usuarios del Sistema. Esto dificulta la
elaboración de indicadores y la orientación
de políticas adecuadas para fortalecer el
Sistema, así como la evaluación y el
seguimiento en la ejecución de las políticas.
Se han iniciado esfuerzos, pero estos deben
ser continuados y profundizados.
14. Existen en Venezuela numerosos
organismos e instituciones, tanto públicos
como privados, que brindan apoyo al sector
empresarial, particularmente a la pyme,
ofreciendo asistencia técnica, información,
formación, acceso a financiamiento,
asesorías en la modernización, desarrollo
tecnológico, consultorías, etc. Sin embargo,
es necesario evaluar esta oferta, muy
heterogénea, certificar sus servicios, y
coordinar sus acciones, a través de la
consolidación de redes a nivel nacional y
regional, para lograr un mayor impacto y
aprovechar el potencial existente
actualmente. Por otro lado, es necesario
incentivar la demanda de estos servicios, por
parte del sector empresarial, actualmente
muy baja.
Elevar la competitividad de las pymes, y su
productividad, requerirá un enorme esfuerzo y
la adecuada implemen-tación de políticas
públicas que generen un entorno propicio a la
innovación. En particular, los empresarios
venezolanos de las pymes lucen poco
conscientes de las necesidades de activar estos
procesos, que requieren inversión en la
formación de su personal, en la modernización
de su capacidad tecnológica y en su
organización, en el establecimiento de
asociaciones y alianzas con otras empresas, en
estudios para adaptarse a los nuevos mercados
y acciones para ingresar en los nuevos modelos
económicos, para abaratar costos, aumentar la
calidad de los productos y lograr una producción
competitiva. En general, para establecer
procesos de innovación. Esta situación explica la
poca demanda del sector en ciencia y
tecnología, y en los servicios de asistencia
existente, a pesar de que la oferta es
considerable.
15. En efecto, el marco legal y normativo y los servicios de
financiamiento y de apoyo existentes, son adecuados para lograr la
utilización de la oferta y las capacidades nacionales en ciencia y
tecnología, en la actualidad escasamente aprovechadas, en función del
desarrollo de la productividad del sector empresarial y del país. Los
servicios de financiamiento requieren de mejoras en procedimientos y
ejecución, pero llevan una constructiva experiencia que debe ser
profundizada. El fortalecimiento de instituciones y del recurso humano es
necesario para poder crear una masa crítica que posibilite el desarrollo en
el fortalecimiento de redes conformadas por el sector industrial y el
sector académico.
A pesar de la crisis política y económica, se deben hacer esfuerzos
para reducir el déficit fiscal y aumentar la compe-titividad de la industria
nacional.
16. Para ello, se hace necesario la activa participación del Estado, y una
mayor participación del sector empresarial, para formular e implementar
una política industrial que pueda aprovechar el potencial de la industria
petrolera para activar las pequeñas y medianas empresas en cadenas
productivas aguas arriba y aguas abajo, canalizando, también, una política
de compras del Estado que se abra hacia este sector. La política industrial
debe implementarse de manera de permitir el fortalecimiento de las
grandes empresas, elevando su productividad a niveles más competitivos
internacionalmente, e incentivando la demanda de servicios y de
producción de pymes nacionales alrededor de ellas.
17. La intervención del Ministerio de Ciencia y Tecnología debe
orientarse a retomar los esfuerzos avanzados para impulsar un ambiente
propicio para la innovación y fomentar esta cultura en la sociedad, a fin
de contribuir con los cambios necesarios para insertar al país en los
nuevos paradigmas de modelos productivos instalados en un mundo
globalizado, y que están basados, fundamentalmente, en la valoración del
talento humano y en el desarrollo científico tecnológico.