2. La Prudencia: Podríamos definirla
en palabras justas como una
virtud, la cual nos ayuda a actuar
frente a las situaciones diarias
de la vida, con mayor conciencia.
Gracias a ella, nuestra
personalidad concordará con
alguien decisivo, emprender,
comprensivo y conservador.
3. RESPETO: Cuando hablamos de
respeto hablamos de los demás.
De esta manera, el respeto implica
marcar los límites de las
posibilidades de hacer o no hacer
de cada uno y donde comienzan
las posibilidades de acción los
demás.
4. La Decencia: Constituye
aquel valor que nos hace
conscientes de la propia
dignidad humana, a través
de él los sentidos, la
imaginación y hasta el
propio cuerpo son
resguardados de la
morbosidad y al uso
promiscuo de la sexualidad.
5. La Responsabilidad:
No es algo sencillo, pero si
es factible de ser percibida
en la vida cotidiana,
especialmente en su
aspecto negativo. Puede
definirse como una
obligación, moral o legal del