Este documento habla sobre la importancia de tomar iniciativas y emprender proyectos a pesar del miedo. Resalta que emprender requiere valor para superar los miedos y aprovechar los talentos de cada uno. También enfatiza la necesidad de apoyar a los jóvenes emprendedores pero también exigirles responsabilidad social para que sus proyectos beneficien a la sociedad.
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Foro Juvenil de Impulso y Fomento Emprendedor
“Desarrolla tu Talento y Emprende”
Emprender: el valor de tomar la iniciativa
Introducción
Una de las parábolas más conocidas del Evangelio es la denominada “De los
talentos”. (Cf. Mt. 25,14–30) La historia es de todos conocida: tres jóvenes
reciben de su señor cinco, dos y un talento respectivamente, cada uno de
acuerdo a su capacidad.
Aquel que recibió cinco talentos, según cuenta Mateo el evangelista, comenzó de
inmediato a trabajar con ellos; lo mismo hizo el de los dos talentos. En cambio, el
poseedor de un solo talento decidió enterrarlo y aguardar sin hacer nada el
regreso del señor. Al volver éste pidió cuentas a los tres muchachos. Sabemos
que el primero devolvió diez talentos y el segundo cuatro. El tercero, por su parte,
devolvió únicamente el talento que recibió y se justificó diciendo que tuvo miedo, y
por ello no arriesgó el talento y lo enterró en un lugar seguro.
El contexto religioso en que se enmarca esta parábola no debe cegarnos para ver
su significado: quien pone en juego sus talentos, en cierto sentido, ya ganó; por el
contrario, quien por miedo entierra su talento clausura cualquier posibilidad de
éxito. El miedo es muchas veces la causa de la inactividad y la falta de iniciativa.
Quien tiene miedo nunca emprenderá nada, ni en los negocios ni en la vida. El
significado de la palabra emprender, según lo recoge María Moliner en su, hasta
hora insuperable diccionario, es el siguiente:
Emprender viene del latín “in” (preposición que corresponde a la preposición
española “en”) y “prendere” (que quiere decir “tomar”, “agarrar”, “aferrar”).
Significa: “Empezar una cosa que implica trabajo o presenta dificultades” y se
relaciona con palabras como: Abordar, acometer, afrontar, arriesgarse, abrir
brecha, abrir camino, empeñarse. Palabras relacionadas con la Valentía, con
vencer el miedo que provoca lo desconocido y lo nuevo.
En la vida como en los negocios, cuando tomamos una iniciativa nos decidimos
por la novedad y lo desconocido. Cualquier decisión importante es, en cierta
forma, una iniciativa: lo mismo al elegir carrera, que pareja; formar una familia, o
aceptar un semestre de intercambio; cada iniciativa viene cargada de novedad, de
riesgo, y por ello puede despertar miedo en nosotros.
El miedo se define como aquella turbación del ánimo que experimentamos ante la
certeza de un mal futuro inminente. Sentimos miedo cuando somos conscientes
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de que nos espera algo malo. El miedo es una reacción normal cuando
sospechamos que algún peligro en el futuro amenaza nuestra vida o nuestro
bienestar.
Al tomar una iniciativa nos decidimos a comenzar una historia cuyo desenlace
desconocemos y somos incapaces de predecir. De ahí que tomar iniciativas
provoque miedo: pues no tenemos la certeza de que los resultados de nuestras
acciones nos sean favorables.
Lo mismo sucede en el ámbito empresarial: No tenemos certeza de que nuestra
empresa será exitosa. Más aún, estamos seguros de que nos toparemos con
numerosas dificultades. Pero muchas veces es a través de superar dificultades
que desarrollamos nuestros talentos y nuestra personalidad.
Es necesario abordar las dificultades que conlleva la fundación de una nueva
empresa. A través del intercambio de experiencias exitosas queremos acompañar
a jóvenes líderes con espíritu emprendedor en la difícil tarea de abrir un negocio.
Impulsar el desarrollo profesional de los jóvenes, asesorándolos para que
transformen sus ideas en proyectos de negocio, contribuye al desarrollo
económico y social de nuestra sociedad.
Mateo no menciona nada al respecto, pero quizá al siervo perezoso de la
parábola le faltó un amigo, una consejera, o un maestro que le hiciera ver cómo
poner a trabajar su talento. Para que algo así no nos suceda con nuestro jóvenes
talento, creemos que es importante fortalecer el contacto permanente entre
jóvenes emprendedores por un lado y, por otro, empresarios, organizaciones de
la Sociedad Civil y Gobierno Federal. Tal contacto nos ayuda a todos a realizar
mejor nuestra función específica.
Como cualquier otra iniciativa de vida, hemos mencionado que para formar una
empresa se requiere de valor, pues hace falta vencer los miedos particulares que
cada uno de nosotros tiene, y atrevernos a ser lo que podemos ser. Pero para
que una emprendedor beneficie a la sociedad no basta que sea valiente, hace
falta también que sea responsable.
Exigir y Apoyar
Al hablar de los jóvenes talentos, Angela Merkel, la canciller alemana, gusta de
jugar con dos verbos casi homónimos en alemán: “fördern” y “fordern” Estos
verbos quieren decir respectivamente: apoyar y exigir.
Tal juego de palabras me parece que recoge la convicción que anima la
realización de este foro: Por una parte sabemos que los jóvenes necesitan apoyo
para desarrollar sus talentos de modo óptimo; por otra parte queremos recordar a
esos mismos jóvenes que sus propios talentos los comprometen, que el fin de
una empresa va mucho más allá del enriquecimiento de su fundador.
Desafortunadamente en México conocemos numerosos empresarios ricos con
empleados pobres.
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Parecería que muchos empresarios se niegan a reconocer la responsabilidad
social que va de la mano del éxito económico: No basta generar riqueza, hace
falta repartirla justamente entre los empleados y al mismo tiempo velar por el
desarrollo integral de los mismos. No verlos como simples herramientas de
trabajo, sino como compañeros en una aventura común.
Apoyar en primera estancia, pero también exigir a los jóvenes talentos ya que
queremos ser un motor, un primer impulso que colabore en el desarrollo del
potencial de los jóvenes estudiantes.
Sólo quien aprende a trabajar en equipo puede tener éxito en los negocios. En la
actualidad hay una necesidad real de construir mejores equipos de trabajo que
generen compromisos, que se pongan la camiseta de la empresa y de la Nación.
En el clima económico tormentoso en que nos encontramos, sólo saldrán
adelante aquellas empresas que cuenten con una buena tripulación; el capitán
solo no basta.
La Economía Social de Mercado, se funda sobre dos pilares: Libertad y
Responsabilidad. Asume que hace falta garantizar la libertad en el Mercado para
que se dé el crecimiento económico y la innovación tecnológica. De la misma
manera toma como esencial la responsabilidad social de los actores del Mercado,
su responsabilidad con la sociedad a la que pertenecen y con sus empleados.
Ninguno de estos pilares es prescindible si se quiere lograr un desarrollo
económico justo. La crisis económica mundial que precisamente atravesamos
muestra las consecuencias de olvidar la responsabilidad social y acentuar
únicamente la libertad.
La obligación del gobierno es garantizar que cada uno de los ciudadanos, a
través del empleo de sus capacidades y talentos únicos, pueda generar riqueza
por sí mismo. Para ello es obligación del Gobierno garantizar la libertad. La
obligación de los ciudadanos es hacer uso responsable de esa libertad.
La Economía Social de Mercado es una economía de pluralidad no de
monopolios; de libre competencia y creatividad; una economía orientada al
consumidor. En resumen: un modelo económico al servicio de la sociedad, y no
una sociedad subyugada y explotada en aras de cumplir con un modelo
económico.
Por ello parte clave de la Economía Social de Mercado es el desarrollo regional.
En este sentido la misión del Gobierno no es determinar de acuerdo a una
supuesta “planeación estratégica” cómo y qué debe producir cada región; muy por
el contrario, al Gobierno le toca apoyar a cada región en aquella actividad
económica que los ciudadanos hayan elegido.
Conclusión
Nos conviene a todos que los jóvenes se involucren en el desarrollo económico
del país, que se comprometan con un proyecto y nos comprometan a nosotros,
gobierno, a apoyarlos. Que ellos también nos exijan y nos apoyen. Necesitamos
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ideas y acciones nuevas y no existe un mejor lugar para el surgimiento de estas
ideas y acciones que la Universidad.
Los universitarios se encuentran en un espacio privilegiado para la gestación de
nuevos proyectos de negocios, pues en la Universidad se conjuga la experiencia
y el conocimiento de los profesores con las intuiciones y la originalidad de los
estudiantes. La Universidad es un espacio para la discusión y mejora de ideas,
para el enriquecimiento de un proyecto a través de la crítica y el análisis en
común.
El crecimiento económico de nuestro país depende, en última instancia, de
nuestro capital humano: De la capacidad de nuestros jóvenes para tomar la
iniciativa y emprender el camino ya sea en negocios exitosos o en cualquier otro
ámbito de la vida.
Estoy convencida de que a los mexicanos no nos falta talento, pero muchas
veces nos dejamos vencer por nuestros miedos. El miedo anula la motivación y la
capacidad de reflexión. El miedo nos impide poner en juego nuestros talentos y
ejercitar nuestros poderes únicos. El miedo nos impide realizarnos como
personas, nos impide desarrollar nuestro potencial. El miedo lleva a la frustración
y al fracaso.
Para vencer el miedo hace falta valor. Y creo que el valor es el resultado de la
confianza en nosotros mismos, en nuestras propias capacidades, pero también es
resultado de la confianza en los demás: no existe empresa de un solo hombre o
de una sola mujer. Toda empresa exitosa se construye sobre acciones en
conjunta, sobre la ordenación armoniosa y libre de talentos y voluntades en aras
de un objetivo común. La falta de confianza en nosotros y en los otros es una de
las principales manifestaciones del miedo. ¿Cuántas buenas ideas se han perdido
en el baúl del olvido por culpa de la desconfianza, porque nunca fueron
compartidas y murieron asfixiadas por los temores de una persona?
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