1. La maldición Malthusiana y los trompetistas del Apocalipsis.
En el siguiente artículo apoyado por las lecturas tanto de Joseph A. Schumpeter en su
Historia del Análisis económicos, como por el manual de Historia económico mundial
del profesor F. Comín, se pretende arrojar algo de luz sobre la idea de como mediante
las proposiciones maltusianas, se podría producir una mejora económica más temprana.
En numerosos economistas cercanos, debido quizás a la falta de investigación sobre la
materia o un planteamiento muy hipotético sobre la misma, se han atribuido a las
dificultades actuales para salir de la actual crisis económica a causas tan absurdas como
la excesiva presión demográfica. Estos economistas arguyen que al no existir un
episodio pandémico o una gran guerra, como las acaecidas en los siglos anteriores, no se
ha podido salir con mayor facilidad de este episodio de recesión. Se ha llegado incluso a
hablar de como “poderes” escondidos en la sombra pretendían mediante una exposición
a toda clase de virus genocidas, realizar alguna especie de criba demográfica con tal de
enfrentar a los problemas actuales.
Para el análisis de este pequeño ensayo usaremos como referencia España, dado que el
siguiente estudio no necesita de una mayor cantidad de países y posiblemente, realizarlo
sobre las distintas economías podría resultar más pesado de lo necesario.
En el caso concreto de España, buena parte de sus problemas son debidos a su gran
déficit público, lo que condiciona la expansión económica, además, como es sabido, las
políticas económicas están subordinadas las decisión del resto de Europa.
Tengamos entonces en cuenta un elemento tan básico como imprescindible. La deuda
per capita1
. En la gráfica a continuación se puede ver como se ha comportado la deuda
por individuo desde 2004 hasta el año 2013.
Fuente:Globalmacroeconomics. A través de eleconomista.es
Se puede comprobar que llegada la crisis económica en España conlleva un fuerte
crecimiento de la deuda en términos de variación porcentual esta se dispara durante los
años 2007 y 2008 hasta alcanzar un 30%, mientras en términos de euro esta no deja de
crecer desde el año 2004 hasta alcanzar valores superiores a los 20.000€ por español
para el año 2013.
En un país como el ibérico donde la población española se estima en los 46.464.053
millones de habitantes, según datos del INE a diciembre del año 2014 realicemos un
pequeño ejercicio imaginativo. Si la deuda per capita se compone del total de la deuda
dividido por el total de habitantes, en el caso hipotético de que un virus pandémico
asolase la península ¿No sería lógico pensar que al reducirse la población (en este caso
1
La Deuda per capita se obtiene al dividir la deuda acumulada por un país dividido por la cantidad de
población del mismo.
2. el denominador) no “tocaría a repartir” en mayor cantidad la deuda de los españoles?
Con una cantidad mucho menor de individuos se debería hacer frente a una cantidad
exuberante de deuda que les sería imposible pagar tanto en el corto, como en el largo
plazo. El esfuerzo que tendría que realizar la población que aun siguiese con vida los
condenaría a la pobreza y esto sin hablar de los costes sanitarios que implicaría
mantener hasta sus últimos estertores a los pacientes enfermos y conservar la salud de
los que siguen sanos. Además de esto, sería necesario a su vez tener en cuenta de que al
igual que esta crisis ha producido –y a día de hoy sigue produciendo- una enorme
cantidad de fuga de cerebros. Es lógico comprender que un virus pandémico arrasaría
con buena parte de la población sin hacer diferencias entre aquellos con formación
básica o formación superior. Otra realidad sería un mundo bizarro.
Por parte, el estallido de una guerra tampoco sería favorable para la población española,
pues no sólo habría que curar de los heridos y enfermos, sino, que habría que
reestructurar toda la actividad productiva de la nación con el fin de interferir en un
hipotético conflicto. Los costes serían de carácter sanitario e industrial, además se
debería tener en cuenta la gran cantidad de capital humano, conocimiento y capacidades
perdidas tanto antes, como después del proceso. También debería ser tomado en cuenta
el grado de endeudamiento que alcanzaría el país ibérico con las potencias aliadas en el
conflicto, lo cual haría mucho más profundo el proceso de reconstrucción post-bélico.
En nuestro modelo especulativo, también sería necesario tener en mente variables como
la caída del precio del petróleo que ha refirmado un proceso deflacionista2
(más que
admitido por los economistas tanto a nivel nacional como internacional). La reducción
de la demanda de los bienes de primera necesidad, sumada la deflación, produciría un
estancamiento de la oferta prácticamente insalvable. En ninguno de los dos casos, se
superaría una etapa coyuntural de esas características, llevando la crisis económica hasta
consecuencias que más nos acercarían a la Rusia de la Segunda Guerra Mundial, un
paraje post-apocalíptico sólo contemplable a día de hoy a través del cine.
A estas alturas, no sé si es necesario seguir con la hipótesis, pero para hacerlo más claro.
Tomemos para ambos casos un porcentaje del 23.7%3
de la población en paro.
Llamémosla “población destruible”. Si en nuestra hipótesis dedujésemos a la población
española, todos aquellos habitantes que están en paro, ya que suponemos que son
quienes lastran innecesariamente4
la economía5
produciendo un exterminio
indiscriminado, sin importar si son mujeres, hombres, ancianos o niños. El resultado nos
daría el de una población de treinta y cinco millones y medio de individuos, que
deberían de hacer frente, tanto a las deudas propias como a las deudas ajenas de
aquellos que ya hubiesen perecido en la guerra. Quizás más de uno, ante un panorama
tan desolador acabaría incluso echando de menos a todos los vecinos suyos que
acabaron “mudándose al otro barrio”.
Población a Población-post Variación %
2
El INE (Instituto Nacional de Estadística) calcula que la caída del IPC es de -0.7% para el primer
trimestre del 2015.
3
Según datos del INE para el primer trimestre del año 2015.
4
Es necesario dejar en claro, que la hipótesis que se plantea es sólo para desmentir el mismo, por parte
del autor.
5
En este punto, debería intentar explicar que la población en paro es toda aquella población entre los 16
años y los 65 años que no tiene un trabajo. En esta parte del supuesto, hemos de tener en cuenta de que
eliminaremos de la ecuación, sin ningún tipo de discriminación, aunque un estudio más exhaustivo,
discriminaría entre adultos, niños y mayores, siendo estos dos últimos las personas con mayor riesgo de
morir por causas víricas o las precariedades propias del conflicto bélico.
3. 01/07/2014 apocalíptica.
Año 0
46.464.053 35452072,44 -0,237
Fuente INE. Tabla de elaboración propia.
El extermino poblacional, en ningún caso sería positivo, pues sólo generaría
incertidumbre y una caída de precios, tanto por el exceso de la oferta como por la
contracción drástica de la demanda evitando así la entrada en un nuevo ciclo de
expansión económica.
Análisis del pensamiento maltusiano en clave histórica
Llegados a este punto, quizás sea necesario hablar de la actitud poblacionista que se
desarrolló durante la Edad Media por parte de los gobiernos, pues defendían que
“[…]una población numerosa y creciente era el síntoma principal de la riqueza; la
causa principal de la riqueza; era la riqueza misma […] ”6
¿Qué explicación tiene
esto? Los economistas de esta época comprendían que el aumento de la población
aumentaría la renta real per capita, algo bastante razonable.
Entonces ¿Por qué se desarrolló la tesis contraria? ¿Qué impulsó las ideas maltusianas?
Según Schumpeter estas entraron en España y Alemania, naciones acusadas por una
importante despoblación –no se explica la entrada de este fantasma en unas naciones
con una despoblación como la existente para los siglos XVII y XVIII- a través de los
economistas ingleses a causa de la preocupación que tenían estos últimos por la misma.
Los poblacionistas ingleses de los siglos XVII y XVIII pudieron tener razón en
considerar que el aumento de la población era motor, condición y síntoma del desarrollo
económico y a la vez asustarse del mismo, como hicieron algunos. Pero se distrajeron
con las tendencias a corto plazo producidas por las vicisitudes propias del desarrollo
industrial, como fue el incremento del desempleo entre otros. Esto provocó y fomentó el
conjunto de tendencias analíticas conocidas, en el siglo XIX como el principio de
Malthus o teoría de la población.
Los principios maltusianos sobre la población provienen ya del año 1589, del
pensamiento de Botero7
: “las poblaciones tienden a aumentar más allá de todo límite
concebible, con toda la plenitud posibilitada por la fecundidad humana; los medios de
subsistencia y las posibilidades de aumentarlo están limitados y precisamente su único
límite, este se impondrá a través de la miseria, induciendo a las personas a abstenerse
de formar una familia”.
Siglos después Malthus recuperaría esta línea de pensamiento dotándolo de leyes
matemáticas para exponer la virtud generativa (la población aumenta de forma
geométrica) y la virtud nutritiva (la población aumentaría a razón aritmética)
Para continuar con nuestra tesis, analizaremos dos puntos importantes del tema cuatro
del Schumpeter. Por un lado nos referiremos a los rendimientos decrecientes (donde se
nombra a Steuart y Turgot, como principales exponentes de este pensamiento) en los se
produce que a medida que aumenta la población hay que cultivar suelos cada vez más
pobres, que acabarán produciendo cosechas cada vez menores, que finalmente tenderán
6
Schumpeter (1954) “II Desde el comienzo hasta la primera situación clásica” en J. A. Schumpeter
Historia del Análisis Económico Capítulo 4 pag 296
7
Schumpeter (1954) “II Desde el comienzo hasta la primera situación clásica” en J. A. Schumpeter
Historia del Análisis Económico Capítulo 4 pag 300
4. a cero. También se asevera, que los rendimientos decrecientes no surgen hasta
determinado punto de la producción.
Por otra parte, tendremos en cuenta los rendimientos históricamente crecientes que
prevalecían sobre todo en el campo de la agricultura, donde la incorporación de factores
productivos (input) acabaría repercutiendo positivamente en el aumento del producto
final (output).
En este planteamiento, hay que tener en cuenta el avance tecnológico, tanto de la
industria como en la agricultura, pues como Schumpeter concluye: no hay rendimientos
marginales decrecientes en el progreso tecnológico.
Si se tuviese en cuenta la combinación de los rendimientos marginales de la tecnología,
junto con los rendimientos decrecientes de la tierra, quizás se pueda llegar a la
conclusión de que la productividad de esta podría mejorarse, pues cada unidad de tierra
labrada incrementaría su productividad en sobre manera gracias a la aplicación del
factor tecnológico.
El autor de Historia del Análisis Económico ilustra este ejemplo citando a Anderson8
“puede armonizarla con su población, cualquiera que esta sea”. Algo que contravenía
el pensamiento maltusiano, pero lo que Anderson acentuaba no era el producto de la
tierra, sino su productividad.
También Cohen en su Crisis alimentarias en la prehistoria se postula opuesto al
pensamiento maltusiano bajo tres principios básicos: 1) el crecimiento de la población
en el Paleolítico obligó a buscar nuevos alimentos y llevó al conocimiento de las
técnicas agrarias; 2) las ventajas económicas de la agricultura no eran tan evidentes;
sólo ofrecía una, consistente en que permitía producir mas calorías por unidad de
superficie; y, 3) para acelerar el crecimiento de su población, la mayoría de los pueblos
primitivos decidieron hacerse agricultores9
Otras críticas que se le hacen al modelo maltusiano viene determinado por las siguientes
cuestiones como cita Comín: 1) la superpoblación es un concepto relavito. Pues una
misma tierra puede alimentar poblaciones de muy distintos tamaños según las técnicas
productivas que se empleen en al misma. El progreso de las técnicas agrarias del siglo
XIV y el aumento del comercio elevaron el techo maltusiano. 2) Durante 1348 los
europeos no sufrieron una “miseria fisiológica”. La caída de los precios del trigo entre
1322-1348 no se debió a la despoblación, sino a una mayor producción de alimentos. 3)
Los despoblamientos obedecieron a factores económicos, donde el descenso de los
precios del cereal y el aumento de los salarios, hizo que los nobles decidieran dedicar
sus tierras a pastos y expulsar de ellas a los campesinos. Los territorios despoblados
aparecieron entre 1380-1450, coincidiendo con la caída del precio del trigo y el
descenso de la población, debido a la peste negra de 1348. Lo cual procuró al
campesinado superviviente, mayores tierras para cultivar, aumentando así el excedente
que vendieron en los mercados urbanos. Un aumento de la oferta, tropezó en el mercado
con una mermada demanda, provocando un descenso en el precio de los alimentos.
Como la relación es decreciente, más trigo debían producir los campesinos a unos
precios cada vez más bajos con la intención de mantener un mismo nivel de vida. 4)
Como ya se mencionó antes el ratio de los señoríos era demasiado alto, con lo cual, se
8
James Anderson 1739-1808 aristocrático agricultor escocés.
9
Francisco Comín. (2013) “La economía en la edad de Piedra y la revolución neolítica. La interpretación
moderna: el crecimiento de la población y la demanda” en F. Comín Historia Económica Mundial Pag 53.
5. iniciaron guerras continuas contra el rey y otros nobles con la intención de mantener un
mismo nivel de vida.
Sumado a esto, hay que tener en cuenta los factores exógenos que afectaron a la
sociedad de por aquel entonces. El primero de ellos fue la peste que irrumpió en Europa
en el año 1347. La acción de la peste no distinguía las condiciones alimenticias y
sociales de la población atacando indiscriminadamente, aun así, al ser una enfermedad
que se extendía por al urbe, aquellas familias más adineradas, podían permitirse la
opción de escapar al campo, donde estaban lejos de ser alcanzados por el bacilo.
El siguiente factor a tener en cuenta durante este periodo es la etapa de grandes heladas
y épocas de sequía que afectaron a la sociedad durante aquella época. El cambio
climático ocasionó hambrunas que debilitaron la población, lo que explica el descenso
de la población Europea tras la peste. Con lo cual, se puede determinar que las
circunstancias sociales y coyunturales de la época no influyeron nada en la depresión.
Conclusión.
He intentado demostrar mediante hechos históricos y un análisis aunque se podría
determinar como mediocre en la profundidad, lo más esclarecedor que me ha sido
posible.
No se puede decir que las idas propuestas por Malthus sean un error, nada más lejos de
la realidad, sino, que sólo pueden ser aplicadas en un determinado contexto económico
y social, pero que aún así no se puede aplicar a los periodos que Malthus pretendía, ya
que a la luz de nuevas explicaciones, las razones que desataron las crisis del siglo XIV
en nada se parecen a las proposiciones maltusianas. Con lo cual, ni para el periodo
actual ni las etapas anteriores se puede aseverar que se produjo una autorregulación por
medio de la muerte y el exterminio producidos tanto por episodios bélicos o virus
pandémicos.
Un análisis mejor en profundidad y medios sería enriquecedor, pues tanto con carácter
histórico como actual, el evaluar estas ideas es un ejercicio necesario, espero y deseo
haber arrojado algo de luz sobre todo aquel lector lego en este punto. Sino es así, espero
que pueda consultar a los autores anteriores citados y obtener la información que yo
haya podido mal interpretar o no saber explicar mejor. Ante esto, mi más sincera
disculpa a ambas partes.
Cualquier mala interpretación o explicación poco esclarecedora, es indudable y
exclusivamente mía.
6. iniciaron guerras continuas contra el rey y otros nobles con la intención de mantener un
mismo nivel de vida.
Sumado a esto, hay que tener en cuenta los factores exógenos que afectaron a la
sociedad de por aquel entonces. El primero de ellos fue la peste que irrumpió en Europa
en el año 1347. La acción de la peste no distinguía las condiciones alimenticias y
sociales de la población atacando indiscriminadamente, aun así, al ser una enfermedad
que se extendía por al urbe, aquellas familias más adineradas, podían permitirse la
opción de escapar al campo, donde estaban lejos de ser alcanzados por el bacilo.
El siguiente factor a tener en cuenta durante este periodo es la etapa de grandes heladas
y épocas de sequía que afectaron a la sociedad durante aquella época. El cambio
climático ocasionó hambrunas que debilitaron la población, lo que explica el descenso
de la población Europea tras la peste. Con lo cual, se puede determinar que las
circunstancias sociales y coyunturales de la época no influyeron nada en la depresión.
Conclusión.
He intentado demostrar mediante hechos históricos y un análisis aunque se podría
determinar como mediocre en la profundidad, lo más esclarecedor que me ha sido
posible.
No se puede decir que las idas propuestas por Malthus sean un error, nada más lejos de
la realidad, sino, que sólo pueden ser aplicadas en un determinado contexto económico
y social, pero que aún así no se puede aplicar a los periodos que Malthus pretendía, ya
que a la luz de nuevas explicaciones, las razones que desataron las crisis del siglo XIV
en nada se parecen a las proposiciones maltusianas. Con lo cual, ni para el periodo
actual ni las etapas anteriores se puede aseverar que se produjo una autorregulación por
medio de la muerte y el exterminio producidos tanto por episodios bélicos o virus
pandémicos.
Un análisis mejor en profundidad y medios sería enriquecedor, pues tanto con carácter
histórico como actual, el evaluar estas ideas es un ejercicio necesario, espero y deseo
haber arrojado algo de luz sobre todo aquel lector lego en este punto. Sino es así, espero
que pueda consultar a los autores anteriores citados y obtener la información que yo
haya podido mal interpretar o no saber explicar mejor. Ante esto, mi más sincera
disculpa a ambas partes.
Cualquier mala interpretación o explicación poco esclarecedora, es indudable y
exclusivamente mía.