1. Guerra de los 80 en Nicaragua
Servicio Militar Patriótico
Introducción
“La guerra que asoló Nicaragua durante los años 80 dejó más de 150 mil víctimas,
incluyendo muertos, discapacitados, viudas y huérfanos. Hay otras víctimas que no
dejaron tras de sí más que un vacío: son los desaparecidos. Su número nunca se
logró establecer con precisión”.
Raquel Fernández
De 1978 a 1988, la vida política nicaragüense estuvo marcada por el predominio de
enfrentamientos armados. El país conoció en efecto dos guerras civiles. La primera
opuso desde 1978 hasta julio de 1979; al Frente Sandinista de Liberación Nacional
(FSLN), el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), el Partido
Conservador, social cristianos y comunistas, y sindicatos de todas las filiaciones
políticas; contra Anastasio Somoza Debayle y sus partidarios; finalizando con la
derrota del dictador. La segunda enfrentó entre 1982 y 1987 al nuevo Estado
dominado por los sandinistas frente a una nebulosa de opositores: la Contra,
integrada por disidentes del sandinismo, por antiguos partidarios de Somoza y por
la organización indígena de la Costa Caribe. Estas dos guerras, se tradujeron en
enfrentamientos particularmente cruentos entre los grupos armados y la población
civil jamás fue protegida de la crueldad de los diferentes clanes combatientes, todo
lo contrario. En cada una de estas guerras civiles se vio a las partes implicadas hacer
un amplio llamado a la ayuda extranjera. Finalmente, los motivos religiosos
estuvieron estrechamente implicados en los motivos políticos.(De Sandino a os
Contras).
Se ha propuesto dos interpretaciones para estas guerras. Una pone el acento en los
factores internos tanto sociales como políticos, la otra, subraya el papel decisivo de
intervenciones externas. La primera lectura, asociada al nombre de Edelberto Torres
2. Rivas (1985,1986), insiste sobre la desestructuración de las relaciones sociales
inducida por el desarrollo socioeconómico que experimentó Nicaragua a partir de los
años sesenta. Ve en esos fenómenos el motor de los movimientos reivindicativos y
de las revueltas que se multiplicaron desde finales de la década. Subraya también,
el trastorno de equilibrios que imperaban al interior de las clases dominantes, que
favoreció la precipitación sin control de una tiranía incapaz de reformarse; y para los
años ochenta, a partir de 1982, la elección de la alternativa armada por parte de la
“burguesía opositora” a los sandinistas, quienes ocupaban el poder desde 1979.
Estas explicaciones se combinan con un razonamiento inspirado en el
funcionalismo. Según esta propuesta de análisis, los actores sociopolíticos fueron
conducidos a “radicalizar” sus opciones, como resultado de la incapacidad del
“sistema político” de absorber las demandas provenientes de la sociedad, tanto en
la época de Anastasio Somoza como durante el periodo sandinista de Daniel Ortega.
Supone una incapacidad tal de los gobiernos somocista y después sandinista, de
responder a las demandas de actores sociales, no dejándoles más alternativa que
adherirse a las opciones armadas más radicales: el FSLN a finales de los años
setenta, la Contra en el umbral de los años ochenta. La otra interpretación, explica
las dos guerras civiles como resultado del juego de rivalidades imperiales (Leiken,
1984). Como subraya Alain Touraine, la lucha armada dirigida por el Frente
Sandinista sería a partir de 1974 una “guerra de liberación nacional o incluso, una
guerra de creación nacional” (1988:). La guerra entre contras y sandinistas
evidenciaría a su vez, la voluntad del presidente Reagan y sus consejeros, de meter
en cintura a una nación aspirante a la soberanía plena y completa, en una zona que
estaba bajo su control directo desde inicios del siglo XX. Se oponen a este marco
interpretativo aquellos que a su vez subrayan la voluntad de expansión soviética en
el “patio trasero” de la “república imperial” según la expresión de Raymond Aron, a
través de su apoyo a la Cuba de Fidel Castro (Cerdas, 1983, 1989).
Sin duda, estas explicaciones no carecieron de mérito al subrayar los fenómenos en
el trasfondo de estas dos guerras civiles. Las estructuras sociales nicaragüenses
fueron claramente trastornadas en el curso de dos decenios de modernización
acelerada. Sin embargo, contrariamente a lo que destacan las explicaciones del
caso, estas transformaciones no condujeron solamente al “empobrecimiento de las
clases populares y su marginalización” y por consecuencia, a su revuelta; se dieron
a la par de la aparición de sentimientos de injusticia que jugaron un rol decisivo en
la movilización de amplios sectores de la sociedad nicaragüense, tanto desde los
enfrentamientos contra Somoza en 1979 como contra los sandinistas a partir de
1981. De igual modo, si la tesis de la “radicalización” o la de los conflictos de poder
entre un nacionalismo emergente y las pretensiones imperiales de los Estados
Unidos tienen en la evidencia cierto fundamento, no obstante, no se sabría explicar
estas dos guerras civiles nicaragüenses solamente en términos de “bloqueo” del
juego político o de lucha de “liberación nacional”.
3. Sin duda, la duración misma de los enfrentamientos y su crueldad jugaron un rol
capital en el cuestionamiento de los modelos hasta aquí predominantes.
A diferencia de las guerras precedentes, incluyendo esa contra Somoza, la guerra
contras/sandinistas afectó profundamente al conjunto de las poblaciones tanto
rurales como urbanas. Una gran parte de los habitantes de la Moskitia fueron
desplazados por la fuerza a partir de 1982, y reinstalados en las aldeas estratégicas
o establecidos en las zonas cafetaleras del centro del país (Bataillon, 2001, 2002).
Cerca de 350 000 pobladores rurales de las montañas centrales fueron también
sometidos a los mismos procesos de evacuación forzada, en esta ocasión en
dirección de las nuevas aldeas urbanas (Vilas, 1994:). A partir de 1983, tocó al
conjunto de la juventud ser movilizado por los grupos beligerantes. Las diferentes
facciones de la Contra obligaron a buen número de refugiados a colaborar, los unos
como combatientes, los otros como cargadores o correos. El gobierno sandinista
instituyó en septiembre de 1983, por primera vez en la historia nicaragüense, un
“servicio militar patriótico” y pudo movilizar cerca de 150 000 hombres, no sin
suscitar reacciones de resistencia a este enrolamiento (Rouquié, 1992). Si los
comienzos de los enfrentamientos contras/sandinistas vieron afluir a los reclutas en
los dos campos, el prolongamiento del conflicto se acompañó de un desencanto
masivo. Del lado Contra, los combatientes realizaron que contrario a su expectativa,
la guerra sería a la vez larga y costosa en vidas humanas.
Descubrieron igualmente el doble lenguaje de los Estados Unidos, notablemente en
días posteriores a la invasión de Granada en diciembre de 1983. Mientras por una
parte, los consejeros norteamericanos les habían tentado con el señuelo de una
intervención similar para 1984, ellos permanecieron espectadores ese año, durante
las elecciones que dieron un baño de legitimidad a los sandinistas a los ojos de la
opinión pública internacional. Peor, tuvieron la experiencia de aparecer como parias
a los ojos de la mayor parte de la prensa internacional o de los miembros del Alto
Comisariado de los Refugiados (ACNUR). Lejos de ver en ellos a los “paladines de
la libertad” alabados por la administración Reagan, fueron estigmatizados como
otros tantos verdugos entrenados por la CIA. Y los jefes de la Contra se vieron
también reprochar el haber prometido una victoria rápida a los refugiados que les
habían seguido en su exilio.
Finalmente, desde 1985, éstos últimos denunciaron a las autoridades del ACNUR
las presiones de los contras hacia ellos. Del lado sandinista, los combatientes y sus
familias descubrieron rápidamente los aspectos más mortales de la guerra. Mal
preparados militarmente, los reclutas enviados a las zonas de guerras, fueron
diezmados en las emboscadas tendidas por los guerrilleros de la oposición armada.
De hecho, muchos jóvenes hasta entonces favorables a los sandinistas, vieron en
ellos a los representantes de un poder militar con rasgos totalitarios que los enviaba
a una muerte segura. La guerra los hizo finalmente descubrir las maneras de
“señores de la guerra” de algunos oficiales y suboficiales sandinistas. Más de un
4. recluta fue en efecto confrontado a las brutalidades y los malos tratos ejercidos por
los militares contra los campesinos sospechosos de apoyar a la oposición armada;
muchos se sublevaron por estos abusos.
A partir de 1985, diferentes voces disidentes comenzaron a hacerse escuchar tanto
en el seno de la nebulosa sandinista como entre la Contra, a favor de un alto a la
guerra. Más allá de sus diferencias, esas críticas plantearon el diagnóstico siguiente:
Lejos de ser murallas contra un adversario bárbaro y estar solamente deseosos de
terminar con los enfrentamientos armados, para proseguir con la construcción de
una sociedad socialista o instituir la democracia, los responsables sandinistas tanto
como los dirigentes de la oposición armada, fueron considerados como otros
muchos aprovechados de la guerra, ante todo deseosos de establecer un poder
dictatorial y de justificar las prebendas que ellos sacaban. Se habló así del
“verticalismo” de los comandantes de la revolución, de los privilegios de su entorno
y de sus cercanos. La revista de los jesuitas de la Universidad Centroamericana
(UCA), Pensamiento propio, publicó desde 1985 las entrevistas de combatientes
miskitus que habían aceptado la amnistía y que justificaron su participación en la
oposición armada de 1981 a 1985. Publicó también al año siguiente las
declaraciones del presidente de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos
(UNAG), que denunciaba los abusos cometidos desde los días posteriores a la
revolución por los responsables del FSLN en el campo a nombre de la lucha contra
“los burgueses” y la “contrarrevolución” (Vilas, 1994). Paralelamente, las discusiones
sobre el futuro estatuto de autonomía de la Costa Atlántica quebrantaron aún más
las certezas.
En efecto, cualquiera que haya sido la parte de los cálculos tácticos de un Tomás
Borge en su apoyo al proyecto, las negociaciones manejadas por Orlando Núñez y
Manuel Ortega fueron como una estaca clavada en el dogma sandinista. Con el
trabajo en la preparación de este estatuto votado en 1987, los legisladores
reconocían en hechos la iniquidad de la guerra dirigida contra los miskitu.
Diferentes miembros de la oposición armada basados en Costa Rica, más
específicamente la Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE) de Edén Pastora,
Alfonso Robelo y Brooklyn Rivera, criticaron desde 1982 las ejecuciones sumarias y
las otras atrocidades cometidas por sus rivales asentados en Honduras. Tales
denuncias, que no fueron solamente dictadas por el sentido moral sino también por
la voluntad de obtener la mejor parte del maná norteamericano, abrieron en todo
caso una brecha en el razonamiento amigo/enemigo que legitimaba los peores
crímenes en el nombre de “necesidades de guerra”. Finalmente, las declaraciones
de Arturo Cruz afirmando su voluntad, desde marzo de 1987, de optar por la vía
cívica, no vacilaban en comparar los actos de los contras con los de los
conquistadores, inauguraron una nueva manera de reflexionar sobre los fracasos de
la acción armada.
5. A la mirada de las particularidades de la historia nicaragüense y de los efectos
destructores de la Conquista (Fernández de Oviedo, 1529), tal comparación tuvo un
efecto devastador. Más aun, vio reaparecer la noción de genocidio que había sido
utilizada con éxito por los sandinistas y el grupo de los doce, sus portavoces, en sus
campañas contra Somoza; y después retomada, una vez más erróneamente, por
algunos periodistas o activistas de derechos de pueblos indígenas en sus denuncias
sobre abusos cometidos contra los Miskitus. Se planteó así una suerte de
equivalencia entre las masacres cometidas durante la Conquista en el siglo XVI, las
acciones de la Guardia Nacional de Somoza durante la represión de la “Insurrección
final” en 1979, las destrucciones operadas por los sandinistas durante los traslados
forzados de poblados miskitus y mayangna en 1982, y las barbaries cometidas por
los contras. Finalmente, después de haber legitimado las dos últimas guerras civiles,
el cardenal arzobispo de Managua apeló él también al abandono de la vía armada y
a las negociaciones a partir de 1986.
El análisis de las guerras internas en América Central durante la segunda mitad del
siglo XX por largo tiempo opuso la praxis de los grupos de guerrillas a la de las
fuerzas armadas regulares. La una nacería de la negativa de los grupos dominantes
de acceder a las demandas de sectores subalternos; la otra apuntaría stricto sensu
(en sentido estricto) a la conservación del orden establecido. La una y la otra serían
desde entonces perfectamente antagónicas. El estudio de las guerras civiles
nicaragüenses invita a otras aproximaciones. Desde el inicio del siglo XX, más allá
de las referencias constitucionales al modelo democrático liberal, las referencias al
orden y a la violencia están en el corazón de la experiencia política. Desde este
punto de vista, las dos guerras nicaragüenses de los años 1970-1980 reproducen
esquemas situados al inicio del siglo, aunque tomaran lugar también en eso llamado
la “nueva guerra fría”. Según estos códigos implícitos, las demostraciones de fuerza
y el empleo de la violencia más brutal en contra de adversarios no desnudan en
absoluto algo extraordinario. Fueron, bien por el contrario, por una parte, modos
legítimos de la acción política y condición previa para acuerdos entre facciones
rivales, tanto como la posibilidad para los recién llegados de imponerse sobre la
escena política, y de esta manera, hacer fortuna.
Al considerar el fin de la guerra entre los sandinistas y los contras y el curso de los
acontecimientos desde el mandato de Violeta Barrios de Chamorro, esas prácticas
que han configurado al siglo XX parecen haber encontrado su fin.
La violencia y las prebendas que estuvieron en el corazón de la experiencia política,
y por tanto valorizadas, llegaron a ser hoy día ilegítimas. Los códigos políticos en
vigor son en adelante los de la democracia representativa incluso a pesar de su
fragilidad. La barbarie y el caos ya no están del lado de las clases subalternas
abandonadas a su suerte, sino del lado de los políticos ávidos tanto de poder como
de riquezas y poco preocupados por las libertades fundamentales.
6. La Contra.
El movimiento de la Contra agrupó diferentes organizaciones con objetivos diversos,
siendo la «Fuerza Democrática de Nicaragua», FDN, su facción más importante. En
1987 prácticamente todas las ramas que formaban la Contra se unieron en la
«Resistencia Nicaragüense». Su líder principal fue el coronel Enrique Bermúdez
Varela y Adolfo Calero su fundador, y llegó a alcanzar la cifra 22.000 combatientes.
La participación de Estados Unidos como impulsor del movimiento y su contribución
material y financiera a su formación quedó probada por la Corte Internacional de
Justicia en el Caso Nicaragua contra Estados Unidos en 1984 revelando que el
gobierno de los Estados Unidos durante la presidencia de Ronald Reagan
entrenaba, armaba, financiaba y abastecía a las Contras, principalmente a través de
la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Precisamente, el escándalo Irán-Contra se
desató debido a que EE.UU. vendía armas de forma ilegal a Irán para financiar las
Contras.
En los ataques al gobierno sandinista, se le atribuye a los Contras la acción de un
gran número de violaciones a los derechos humanos y llevando a cabo más de 1300
ataques terroristas. Estas acciones se llevaron a cabo sistemáticamente como parte
de la estrategia de los Contras. Los partidarios de los Contras trataron de minimizar
estas violaciones, particularmente ante la presidencia de Ronald Reagan en Estados
Unidos, país que participó en una campaña de propaganda para alterar la opinión
pública a favor de los Contras con fuerte financiamiento.
Nacimiento de la Contra
El gobierno de Estados Unidos, por medio de la Agencia Central de Inteligencia
(CIA), financió, a partir de la antigua Guardia Nacional y con ayuda de otros países,
como Argentina (en plena dictadura militar), un ejército irregular que, con base en
los países vecinos, Honduras y Costa Rica, intervino en acciones militares contra el
gobierno sandinista, presidido por Daniel Ortega y el FSLN, con el objetivo de
desestabilizar al gobierno y eventualmente derrocarlo.
Al inicio de la guerra civil sumaban entre 8000 y 10.000 combatientes.
La frontera entre Honduras y Nicaragua no solo fue ocupada por los grupos rebeldes
nicaragüenses, ya que también los insurgentes hondureños usaron territorio del país
vecino como refugio desde donde lanzar sus operaciones. De los 18.000 rebeldes
hondureños dos tercios estaban ocultos en Nicaragua en 1987.
El gobierno estadounidense a través de la CIA financió al grupo guerrillero como
herramienta ilegal para derrocar la Revolución Sandinista Nicaragüense, al igual que
7. Cuba, de ideales socialistas y anti-imperialista. El apoyo de la CIA al desarrollo y
crecimiento del grupo guerrillero se incrementó durante el gobierno del presidente
Ronald Reagan durante la década de los '80.
En 1985 las fuerzas contrarrevolucionarias alcanzaban los 10.000 - 15.000
milicianos.
El apoyo estadounidense continuó incluso en el período electoral de 1990. Los
sandinistas perdieron las elecciones del 25 de febrero de ese año, y el poder pasó
a Violeta Barrios de Chamorro (viuda del director del diario La prensa Pedro Joaquín
Chamorro Cardenal), que encabezaba la coalición UNO (Unión Nacional Opositora).
Después de realizar el cambio de gobierno, la contrarrevolución se disolvió y fue
reabsorbida, con más o menos dificultades, por el tejido social nicaragüense. Los
ex-contras ingresaron tanto al llamado por los sandinistas "Ejército Popular
Sandinista", que paso a denominarse correctamente como Ejército de Nicaragua,
como a la también llamada policía sandinista, luego llamada Policía Nacional.
El gobierno nicaragüense durante el gobierno del FSLN se enfrentó a la guerrilla
contrarrevolucionaria con el Ejército Popular Sandinista (EPS).
Armamento de la contra
La Contra tuvo un gran arsenal basado únicamente en armas de infantería, un
armamento bastante completo para un grupo guerrillero en esa época. Su
armamento y equipo eran en su mayoría de origen estadounidense aunque también
hubo mucho material y armas específicas pertenecientes a terceros países, en
menor medida capturado al enemigo y hasta incluso comprado en el mercado negro.
Fusiles de asalto Norinco Tipo 56
Fusiles de asalto AK-47 y AKM.
Fusiles de asalto M-16.
Fusiles de combate AR - 15
Fusiles de combate FN FAL.
Fusiles de combate HK G3.
Ametralladoras RPD.
8. Ametralladoras PKM.
Ametralladoras M-60.
Ametralladoras PP Checoslovacas.
Lanzacohetes chinos RPG-7.
Reflectores anti aéreos. (durante Operación Olivero se capturaron 4 de estos
reflectores)
Misiles anti aéreos SAM-7 soviéticos.
Minas Claymore.
Misiles antiaéreos "Red Eyes" estadounidense.
La Contra logra hacerse con 4 misiles SAM 7 en la toma de San Juan del Norte, de
los cuales solo dos se llegaron a disparar.
Granadas de cueteras de 122mm
Ametralladores 14.5 mm.
Morteros 81 mm.
Morteros de 82mm .
Escopetas Lanzagranadas M79
Ametralladora calibre 50, mm
Barrett M82 (Calibre .50)
Fusil de francotirador Dragunov (SVD)
La Alianza Revolucionaria Democrática ARDE derribó dos helicópteros de la Fuerza
Aérea nicaragüense usada por los sandinistas mediante fuego de fusilería.
El Comandante Leonel que lideraba ARDE, tras la salida de Pastora, pidió de forma
reiterada misiles tierra aire a la CIA, pero estos nunca fueron entregados.
El Comandante Leonel, incluso, llegó a mandar una nota al entonces presidente de
Panamá Manuel Antonio Noriega solicitándole ayuda. Noriega se limitó a publicar la
nota en el Diario La Estrella de Panamá.
9. Misiones y zona de operaciones de la Contra
Los comandos de la Contra realizaron ataques contra el régimen sandinista durante
sus más de 10 años de operación. Una de las más importantes fue la Operación
Olivero, que tuvo lugar el 20 de diciembre de 1987. El comandante Enrique
Bermúdez Varela planificó la operación en conjunto con los soldados, hacienndo
inteligencia sobre el enemigo entre pobladores de la región. El objetivo de la
operación fue ocupar y destruir las instalaciones militares en la zona norte del
Departamento de Zelaya, y sistemas de radares e instalaciones de la Dirección de
la Seguridad del Estado (DGSE). La operación fue llevada a cabo en el Triángulo
Minero (Bonanza (Nicaragua), Siuna, Rosita (Nicaragua)) debido a su importancia
económica y estratégica. El Comandante Olivero comandaba la fuerza tarea José
Santos Morales, Del comando regional "Jorge Salazar número 3". El comandante
Olivero desertó del Ejército Popular Sandinista en Matagalpa en 1981.
En el norte del país, mantuvo presencia permanente con sus bases en territorio
hondureño con pleno consentimiento y ayuda del ejército de Honduras. Es sus
campamentos realizaban entrenamiento y tenían constituido su comando central,
donde recibían el armamento proveniente de países que ayudaban en la lucha
armada del grupo.
La Contra luego de sus ataques regresaba a territorio hondureño a descansar y
reabastecerse. Durante el tiempo que combatieron causaron daño al gobierno
sandinista tanto moral como económico. La base social de los latifundistas
expropiados y algunos campesinos descontentos con errores en la política agraria
sandinista, en algunas de sus zonas de operaciones les ayudaban, dándoles
alimentos y brindando inteligencia (información) sobre el enemigo. Muchas veces
10. privó el terror generado por las prácticas brutales de la Contra y sus represalias. En
la frontera de Costa Rica en el Frente Sur, la Contra fue barrida militarmente en la
práctica por destacamentos Sandinistas con apoyo de combatientes
internacionalistas costarricenses de la Brigada Mora-Caña quienes combatieron en
el batallón especial Pedro Altamirano.
Crímenes de guerra
Durante todo el periodo que abarcó la lucha armada, la Contra cometió numerosos
crímenes de guerra y de lesa humanidad teniendo como blanco a prisioneros de
guerra y civiles inocentes. Se llevaron a cabo torturas, ejecuciones, asesinatos
arbitrarios, saqueo, quema y envenenamiento de cosechas, violaciones y
destrucción de infraestructura civil. Así como también el gobierno sandinista
confiscaba bienes y terrenos.
La propia Contra, que tenía sus raíces en la Guardia Nacional Nicaragüense y
exagentes del régimen somocista, también contaba con numerosos expertos. Los
civiles que fueron víctimas de la Contra sufrieron ese destino debido a diferencias
políticas (simpatizar con el gobierno o con la causa sandinista) o negarse a colaborar
con ellos.
El ex comandante contra Edgar Chamorro reconoce:
«Una parte importante de mi trabajo como oficial de comunicaciones fue trabajar
para mejorar la imagen de la FDN (Fuerza Democrática Nicaragüense, el mayor
grupo de contra). Esto fue un desafío, porque matar presos y civiles sospechados
de colaboración con los sandinistas eran unas prácticas acostumbradas. Al hablar
con los comandantes en los campamentos de la FDN a lo largo de la frontera
hondureña, a menudo he oído comentarios como "le cortó la garganta". La CIA no
desalentó tales tácticas. Por el contrario, la agencia me criticó severamente cuando
admitió a la prensa que el FDN secuestraron y ejecutaron regularmente trabajadores
de la reforma agraria y civiles. Nos dijeron que la única manera de derrotar a los
sandinistas era...».
El agente de la CIA a cargo del programa, Duane Clarridge, también reconocido con
el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, durante una entrevista
privada en 1984, que los Contras asesinados regularmente «civiles, militantes
sandinistas, funcionarios, médicos y los jueces en las zonas rurales».
11. Apoyos
En una entrevista realizada por El Nuevo Diario (END) a Adolfo Calero, este afirmó:
Reagan nos consiguió 30 millones de dólares en Arabia Saudita, entonces ya
nosotros comprábamos nuestras propias armas y conseguíamos precios mucho
más bajos de los que podía conseguir el Gobierno de Estados Unidos.
La ayuda que consiguió Reagan de Arabia Saudita se debió a que el Congreso de
Estados Unidos suspendió la ayuda a la Contra a fines de 1984, tras confirmar que
la CIA había participado en el minado de algunos puertos nicaragüenses.
El gobierno Sandinista también tenía apoyo de los países socialistas como cuba,
asimismo existen investigaciones que apuntan a que otra fuente de financiación
habría sido el tráfico de drogas, sobre todo de cocaína, lo cual explica la presencia
de Pablo Escobar en Nicaragua durante esos años.
Ejército Popular Sandinista
Fuerzas Terrestres
A partir de julio de 1979, el EPS ubicó puestos fronterizos, con la misión de vigilar y
proteger los pasos en las fronteras norte y sur del país.
Era de gran necesidad preparar al personal militar y así en agosto de 1979, se
formaron los dos primeros Batallones de Infantería: “Gaspar García Laviana” y
“Rolando Orozco”. Los integrantes se prepararon en la Escuela Carlos Agüero
Echeverría (ECA).
Acorde con las funciones que empezaba a asumir el EPS, de 1979 a 1982, el
territorio nacional se organizó en siete Regiones Militares (RM) y en 1983, las RM
se convirtieron en Regiones de MPS.
A su vez, entre 1982 a 1985, el territorio nacional se organizó en tres Zonas Militares
(ZM) con dos regiones independientes. Al final, en 1985, se desactivaron las Zonas
Militares y se creó el Grupo Operativo del Estado Mayor General. Las Regiones de
MPS subordinadas a las ZM pasaron a Regiones Militares subordinadas al Alto
Mando del EPS, a excepción de la 1, 5, 6 y 7 RM que se subordinaban al Grupo
Operativo.
Con base al Decreto No. 1327 “Ley del Servicio Militar Patriótico” aprobado el 13 de
Septiembre de 1983, el EPS organizó nuevas unidades en el período de 1983 a
1986. Estas nuevas unidades eran 12 Batallones de Lucha Irregular (BLI), 21
Batallones Ligeros Cazadores (BLC), 44 Compañías de Tropas Guarda Fronteras
12. (TGF) y 44 Bases de Apoyo Operacional (BAO); todo ello con el propósito de hacerle
frente a la amenaza de “La Contra”.
La convocatoria a la reserva se institucionalizó el 13 de septiembre de 1983, a través
del Decreto No. 1327 “Ley del Servicio Militar Patriótico”. El Servicio Militar de
Reserva consistió en el cumplimiento ciudadano de todos los nicaragüenses del
sexo masculino comprendidos entre las edades de 25 a 40 años. En todo el país se
crearon ciento treinta y seis Batallones de Infantería de Reserva.
Brigada de Infantería de Reserva
Las Brigadas de Infantería de Reserva, consistieron en unidades tácticas de tropas
generales y se crearon para llevar a cabo acciones combativas semirregulares o
irregulares. Se conformaban con tres a cuatro Batallones de Infantería de Reserva,
pequeñas unidades de artillería terrestre, artillería antiaérea, pequeñas unidades de
aseguramiento combativo y de servicios.
De 1979 a 1990, se estructuraron veintiséis Brigadas de Infantería de Reserva.
Batallón de Lucha Irregular (BLI)
En cumplimiento del plan “De Pomares a Fonseca”, se formaron doce Batallones de
Lucha Irregular (BLI) en el período de 1983 a 1985. Estos batallones fueron unidades
con alta capacidad de maniobra y poder de fuego.
Batallones de Lucha Irregular que existieron fueron:
“Simón Bolívar”
“Germán Pomares Ordóñez”
“Sócrates Sandino”
“Pedro Altamirano”
“Farabundo Martí”
“Francisco Estrada”
“Ramón Raudales”
“Santos López”
“Juan Gregorio Colindres”
“Rufo Marín”
“Miguel Ángel Ortez”
“Juan Pablo Umanzor”.
13. Batallón Ligero Cazador (BLC)
De 1984 al 1986, surgieron los Batallones Ligeros Cazadores (BLC), que eran
pequeñas unidades de lucha irregular conformadas por tres compañías y pequeñas
unidades de aseguramiento combativo y de servicios. Con capacidad de maniobra
y poder de fuego. Operaban en el territorio bajo responsabilidad de las Brigadas de
Infantería a las cuales se subordinaban.
Compañía Permanente Territorial (COPETE)
De 1984 a 1986, se formaron ochenta Compañías Permanentes Territoriales
(COPETE) en las Regiones Militares ubicadas en zonas de guerra. Eran pequeñas
unidades de lucha irregular, que operaban en el territorio bajo responsabilidad de las
Brigadas y/o Batallones de Infantería, a la cual se subordinaban.
Zona de Influencia:
Principales unidades militares del EPS en la zona de Influencia
I Región Militar:
Conformada por la 1ª Brigada de Infantería Permanente, que se ubicaba inicialmente
en El Doradito y después en San Rafael del Norte. La conformaban también la 311
(Quilalí), la 312 (Ocotal), la 313 (Ducualí) y la 314 Brigada de Infantería de Reserva
(Jalapa), y la Brigada de Tropas Locales (BTL) en Estelí. También la 11 Agrupación
Táctica de Combate (ATC).
14. La 1 RM tuvo siete BLC denominados “Jorge Alberto Martínez”, “José Benito
Escobar”, “Mario Alemán Escobar”, “Oscar Turcios Chavarría”, “Ramón Prudencio
Serrano”, “Ricardo Morales Avilés” y “Reynerio Antonio Tijerino”.
VI Región Militar:
Conformada por la 361 Brigada de Infantería (Matiguás), la 362 (La Dalia), 363
(Wiwilí), la 364 (Jinotega) y la 365 Brigada de Infantería de Reserva (Sébaco), 32 BI
(Wamblan) y la 3002 BI (Mulukukú); BTL (Jinotega) y BTL (Matagalpa). La 61, 62 y
63 Agrupación Táctica de Combate (ATC) con tres BLI.
La 6 RM tuvo nueve BLC, a saber: “Crescencio Rosales”, “Ernesto Cabrera”, “Pedro
Araúz Palacios”, “Carlos Agüero”, “Edgar Munguía”, “Facundo Picado”, “Cristóbal
Vanegas”, “Eduardo Contreras” y “Laureano Mairena”.
Pequeñas unidades de fuerzas especiales (PUFE)
Se fundaron en julio de 1979 y consistían en una pequeña unidad de fuerzas
especiales ubicadas en las instalaciones de la Loma de Tiscapa. Estaban
compuestas por combatientes insurreccionales seleccionados por su experiencia en
el combate.
Posteriormente se creó la Compañía de Destino Especial (CODE), la que se
transformó en las Tropas Pedro Altamirano (TPA) subordinadas a la Dirección de
Inteligencia Militar.
Otras Regiones Militares:
II RM: León y Chinandega
III RM: Managua
IV RM: Masaya
V RM: Boaco y Chontales.
VII Región Militar: Conformada por la 366 (Siuna), la 369 (Puerto Cabezas) Brigada
de Infantería de Reserva y dos Batallones Ligeros Cazadores (BLC).
15. Mi Experiencia
Mi nombre es Otoniel López López, era el Mes de Diciembre de 1986, recién he
terminado mis estudios de educación secundaria, cuando Joaquín Rodríguez me
hace una visita a mi casa, Joaquín era el responsable de reclutamiento al Servicio
Militar del Batallón 36 – 46 de San Rafael del Norte, del departamento de Jinotega,
de donde soy originario, un poblado pintoresco, a 1,100 m sobre el nivel del mar,
clima frío, gente humilde, trabajadora.
Yo todavía estoy en cama como a las 7:00 am cuando escucho: ¡Chavalín,
Chavalín!, lo vengo a traer, me dijo, me decía chavalín en referencia a mi aspecto
infantil en ese entonces, tenía yo 18 años, con Joaquín éramos muy amigos, éramos
compañeros de clase, hacía sólo un año, pero existía siempre un celo de que
¿porqué yo estoy en el Servicio Militar y aquel no?…por eso nadie se escapaba,
teníamos que cumplirlo… Espéreme le dije, que ya nos vamos, me alisté, me
despedí de mi familia y me fui con ellos al Batallón..
Cabe señalar que para mí la vida militar no era algo tan traumático porque desde
1978 que sentí en carne propia los combates entre guerrilleros y guardias de
Somoza y yo sentía admiración por los guerrilleros en ese tiempo que yo tenía sólo
10 años, mis vecinos Aldo y Nelson Rizo, vivían enfrente de mi casa y eran
guerrilleros reconocidos, eran unos muchachos de 25 a 30 años en ese entonces,
tipos osados, temerarios, valientes, barbudos, con boina negra, del tipo Che
Guevara, yo deseaba tener más de 20 años para participar en esa lucha con ellos,
pero apenas era un niño.
Yo no entendía nada sobre la política del país, un día estaba en la esquina del
parque con mi papá cuando pasó en su camioneta el profesor Félix Pedro Arauz y
se detuvo a platicar con mi papá sobre política y se estaban riendo de que en el
timón de la camioneta donde se presiona para el pito, estaban las iniciales FAO que
en aquel entonces significaba Frente Amplio Opositor, le dijo mi papá que tuviera
cuidado con la guardia a lo que el Prof. Felix Pedro dijo que eran sus iniciales Felix
Arauz Osegueda, a lo que rieron a carcajadas, mi papá me dijo que FAO era una
organización que estaba en contra de Somoza y cuando llegamos a la casa me dijo
que leyera escondido ya que era prohibido un libro llamado “Estirpe Sangrienta” Los
Somoza, de Gregorio Selser.
En el año de 1978, los guerrilleros se tomaron el pueblo por algunas horas, creo que
era Semana Santa, después de que se fueron los guerrilleros llegó al pueblo la
temida EEBI (Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería, Tropas élite de la
guardia nacional) a realizar la famosa “Operación Limpieza”, se escuchaban los
disparos, el alboroto que hacían en todo el pueblo en ese soleado día de verano,
pateando puertas de las casas vecinas; para evitar esto mi papá nos dijo que
dejáramos las dos puertas abiertas de la casa para evitar que las rompieran o
lanzaran algún material explosivo. A eso de las 7 de la mañana, llega a la casa la
16. hija de un gran amigo de mi papá, Don Goyo Castillo, Rosa María Castillo, era una
muchacha alta, hermosa, valiente, que participaba en la lucha armada que en ese
entonces yo no tenía idea del motivo de esa lucha por mi corta edad… Pero en mi
interior pensaba que en el futuro talvez podría participar en algún tipo de lucha
armada.
¡Don Chuno! Le dijo Rosa María a mi papá, hágame el favor de esconderme de la
guardia que viene entrando al pueblo porque si me reconocen, me matan dijo…Mi
papá en ese momento no sabía qué hacer, o protegía a esa muchacha o la dejaba
ir y podría ser fusilada por la EEBI, ya que algún Juez de mesta la reconocería,
tomando en cuenta que en esa época, ser joven de 18 años en adelante significaba
ser guerrillero antisomocista.
Al consultarlo con mi mamá, decidieron dejar que se quedara la muchacha, la cual
se disfrazó de empleada doméstica, se puso un trapo en el pelo, una ropa vieja, un
delantal, agarró un lampazo y se puso a limpiar la casa.
Media hora después todos estamos sentados en la sala, mis padres, excepto la
“Empleada”, que estaba haciendo sus oficios, mi papá, Lic. Jesús López Gutiérrez,
mi mamá, la profesora Lic. Leonor López sostiene en brazos a mi hermano Marco
Aurelio que tenía 2 años, mi hermano Alexis, con 11 años, mi hermana Marfa, tenía
4 años y Yo con 10 años. En ese momento en la esquina del parque aparecen los
primeros “Genocidas” de la EEBI, se toman la esquina, un grupo se mete a una casa
y otro grupo llega a la casa, entran por la otra puerta y llegan a la biblioteca, lo
primero que ven son dos mochilas color azul impermeables que utilizábamos para
ir a la escuela, no perdieron el tiempo con el zipper sino que con una bayoneta
abrieron las mochilas cayendo al suelo el montón de cuadernos, lápices, tajadores
y borradores. Los guardias pasaron entonces a la sala donde estábamos
todos….llegaron los guardias con todo el equipo militar que usaba la EEBI, equipo
de Galil, fusil Galil de fabricación israelí con bípode, uniforme pinto Made in USA, y
sombrero camuflado, eran impresionantes y con la típica “Cara de malo”… ¡Los
hombres al piso!.. dijeron, nos tiramos al piso todos, y procedieron a registrar a mi
papá, lo primero que hicieron fue ponernos el frío cañón del fusil en la nuca y luego
nos registraban, incluyéndonos a nosotros que éramos niños. Al concluir nos dijeron
que nos sentáramos y preguntaron por la profesión de mi papá…Maestro de
educación primaria le contestó mi papá y al final.. lo que más temíamos, llamaron a
la muchacha y preguntaron quién era?.. La empleada … dijo mi papá, a lo que ella
asintió positivamente… ¿Y de dónde sos muchacha?, le preguntó un guardia….-
¡de los Chaguitones! Dijo ella con acento típico campesino, que es una comarca
lejana del poblado, en ese instante mi papá se notaba muy nervioso y por suerte en
ese mismo instante se escuchó un disparo del grupo de guardias que cateaba la
casa vecina de enfrente donde vivían Nelson y Aldo, al parecer encontraron a
17. alguien o escucharon ruidos, pero no había nadie en esa casa en ese momento y
los guardias que estaban en mi casa fueron a apoyarlos y ahí terminó esa anécdota
con la tenebrosa EEBI… pero a mí, nunca se me olvidó a partir de ese instante, lo
que se siente el frío cañón de un fusil en la nuca.
Al llegar al Batallón, Joaquín me llena los papeles que hacen constar que a partir de
ese instante empieza oficialmente mi Servicio Militar Patriótico, Nivel académico
preguntó Joaquín….Bachiller, le dije con cierto orgullo, ahhhh, usted ya se Bachilleró
me dijo, entonces lo vamos a poner en un cargo importante, porque en ese tiempo,
ser bachiller era algo muy avanzado académicamente.. lo vamos a mandar a
Mulukukú a entrenarse en comunicaciones o para la quinta subsección (Los
Quintos) me dijo. Los quintos eran los encargados de codificar o decodificar
mensajes que se pasaban por radio o por teléfono que tenían importancia
estratégica desde el punto de vista militar como movimientos de tropas, partes
diarios, etc. Cualquiera de los dos trabajos estaban bien dije.
Estoy a la izquierda de la foto con mi radio 105 M, a la derecha: Noel Castillo
Me mandaron 2 meses a Mulukukú que era una gran base militar de entrenamiento
del Ejército popular Sandinista en el departamento de Matagalpa.
18. Un buen día estábamos todos los nuevos formados y llegó el oficial de guardia y nos
dijo.. El jefe de tanque y Transporte quiere hablarles.. llegó aquel Teniente primero
y mencionó que necesitaban 10 choferes y del grupo que estaba formado dieran un
paso adelante los que podían manejar vehículos… en ese momento todos
empezaron a hablar y decían ¡Vamos hombre! Nos van a dar un UAZ descapotado
pinto, sería bueno decían algunos y dieron un paso adelante más de la mitad del
grupo, incluidos algunos 4 que podían manejar y la gran mayoría que nunca en su
vida habían encendido un vehículo, pero ellos dijeron que si… bueno dijo el oficial..
los que dieron un paso al frente, allá está la prueba afirmó, hay una pipa (camión
cisterna) llena de agua, está a media cuesta, la prueba es encender ese camión y
terminar de subir la cuesta, el soldado que no pueda manejar se va al abismo con
todo y camión. A ver quién se atreve dijo. Lógicamente de los 40 voluntarios que
dieron un paso adelante, regresaron a su posición inicial y sólo había 2 soldados
que realmente podían manejar. Inmediatamente a mí me mandaron donde me
correspondía a la sección de comunicaciones donde me entrenaron en el uso y
manejo de radios de comunicaciones como el YAESU MUSEN, SEG 15 D, SEG 100
D, R 159, R 105 M, uso de antenas Kulikov, antenas de lanzamiento, antenas
cilíndricas, etc.
Para comunicarse desde Región – Brigada – Batallón, con gran alcance.
19. SEG – 100 D, el radio de mayor alcance
para comunicación - Región Militar –
Brigada de Infantería, fabricación
alemana.
Radio 105 M soviético para comunicarse entre las compañías de un batallón con
alcance hasta de 20 kilómetros.
Rango de frecuencias:
R-105M: 36,0… 46,1 MHz, utilizada por las unidades de infantería o de 360 khz a
461 khz. Era la amplitud de frecuencias, a la que había que probar en el campo
diferentes frecuencias para determinar cuáles eran las que mejor comunicación
limpia brindaban, en malas frecuencias, se escuchaba mucho ruido y era muy difícil
escuchar la comunicación.
20. Las famosas baterías (Acumuladores) que brindaban energía a este medio cuando
se derramaba el electrolito (era el líquido que contenía en su interior, compuesto por
hidróxido de litio y potasio) producían quemaduras cáusticas en la piel.
De aquí en adelante empecé la vida militar empezando en la 364 Brigada de
Infantería Ligera ubicada en San Antonio de Las Cuchillas – Jinotega.
Me enviaron al batallón de infantería permanente (BIP) 36 - 46 de San Rafael del
norte, ocupando el cargo de Jefe de comunicaciones, tendría la misión de mantener
la comunicación fluida entre la 364 BIL (Brigada de Infantería Ligera), los batallones
permanentes del departamento de Jinotega, la VI región militar e incluso de la I
región militar, además los Batallones de Lucha Irregular (BLI) que operaban en la
zona (que eran varios), los Batallones Ligero Cazadores (BLC) de Matagalpa el
“Facundo Picado” y el “Jorge Alberto Martínez” de la I región.
El trabajo diario en el CCF (Centro de comunicación Fijo)
Lo primero que teníamos que conocer eran los “Indicativos” que eran los datos de
la unidad militar y de la brigada y región correspondientes, además de las regiones
vecinas, también había que conocer los indicativos para cada jefe en particular, para
esto existían tablas de indicativos, con carácter clasificado, podía caer preso el
soldado u oficial que mencionara estos datos a otro soldado y peor aún a gente civil.
21. Existía el indicativo para la estación de radio del lugar, ejemplo
E/R (Estación de radio) Seg
1
Frecuencia Indicativo Reserva
CCF (mi radio) BON 3646 5195 Montaña Pradera
VI Región Militar 5470 Selva Jungla
364 Brigada 5890 Río Lago
BLI Santos López 5500 Tigre Jaguar
BLI Francisco Estrada 5275 Pantera Lince
BLI Juan Pablo Umanzor 5555 León Hiena
BLC Facundo Picado 5430 Gacela Leopardo
Por ejemplo, si yo llamo a la 364 brigada, ponía la frecuencia 5890 y decía: Río, Río,
Río …. Montaña, Río… Montaña, en otras palabras, quería decir Río, te llama
montaña, es decir, el batallón 3646 llama a la 364 Brigada de Jinotega, que estaba
a cargo de la situación militar operativa del departamento de Jinotega.
22. Indicativos de jefes y oficiales
Ejemplo:
Jefe/Oficial Indicativo (Ejemplo)
Jefe de Region Militar 480
Jefe de Brigada 400
Jefe de Batallón 360
Jefe de Operaciones 320
Jefe de Informaciones 300
Jefe de Comunicaciones 290
Jefe de Armamento 240
Y habían muchos más, de T y T (Tanque y transporte), de Retaguardia, Político, etc.
Por ejemplo, para comunicarme con el jefe de Operaciones, sólo le decía al
comunicador que me comunicara al 320 y él sabía a quién me refería. De esa forma
se realizaban las comunicaciones.
Los mensajes los recibíamos desde la brigada y la VI región militar, teníamos que
copiarlos, había dos tipos de mensajes: el Cifrado que era por medio de números y
el criptograma que era por medio de letras, estos mensajes solamente los podían
descifrar los oficiales de la “V Sub sección”, les decíamos “Los quintos”, eran
oficiales de tipo secreto, nadie podía tener mucho contacto con ellos, solamente la
plana mayor del batallón, eran tipos fríos, de pocas palabras, tenían la gran
responsabilidad de recibir todo tipo de mensajes de diferentes tipos, los tipos de
mensajes eran:
Urgente: era un mensaje que no era muy importante, podíamos pasarlo a los
quintos en 24 horas, es decir, teníamos tiempo para pasarlos, por ejemplo, venían
mensajes como: solicitud de municiones, combustible, botas, uniformes, etc.
Aire: este tipo de mensajes debíamos enviarlo a los quintos de inmediato, ahí iba
información vital como posición del enemigo, nuestras tropas, combates realizados,
visitas de altos mandos a determinadas zonas, etc.
23. Los mensajes se caracterizaban por tener el siguiente formato:
Existían hojas especiales:
Unidad Militar:___________
Fecha:_________________
Comunicador:_____________
Tipo de mensaje: Urgente:_______, Aire:________
______ ______ ______ ______ _____ _____ _____ _____ _____ _____
______ ______ ______ ______ _____ _____ _____ _____ _____ _____
______ ______ ______ ______ _____ _____ _____ _____ _____ _____
Cada espacio se le llamaba grupo y a la suma de todos los grupos se les llamaba
calle, las hojas tenían hasta 24 calles con 240 grupos.
Si el mensaje era cifrado se escribía así.
El comunicador que transmitía dictaba sin detenerse toda la calle de 10 grupos,
cuando terminaba esa calle, preguntaba al que copiaba, ¿Copiástes? ; si el
comunicador (Comón) que recibía era rápido, le decía “adelante”, y el que transmitía
continuaba, si no había copiado algún grupo, le decía, no, repetidme el grupo
número 3 por favor, y aquel lo repetía.
Ejemplo de mensaje cifrado:
83342 08990 21390 75543 63290 27769 18984 54380 28980 00218
Se decía por ejemplo el grupo 10: “Par de ceros dos dieciocho, par de ceros dos
dieciocho” (00218). Siempre se repetía dos veces.
Si el mensaje era criptograma era así:
NKRTS OTXCS KYWQD LLNFS ILPFS GHHKE OEEWS HNLUT BBRTS NYTTR
Se leía así, por ejemplo el primer grupo: “nica nica, kilo kilo, romeo romeo, tango
tango, sandino sandino” (NKRTS), el que recibía copiaba solamente la primera
letra. Con el pasar del tiempo nos hacíamos más rápidos para copiar y para enviar
mensajes.
Mensualmente ocupaba el puesto de oficial de guardia del batallón, ya que a pesar
de que yo era del servicio militar, ocupaba cargo de oficial.
24. Estar de oficial de guardia significaba convertirse en el segundo al mando por 24
horas, tenía que garantizar que se realizaran cabalmente muchas actividades como
mandar a las 4:30 de la mañana patrullas de exploración a la vía (carretera hacia
Jinotega y carretera hacia Yalí), tenía que asegurarme del parte diario a la 364
Brigada donde se informaba por vía de mensaje “Aire” por radio, la situación actual
de nuestras tropas, información sobre actividad del enemigo por fuentes diversas
(Seguridad del estado principalmente), garantizar la comida diaria, recibir altos
mandos militares, actualizar el mapa operativo de la zona, etc.
Día de exploración
En el mes de Marzo de 1987 me llama el jefe del batallón y me dice que el día de
mañana hay que enviar a uno de mis comones (radio comunicadores) a una misión
a la zona de Las Mercedes, Laguna verde y cerro helado, porque había información
de que andaban 30 contras por esa zona. Le mencioné que tenía sólo un comón
que me ayudaba pero le había extraído un diente y no podía, por lo tanto me ofrecí
de voluntario, no me dijo, ¡vos sos el jefe de ellos!, le dije que no había problemas
ya que él tenía también mucha experiencia, el jefe accedió y me alisté para mi
primera misión, agarré un radio 105 M, le puse baterías nuevas, mi fusil, mi pechera,
mi mochila con 300 tiros, dos granadas y listo.
Salimos muy de mañana, éramos 12 hombres, un ametralladorista con una PKM,
un soldado con RPG 7 y yo con el radio, el resto eran soldados normales, sólo
desayunamos café con pan, el día amaneció muy frío y el cielo nublado, empezamos
a caminar en dirección a la montaña, llegamos a Las Mercedes, zona
completamente montañosa, había mucho lodo, el terreno estaba muy liso, y todo el
camino era en ascenso, poco a poco subimos, cada hora me iba reportando al
batallón, decía que no habíamos encontrado nada todavía, seguimos, se trataba de
zona de guerra, lugar peligroso, la contra tenía base social en esa zona así que a la
gente civil que encontrábamos teníamos que ser muy cautelosos, llegamos a un
corral, después estaba una casa, cuando pasamos por el corral, vimos una huella
de bota jungla (que usaban los contras), era fácil de distinguir de las botas del
ejército y dice el jefe de exploración, un soldado con mucha experiencia: aquí ha
andado “la gente”, refiriéndose a los contras, “vamos a ver que dicen los civiles”,
llegamos a la casa rodeándola, todos quedan afuera y yo voy con el jefe de la
exploración, estaba un hombre en una silla afuera de la casa, ya nos había visto,
pero se mostraba nervioso, ¡Hola amigo! Le decimos, Hola, contesta, el que anda
conmigo le pregunta: ¿Ha visto pasar a los contras por aquí amigo?, no.. dice, “esa
gente no sabe pasar por aquí”. dice, inmediatamente le pregunta ¿por donde nos
resulta mejor ir para cerro helado? y el señor nos indica una dirección, está bien
gracias , le dice, me llama y me dice sin que el hombre escuche, no, dice el
explorador, vámonos por este otro lado, ya que nos mintió, dice que no han pasado
los contras y nosotros detectamos una huella de por lo menos un día en el corral,
nos despedimos y cogimos por otro rumbo del que nos indicaba el señor. Llegamos
25. a cerro helado, no encontramos ningún otro indicio, empezó a llover, se nos hizo
tarde y regresamos al batallón.
Mi primera experiencia en la exploración la pasé muy bien, con cierto nerviosismo
al inicio, pero después todo se vuelve rutinario, veo el rostro de mis compañeros,
jóvenes todos, resistíamos mucho al frío, el cansancio, además de ir con todo el
equipo y con carga adicional, realmente el cuerpo se adapta a las circunstancias,
será por la adrenalina, miedo, sabemos que necesitamos de esas experiencias para
sobrevivir, adaptarnos a la situación como el frío, la lluvia, el lodo, subir cerros,
montañas, atravesar ríos, pantanos, soportar mosquitos, hormigas, todo eso, es la
guerra, situación que aunque era muy joven, tenía que enfrentarla.
Siempre salía a patrullas de exploración con mi radio, me encantaba andar en
misión.
Para el mes de Abril de 1987 me enviaron a una patrulla de exploración con 15
hombre al lado de “Tierra caliente” con 25 hombres, llevábamos 2 RPG 7, dos
ametralladores PKM y fusiles AK, nos formamos en fila india y casi siempre salíamos
al amanecer, antes de que saliera el sol para evitar que la gente civil nos viera en
qué dirección íbamos, antes de salir de la unidad militar, hacíamos la planificación
de la ruta a seguir en el mapa, sólo conocíamos la ruta a seguir el jefe de la patrulla,
que siempre era un oficial permanente del ejército y Yo como oficial del Servicio
militar patriótico, el resto de la gente eran también cachorros y 2 reservistas, ellos
no sabían de la ruta que llevábamos.
Empezamos a caminar como a las 4:30 de la mañana, era la hora crítica, a esa hora
era que atacaba siempre la contra, por eso íbamos en elevada disposición
combativa, fusil bala en boca con seguro, empezamos a caminar, pasamos por la
tejera, detrás del poblado de Sabanagrande y nos internamos en dirección a una
comarca llamada El Naranjal, buscando huellas de botas en el suelo, es un camino
polvoriento, seco, el ambiente es tenso, caminamos en silencio absoluto, solo nos
guiamos por nuestros instintos, era zona de guerra, peligrosa, en cualquier momento
nos toparíamos con un grupo de contras, era una misión espontánea, repentina,
sólo nos guiábamos por información de la seguridad del estado que nos indicaba en
el mapa que por esa zona se movía un grupo de 20 contras como a la 1: PM nos
paramos a descansar en la intersección de un camino, hacía mucho calor, sacamos
las raciones frías y las cantimploras y empezamos a comer, en ese momento, yo me
quito el radio y lo enciendo, empiezo a comunicarme con el puesto de mando,
informando de la ubicación, los hallazgos y la ruta a seguir, apago el radio y lo pongo
de cabecera para empezar a comer, recostado a un cerco de piedra, a mi lado
derecho hay un camino como de dos metros de ancho por el cual vamos a continuar,
a mi lado izquierdo está la intersección de otro camino que es de donde venimos y
otro que iba en dirección a La Concordia, yo estoy sentado en el suelo, hay piedras
grandes alrededor, estoy conversando con un cachorro amigo mío, yo estoy viendo
de frente al camino de donde venimos y mi compañero está sentado en dirección
26. opuesta, viendo hacia el camino de mi derecha, apenas había probado un bocado
de mi ración cuando veo el rostro de mi amigo con ojos desorbitados y para de
comer, como observando algo terrible, en fracciones de segundo yo pienso en mi
AK, la tengo al lado, la agarro instintivamente, me tiro al suelo a la derecha y veo
dos militares como a 30 metros de nosotros, con uniforme camuflado, diferente al
nuestro, es la contra pensé.. uno de ellos está de pie, con un RPG 7 apuntando
hacia nosotros, yo esperaba escuchar la última detonación en mi vida que sería de
un RPG 7, quedaríamos destrozados, eso lo pené en fracciones de segundo,
cuando pasan más de 10 segundos y no escucho disparo alguno, me calmo un poco
y pienso en porqué no han disparado todavía, vuelvo a ver y en ese momento uno
de ellos grita: ¡Quiénes son ustedes!, pienso que si se tomó la molestia en
preguntarnos es porque nos reconocieron y es probable que sean de nuestras
tropas, alguna compañía de algún batallón perdida, pero.. ¿Y el uniforme?, estaba
totalmente confundido, en ese momento no sabía si decir la verdad o mentir sobre
quiénes éramos y me decidí por la verdad, si no nos dispararon es que no nos
conviene morirnos ahí pensé.. ¡Somos del Batallón de San Rafael! .. respondí…en
ese instante el del RPG 7 preguntó ¿Cómo pueden probarlo? Dijo… yo le respondí
que vieran el radio que yo andaba que era un 105 soviético del ejército, la contra no
andaba de esos, inmediatamente dejaron de apuntarnos y nos exigieron que uno de
nosotros caminara desarmado hacia ellos, fue ahí que pude ver bien el uniforme,
que era de los que usaban los oficiales de la seguridad del estado, me levanté y
caminé hacia ellos, me identifiqué, mi batallón, mi cargo y la misión que andaba,
resulta que ellos mismos habían dado la información de un grupo de contras que
andaban por la zona y pensaron que el ejército no mandaría patrullas y por eso
andaban ellos ahí, casi chocamos los dos grupos, que hubiéramos salido perdiendo
nosotros porque nos agarraron a quemarropa y descuidados, típico de la falta de
experiencia por no poner puntos de observación a la hora de comer o detener la
marcha. Eran 7 miembros de la seguridad del estado que andaban en misión, así
operaban ellos, pocos militares con gran experiencia y muy bien armados.
Oficial de Guardia
Un día sábado del mes de junio de 1987, llevo 6 meses en el SMP (Servicio militar
patriótico) llegó una caravana sin avisar con un alto jefe militar y yo estaba de oficial
de guardia. El jefe del Batallón no estaba ese día, así que yo era la máxima
autoridad. Siempre mantenía a un soldado en la puerta del batallón, cuando de
repente corrió el vigilante a avisarme que se aproximaba una gran caravana con
cuatro jeep UAZ camuflados, pintos, con puertas, digo con puertas porque había
costumbre de quitarles las puertas a estos Jeep por alguna emboscada, casi todos
los UAZ estaban sin puertas, en ese caso todavía no se las habían quitado, eran
nuevecitos, 10 camiones ZIL, 2 camiones IFAs y dos camionetas Land Cruiser en
las cuales iban montadas ametralladoras antiaéreas 14,5 mm, en este caso iban
adaptadas al disparo horizontal, era difícil que la contra emboscara a una caravana
tan numerosa, de golpe se paran con gran ruido enfrente de la unidad militar, yo me
27. asomo por una ventana y veo que se bajan un grupo de soldados bien armados,
eran escoltas, uniformes nuevos, botas nuevas, llegan a la puerta donde yo estoy
y preguntan ¿Quién es el oficial de guardia? – Yo… Contesto… Bueno..., ahí viene
el jefe de la VI Región militar para que lo recibas, Me dijo…Inmediatamente me puse
nervioso, ya que yo tenía que darle el parte de lo que ocurría al jefe.
Estoy en la entrada de la unidad militar… se abre la puerta totalmente y entra un
hombre alto, de anteojos, con uniforme camuflado de los que utilizaban los
Batallones Ligero Cazadores, él me queda viendo sin decir una palabra, y me quedo
mudo porque no le veo los grados, claro, andaba grados camuflados también y no
estaba seguro si era Coronel o Teniente Coronel, después de un minuto que quedé
en silencio, logro ver sus grados, era Teniente coronel, mando a firmes a todo el
mundo y digo en voz fuerte: ¡Teniente Coronel Manuel Salvatierra Rivera, Jefe de la
VI Región Militar, el batallón 36 – 46 de San Rafael del Norte se encuentra
cumpliendo con las labores del día y en elevada disposición combativa, informa
soldado López López!….Descanse.. me dice. ¿Y el jefe del batallón? Pregunta, anda
en Yalí le dije, bueno pues.. me dice, indicáme como está la situación, está bien,
respondo, gracias a Dios, me mantenía bien informado en el mapa operacional, ya
que mi cargo me lo permitía y me gustaba ese trabajo, fuimos al mapa y le expliqué
donde estaban nuestras tropas y la actividad del enemigo en ese día. Les ofrecimos
desayuno y posteriormente se montaron en sus vehículos y se fueron en dirección
norte, hacia Yalí.
Batallón 40 - 10
La situación militar en la zona estaba en aumento porque se tenía conocimiento que
había varias agrupaciones de la contra reconcentrándose en la zona de Santa Fe,
al noreste del puesto de mando, según el mapa, como a 10 kilómetros de nosotros,
los comandos que andaban por la zona eran el “Pedro Joaquín González”, “Rafaela
Herrera” y “Andrés Castro”, no sabíamos cuál de ellos era, o si estaban juntos.
Nosotros llamamos a la Brigada solicitando apoyo de los BLI que andan en la zona:
el BLI Juan Pablo Umanzor y el BLI Santos López, el Mayor César Largaespada nos
confirmó que no podía mandar a esos BLI porque estaban muy ocupados, había
mucha actividad “contra” en la zona, nos dijo en cambio, que llegaría por la noche
un Batallón de León o Chinandega bien apertrechado para apoyarnos, era el
Batallón 40 – 10.
¿Los miembros de la plana mayor del batallón estaban extrañados porqué vendría
un batallón de unos departamentos donde no conocían de la guerra, qué tipo de
experiencia tendrían? Era todo un misterio.
Eran las 10 de la noche, todo el poblado estaba en silencio, había un ambiente frío,
tenso, con ruidos de explosiones a lo profundo de las montañas, no sabíamos de
dónde venían tales explosiones, llamé por radio a los batallones de Yalí y Pantasma
y dijeron no saber el origen de tales explosiones.
28. Estaba en la calle con todo mi equipo cuando se empieza a escuchar el ruido de
motores, de camiones IFA, era inconfundible, llega uno, dos, tres, una fila
interminable de camiones y comienzan a bajarse los miembros del Batallón 40 – 10,
de uniforme verde olivo, tipo de milicianos, pero con la particularidad que llevaban
armas nuevas, y armas de apoyo como cohetes GRAD – 1 P, AGS – 17 conocidas
como “Arañas”, armamento común en los BLI, eran aproximadamente 400
hombres..
Entra el jefe del Batallón al que le nombraban “El Gato”, se identifica, se pone en
contacto con el jefe del batallón, operaciones e información para planear su ofensiva
en la zona, pide permiso para elaborar la comida en la cocina, el jefe del batallón
accede. Terminan de cocinar, se les da alimento a los hombres, yo me coordino con
el jefe de comunicaciones y me da los datos de radio de los medios que ellos
andaban.
Eran aproximadamente las 12 de la noche cuando el jefe del batallón recién llegado
manda a formación a todo su batallón, les dice dónde están, que aguanten el frío ya
que en su lugar de origen era zona cálida, que están ahí en zona de guerra, que
hay un gran número de contras cerca y que vienen a agarrar experiencia combativa.
Se nota la preocupación de los soldados, los oficiales de mi batallón le preguntan al
jefe del 40 – 10 si es que van a salir de noche, a lo que contesta afirmativamente,
¡Es una locura!, Le dice mi jefe, nosotros no acostumbramos salir de noche, ¡sólo la
contra lo hace!, el recién llegado le responde que quiere conocer la valentía de sus
tropas, a las 12:30 am salen en fila hacia la dirección del enemigo, esa noche no
dormimos, estuve pendiente con el radio, en cualquier momento chocarían con el
enemigo.
Al amanecer, a las 5 am se escuchan las primeras explosiones, me comunico con
ellos y dicen que han entrado en combate por la comarca Santa Fe, piden los
cohetes GRAD, les disparan 4 proyectiles, parece que los emboscaron, tienen
muchas bajas, escucho la voz quebrada de uno de los comones, con voz
temblorosa, con miedo, aterrorizado, claro, ellos nunca tuvieron experiencia militar,
los contras sí la tenían, al cabo de una hora, ninguno de los 8 radios me responde,
como a las 10 de la mañana me responde una voz con acento raro, era un miembro
de la contra, yo lo reconocí porque tenían diferente forma de hablar por radio, por
ejemplo nosotros para la letra “F” decíamos “Francia”, ellos decían igual que el
ejército de EEUU “Foxtrot”, algo me dijo, palabras soeces con esa forma de hablar,
no contesté nada al contra, llegué entonces donde los jefes de batallón y les dije
que la contra había “Recuperado” un radio.- Es catastrófica la cosa, dijo mi jefe.
Pero el problema no llegó ahí, la contra también había recuperado dos
lanzagranadas AGS 17 “Arañas”, el batallón fue desarticulado completamente,
muchas bajas, los hombres iban apareciendo hasta el siguiente día, uno por uno,
en grupos, golpeados por el enemigo.
29. Al darse cuenta de la situación, el jefe de la 364 brigada, Mayor César Largaespada,
dio la orden de sacar a ese batallón de la zona, que lo enviaran a Apanás donde
había un hospital militar para curar a sus heridos y posteriormente que se fueran a
su lugar de origen.
El Mayor Largaespada llamó a mi jefe de batallón y le informó que llegaría el BLI
Francisco Estrada y el Santos López para darle persecución a los contras, al cabo
de dos horas iban entrando al poblado caravanas interminables de camiones con
los dos BLI, era impresionante, con cohetes reactivos BM – 21 y obuses de 120 mm.
Al parecer, a la contra le informaron de tal movimiento de tropas y empezaron a
moverse hacia el norte, los BLI en cuanto llegaron, se formaron y salieron en
persecución con apoyo de la artillería, dos días después los encontraron por la
comarca El Prisionero, por el lado de Quilalí, entraron en combate, les causaron
muchas bajas y les quitaron las “Arañas” que le habían “recuperado” al otro batallón,
los contras se internaron posteriormente en territorio hondureño.
En la I Brigada de Infantería Ligera (BIL)
En el mes de julio del año 1987 se realizó una reunión de mandos del Ejército
Popular Sandinista en Managua donde se tomó la decisión de que los mandos
militares de los municipios de San Rafael del norte, La Concordia y Yalí del
departamento de Jinotega y pertenecientes a la VI Región militar (Matagalpa,
Jinotega) pasarían a partir de ese momento bajo el mando de la I Región Militar
(Estelí), siendo el Jefe de la I región militar el Teniente Coronel Antenor Rosales y
su jefe de Estado Mayor, el Mayor, en ese entonces, Julio César Avilés, actual
Ministro de Defensa. Esta decisión se tomó en vista del gran número de fuerzas
contrarrevolucionarias que estaban operando en los municipios antes mencionados
y prácticamente, al hacer este cambio, supondría un mejor manejo operativo de la
situación militar, realmente así fue, creo que fue una decisión acertada, ya que la VI
Región militar no daba un eficiente abastecimiento, coordinación y avituallamiento
a las tropas que se encontraban en el departamento de Jinotega.
Inmediatamente se empezó a ver mayor movimiento militar en la zona, nosotros nos
dimos cuenta del cambio hasta después, sólo había rumores, nada claro.
Un día nos reunieron a todos los miembros del batallón y nos explicaron que ahora
pertenecíamos a la I Región militar, que, en mi caso, tenía que contactarme de ahora
en adelante con Estelí y no Matagalpa, tenía que copiar datos de radio e indicativos
de esa zona ya que ahora pertenecíamos a la I Brigada de Infantería Ligera de la I
Región Militar.
Muy temprano en la mañana nos ordenaron empacar todo, los radios, indicativos,
baterías, cargadores, todo, porque nos mudaríamos a una nueva base militar, la I
Brigada. Montamos todos los equipos en un camión y nos trasladamos al nuevo
puesto de mando, que ahora no era un batallón, era una Brigada, con mejor
30. abastecimiento, alimentación, armamento y sobre todo más trabajo, ya que nuestra
zona de operaciones no solamente era en nuestro municipio, sino que abarcaba
hasta la 311 Brigada, zona de Quilalí al norte, al sur con la Brigada de Jinotega, al
Oeste con la 313 Brigada en Ducualí y al Este con la 364 Brigada, Las Cuchillas,
Jinotega.
Las fuerzas enfrentadas para 1987
Ejército de Nicaragua, Memoria de 1979 – 2009.-
A partir de ese momento quedo bajo las órdenes del jefe de comunicaciones de la I
Brigada, teniente primero Centeno, no recuerdo el nombre y el segundo al mando
era el Sub teniente William Crawford, que era nuestro jefe inmediato.
Al día siguiente de instalarnos en nuestro nuevo centro de comunicaciones fijo
(CCF), me nombran jefe de turnos del CCF junto con Noel Bravo, un comunicador
31. de Condega que acabábamos de conocer, con el tiempo le llamábamos “Maizón”,
por su gran estatura, era un tipo alegre, buen compañero, no llevábamos muy bien
y se convirtió en nuestro instructor de radio Seg 100, ya que no teníamos
experiencia con ese tipo de medios; ese día nos hacen entrega de un nuevo lote de
radios de comunicación, (todos los radios viejos los entregué), empezando por dos
radios Seg – 100 D, un radio YAESU Musen, de canales. Estos dos radios, eran lo
máximo en comunicación militar en el Ejército popular Sandinista, 4 radios Seg – 15
D y una docena de radios 105 M, con antenas Colikov, de lanzamiento,
acumuladores, cargadores de baterías y por último: una planta de energía Yanmar
Diesel, la cual nos dieron estrictas órdenes de mantenerla encendida desde las
6:PM hasta las 10 de la noche, a veces se apagaba más tarde, cuando la situación
militar lo ameritaba. Esa planta era responsabilidad del jefe de turnos del día, había
que llenarla de combustible, limpiarla, cuidarla, encenderla y apagarla todos los
días.
El Centro de comunicaciones estaba ubicado en un refugio anti bombas, solamente
teníamos afuera una antena cilíndrica para el radio Seg 100, antena para un radio
YAESU y antenas direccionales para el Seg 15 y radios 105.
En el CCF empezamos 4 comunicadores: Maizón, Hugo Zeledón, Edwin de Estelí y
yo, posteriormente nos entregaron una escuadra de 12 cachorros del SMP para que
los entrenáramos los que teníamos más experiencia, algunos eran de León, Estelí,
Telpaneca, y de otros lados.
Me acuerdo de algunos: Jorge Joya de Estelí, uno de Condega, El Chaparro 1 de
Estelí, Noel de Estelí, El Chaparro 2 de Telpaneca, Sergio Briones de Estelí, el gato
de Estelí, 2 que eran de León: Eligio y Marcio.
En la nueva base militar empezamos a ver los grandes cambios, llegó un oficial de
Retaguardia (Abastecimiento) a preguntar el número de cachorros (Soldados) en el
centro de comunicaciones, los números de botas, uniformes de cada uno, se le pasó
la lista, media hora más tarde nos llamaron a todos para entregarnos uniformes,
botas, calcetas, abastecimiento de higiene personal, por último pasamos por
armamento, entregamos los fusiles viejos y nos entregaron varias cajas de AKs
nuevecitas para que escogiéramos, eso nos levantó la moral.
El trabajo en el centro de comunicaciones de la I Brigada era muy intenso, hacíamos
turnos de 24 horas en grupos de 3, atendíamos llamadas de los Batallones Ligero
cazadores, los BLI, los batallones de infantería de la zona de Jinotega y Estelí,
copiábamos mensajes, atendíamos la planta eléctrica, hacíamos vigilancia, etc.
32. Emboscada:
Un día, estando de guardia en el centro de comunicaciones, escuchamos
explosiones y disparos a la distancia sobre la carretera que va hacia Yalí, resulta
que iba una caravana de jeeps UAZ desde la Brigada hacia Yalí, el oficial de guardia
fue a buscar al centro de comunicaciones de la brigada soldados para ir de escoltas
a los jeeps que se dirigían a Yalí. Varios muertos…
El día anterior, como yo estaba en el refugio en el centro de comunicaciones de la
Brigada, llevaron a un muchacho nuevo para que lo entrenáramos en
comunicaciones, me dijeron que era un muchacho bachiller, era preferible para el
puesto de comunicaciones ya que se necesitaba un poco de estudio para aprender
más rápido, bien dije. No sabía quién era.
El muchacho nuevo era mi primo Danilo López, un muchacho humilde, serio,
callado, buena gente, lindos modos, hijo de mi tío Fabio López, había estado un
tiempo en la base militar de Apanás en Jinotega, lo habían enviado a la Brigada
para terminar ahí su servicio militar, yo, al estar en el refugio subterráneo, no lo pude
ver ni saludar, yo tenía cierta influencia en el centro de comunicaciones por lo tanto
de haber sabido que él estaba ahí, nunca hubiera permitido que él hubiera ido a esa
misión, porque él tenía poca experiencia militar, me di cuenta hasta que ocurrió la
tragedia.
En el momento que se escuchan las explosiones yo estoy entregando turno a los
compañeros que van a continuar, entrego todos los documentos y los radios y salgo
del refugio.
Suena la alarma de combate en la Brigada como a las 8:30 de la mañana, raro
esto… dije, ¿será un ejercicio nada más?, bueno, todos vamos a ocupar nuestras
posiciones con todo el equipo para mientras pasa la conmoción, no hay nada claro
hasta ese momento. Envían un batallón hacia la zona a ver que ocurre, llamamos
al batallón de Yalí y nos dicen que hubo una emboscada por la zona del volcán de
Yalí, investigan quién podría ser y llegan a la conclusión que emboscaron una
caravana de vehículos que iban desde la Brigada hacia Yalí con escasa escolta,
parece que todos los vehículos fueron destruidos, hay humo negro a la distancia,
cesan las explosiones… pasa el tiempo y horas después, cuando el ejército llegó a
la zona, nos damos cuenta del resultado, los 3 vehículos que iban fueron destruidos,
varios muertos, posteriormente me di cuenta que un primo mío había muerto y otros
familiares, ¿Cómo pudo suceder dije?...
Lo que pasó era que mi primo Danilo lo enviaron a la brigada cuando yo estaba en
el centro de comunicaciones en el subterráneo, lo habían mandado a mi grupo, pero
yo no lo pude ver ya que muy de mañana, el día que yo entregaba turno y saldría
del refugio lo habían enviado de escolta de uno de los Jeeps y lo habían asesinado
los contras, además, cuando la caravana avanzaba por el pueblo, le pidieron raid
dos familiares más míos: Federico López y Humberto López, los cuales también
33. murieron en la emboscada, fue un día terrible, fui a ver a mi primo cuando se lo
entregaron a su familia, estaban destrozados… muy triste, ese acontecimiento me
duele al recordarlo hasta el día de hoy.
Próximamente: Operación “Danto 88”!!