El documento describe la situación difícil del mundo actual marcada por el hambre, la miseria y la violencia. Ante esto, Jesús invita a no desfallecer y seguirlo a pesar de las dificultades. En la Transfiguración, Jesús lleva a sus discípulos a un lugar tranquilo para que se configuren con Él y entiendan que vivir en su presencia es un anticipo de la gloria de Dios.
La Transfiguración ante la desfiguración del mundo
1. Año 11, nº 538 - 1 de marzo de 2015
“Éste es mi Hijo amado; escuchadlo”
EL PÚLPITO
PARROQUIA DE NTRA. SRA. DE LA MEDALLA MILAGROSA
EL PUERTO DE SANTA MARÍA (CÁDIZ)
San Rosendo
Domingo 2º de Cuaresma
Hambre, miseria, tortura,
l u c h a s i d e o l ó g i c a s ,
violencia, dolor, muerte…
son, entre otras cosas,
n o t a s q u e m a r c a n l a
s i t u a c i ó n t o t a l m e n t e
desfigurada y complicada
del mundo. Ante ello, el
Señor nos ofrece unas
p i s t a s : n o h a y q u e
desfallecer, hay que seguir
hasta el final aunque el
camino sea duro e incluso
con sufrimiento.
Mirar a nuestro alrededor
es caer en la cuenta de
m u c h o s r o s t r o s
desfigurados o deprimidos
porque tal vez, hace tiempo,
dejaron de sentir y de
escuchar aquello de “tú eres
mi hijo amado”.
De nuevo, en este segundo
domingo de cuaresma,
J e s ú s n o s i n v i t a a
reemprender el camino
junto con Él. No será una
senda fácil ni de respuestas
a la carta pero, como
siempre, nos lanzará a la
cruda realidad, ayudados
de su mano, y sobrecogidos
s i , d e ve r d a d , h e m o s
i n t e n t a d o t e n e r u n a
experiencia profunda de Él
y con Él.
A nadie le gusta la cruz
pesada; a ninguno nos
seduce el final de un camino
dibujado con el horizonte de
las espinas o del dolor.
P r e f e r i m o s , y h a s t a
echamos en falta, una vida
más merengada y con
éxitos, sin llantos ni
pruebas, sin lamentos ni
zancadillas, tranquila y sin
sobresaltos.
Todos sabemos… que no
siempre es así. Ante la
desfiguración a la que se
s i e n t e s o m e t i d a l a
humanidad, los hombres,
las mujeres de nuestro
tiempo, hay que refugiarse
en la Transfiguración del
Señor. Entre otras cosas
porque, en ese estado, uno
se encuentra muy bien;
adquiere la vitalidad y el
impulso necesario para
descender al llano de cada
día y enfrentarnos a los
crudos escenarios en los
que nos toca actuar desde la
sinceridad o desde la
falsedad.
El domingo pasado, Jesús
e n e l d e s i e r t o n o s
r e c o r d a b a q u e – l a
tentación- avanzará en
paralelo con nosotros, pero
que nunca nos faltará la
fuerza de Dios para darle
batalla y progresar hacia la
victoria. Hoy, con su
Transfiguración, da un paso
más: nos toma de su mano y
n o s l l e v a a u n l u g a r
tranquilo (por ejemplo la
Eucaristía o la misma
Palabra de Dios) para que
nos vayamos configurando
con Él, meditemos sus
e n s e ñ a n z a s o
reconstruyamos de nuevo
ese edificio espiritual y
hasta corporal que las
prisas, el agobio, el egoísmo,
el individualismo y la
s u p e r fi c i a l i d a d h a n
demolido.
También nosotros somos
testigos de la Resurrección
de Cristo. No estamos en el
monte Tabor como meros
espectadores o marionetas.
Nuestra presencia, aquí y
ahora, en la oración o en los
sacramentos, nos debe de
empujar a ser algo más que
simple adorno, en la misión
o en el apostolado que
llevamos entre manos. ¡Qué
más quisiéramos, como
Pedro, construir tiendas
lejos del ruido y de los
dramas de la humanidad!
Pero, el Señor, si nos lleva a
un lugar apartado, es para
q u e c o mp r e n d a m o s y
entendamos que vivir en su
presencia en esta vida, es
un adelanto de lo que nos
espera el día de mañana: la
G l o r i a d e D i o s y e l
compromiso activo en el día
a día.
Javier
Leoz,
sacerdote
Ante la desfiguración...
La Transfiguración
SUBIRY BAJAR
Quiero subir y bajar,
Señor, contigo y
contemplar,
cara a cara,
el Misterio de Dios que
–estando escondido-
habla, se manifiesta
y te señala como Señor.
Quiero subir y bajar:
Ascender para contemplar
tu gloria
bajar para dar testimonio
de ella
en la vida de cada día
en los hombres que nunca
se encaminaron
a la cima de la fe,
al monte de la esperanza,
a la montaña
donde Dios siempre habla
nunca defrauda y siempre
dice que nos ama.
Quiero subir y bajar,
Señor; que no me quede
en el sentimentalismo
vacío; que no quede
crucificado por una fe
cómoda; que no huya de la
cruz de cada día.
Que entienda, Señor, que
para bajar es necesario,
como Tú, subir primero:
a la presencia de Dios,
para vivirlo ante la voz de
Dios, para escucharlo
ante la fuerza de lo alto,
para que la vida brille
luego con el fulgor y el
resplandor de la fe.
Quiero subir, Señor,
al monte Tabor
y contemplar cara a cara,
ese prodigio de tu
brillante divinidad
sin olvidar que,
como nosotros,
también eres humano.
Muéstranos, Señor,
tu rostro
y, que para bajar al llano
de cada día,
no olvidemos nunca
de buscar y anhelar
los signos de tu presencia.
Amén.
2. PRIMERA LECTURA
(Gn 22, 1-2.9-13.15-18)
“Aquí me tienes”
Dios puso a prueba a Abrahán,
l l a m á n d o l e : “ ¡ A b r a h á n ! ” É l
respondió: “Aquí me tienes”. Dios le
dijo: “Toma a tu hijo único, al que
quieres, a Isaac, y vete al país de
Moria y ofrécemelo allí en sacrificio,
en uno de los montes que yo te
indicaré”. Cuando llegaron al sitio
que le había dicho Dios, Abrahán
levantó allí el altar y apiló la leña,
luego ató a su hijo Isaac y lo puso
sobre el altar, encima de la leña.
Entonces Abrahán tomó el cuchillo
para degollar a su hijo; pero el ángel
del Señor le gritó desde el cielo:
“¡Abrahán, Abrahán!” Él contestó:
“Aquí me tienes”. El ángel le ordenó:
“No alargues la mano contra tu hijo
ni le hagas nada. Ahora sé que temes
a Dios, porque no te has reservado a
tu hijo, tu único hijo”. Abrahán
levanto los ojos y vio un carnero
enredado por los cuernos en la
maleza. Se acercó, tomó el carnero y
lo ofreció en sacrificio en lugar de su
hijo. El ángel del Señor volvió a gritar
a Abrahán desde el cielo: “Juro por
mí mismo -oráculo del Señor-: Por
haber hecho esto, por no haberte
reservado a tu hijo único, te
bendeciré, multiplicaré a tus
descendientes como las estrellas del
cielo y como la arena de la playa. Tus
descendientes conquistarán las
puertas de las ciudades enemigas.
Todos los pueblos del mundo se
bendecirán con tu descendencia,
porque me has obedecido”.
SALMO RESPONSORIAL
(Sal 115, 10.15-19)
R: Caminaré en presencia del
Señor, en el país de la vida.
Tenía fe, aún cuando dije:
“¡Qué desgraciado soy!”
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles. R.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor. R.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén. R.
SEGUNDA LECTURA
(Ro 8, 31b-34)
“Si Dios está con nosotros, ¿quién
estará contra nosotros?”
Hermanos: Si Dios está con nosotros,
¿quién estará contra nosotros? El
que no perdonó a su propio Hijo, sino
que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no nos dará todo con él?
¿Quién acusará a los elegidos de
Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién
condenará? ¿Será acaso Cristo, que
murió, más aún, resucitó y está a la
derecha de Dios, y que intercede por
nosotros?
SANTO EVANGELIO
(Mc 9, 2-10)
“No contéis a nadie lo que habéis
visto, hasta que el Hijo del hombre
resucite de entre los muertos”
Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a
Juan, subió con ellos solos a una
montaña alta, y se transfiguró
delante de ellos. Sus vestidos se
v o l v i e r o n d e u n b l a n c o
deslumbrador, como no puede
dejarlos ningún batanero del mundo.
Se les aparecieron Elías y Moisés,
conversando con Jesús. Entonces
Pedro tomó la palabra y le dijo a
Jesús: “Maestro, ¡qué bien se está
aquí! Vamos a hacer tres tiendas,
una para ti, otra para Moisés y otra
para Elías”. Estaban asustados, y no
sabía lo que decía. Se formó una nube
que los cubrió, y salió una voz de la
nube: “Éste es mi Hijo amado;
escuchadlo”. De pronto, al mirar
alrededor, no vieron a nadie más que
a Jesús, solo con ellos. Cuando
bajaban de la montaña, Jesús les
mandó: “No contéis a nadie lo que
habéis visto, hasta que el Hijo del
hombre resucite de entre los
muertos”. Esto se les quedó grabado,
y discutían qué querría decir aquello
de “resucitar de entre los muertos”.
“Éste es mi Hijo amado; escuchadlo”
Parroquia de Ntra. Sra. de la Medalla Milagrosa. C/Federico García Lorca, s/n. Apdo. de correos, 164. 11.500 El Puerto de Santa María. Tlfno: 956 85 65 61.
Tiempo de oración
Lecturas de la próxima semana
(2ª semana del salterio)
Lunes 2: San Troadio
Dn 9, 4b-10; Sal 78, 8-13; Lc 6, 36-38
Martes 3: San Emeterio
Is 1, 10.16-20; Sal 49, 8-9.16-17.21.23; Mt 23, 1-12
Miércoles 4: San Casimiro
Jer 18, 18-20; Sal 30, 5-6.14-16; Mt 20, 17-28
Jueves 5: San Juan J. de la Cruz
Jer 17, 5-10; Sal 1, 1-6; Lc 16, 19-25.27-31
Viernes 6: San Olegario
Gn 37, 3-4.12-13a.17b-28; Sal 104, 16-21;
Mt 21, 33-40.43
Sábado 7: Santas Perpetua y Felicidad
Miq 7, 14-15.18-20; Sal 102, 1-4.9-12;
Lc 15, 1-3.11-32
Domingo 8: San Juan de Dios
Ex 20, 1-17; Sal 18, 8-11; 1Co 1, 22-25;
Jn 2, 13-25
Envíe sus aportaciones a hojaparroquialmilagrosa@yahoo.es
ACTOS DE CUARESMA
Todos los viernes de Cuaresma.
Ejercicio del via crucis a las 20.30 h.
1 de marzo. Retiro de Cuaresma en la casa de
espiritualidad “La Inmaculada”, de 9 a 14 horas.
23, 24 y 25 de marzo.
Predicaciones cuaresmales.
27 de marzo. Via crucis por las calles
de la feligresía.