1. Cada persona tiene su propia idea
de quién es Dios basado en sus
creencias y experiencias.
2. Dios quería que el pueblo inclinara
sus corazones a él, respetarlo y
obedecerlo.
Es diferente hacer algo porque se
exige, y hacer algo voluntariamente.
A Dios no le interesan las prácticas
ni en las observancias religiosas
forzadas; él quiere un corazón
contrito, la vida rendida a El.
3. Bueno y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará a los
pecadores el camino (Sal. 25:8).
Muchos creen que Dios está lejos, que no puede ser
alcanzado, pero Dios está aquí.
La televisión, partidos políticos, las
sectas, las religiones falsas, -incluyendo
las cristianas-, buscan motivarnos a
"apoyar la causa".
Decisiones que deben tomarse respecto
al trabajo, familia, dinero, sociedad;
desesperación por encontrar a alguien
que nos muestre el camino correcto.
Dios quiere encaminarnos...
4. El camino de la vida es hacia arriba al
entendido, Para apartarse del Seol abajo
(Pr. 15:24).
Los sanos propósitos
evitan el pecado y sus
consecuencias.
5. Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y
preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen
camino, y andad por él, y hallaréis descanso para
vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos (Jer. 6:16).
6. Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el
camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque
estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los
que la hallan.
Hay varios caminos, pero un solo Camino en la diversidad
de ofertas. No hay tiempo para experimentar aquí y allá.
El Señor Jesucristo reiteró que Él es el Camino que lleva a la
vida, pero vida eterna, en el cielo a todos los que hemos
puesto nuestra fe en Él.
7. Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en
el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por
el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del
velo, esto es, de su carne (He. 10:19, 20).
El Lugar Santísimo del templo quedaba
oculto de la vista por un velo. Sólo el
sumo sacerdote podía entrar en esa
allí, y lo hacía una sola vez al año en el
día de la expiación, cuando ofrecía
sacrificios por los pecados de la
nación. Pero la muerte de Jesucristo
quitó el velo, y todos los creyentes
pueden entrar a la presencia de Dios
en todo momento (6.19, 20).
8. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de
los cuales el camino de la verdad será
blasfemado, y por avaricia harán mercadería de
vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de
largo tiempo la condenación no se tarda, y su
perdición no se duerme (2 Pd. 2:2, 3).
9. Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces,
diciendo: Estos hombres son siervos del Dios
Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación
(Hch. 16:17).