El documento analiza la figura del "Discípulo Amado" que aparece en el Evangelio de Juan. La propuesta más aceptada es que se refiere al apóstol Juan, autor del cuarto evangelio. Aunque algunos cuestionan si Juan era demasiado imperfecto para ser considerado el "Discípulo Amado", el documento concluye que el autor quiso representar a todos los verdaderos discípulos de Cristo a lo largo de la historia.
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El Discípulo Amado en el Evangelio de Juan
1.
2. » El único evangelista que no transcribe el elenco
de los apóstoles es Juan. Pero además, aparece
en el cuarto evangelio un misterioso personaje.
Se trata de alguien muy cercano al Maestro,
que comparte con él sus momentos más
íntimos, pero cuyo nombre no es jamás
mencionado.
» Simplemente se lo designa como «el Discípulo
Amado»
3. » La primera vez que lo vemos es en (13,23-26)
» Luego se lo vuelve a mencionar cuando Jesús
está agonizando en la cruz (19,25-27)
» La tercera vez que aparece es el domingo de
Pascua (20, 2-10)
» Al final el discípulo al que Jesús amaba se
encuentra pescando (21, 7)
» El quinto episodio lo muestra siguiendo a Jesús
(21, 20-23)
» El constituye la fuente de información de lo que
ha sido narrado en el evangelio (21,20)
4. La propuesta más aceptada
De todas las propuestas que
se han hecho, la de mayor
peso, es la que sostiene que el
Discípulo Amado es el apóstol
Juan, a quién se le atribuye
también la redacción del
cuarto evangelio.
Ya en el siglo II Ireneo
afirmaba que Juan, el
discípulo que se reclinó sobre
su pecho, escribió el cuarto
evangelio.
5. » Si Juan, es el discípulo amado, ¿se habría llamado
el «amado de Jesús» como diciendo: soy su
predilecto?
» Juan aparece como un hombre ambicioso, con un
corazón intolerante. Estaba dispuesta a hacer
desaparecer una aldea samaritana con fuego del
cielo (Lc 9,54)
» En cambio, la figura del discípulo amado es
perfecta, ideal. Nunca aparece reprendido por
Jesús. Demasiado perfecto, para ser alguien real.
6. Aparece como el perfecto
discípulo cristiano que
acompaña a Jesús en su dolorosa
cena y que se sienta tan cercano
a él que es capaz de reclinar la
cabeza sobre su pecho para
escuchar las confidencias del
Maestro (13,25)
Lo acompaña en la cruz, y recibe
de regalo la maternidad de
María (19,26)
7. » El autor del cuarto evangelio, al presentar la figura
del discípulo al que Jesús amaba, no quiso retratarse
a sí mismo, sino a todos aquellos que a lo largo de la
historia se esfuerzan por vivir como el Maestro
enseñó. Ellos son los verdaderos discípulos amados.
» El evangelio ofrece, en éste discípulo, un personaje
sin rostro, en donde cada uno de nosotros, con sólo
seguir de cerca al Maestro y vivir como él, puede
convertirse en el discípulo amado.